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36. Vida Personal Administración Pastoral presenta cómo proveer cuidado pastoral a una congregación local, usando las habilidades de liderazgo y administración para manejar la organización y las finanzas organizacionales sin reproche y desarrollar una mayordomía fiel. Demuestra el hacer decisiones en grupo, el desarrollo de equipos, reclutamiento de voluntarios e intervención de problemas para que el conflicto sea un paso positivo en el crecimiento de la iglesia. Más enseña cómo ofrecer cuidado pastoral apropiado para individuos y familias en tiempos de conflicto, crisis, celebración y duelo de una forma profesional y ética. La
vida personal del pastor
Orientación Cuando se discute el tema del pastor como persona, a
menudo, se plantean dos opiniones opuestas. Algunos, deshumanizan al
pastor al colocarlo sobre un pedestal de 10 pies de altura. Para
ellos, el pastor no tiene sentimientos personales, intereses o
deseos, aparte de ser el esclavo o asalariado de la iglesia local.
El pastor es una “persona santa” que no vive en el mismo nivel
del resto de la gente. Al otro lado de la balanza, está la gente que ve a los
pastores como maquinadores, codiciosos y manipuladores del rebaño.
“El público en general espera que el pastor sea diferente,
especial, que supere los obstáculos en los que la gente ordinaria
se tropieza. Cuando los pastores caen, especialmente los pastores
que pretenden vivir en función de un estándar sobrehumano, la
tendencia es que los escépticos digan: “Ves, te lo dije” y, en
el caso de los creyentes sencillos, se sienten traicionados o hasta
llegan a abandonar su compromiso con Cristo porque sus apreciados
ejemplos se han desmoronado totalmente”. Sin embargo, la confusión no se limita a los laicos.
Los pastores también pueden desilusionarse. Uno de ellos contó de
cuando estuvo en su primera iglesia en una pequeña comunidad, después
de haber estudiado cuatro años en la universidad y tres años en el
seminario. La gente no lo entendía a él y él no los comprendía a
ellos ni a sí mismo. La presión empezó a aumentar porque la
congregación estaba insatisfecha. Él sintió que no podía llenar
las expectativas de ellos. Todo fue tan diferente de lo que se
imaginó que, simplemente, un día se fue—de su pastorado, de su
denominación y, hasta de Dios, por un tiempo. En esta última sesión
de estudios, vamos a mirar la humanidad del ministerio al examinar
las cuatro relaciones que afectan al pastor más profundamente: la
iglesia, consigo mismo, su familia y Dios. Objetivos de aprendizaje Al terminar la lección, los estudiantes podrán: • Comprender cómo un pastor se relaciona con la
iglesia que ministra. • Comprender cómo enfrentar los problemas personales. • Comprender la responsabilidad de mantener un
matrimonio y familia saludable. • Aprender a mantener esa pasión por el ministerio. El pastor y su relación con
la iglesia La mayoría de los ministros adquieren mucho de su
identidad personal de su rol como pastores. Éste es un llamado de
Dios y ellos han respondido con obediencia. Hay una gran realización
en llegar a estar involucrados, personalmente, en las vidas de las
personas, verlos crecer y madurar en Cristo. El trabajo pastoral
puede tener consecuencias eternas para el rebaño. Usted llega a
estar muy cerca de la gente al caminar con ellos en medio de crisis
y tiempos de regocijo. La vida pastoral debe lidiar, también, con
presiones congregacionales. Aquí se mencionan algunas: 1.
Las expectativas no realistas Las personas pueden sentir que sus problemas, intereses
o proyectos deberían ser el objetivo primario del pastor. En
ocasiones, un pastor puede sentir como que tiene 50 o 100 jefes,
dependiendo del número de personas en la iglesia, y cada uno
tratando de decirle lo que debe hacer. Si todas estas expectativas
fueran puestas en una lista, no habría suficientes horas en una
semana para que una persona las pueda realizar. 2.
La necesidad de ser bueno en todo Aún cuando a todos los cristianos, pastores incluidos,
se les han concedido dones espirituales, ninguno ha recibido todos
los dones. Los dones concedidos nos permiten sentirnos muy a gusto
trabajando en aquellas áreas relacionadas con nuestras fortalezas.
Pero ¿qué hacer respecto a aquellas responsabilidades para las que
no tenemos dones y nos entusiasman poco? Un pastor expresó que se
sentía con los dones para predicar y enseñar. En cambio, la
administración, era su reto. El pensó que si se organizaba mejor y
leía unos cuantos libros más, le empezaría a gustar. Finalmente,
llegó a la conclusión que podría llegar a ser administrador
promedio, pero jamás un gran administrador. 3.
El temor que sobre él recae toda la responsabilidad Cuando algo sale mal en la iglesia, el pastor es el
primero en ser acusado. La mayoría de los pastores pueden asumir
sin problema la responsabilidad por aquello que, realmente, les
concierne. En cambio, es difícil sentir las flechas de ardor de la
crítica cuando los pastores saben que no son responsables o tienen
poco control sobre la situación. Sus palabras pueden ser citadas erróneamente, puede ser malinterpretado y
malentendido por los miembros de la congregación. Algunas veces los
ataques son directos y frontales. Otras veces son ataques indirectos
y sutiles por medio de rumores e insinuaciones. Todos los ataques
injustos son dolorosos. 4.
La inseguridad del trabajo Los pastores sirven al placer de aquellos que son
servidos. Aquellos que son su apoyo más fuerte pueden volverse
contra usted respecto a una situación difícil o diferencia de
opinión. Cuando los conflictos se desarrollan en una iglesia local,
generalmente, es más fácil para el liderazgo sugerir la contratación
de un nuevo pastor, en vez de pedirles a los miembros descontentos
de la iglesia que se vayan. Ser forzado a dejar una iglesia afecta
el currículum y se torna difícil vivir con ello. Aún la sola
amenaza de dificultad en una iglesia local, puede crear un sentido
de inseguridad y ansiedad en el pastor y su familia. 5.
¿Qué pasa cuando una familia se va de la iglesia? Pocos de nosotros podemos manejar adecuadamente el
rechazo. Cuando una persona o familia deja la iglesia por algo menos
que una buena razón, los pastores tienden a tomar eso muy
personalmente. ¿Fallamos en no brindarles suficiente atención? ¡Seguro
que no les gustó la predicación! ¡Tal vez nuestros programas no
se ajustaron a sus necesidades familiares! Es difícil ser objetivo
cuando usted ha dado su tiempo y energía para ministrarles. La
verdad es que la gente cambia de iglesia por varias razones que no
tienen nada que ver con el pastor. Por el contrario, puede que usted
haya sido la razón por la que ellos se han quedado tanto tiempo en
la congregación. No obstante, esto puede dejar a un pastor herido y
confundido, especialmente si la familia no expresa una razón para
el cambio. Discusión en Grupos Pequeños ¿Qué puede hacer un pastor para enfrentar cada una de
esas presiones en la iglesia? ¿Cómo respondería, personalmente, a presiones que
parecen ser injustas o actos de mala fe? La relación del pastor
consigo mismo El antiguo dicho tiene razón -si no te cuidas, nadie más
lo va a hacer por ti. Hay cosas que usted puede hacer para
prepararse respecto a todo lo que trae el ministerio: Sea
usted mismo Puede que las expectativas de la iglesia no sean tan
elevadas como las que usted tiene sobre sí mismo. “Las
expectativas generales que observamos en los obreros ministeriales
son: 1. Ser incansables; 2. Superar cualquier ofensa; 3. Ser
excelentes en cualquier tarea; 4. Ser emocionalmente autosuficientes;
5. Estar libre de necesidades materiales; 6. Ser espiritualmente
perfectos”. Dios envió un Mesías al mundo, y usted no es el
segundo. Pablo nos dio un consejo importante en Romanos 12:3:
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está
entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que
debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida
de fe que Dios repartió a cada uno”.
En las palabras del canta-autor Billi Joel, “Solo
eres humano”. Tome
precauciones contra el agotamiento El agotamiento viene como resultado de trabajar muchas
horas, lidiando con numerosas presiones, tratando de alcanzar
demasiadas expectativas, lo que resulta en fatiga física, mental,
emocional, y espiritual. Si el agotamiento no es atendido, un pastor
puede desarrollar serios problemas físicos y, finalmente, abandonar
el ministerio. El profeta Elías, en 1 Reyes 19, había derrotado a un
total de 850 profetas de Baal y Asera en el Monte Carmelo. Entonces
oró hasta que Dios cortó una sequía de alcance nacional, antes de
alcanzar la montaña ante la tormenta que se avecinaba. La Reina
Jezabel dio a conocer una amenaza de muerte contra Elías por la
derrota de sus falsos profetas. Elías huyó hacia el Aún cuando los asuntos son más complicados en relación
al tiempo que tenemos aquí para tratarlos, hay algunas cosas que
usted puede hacer para prevenir el agotamiento total. •
Tome vacaciones En Génesis, Dios creó un Sabbat (Día de
descanso) cada siete días, para que los humanos pudieran renovarse.
Como los domingos son los días más demandantes para un pastor, es
importante encontrar un tiempo de Sabbat en otro día de la
semana. Éste es un día de descanso donde se libera de las cargas y
hace cosas que le renuevan -ejercicio, reír a carcajadas, descansar, lo que sea que le dé fuerzas
para los siete días venideros. Use todo el tiempo de vacaciones que
se le otorga. Usted y su familia necesitan estar lejos de las
presiones de la iglesia. Cuando no toma vacaciones no solo se priva
usted mismo de relajarse, sino que •
Aprenda a delegar Moisés tuvo que aprender de su suegro Jetro, la
importancia de permitir a otras personas asumir algunas
responsabilidades. Algunas veces nuestras falsas expectativas
personales nos limitan de facilitar ministerios a otros. •
Pase un tiempo a solas con Dios Aún cuando Jesús invirtió la mayoría de su energía ayudando a la gente, muy a menudo se apartó, incluso de sus discípulos, para pasar un tiempo en oración con el Padre. Jesús volvía al ministerio renovado. Varios pastores están tomando un día al mes para apartarse y orar. Algunas iglesias han reconocido la importancia de conceder un sabático a su pastor como forma de renovarlo espiritual, física, y emocionalmente •
Busque apoyo Un grupo de pastores cercanos pueden ayudarle a lidiar
con las presiones y frustraciones del ministerio antes de que se
vuelvan abrumadores. Para dialogar en Grupos Pequeños ¿Cómo podemos identificar algunas de las expectativas
no realistas que ponemos sobre nosotros mismos? ¿Qué está haciendo o planea hacer, para protegerse
del agotamiento ministerial? La
relación del pastor con su cónyuge y familia Pocas personas en la iglesia van a chequear con
regularidad si está pasando tiempo con su familia. A menos que
incluya a su familia en la agenda semanal, hay suficientes demandas
de parte de la iglesia para consumir todo su tiempo disponible. Sí,
es posible dedicar tiempo tanto a su familia como al ministerio. Dedique
a su familia el tiempo necesario. Esto se torna en un desafío cuando los hijos están
involucrados en las actividades escolares y si el cónyuge tiene su
propio empleo. Programar un tiempo para la pareja y la familia debe
ser una prioridad. Anote esos tiempos en su agenda antes de que
aparezcan otras demandas. Luego, si alguien quiere una cita durante
ese tiempo, puede simplemente decir que ya está apartado o separado. Cuide
su matrimonio Una pareja ministerial puede llegar a estar tan
involucrada en hacer crecer la iglesia que su propia relación
matrimonial puede ser afectada. Algunas veces, los votos
matrimoniales pueden estar en conflicto con los votos de la ordenación,
en consecuencia, la pareja puede sentir como si el matrimonio fuera
con la iglesia. Idealmente, el ministerio es un trabajo en equipo.
Entonces, aproveche las oportunidades para construir su relación al
estar y trabajar juntos. Pero, el matrimonio debería ser algo más
que un equipo ministerial de etiqueta. Trate de encontrar un tiempo
cuando pueda estar con su pareja, lejos de los hijos y de la iglesia,
aún si eso significa a alguien para que cuide de los hijos. Haga
que sus hijos sientan que son importantes Una de las ventajas de la agenda del pastor es la
flexibilidad. Porque, en realidad, es usted quien arma la agenda y
puede planear, por adelantado, estar en esos partidos de fútbol y
en las actividades escolares de sus hijos. No caiga en la trampa de
decir que concede “calidad” de tiempo cuando, la verdad es que
no lo da. Los hijos necesitan “cantidad” de tiempo también. Una
forma de hacer esto es dejar su trabajo en la oficina y no llevarlo
a casa. Asegúrese de que los Muestre
las ventajas de ser una familia pastoral Es fácil pensar en los sacrificios del pastorado y
dejar que su familia desarrolle una actitud negativa hacia la
iglesia. Por qué no mostrar los aspectos positivos de vivir en la
casa pastoral. Bruce Peterson cuenta de su hija, cuando estuvo lista
para ir a la universidad, y reflexionando sobre el hecho de vivir en
la casa pastoral. Ella dijo: “Tuvimos la oportunidad de comer No
critique a la iglesia delante de sus hijos Tenga cuidado de cómo usted y su cónyuge hablan
acerca de la iglesia delante de los hijos. Ellos tienen la tendencia
de escuchar lo que se dice y repetirlo en ocasiones inapropiadas. La
forma en que usted enfrenta la crítica les muestra un modelo de cómo
lidiar con el conflicto. Kent Hughes dice: “Cuando los hijos se
dan cuenta de que algo está mal (por ejemplo, cuando la gente
descontenta se va de la iglesia), hable acerca de eso en un nivel
que ellos puedan entender y sin rencor o disgusto. A medida que
nuestros hijos maduran, podrán mantener las cosas en perspectiva”. Discusión en Grupos Pequeños En su opinión, dentro del ministerio, ¿cuál es la
causa principal del estrés en la familia pastoral? ¿Cuál es el papel que su familia debe jugar en la
iglesia? ¿Qué es
lo que desea que su esposa haga en el ministerio? ¿Deber ser
su esposa una asistente sin sueldo? ¿Qué pasa si su esposa no hace nada en la iglesia
excepto el asistir a los cultos? ¿Qué puede hacer para lograr que sus hijos tengan una
actitud positiva hacia la iglesia? El pastor y su llamamiento
al ministerio Cada pastor empieza el ministerio con un manojo de
grandes ideales. Nos imaginamos un grupo de personas que nos aman y
nos quieren seguir mientras les guiamos a ser personas santas.
Imaginamos a las personas escuchando atentamente cada palabra que
pronunciamos y considerando diligentemente cada consejo que les
damos. Nuestra congregación ideal es unida, motivada, y dispuesta a
trabajar unánime para construir el Reino. El trabajo de pastor es
colmado de gozo y satisfacción todos los días. Después de estar en el ministerio pastoral por un
tiempo, es fácil tornarse cínico y desilusionado. Hemos fallado en
nuestros propios estándares para el ministerio. La iglesia tampoco
está rindiendo lo esperado. En vez de estar unidos parecen
fragmentados. Varios están muy ocupados en otras cosas y el trabajo
de la iglesia queda sin hacerse. Lo más desalentador es que hay
gente que no nos quiere y no está dispuesta a seguir nuestro
liderazgo. En este proceso el corazón del pastor puede tornarse
duro e insensible. Podemos encontrarnos a nosotros mismos como el
personaje de Mago de Oz -un hombre de hojalata sin corazón.
¿Cómo llegamos a convertirnos en simples empleados que llevan a
cabo sus responsabilidades sin preocupación y sin compasión? Estar en el ministerio es algo que brota del corazón,
es una compasión profunda por la gente de adentro y fuera de la
iglesia. Si no le gusta la gente, no llegue a ser pastor. Esta
empresa de tener un corazón pastoral es muy costosa. Algunas veces
la gente no va a responder a sus propuestas relevantes. Al abrir sus
brazos a otros se vuelve vulnerable a ser herido uno mismo. Jesús
conoció el dolor del rechazo. Desde la cruz Él oró que aquellos
que lo habían crucificado sean perdonados porque no sabían lo que
hacían. Pablo nos da un ejemplo hermoso de su propio corazón
pastoral en las palabras que dirige a la iglesia en Tesalónica. El apóstol nos hace saber que el corazón pastoral
debe tener cualidades femeninas y masculinas. El
corazón del pastor es como el corazón de una madre Pablo nos muestra esta cualidad femenina en los vv 7-
9—una madre cuidando a su niño se daba a sí misma para el
bienestar de su hijo. Pablo le recuerda a la iglesia que él y sus
colegas dieron de ellos mismos sin querer nada a cambio por el bien
de la iglesia como cuerpo. Los pastores necesitan estar nutriendo a
los dispensadores o repartidores de la gracia de Dios. Predicando y
orando son algunas de las maneras en que un pastor da de comer y
nutre a su rebaño. El
corazón del pastor es como el corazón de un padre En los vv 10-12, él muestra el lado masculino refiriéndose
a su ministerio lidiando con la iglesia: “También sabéis de qué
modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a
cada uno de vosotros” (v 11). Pablo ve este aspecto del ministerio
como dispensando misericordia a través del ánimo, de la afirmación
e instrucción. Aunque no siempre es fácil, un padre ayuda a sus
hijos a crecer y a madurar para que lleguen a ser adultos
responsables. El corazón pastoral siempre está enfocado en la
tarea de “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios
4:12-13). El
corazón pastoral está lleno de compasión Como el pastor de ovejas en Lucas 15, el genuino pastor
va a buscar, con una preocupación profunda, a la oveja perdida. La
compasión siempre tiene espacio para la interrupción. Algunas
veces nos obliga a cambiar nuestros planes para ayudar a alguien que
necesita ayuda inmediata. Vamos a condolernos cuando veamos los
estragos que el pecado puede ocasionar en la vida de una persona. El
corazón pastoral está lleno de empatía La empatía es tratar de sentir el dolor o la herida de
otra persona. No es lástima. Más bien, significa estar al lado de
otra persona, así como el Consolador camina al lado nuestro, para
darnos ayuda, apoyo, y entendimiento. Es un ministerio encarnacional,
que llega a hacer visible a Jesús a la persona que necesita de Él. Mantenga ensanchando y creciendo su corazón pastoral.
No deje que el corazón se encoja y Discusión
en Grupos Pequeños ¿Por qué, a veces, es tan difícil tener un corazón
de pastor? ¿Cómo debemos mantener el equilibrio, por un lado,
para estar a solas con Dios en un tiempo devocional, y por el otro
lado, estar con la gente y velar por sus necesidades? Puntualice el Final Llegamos al final de esta discusión sobre el cuidado
pastoral. Debería estar alerta al hecho de que apenas hemos tocado
superficialmente varios temas en nuestras sesiones de clases. Para
que usted sea eficaz como pastor, debe estar comprometido a un
aprendizaje de toda la vida y afilar sus herramientas pastorales. No
se va a percatar de algunas de sus necesidades hasta que las empiece
a enfrentar en el pastorado. Tome clases, lea libros, hable con
otros Departamento de Desarrollo Ministerial de la Iglesia del Nazareno, Kansas City, MO USA. Todos los derechos reservados., Usado con permiso. |
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