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13. Santiago / Gálatas

Hechos Apostólicos es un estudio de la Edad Apostólica de la iglesia cristiana temprana. Es la continuación milagrosa de la obra de Jesús en el primer siglo, a través de la obra del Espíritu Santo y su iglesia. Presenta el ministerio de Pedro, de los doce apóstoles y de Pablo de Tarso, en su cumplimiento de la Gran Comisión desde el Día de Pentecostés hasta llevar el evangelio a Roma, el capital del mundo.

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27.

CAPITULO 12: LA FE SIN OBRAS ES MUERTA

Léase Santiago.

Preguntas de Preparación

1. ¿Cuál fue el fondo histórico del libro de Santiago? a) Su autor b) Su fecha c) Su destinatario

2. ¿Por qué fue escrito?

3. ¿Cuáles son los temas principales que el apóstol Santiago trata?

4. ¿En qué forma parece que Santiago contradice a Pablo?

Introducción

Del libro de Hechos, aprendemos que muy pronto la iglesia primitiva tuvo sus problemas. En Hechos 15 vemos que una controversia muy importante tuvo que ver con la relación que existía entre la fe y las obras. Dos cartas reflejan este problema, la dirigida a los Calatas y la de Santiago. La carta que Pablo escribió a los Calatas parece poner todo su énfasis en la fe. Por el otro lado, la carta de Santiago recalca las obras. Algunos han pensado, por lo tanto, que estas dos cartas están en oposición la una con la otra. Examinaremos esta conclusión, y procuraremos entender mejor el problema especialmente para ver cómo se aplica a la vida cristiana actual.

1. El Autor

En algunas de las cartas escritas por Pablo hay referencias que indican cuándo se escribió la carta, a quién, y dónde estaba él cuando la escribió. La carta de Santiago no nos da ninguno de estos datos.

Una de las grandes incógnitas de esta epístola es la identidad de su autor. No pudo haber sido el apóstol Santiago, el her­mano de Juan, porque a éste lo mató Heredes no mucho des­pués de Pentecostés, y se ve que esta carta fue escrita mucho después. Es casi seguro que el Santiago que la escribió, fue el hermano de Cristo. ¿Pero qué significa esta frase "el hermano de Cristo"? Los católicos romanos que creen que María nunca tuvo más hijos que Jesús, insisten en que Santiago fue primo cíe Jesús. Hay otros eruditos que piensan que Santiago fue hijo de José de un matrimonio anterior, y otros que creen que fue hijo de José y María. No podemos decir con certeza entre estos dos últimos puntos de vista; pero parece más probable que Santiago haya sido un hermano "completo" de Jesús.

2. La Fecha y los Destinatarios

No hay manera segura para saber cuándo escribió Santiago su carta. Pero ciertas indicaciones, nos hacen pensar que es la primera de las cartas del Nuevo Testamento.

a)   En cap. 2:2, Santiago usa la palabra "sinagoga" en vez de la palabra "iglesia". Esto puede significar que los cris­tianos todavía hacían sus cultos con los demás judíos.

b) Santiago no hace ninguna referencia a los grandes pro­blemas doctrinales que surgieron en la iglesia, así que pro­bablemente él escribió esta carta antes que surgieran tales problemas. Muchos eruditos bíblicos señalan el año 45 d.C. como la fecha en que se escribió la Epístola de Santiago. Santiago escribió la carta a los judíos convertidos al cristia­nismo y que vivían "en la dispersión", o sea, fuera de Palestina. Muchos de estos judíos de la dispersión, fueron convertidos en Jerusalén en el día de Pentecostés.

3. El Propósito

Las personas a quienes Santiago escribió, tenían problemas que surgían en la vida diaria cristiana, y a tales problemas se refirió Santiago. Según parece, ellos estaban viviendo en un nivel moral y espiritual más bajo de lo que permiten las ense­ñanzas de Cristo. Quizá ellos confiaban en su fe, como una ex­cusa para su relajamiento. Santiago que se interesó siempre en un nivel moral alto, trata de elevar a estas personas a una vida digna del nombre de cristianos.

4.  El Bosquejo

Esta carta de Santiago no está tan lógicamente presentada, como algunas de las cartas de Pablo, así que es difícil hacerle un bosquejo. Sin embargo, el sencillo bosquejo siguiente puede ayudarnos a entender los puntos más importantes de la carta.

La Epístola de Santiago Capítulos

I. Las marcas de la religión verdadera...............—          1

II. La evidencia de la fe verdadera.......................—        2

III. La demostración de la sabiduría verdadera......           3:1-4:12

IV. Las marcas de la piedad verdadera..................         4:13-5:20

5.  El Contenido

La Religión Verdadera

La religión es, en primer término, la relación entre el hombre y Dios. Los paganos muchas veces pensaban que la religión era algo que tenía muy poco efecto o ninguno en las relaciones del hombre con sus semejantes. Pero el Antiguo Testamento clara­mente enseña que, el que ama a Dios tiene que amar también a su prójimo como a sí mismo. Santiago nos recuerda que el cristianismo también enseña esto. "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo" (1:27). Santiago señala varias maneras de llevar a la práctica el cristianismo.

  1. El cristianismo no ha de ceder a la tentación ni perder su fe en tiempos de prueba. Las pruebas ofrecen una oportu­nidad para el desarrollo de la paciencia y la constancia. Dios provee la sabiduría necesaria en la prueba, así como también promete una recompensa cuando el creyente so­porta las pruebas.
  2. El cristiano no ha de dejarse engañar por lo que el mundo considera "de valor". Las riquezas no son de tanta impor­tancia como el mundo proclama, pues todos los tesoros de esta vida son pasajeros.
  3. El cristiano no solamente tiene que escuchar la Palabra de Dios, sino también hacerla. Una persona puede conside­rarse muy religiosa, pero si no lleva a la práctica lo que la Palabra de Dios dice, se está engañando a sí misma. El verdadero cristiano es aquél que cumple lo que Dios manda.

La Fe Verdadera

Es muy fácil pensar que la fe es algo separado de las obras. Por ejemplo: Una persona puede profesar tener fe, y con todo eso, mostrar una preferencia que halaga al rico y desprecia al pobre. Esto demuestra falta de amor. Santiago insiste que para Dios, la única fe es la que se muestra por sus obras buenas. O sea, estas obras buenas son indispensables. Aún más, Santiago se atreve a decir que el hombre se justifica por la obras.

Mucho se ha comentado en el sentido de que Santiago enseña la justificación por las obras, en contra de la enseñanza de Pablo, de que el hombre se justifica por la fe. Esto es sencillamente falso. Ambos, tanto Pablo como Santiago, creyeron y enseñaron que el hombre es salvo por la fe, y que la fe verdadera siempre se manifiesta en buenas obras. Pablo acentuó la justificación por la fe, precisamente porque él está escribiendo a los que procu­raban salvarse por sus buenas obras. Y Santiago, escribiendo a personas que no estaban viviendo como cristianos, insistió en la necesidad de tener buenas obras como prueba de la fe. Los dos énfasis son necesarios. Tanto la fe como las obras son importantes para el cristiano.

La Sabiduría Verdadera

La sabiduría consiste en el conocimiento aplicado a un buen uso. Santiago desea que el cristiano pueda llevar a la práctica en su vida la verdad del evangelio. Su deseo es que se deje ver las buenas obras "en sabia mansedumbre" (3:13).

Una buena parte de la sabiduría descansa en poder controlar la lengua. Esto no es cosa fácil. Santiago llega al punto de decir, que es imposible domar completamente la lengua. Pero esto no significa que no se ha de intentar. Pues una lengua no contro­lada por Dios, es una lengua que puede causar grandes daños; pero una lengua gobernada por Dios puede hacer mucho bien.

Otra parte de la sabiduría consiste en invitar las contiendas. En muchas ocasiones la contienda viene como resultado de una lengua no controlada, y es una evidencia de las pasiones bajas, como la avaricia y la envidia. La única forma de controlar tales pasiones es resistiendo al diablo y acercándose a Dios —lo cual es sabiduría verdadera.

La Piedad Verdadera

Santiago explica la piedad diciendo lo que no es, y lo que es. El amonesta a aquellos que hacen sus planes futuros sin tomar en cuenta a Dios, y a aquellos que se enriquecen por medio de la violencia y la injusticia. Dios ha de castigar su pecado. Esto es especialmente verdadero para los cristianos, quienes debieran saberlo mejor.  "Al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado"  (4:17).

Luego presenta ejemplos de lo que es la piedad. Los que son perseguidos tienen que tener paciencia, siguiendo el ejemplo de Job y de los profetas. Los que están enfermos han de orar pi­diendo salud, y confesando sus pecados. "La oración eficaz del justo, puede mucho" (5:16). Por último, Santiago nos recuer­da que somos responsables tanto por los demás, como por nos­otros mismos. Si vemos a un hermano en Cristo cometiendo pecado hemos de tratar de llevarle al arrepentimiento, para que éste reciba el perdón de sus pecados.

28.

CAPITULO 13: JUSTIFICADOS POR LA FE

Léase Gálatas.

Preguntas de Preparación

1. ¿Qué fondo histórico tiene el libro de Calatas?

2. ¿Qué enseña Pablo acerca de la justificación?

3. ¿Qué enseña Pablo acerca de la libertad cristiana?

Introducción

En el capítulo anterior comentábamos que hay quienes creen que Santiago y Calatas presentan enseñanzas opuestas acerca de cómo ser salvo. Esto no es cierto. La razón de esta diferencia de punto de vista entre Pablo y Santiago era porque los autores estaban escribiendo a personas con problemas diferentes.

1. Propósito

Después de que Pablo había predicado el evangelio a los Ca­latas, y había continuado su camino, vinieron otros maestros a las iglesias que él había establecido. Estos maestros decían que representaban a los apóstoles de Jerusalén. Insinuaron que Pablo no era un apóstol verdadero y que no se podía confiar en su evangelio. Enseñaron a los Calatas que además de creer en Cristo, era necesario que guardasen la ley de Moisés para poder ser salvos. En forma directa insistieron que era necesario que los gálatas se circuncidaran porque la circuncisión era la señal de haber aceptado sus enseñanzas. Al tener Pablo conocimiento de esto, y de que los gálatas estaban inclinándose hacia estas ense­ñanzas de los judaizantes, escribió una carta  a la iglesia de Galacia advirtiéndoles en contra de esta falsa enseñanza.

Los versículos finales de Gálatas son de sumo interés. Comien­za diciendo, "Mirad con cuan grandes letras os escribo de mi propia mano" (6:11). Pablo no escribía él mismo sus cartas, sino que las dictaba a un secretario. Alguna enfermedad le difi­cultaba a Pablo escribir y cuando lo hacía tenía que usar una letra muy grande. Pero su preocupación por los cristianos de Galacia y su deseo ardiente de recalcar lo que él había dictado antes, lo hicieron escribir personalmente estas últimas frases.

2. Fecha y Destinatario

No se puede fijar con precisión la fecha de esta carta. El Concilio de Jerusalén se reunió para tratar el problema de los judaizantes, y condenó sus enseñanzas. ¿Escribió Pablo esta carta a los Calatas después de la reunión del concilio? ¿Fue un fracaso el concilio? ¿ Siguieron engañando los judaizantes a la gente con sus enseñanzas? ¿O se escribió esta carta antes de la reunión del concilio? Si así fue, podemos pensar que el concilio resolvió el problema que trata Pablo en esta carta. Parece más probable que a los Calatas se escribió antes del concilio de Jerusalén, y se dirigió a las iglesias del sur de Galacia que Pablo visitó durante su primera gira misionera.

3.  Bosquejo

Gálatas                                                                                     Capítulos

I. La autoridad que Pablo tiene, viene de Cristo....              1-2

II. La justificación por la fe es bíblica...................               3-4

III. La libertad cristiana produce una vida santa......     5-6

4. Contenido

La Autoridad Apostólica de Pablo

Pablo comienza la carta a los Gálatas con una defensa fuerte de su evangelio. El insiste en que es el único evangelio verdadero, y que lo recibió directamente de Jesucristo. No existe una declaración más fuerte sobre la autenticidad del evangelio cristiano que la siguiente: "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema" (1:8).

La prueba de que el evangelio de Pablo es la verdad descansa precisamente en su origen. Le vino a él directamente del Cristo resucitado y ascendido. Pablo presenta un breve relato de su vida para probar que él no recibió instrucción en el evangelio de parte de los hombres. Ni siquiera la recibió de los demás após­toles. La recibió directamente de Cristo, cosa que los demás apóstoles reconocieron. Estos no intentaron corregirle cuando él les expuso su evangelio. Al contrario, cuando en Antioquia el comportamiento de Pedro contradecía las enseñanzas del evangelio, Pablo condenó a Pedro cara a cara. Pablo no hubiera podido hacer esto si Pedro no hubiese reconocido a Pablo como un compañero apóstol, igual que él mismo.

La Justificación por la Fe

Pablo estaba deseoso de imprimir en las mentes de los gálatas la verdad de que somos contados justos delante de Dios por la fe, no por las obras. Los judaizantes querían hacer el guardar de la ley una parte necesaria de la salvación, pero Pablo muestra del Antiguo Testamento que no puede ser así. En primer lugar, Pablo señala que Abraham fue justificado por la fe. Los verda­deros hijos de Abraham son los que creen, tal como Abraham creyó. Los que creen son justificados por la fe, porque Cristo cargó con la maldición de la ley por nosotros.

En segundo lugar, Pablo comprueba que la ley no puede ser el camino de salvación. Dios hizo su pacto con Abraham y pro­metió a Abraham la salvación. La ley no vino hasta 430 años después, y por lo tanto no puede cambiar el arreglo que Dios hizo con Abraham. Más bien, la ley vino para que los hombres pudieran entender su pecado y buscar salvación por medio de la promesa de Dios.

En tercer lugar, Pablo enseña que la ley tuvo como propósito guiar al pueblo de Dios hasta que Cristo viniera. A través de su ceremonial y los sacrificios, la ley fue el maestro que seña­laba el sacrificio perfecto de Cristo. Cuando vino Cristo, ya no se necesitó el maestro. Por medio de la venida de Cristo, los cre­yentes han crecido del estado de niños al de herederos.

En cuarto lugar Pablo menciona el hecho de que los cristianos de esta edad neotestamentaria están libres de la esclavitud de ceremonias y sacrificios. Cristo nos ha librado y no debemos tratar de volver a la esclavitud.

La Libertad Cristiana

El último punto mencionado en el párrafo de arriba se conoce como "libertad cristiana". Es la enseñanza de que Cristo nos ha librado de la servidumbre de la ley del Antiguo Testamento y de las enseñanzas humanas. El cristiano es el siervo de Cristo. No es esclavo de nadie.

En los capítulos finales de Gálatas, Pablo reglamenta el uso de la libertad cristiana. Primero tenernos que sostener nuestra libertad con firmeza. No hemos de dejar que nadie nos lleve de nuevo a la esclavitud a ninguna cosa o a nadie más que a Cristo. Segundo, es necesario que tengamos presente siempre que nues­tra libertad debe ejercitarse en amor. No es una libertad para dañar a otros, sino para ayudarles. Por último, hemos de vivir una vida guiada por el Espíritu de Dios. Entonces seremos ver­daderos seguidores de Cristo, podremos retener nuestra libertad y usarla como es debido. La libertad cristiana no es la libertad de pecar. Es libertad para seguir a Cristo y sólo a él.

 

 
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3. Hechos 4,5
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5. Hechos 8
6. Hechos 9a
7. Hechos 9b
8. Hechos 10
9. Hechos 11
10. Hechos 12
11. Hechos 13
12. Hechos 14
13. Sant./Gál.
14. Hechos 15
15. Hechos 16
16. Hechos 17
17. Hechos 18
18. Hechos 19
19. Cor./Rom.
20. Hechos 20
21. Hechos 21
22. Hechos 22
23. Hechos 23
24. Hechos 24
25. Hechos 25,26
26. Hechos 27
27. Hechos 28
 

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