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28.
Modelo Breve Administración Pastoral presenta cómo proveer cuidado pastoral a una congregación local, usando las habilidades de liderazgo y administración para manejar la organización y las finanzas organizacionales sin reproche y desarrollar una mayordomía fiel. Demuestra el hacer decisiones en grupo, el desarrollo de equipos, reclutamiento de voluntarios e intervención de problemas para que el conflicto sea un paso positivo en el crecimiento de la iglesia. Más enseña cómo ofrecer cuidado pastoral apropiado para individuos y familias en tiempos de conflicto, crisis, celebración y duelo de una forma profesional y ética. La
Consejería Breve, Parte 1
Orientación James Hamilton, escribió lo siguiente acerca de la
consejería pastoral: El ministro contemporáneo tiene muchas
oportunidades para involucrarse en un amplio campo de actividades
consejeras en su pastorado . . . No hay ministro que pueda negarse a
aconsejar a menos que se encierre en su cuarto de estudio. Un pastor no es un psicólogo, no obstante, se le busca
para dar consejo como si lo fuera. No es un consejero por vocación,
pero se supone que ayude en este campo. No es un consejero en
asuntos educativos, pero con frecuencia los jóvenes vienen a él
con problemas de sus estudios. Tampoco es un psiquiatra; pero
algunas veces confronta profundos problemas de personas que
necesitan atención de un psiquiatra y, por esto, debe estar alerta
a las manifestaciones de estos problemas para poder referirlos
sabiamente al especialista apropiado. Sobre todas las cosas, tendrá
que saber aconsejar a personas con problemas religiosos y, por lo
tanto, debe ser un perito en este campo hasta donde le sea posible. Si bien es cierto que las palabras del Dr. Hamilton son
tan vigentes hoy como cuando las escribió, el mundo al cual sus
alumnos del Seminario salieron a servir ha cambiado dramáticamente.
Muchos más miembros del rebaño se enfrentan con problemas que son
resultado de familias rotas o con trasfondos familiares
disfuncionales. Hay muchas tensiones que resultan de vivir en
ambientes de fuerte estrés, ambientes en los cuales el cambio es
desafiante, aún para la gente saludable. Si a esto se agregan las
enormes expectativas de las congregaciones respecto a que un pastor debe
ser experto en áreas como las finanzas, el crecimiento de la
iglesia, el liderazgo y la administración, además de la predicación,
la enseñanza, la dirección espiritual y la atención para el rebaño,
¿dónde encuentra el pastor el tiempo para trabajar personalmente
con cada uno de los que necesitan consejería? ¿Cómo puede lidiar un pastor con las necesidades de
los individuos en el contexto de las demandas de tiempo del rol
pastoral? Objetivos de aprendizaje Al terminar esta lección, el alumno podrá: • Comprender las ventajas del modelo breve de
consejería pastoral. • Conocer las bases del modelo de consejería breve. • Estar atento a lo que sucede en la primera sesión
de consejería. Un Modelo Breve El modelo breve es muy válido para los pastores
actuales. Por muchas razones el tratamiento breve en la consejería
ha llegado a ser la norma para los profesionales. Mientras que, por
un lado, a la mayoría de personas que han buscado consejería
profesional, el tratamiento les ha tomado entre seis a ocho
sesiones, por el otro, un número considerable ve al consejero
solamente una vez. Los sondeos han mostrado que las personas que han
llegado para una sola sesión, se han sentido igualmente ayudados.
En este módulo, sólo tenemos tiempo para introducir los conceptos
básicos del modelo abreviado. La
Base del Modelo Breve El modelo de consejería pastoral breve está basado en
los siguientes principios: Se
enfoque en una solución específica que el aconsejado desea ver. La mayoría de la gente quiere enfocarse en el problema,
lo cual significa que está mirando el lado negativo del asunto. Ya
que los problemas no pueden ser ignorados, el resultado es mejor si
el mayor esfuerzo se dirige hacia la solución de la situación. El
aconsejado es quien escoge el enfoque o el futuro deseable. La
consejería se centra en el aconsejado, no en el consejero. Esto
quita la presión que puede haber sobre el pastor para que haga las
veces de experto o sea el que decida qué es lo mejor para el otro.
La tarea del pastor es trabajar con el aconsejado para llegar a una
solución creativa. ¿Por qué piensa que enfocar en una solución en vez
de en un problema, es de ayuda cuando se trabaja con un aconsejado? Una
dependencia en el trabajo de la gracia de Dios. Uno de los versículos más repetidos de la Biblia es
Romanos 8:28, “Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas
las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados”. Dios ya está trabajando en la situación para, de
una manera bondadosa, traer bien aún en circunstancias difíciles.
El consejero pastoral debería esforzarse en entender lo que Dios
puede estar haciendo, y tratar de trabajar en armonía con la
dirección de Dios. Esto requiere que el pastor y el aconsejado—si
es un creyente—busquen la guía de Dios a través de la oración,
desarrollando una sensibilidad a la acción del Espíritu Santo para
hallar una solución adecuada. ¿Cuáles son algunas maneras en las que podemos
reconocer la gracia de Dios trabajando en la situación vital de esa
persona? Un
deseo para cambiar La base para ayudar a las personas está arraigada en
la presuposición de que las personas tienen la capacidad de cambiar.
Pablo nos recuerda “que el que comenzó en vosotros la buena obra
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Flp 1:6). El
cambio es inevitable en la vida de las personas. Sólo Jesús es el
mismo, ayer, hoy y siempre. “Cuando reconocemos que el cambio
siempre está ocurriendo y que la gente está cambiando
continuamente, estamos más dispuestos para ver cambios en las vidas
de nuestros aconsejados. Nos damos cuenta, también, de que los
problemas de la gente siempre están cambiando”. Es fácil caer en el error de creer que el cambio
siempre significa un giro radical de ciento ochenta grados. Si bien
es cierto que el arrepentimiento puede requerir un repudio drástico
del pecado, generalmente no hacemos cambios dando pasos gigantescos.
En la consejería, el cambio se lleva a cabo por medio de
movimientos aparentemente pequeños e insignificantes. El cambio
implica dar un paso. Si una persona da, aunque sea un pequeño paso,
significa que es posible un cambio mayor. ¿Por qué es importante que un aconsejado esté
dispuesto a cambiar? Un
marco de tiempo limitado Con tantas y variadas demandas de tiempo en la vida de
un pastor, la consejería debe mantenerse en equilibrio con otras
responsabilidades. Jesús le preguntó al hombre que yacía acostado
cerca del estanque de Betesda, “¿Quieres ser sano?” (Jn 5:6). A
algunas personas les gusta hablar acerca de sus problemas pero,
realmente, no quieren cambiar. “Para la mayoría de pastores, uno
de los aspectos más difíciles de la consejería, es fijar los límites
necesarios en esa relación de consejería. Los límites son una
parte intrínseca de la vida, tal como Dios la diseñó, y no sólo
una mera consesion del vivir en el carril de más velocidad . . . A
la larga, la consejería nunca es de ayuda si los límites son
ignorados. El establecer límites, entonces, hace parte de la
consejería responsable”. ¿Qué es una limitación razonable? Asumiendo que
siempre hay excepciones, generalmente de cuatro a seis sesiones serían
límites de tiempo razonables en lo que se refiere a focalizar
nuestro esfuerzo en la búsqueda de una solución. Si hay necesidad
de más tiempo, el pastor debería considerar la conveniencia de
derivar al aconsejado hacia otro consejero más especializado. Un
compromiso para el desarrollo espiritual La vida espiritual de una persona no es algo agregado
que está disponible, opcionalmente, como cuando compramos un auto
nuevo. Nuestra vida espiritual en Cristo está vinculada a todos los
aspectos de nuestra existencia humana. “La meta principal de la
consejería pastoral es facilitar el crecimiento espiritual. Esto
involucra ayudar a las personas a comprender sus problemas y sus
vidas, a la luz de su relación con Dios y, consecuentemente, vivir
a plenitud en esta relación”. Nuestro llamado primario es para el
ministerio pastoral que está sintonizado bíblica y teológicamente
y preocupado por el crecimiento espiritual de la persona. Parte de
nuestra habilidad para ayudar a otros proviene de nuestro compromiso
personal a crecer en nuestra relación con Cristo. Da tu respuesta
personal a la declaración de Benner acerca de la meta principal de
la consejería. ¿Por qué estás de acuerdo o en desacuerdo? La Primera Sesión El
contacto inicial Las personas hacen contacto para una sesión de
consejería en un sinnúmero de maneras. La más común consiste en
llamar al pastor por teléfono o pedir una cita cuando asiste a la
iglesia. Pero una cita para consejería puede surgir, también, de
una visita al hospital, una referencia de parte de otra persona y,
hasta en un encuentro casual en el vecindario. Algunas veces,
simplemente, una persona llega pidiendo ver al pastor respecto de
una preocupación. A menudo, la persona identifica el tema en el
contacto inicial, pero a veces espera hasta la primera sesión. 1.
Establezca una relación Si el aconsejado es bien conocido para usted, esto no
va a tomar mucho tiempo aparte de traer la relación al momento
presente. Sin embargo, si el aconsejado es un desconocido o no lo
conoce mucho, necesita iniciar una relación de confianza. Tal vez
usted decida compartir un poco de su propia historia mientras le
pregunta acerca de la historia de la familia del aconsejado. Puede
que no sea necesario saber todo acerca de esa persona de una sola
vez. En ocasiones, un breve historial médico de la persona puede
ayudar a conocer mejor al aconsejado. Al progresar las sesiones de
consejería, más información va a ser revelada. Tomar breves
apuntes al inicio de la sesión ayudará a recordar información
valiosa con mayor precisión. Puede informar a su aconsejado que los
apuntes son para tener una mejor comprensión de la persona y que,
bajo ninguna circunstancia, serán compartidos con alguien sin la
autorización correspondiente. 2.
Establezca o defina los límites Muy al inicio en la sesion debería tratar el asunto de
la confidencialidad. El aconsejado necesita saber que lo que sea
diga en las sesiones de consejería será mantenido bajo estricta
confidencialidad. Las únicas excepciones a esta promesa de
confidencialidad serían si existieran amenazas o riesgos contra la
salud física de la propia persona ú otras. Si hay sospecha de
abuso contra alguien que es indefenso, como es el caso de un niño o
un adulto con discapacidad, algunos gobiernos requieren que esto sea
denunciado. Es importante que un pastor sepa los requerimientos de
las leyes locales y estatales relacionadas con la denuncia de los
casos de abusos. Será de mucha ayuda hacer saber al aconsejado sobre
las limitaciones del proceso de consejería, más o menos a unas
seis sesiones. Si no es posible ayudar al aconsejado dentro de estos
linderos o el asunto sería mejor atendido por alguna otra persona,
debe asegurar al aconsejado que le va a derivar a un profesional. 3.
Defina la meta de la consejería. En vez de identificar el problema, es mejor ayudar al
aconsejado a enfocarse en el resultado final del proceso. ¿Cuál es
la solución que el aconsejado está buscando? Puede averiguar esto
haciendo preguntas como: • ¿Qué meta le gustaría ver cumplida como
resultado de nuestro trabajo conjunto? • ¿Cómo sabría que esa meta ha sido cumplida o
alcanzada? • ¿Qué tipos de cosas tendrían que pasar para que
se pueda cumplir su meta? • Al mirar adelante, ¿cómo describiría ese futuro
preferible? 4.
Identifique y clarifique la solución. Enfoque en la solución que trae esperanza, en vez de
enfocar en el problema. Para que una persona cambie, debe haber una
buena razón para moverse del presente hacia un futuro que sea mejor.
La solución futura debe ser tan clara como sea posible. Respuestas
como “quiero sentirme mejor” o “todos mis problemas van a
quedar en el pasado” no definen el futuro muy bién. Cuanto más
clara sea la imagen de la solución, mejor enfocadas estarán las
sesiones de consejería para llegar a esa solución. Escriba la solución. Clarifique el vocabulario para
que ambos estén claros en la solución que se busca. Charles Kollar
sugiere una pregunta como ésta: “Si yo tuviera una cámara de
video y pudiera verte viviendo sin este problema, ¿qué vería?”. 5.
Examine los ajustes ya realizados. Con la decisión de buscar ayuda, el aconsejado puede
que ya esté dando pasos para cambiar la situación. Las personas,
con frecuencia, están conscientes de que el cambio viene de adentro,
y empiezan el proceso antes de tener la primera sesión de consejería.
Haga preguntas como: “¿Qué ha hecho ya para mejorar la situación?”
Otro acercamiento podría ser: “¿Siente como que ya ha dado
algunos pasos hacia donde le gustaría estar?”. Ayudará al pastor
conocer sobre los intentos que la persona ha hecho para avanzar
hacia una solución. Háblele al aconsejado respecto de lo que
parece que ha sido de ayuda y de lo que no. Usted debe dar apoyo y
ánimo hasta por los cambios más pequeños pero positivos. 6.
Use los recursos espirituales. Usted, como pastor, necesita evaluar el estado
espiritual del aconsejado. Esto es necesario, especialmente, si ha tenido poco contacto con la
persona antes de la sesión. ¿Tiene esta persona una relación
personal con Cristo? ¿Cuál es el patrón de esta persona, en lo
que respecta a su asistencia e involucramiento en la iglesia? ¿Hay
una práctica consistente de oración y lectura de la Biblia? ¿Entiende
la persona los conceptos de la gracia, la fe y el perdón? Aún cuando estas preguntas son consideradas de poca
importancia o no apropiadas por los consejeros seculares, ellas
constituyen una preocupación central para un pastor deseoso de
ayudar a un individuo. En el proceso de consejería, debe ser
sensible a la guía del Espíritu Santo para saber cuándo acercarse
a una persona inconversa con el evangelio. Si la persona es creyente, puede usar recursos como la lectura bíblica,
la adoración y pequeños grupos de apoyo, así como libros y
casetes cristianos. 7.
Tome el primer pequeño paso ahora No hay tiempo, como el presente, para empezar a caminar
hacia una solución. En la parábola del Hijo pródigo, en Lucas 15,
el hijo empezó a moverse hacia una solución con las palabras del
versículo 17, “Entonces, volviendo en sí, dijo . . .”. El
decidió que podía encontrar trabajo como siervo en la casa de su
padre y salió del chiquero. El antiguo dicho es verdad -el largo viaje de miles de
kilómetros empieza con un solo paso. En el libro Promoting
Change [Promoviendo el Cambio] se señala que, “El cambio
debería empezar en la primera sesión. Esto puede ocurrir en varias
maneras. El cambio puede empezar cuando los aconsejados ven las
situaciones desde una perspectiva diferente y reaccionan a la
situación de un modo diferente. El cambio puede aún involucrar la
descripción de un problema en una manera distinta. El cambio puede
venir en una ola, en una corriente constante o en ráfagas. Pero, no
importa donde empiece o cuán rápido venga, todo cambio tiene algo
en común: empieza con un pequeño paso”. Puede empezar a hablar del asunto preguntando algo como,
“¿Qué es aquello que puede hacer ahora para ayudarle a saber que
está en camino?” Si el asunto tiene que ver con relaciones, se
podría preguntar, “¿Qué sería tan notorio a tu amigo/a o
esposo/a que le ayudaría a darse cuenta de que estás cambiando?”
Esta es una manera en que el aconsejado puede empezar a ver la
situación como algún otro la podría ver. Pone el énfasis en que,
aunque el cambio es pequeño, muestra movimiento en una dirección positiva.
Algunas veces la persona puede sugerir varios cambios pequeños que
serán de ayuda. Estos pasos necesitan ser factibles de llevar a
cabo y no algo que casi garantiza un fracaso. Tome ventaja de las
habilidades o fortalezas del aconsejado para hacer efectivo este
paso. 8.
Concluya la sesión Termine la sesión en un tono positivo, esperanzador al
remarcar las fortalezas, el coraje y el progreso que la persona ya
ha logrado. Enfatice que usted, como pastor, está allí y va a
continuar trabajando como compañero de equipo. Asigne tarea para
ser hecha antes de la próxima sesión. Sería importante que usted,
como consejero, asigne la tarea por escrito, como un médico cuando
receta un medicamento. La tarea debería incluir el primer paso que
el aconsejado debe dar antes de la próxima sesión. También,
incluye cualquier recurso espiritual como la lectura de la Biblia y
la asistencia a la iglesia que serán de ayuda en guiar a una solución
exitosa. Necesita enfatizar que la continuación de la consejería
depende mucho de que la persona cumpla la tarea asignada para lograr
que la solución sea factible. Se puede fijar una fecha para la próxima
sesión o que el aconsejado haga una cita cuando sea necesario. Dramatización: Haciendo una
“Dramatización” de la Primera Sesión Este es un breve ejercicio de Role-Playing que empieza
con establecer la meta de la consejería hasta ir tan lejos como se
pueda en 10 minutos. El aconsejado debe presentar el problema, tal
como él o ella piensa que se presentaría en una situación real de
consejería. Escenario
1 El aconsejado tiene 32 años y trabaja en una pequeña
fábrica, donde ajusta el último tornillo en un proceso de
ensamblaje en línea. No hay un descanso del trabajo día tras día,
y el aconsejado está con mucha depresión acerca de todo. Esto está
afectando la relación con la esposa. Tal vez un trabajo nuevo y
diferente ayudaría, pero los trabajos no llegan con facilidad. Debe
haber algo más en la vida que ajustar tornillos por ocho horas en
una línea de ensamblaje. Escenario
2 La persona aconsejada tiene 32 años. Ha estado casada
por ocho años y con poca intención de ser infiel. Sin embargo,
recientemente una persona muy atractiva ha entrado como nuevo
personal al departamento. La persona aconsejada no está segura
respecto a si la persona nueva siente alguna atracción hacia ella.
Sin embargo, para ésta el pensar en esa nueva persona se ha vuelto
casi una obsesión. La persona aconsejada es cristiano/a y no quiere
destruir su matrimonio, pero los pensamientos sobre la nueva persona
en el trabajo persisten día y noche. La persona aconsejada necesita
ayuda para superar este problema. Puntualice el final La consejería pastoral es mucho más que simplemente
aprender las técnicas apropiadas. Hay pastores que son excelentes
consejeros aún cuando les falta el entrenamiento específico. Lo
que les pueda faltar en educación es largamente compensado por un
interés genuino por la persona en necesidad. Son buenos
escuchadores que trabajan con las personas para promover cambios
positivos. La buena consejería es parte integral del buen pastoreo. Repaso ¿Cuál es la idea principal que le impactó en esta
lección? Asignación de Tareas Lo antes posible después de la clase, reflexione en
dos de los segmentos del Dramatización (Representación de Roles)
como consejero en la clase. Escriba un ensayo reaccionando sobre
aquellos aspectos donde se sintió más cómodo y aquellos otros
donde se sintió sin respuesta o incómodo como consejero. ¿Qué
aprendió al representar un rol? ¿Qué percibe que necesita
aprender para ser más eficaz? Reflexione sobre la manera en que Jesús respondió
cuando la gente vino a él con necesidades. Considerando la
experiencia presente o anticipando su futuro ministerio ¿Cuáles
son los aspectos de la consejería con los que le resulta más difícil
lidiar? Reflexione respecto a cómo Dios le puede ayudar en las áreas
que encuentra más desafiantes. Lea 2 Corintios 1:3-7 y responda a
lo que el pasaje le está diciendo acerca de ser un apoyo para otros
a través de la consejería. Próxima lección En la próxima lección vamos a continuar con la
segunda de dos sesiones sobre la consejería pastoral breve. Departamento de Desarrollo Ministerial de la Iglesia del Nazareno, Kansas City, MO USA. Todos los derechos reservados., Usado con permiso. |
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