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29.
Los Aconsejados![]() Administración Pastoral presenta cómo proveer cuidado pastoral a una congregación local, usando las habilidades de liderazgo y administración para manejar la organización y las finanzas organizacionales sin reproche y desarrollar una mayordomía fiel. Demuestra el hacer decisiones en grupo, el desarrollo de equipos, reclutamiento de voluntarios e intervención de problemas para que el conflicto sea un paso positivo en el crecimiento de la iglesia. Más enseña cómo ofrecer cuidado pastoral apropiado para individuos y familias en tiempos de conflicto, crisis, celebración y duelo de una forma profesional y ética. La
Consejería Breve, Parte 2
Orientación Un pastor acaba de terminar una reunión con una pareja
de casados que llegaron a la oficina con la intención de separarse
y divorciarse. Después de pasar tiempo con ellos mirando hacia el
futuro, reflexionando en lo que sería el uno sin el otro y los
problemas que tendrían con los hijos, los dos aceptaron que querían
seguir juntos. Pero algo tenía que cambiar. Después de acordar
algunos pasos iniciales en dirección al cambio, fijar el día y la
hora para la próxima sesión y de tener una oración por el pastor,
ellos se fueron de la oficina. Ahora, extenuado de trabajar con la
pareja, el pastor se reclina en su silla y piensa, “De aquí ¿adónde
vamos?” Objetivos de aprendizaje Al finalizar la lección, los alumnos podrán: • entender los diferentes tipos de personas que vendrán
buscando consejería. • conocer las características de una meta realista
en las sesiones de consejería. • comprender como guiar a un aconsejado para que haga
cambios y así alcance las metas de la consejería. ¿Quiénes son los aconsejados? Los aconsejados vienen a la oficina del pastor por
varias razones. Algunas veces será de gran ayuda entender la
motivación de la gente que viene por consejería. Los
que buscan atención Algunos vienen al pastor simplemente porque quieren que
otra persona les brinde atención y los escuche. Es posible que
estas personas no tengan problemas más serios que el deseo de pasar
tiempo con alguien a quien consideran importante. Nada los haría más
felices que poder pasar una o dos horas con el pastor, cada semana. ¿Cómo lidiar, compasivamente, con el que busca atención
sin permitir que esa persona monopolice su tiempo? Aquellos
que aman los problemas En Juan 5, Jesús le preguntó al paralítico que yacía
al lado del estanque de Betesda, “Quieres ser sano?” (v 6). Jesús
no estaba siendo cruel ni insensible. A algunas personas les gusta
estar enfermas. Este hombre tenía gente que lo llevaba de un lado a
otro en el pueblo. No tenía que trabajar. Tampoco tenía que
cocinar. Algunas veces la vida es mejor cuando tiene un problema,
porque si el problema desapareciera repentinamente, todas las
excusas para no cambiar se habrán ido también. Si la persona no
está dispuesta a cambiar, el pastor no puede forzar el cambio en
ella. Para algunos, el costo del cambio es, sencillamente, más de
lo que están dispuestos a pagar. ¿Cómo lidiaría con una persona que no quiere hacer
los cambios necesarios para mejorar la vida, tanto para sí mismo
como para otros? Un ejemplo sería la persona que no está dispuesta
a dejar de fumar aún cuando ha causado dificultades severas a su
respiración. Los
que no quisieran estar allí Algunas personas no quisieran estar en su oficina pero
han sido forzadas o manipuladas por alguien para que estén allí.
Puede tratarse de un adolescente que ha sido llevado a la sesión de
consejería por uno de sus padres esperando que el pastor pueda
enderezarlo/a. En los conflictos matrimoniales no es raro que una
persona rehúsa o se resista a estar allí para el proceso de
consejería. Esta persona puede tornarse en un muro ú obstáculo
para el proceso o que, sencillamente, esté allí pasivamente, sin
la menor disposición para trabajar por el cambio. ¿Qué puede hacer un pastor cuando es confrontado por
un aconsejado que preferiría no estar allí? Por ejemplo, cuando un
juez de jóvenes requiere a un adolescente tener consejería privada
como una condición para suspender una sentencia. Los
afectados no responsables Estas personas vienen por los problemas de otros que la
afectan personalmente. Aún cuando ellos mismos no tienen los
problemas, quieren resolver el problema por otra persona. La esposa
de un hombre impío, insensible y que es cruel verbalmente, puede
venir al pastor buscando una solución a ese problema. ¿Cómo puede un pastor hablar acerca de un asunto cuya
resolución no depende directamente del aconsejado? ¿Qué pasará si las cosas no cambian? ¿Qué ha hecho el aconsejado para ayudar en esa
situación en el pasado? ¿Cuáles podrían ser algunas respuestas hipotéticas
para el aconsejado que pudieran ayudar en esa situación? Los
buscadores sufrientes La mayoría de personas que viene al pastor por ayuda
desean encontrar una solución al problema que enfrentan. Vienen
porque el problema ha llegado a ser lo suficientemente importante
para tener que hacer algo al respecto. La clave para ayudar a la
gente es su disposición para hacer los cambios necesarios que les
permitan encontrar la solución que buscan. No
debemos desviarnos de la meta El formato de la segunda y cualquier otra sesión
subsiguiente será similar. La sesión anterior dejó sentado que
con un acercamiento enfocado en la solución, lo más importante es
la meta final. El libro Promoting Change Through Brief Therapy (Promoviendo el cambio por medio
de la Terapia Breve) dice, Las metas son objetivos específicos que usted y el
aconsejado desarrolla para definir cómo se verá el resultado final
del tratamiento. Las metas claramente definidas responden a la
pregunta, “¿cómo sabremos que la persona ha finalizado el
proceso de consejería?” Las metas eficaces comunican lo que el
aconsejado quiere para cambiar, y define indicadores para reconocer
cuándo el aconsejado ha cumplido las metas. Características de una
buena meta Es
reconocible La meta debería ser algo que ambos, el pastor y el
aconsejado, podrían reconocer e identificar. • Puede ser cualitativa—tendré un sentido
de confianza cuando haya cumplido mi trabajo. • Puede ser cuantitativa—podré aprobar el
curso si, por lo menos, obtengo una B. Es
realista La meta debe estar al alcance del aconsejado. Para un
joven de 18 años que mide 5 pies 6 pulgadas, no es realista que
apunte a la meta de jugar como centro en una liga profesional de básquetbol.
Las metas para la vida que podrían ser sueños imposibles no sirven
en una situación de consejería breve o de corto plazo. Una meta
realista nutre la esperanza. Es
detallada Cuando la meta está bien detallada el aconsejado y el
consejero van a reconocer cuándo aquella ha sido alcanzada. Si un
niño está extraviado, no es de gran ayuda decir que tiene cuatro años
y usa pelo corto, como sí lo sería tener una fotografía del niño.
Los detalles nos ayudan a diferenciar lo que vemos entre la gente.
Será de gran ayuda escribir los detalles para que no olvidar. Es
optimista La meta enfoca en la solución, no en el problema. ¿Cómo
se verá la vida cuando el problema sea superado? Viktor Frankl, un
psiquiatra judío encarcelado en un campo de concentración del
Holocausto, pudo sobrevivir porque tuvo una meta significativa. Los
que estaban a su alrededor sin una meta positiva fueron muriendo. El
se imaginaba a sí mismo en un confortable salón de clases enseñando
acerca de la psicología de un campo de prisioneros. Se veía contándole
a otros lo que había aprendido de la experiencia. Debido a que la meta o solución es central para el
proceso de consejería, debe mantenerla como el enfoque de cada sesión.
El progreso significa cambio como el del aconsejado dirigiéndose a
la meta. La segunda sesión y
posteriores Empiece
con el cambio ocurrido en la última sesión. Pregúntele al aconsejado algo como: ¿Cuánto ha
avanzado desde nuestra última reunión en su esfuerzo por llegar a
la meta trazada? Su propósito es encontrar cualquier cambio positivo
que el aconsejado haya hecho y resaltar lo que ha logrado como parte
de esa experiencia. Trabajen juntos para entender qué produjo el
cambio y por qué consideran que fue efectivo. ¿Puede ocurrir otra
vez? ¿Habría algo que lo haría aún más efectivo? Un cocinero
que prepara un plato especialmente delicioso analiza qué
ingrediente marcó la diferencia. Un jugador de golf que empieza a
pegarle más directamente a la pelota analiza qué cambio mental o físico produjo el
éxito. Preguntarle al aconsejado por los detalles le ayuda a pensar
exactamente qué hizo que la acción fuera efectiva. Afirme
y aliente cualquier logro hacia la meta. Querrá alentar hasta el logro más pequeño. El cambio
es progreso. Los cambios pequeños pueden llevar a los cambios más
significativos. ¿Cuáles serían algunas maneras en que podríamos dar
un refuerzo positivo hacia los cambios? ¿Por qué es tan importante alentar cualquier cambio
que logre el aconsejado? El apoyo motiva al aconsejado para que se esfuerce más. Mantenga
lo logrado El conocido dicho, “Viejos hábitos son difíciles de
romper” es cierto. Los cambios hechos antes de la presente sesión
puede que hayan sido muy difíciles. Puede que sea más fácil
volver al mismo pozo. Cuando está escalando una montaña no desea
caerse y deslizarse hacia el precipicio. Quiere preservar todo lo
que ha escalado. Puede preguntarle al aconsejado,“ ¿Qué te
ayudaría a mantener el progreso logrado? ¿Se necesita ajustar algo
en los pasos que ya has dado?” ¿Qué si no ha obtenido ningún logro? Puede que el aconsejado haya pensado que los cambios
dramáticos ocurrirían inmediatamente. La verdad es que, de seguro,
han ocurrido varios cambios desde la última sesión. El consejero
debería explorar lo que ocurrió e indagar hasta por los cambios más
pequeños. Ayude al aconsejado a observar bien si es que hay algún
movimiento positivo. Dios está trabajando aún cuando no sea
evidente de inmediato. Usted como pastor ¿Qué si las cosas están peor que en la última sesión?
Podría preguntar cómo la persona se ha mantenido hasta
ahora. Si se menciona un movimiento positivo en medio de
cuatros movimientos negativos, capitalice, aproveche, la
información de apoyo y aliente. Es posible que lo planeado
en la última sesión no esté funcionando y es hora de
intentar un acercamiento diferente. Necesitamos entender que
el progreso no siempre es firme y uniforme. Puede que parezca
como que se dan tres pasos hacia adelante y dos hacia atrás.
Trate de mantener un espíritu esperanzador y de aliento
si el aconsejado está tratando de completar el viaje hacia
la meta. La falta de progreso o una paralización momentánea ¿significan
que el aconsejado no se está esforzando por alcanzar la meta? ¿Qué palabras tendría para una persona en esa
situación, de manera que la alivie de sentimientos de desánimo o
fracaso? Planifique
el próximo paso Usted y el aconsejado deberían trabajar juntos para
desarrollar un plan de acción para el paso que sigue. Podría
preguntar algo como, “Además de los cambios que ya ha logrado, ¿cuál
sería otro paso que lo impulsaría más cerca de la solución que
busca?”. Esta es una buena oportunidad para reafirmar las
fortalezas que la persona ha mostrado y lo positivo que ha logrado. Si la persona ha tenido una pérdida, para el
próximo paso podrías sugerir un par de alternativas, dándole al
aconsejado la opción de decidir. Deje que la persona sienta que está
en el control de determinar el futuro, no el consejero. ¿Cómo le va a ayudar al aconsejado a ser específico
en lo referente a qué pasos está planeado antes de la próxima
sesión? ¿Por qué esta persona necesita sentirse en control de
los pasos que son dados? Provea
recursos Algunas personas encuentran que tener algo tangible, físico,
mental o espiritual, puede darles un sentido de seguridad al avanzar
hacia la meta. Puede ser una imagen de la meta o persona, una piedra
liza dentro del bolsillo, que le recuerda a la persona que Jesús es
la roca. Para alguien que está sobreponiéndose a la preocupación,
se le podría dar una tarjeta con el pasaje de Filipenses 4:4-7
escrita en uno de los lados, para ser llevada en el bolsillo o la
cartera. Puede que le asigne que los versículos deben ser
memorizados y recitados cuando se sienta ansioso/a. La oración es una herramienta muy poderosa. En vez de
que el pastor ore, pídale al aconsejado que lo haga, si las
circunstancias lo permiten. Puede ser muy efectivo orar por cambios
pequeños en vez de pedir por intervenciones milagrosas sin ninguna
intervención humana. Lo más importante de la oración puede ser
enfocado en dar un paso a la vez. Aliente a la persona para que
encuentre ayuda a través de los cultos, reuniones de grupos pequeños
o clases de escuela dominical. Puede que haya alguien en la iglesia
que pueda proveer al aconsejado apoyo específico y recursos. Usted
podría ayudar al aconsejado a hacer el contacto. ¿Puede pensar en algún recurso adicional que sería
de ayuda para las tareas de consejería? Asigne
tareas Una tarea efectiva podría ser la lectura diaria de un
pasaje como el Salmo 1 y meditar, por cinco minutos, respecto a lo
que Dios está queriendo decir. Puede pedirle a la persona que lea
un capítulo específico de un libro cristiano, escuchar un casete,
CD o utilizar otro recurso. Siempre revise el material antes de
asignarlo a alguien más. Cuando se encuentren nuevamente, pregunte
respecto a cómo la tarea asignada ayudó a hacer algún progreso.
Si percibe que el aconsejado está indispuesto para hacer las tareas,
puede ser un indicador de que la persona no está siendo seria
respecto al cambio. Será de gran ayuda escribir la tarea como si fuera una
receta del médico. También, enumere específicamente los pasos
siguientes en los que la persona va a trabajar antes de la próxima
cita. Esto será un recordatorio y buen punto de referencia después
de que la sesión de consejería concluya. Finalización Las sesiones regulares de consejería pueden terminar
cuando la meta del aconsejado haya sido alcanzada o cuando él o
ella tengan los recursos que van a facilitar una solución firme en
el futuro. Si siente que la persona no está avanzando o el asunto
escapa a su experiencia, puede que sea recomendable derivar a la
persona hacia otro profesional. Aún después de que las sesiones
hayan terminado, es muy posible que sea necesario reunirse cada
cierto tiempo para evaluar el progreso y dar ánimo. Hágale saber
al aconsejado que siempre hay una puerta abierta para revisar esta
meta o acuerdo con alguien más en el futuro. Esto ha sido un repaso muy breve del proceso de
consejería. Haciendo una “Dramatización”
de la segunda sesión El aconsejado va a hacer el Role-playing del primer
escenario como parte de una segunda sesión. Después de 15
minutos, o la mitad del tiempo que queda, invierta los roles con el
nuevo aconsejado asumiendo el segundo escenario. Escenario
1 Un varón o mujer de 45 años de edad, perdió a su cónyuge
en un trágico accidente hace seis meses. Desde entonces el
aconsejado (a) no ha podido dormir durante la noche. Le es difícil
ir a trabajar porque no está motivado (a) para hacer nada. Cada
tarde, después del trabajo, va al cementerio para hablar con su
esposo (a) por una o dos horas. En la primera sesión el aconsejado
comenzó a darse cuenta de la realidad de que el esposo (a) ha
muerto y que él (ella) tiene que continuar viviendo. Después de la primera
sesión, la persona pudo dormir por seis horas, eso ya era un buen
progreso puesto que sólo podía dormir cuatro horas. Escenario
2 Una madre vino para pedir ayuda de cómo controlar a su
hijo de 14 años. El muchacho está en el peligro de ser expulsado
de la escuela porque no asiste a clases. El problema es el resultado
de una combinación del deseo de tener más libertad y el enojo
porque sus padres se divorciaron. En el pasado los padres trataron
de controlarlo prohibiéndolo salir con sus amigos e incluso la
asistencia al programa de jóvenes en la iglesia. Este tipo de
disciplina no resultó. La madre estableció una meta para que su
hijo asista a la iglesia regularmente y pase de curso. Después de
la primera sesión no se logró casi nada. Puntualice el final Dos sesiones de consejería pastoral, definitivamente,
no le convierten en un experto sobre el tema. Para llegar a ser un
buen consejero necesita convertirse en un estudioso permanente sobre
el tema. Es importante leer y estudiar mucho para llegar a ser más
diestro en las técnicas de la consejería. No obstante, usted puede
ser un ayudador efectivo de la gente siendo un buen oidor, esto es, alguien que es sensible tanto a lo que
la gente dice como a lo que no dice. Las personas están buscando a
un pastor con corazón compasivo para aquellos que está dolidos y
necesitados. No deje de ayudar a la gente sólo porque se siente incómodo
por alguna circunstancia. Recuerde, usted es la voz y las manos de
Jesús, enviado a brindar ayuda. Por medio de sus consejos, usted
puede hacer la gran diferencia. Repaso ·
“¿Quiénes son los aconsejados?” ·
Enumere las características de una buena meta. ·
Mencione los cuatro pasos de una segunda sesión de
consejería. Asignación de Tareas Leer 2 Corintios 1:8-11 y reflexione respecto a cómo
alguien le ha aconsejado cuando estaba enfrentando una dificultad.
Aunque ese consejo haya venido de manera informal, ¿cómo percibió
que Dios trabajó por medio de las palabras de ese amigo consejero?
¿En qué maneras la relaciona con la experiencia de extrema
dificultad que tuvo Pablo? ¿Cómo ve estas experiencias de recibir
ayuda en consejería para, luego, dar consejería a otros? Próxima lección En la próxima lección vamos a tratar acerca de la utilización de otros recursos en la comunidad para ayudar a las personas. |
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