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21. Métodos
de predicación![]() Oratoria es el arte de hablar en público con elegancia para persuadir, convencer, educar o informar a un auditorio. Se dan principios básicos de la comunicación, la pedagogía y la homilética para presentar discursos, conferencias, seminarios y sermones. 28.
LAS ILUSTRACIONES
1. Su importancia Casi no se puede medir la gran importancia de las
ilustraciones. Los mejores predicadores han sido hábiles en
el uso de ilustraciones. A los niños les gustan las historias,
y casi no hay persona demasiada anciana para que goce en una
historia. La ilustración ayuda mucho a la congregación a
llevar la verdad del sermón consigo. Muchas veces olvidan el
texto y el argumento o explicación, pero recuerdan la ilustración,
y por supuesto, con la ilustración, la verdad que ésta enseñó. 2. El propósito de las Ilustraciones.
29.
LAS FUENTES DE ILUSTRACIONES Las mejores ilustraciones son las que uno mismo ha
recogido de su propia experiencia. No es aconsejable usar
ilustraciones de “libros de ilustraciones” porque muchas veces
son cosas viejas que no dan al caso presente. ¿Cómo puede uno recoger ilustraciones? A
continuación damos algunas sugerencias.
Ahora queremos dar algunas
sugerencias en cuanto a las ilustraciones.
30.
PRÁCTICA SOBRE ILUSTRACIONES Para esta lección, escriba una breve ilustración
para cada uno de los siguientes temas. Procure que sean
ilustraciones de algo que usted ha observado. 1. Fe en las promesas de Dios. 31.
MÉTODOS DE PREDICACIÓN La presentación de un mensaje puede hacerse en
varias maneras. Algunas de éstas son: 1. Improvisadamente o sin notas o bosquejo.
Cuando decimos que un mensaje es improvisado, no
significamos que improvisa la preparación, puesto que ésta debe
hacerse tan completa como si fuera presentado usando otro método.
Lo único que se improvisa es el lenguaje empleado en el momento de
predicar, ya que no se usan apuntes, bosquejo, o notas. Este método
de presentar el mensaje es muy bueno, pero requiere gran capacidad
de expresión y mucha experiencia. Además, requiere mucha
autodisciplina para no extraviarse del hilo del sermón. No es
aconsejable que los principiantes lo usen o procuren usarlo. 2. Memorizar el mensaje. Uno de los más distinguidos predicadores han usado
con mucho éxito este método, que consiste en escribir y luego
memorizar todo el mensaje para predicarlo de memoria. Muchos
lo prefieren por temor al método de improvisación. No cabe
duda que éste es el método que mejor garantiza la buena presentación
en cuanto al lenguaje se refiere. Tiene sin embargo algunas
desventajas, siendo una de ellas la gran cantidad de tiempo que se
emplea en escribir y después memorizar todo el mensaje. Otra
es que naturalmente divide la atención del predicador hacia sí
mismo y hacia la congregación. La más grande desventaja es
el peligro de fracasar si llega a olvidar una sección del discurso.
Por lo tanto, no son muchos los que pueden emplear este método de
manera satisfactoria. A veces dan la impresión de que lo que
están hablando no es original, sino discurso de alguna otra
persona. 32.
MÉTODOS DE PREDICACIÓN (CONCLUSIÓN) En esta lección vamos a considerar dos métodos más
en la presentación de un mensaje. 3. EL SERMÓN LEÍDO Este método consiste en leer a la congregación el
discurso que se ha preparado ya de manera completa y se ha escrito
con esmero. Leyendo su discurso, el predicador llevar la mayor
seguridad del éxito en cuanto a lo correcto en la presentación,
especialmente si ha dedicado tiempo a leer varias veces la composición
antes de hacerlo en público. Tiene
algunas desventajas este método:
Sin embargo, este método es
recomendable para los principiantes en el ministerio, especialmente
si tienen facilidad y habilidad para escribir. PARA PROGRAMAS RADIALES Para los programas radiales es indispensable este método,
ya que el tiempo está muy limitado, y el predicador no debe echar a
perder los minutos con palabrerías que no llegan a tocar lo
esencial del mensaje. 4. PREDICACIÓN CON BOSQUEJO
Este método parece ser el más usado por los
predicadores. Consiste en llevar las ideas del mensaje y la
ordenación de las mismas debidamente anotadas en un papel o tarjeta.
Esos apuntes aseguran la presentación íntegra de los conceptos o
del contenido del sermón de la manera premeditada y planeada.
Facilita al predicador mayor comodidad y libertad para conservar el
contacto de la vista con sus oyentes sin el temor de apartarse del
hilo de su disertación. Las notas deben usarse sin mostrar
dependencia de ellas. El bosquejo es a manera de un esqueleto
al que sólo falta añadirle la carne y la vida. Por lo tanto,
no debe ser un sermón escrito. 33.
EVITANDO LAS MULETILLAS “Muletillas” es el nombre que el Rev. Samuel Vila
da en su libro Manual de Homilética, a las palabras o frases
interruptoras que el predicador intercala en su discurso, y las
cuales tienen el objeto de dar tiempo a su mente para pensar lo que
a continuación va a decir. Dichas “muletillas” no serían
necesarias ni hallarían cabida en un sermón escrito, ya leído o
memorizado. Pero casi siempre resultan necesarias para
cualquiera que se atreva a hablar improvisadamente, bien que por
ningún motivo su uso puede justificarse, pues son del todo
inconvenientes y de muy mal sabor. El mismo autor citado nos
da una lista de “muletillas” de las más corrientes, de las
cuales les damos algunas: “precisamente”, “verdaderamente”,
“sencillamente”, “de cierto”, “en verdad”, “oportunamente”,
“amigos míos”, “amados hermanos” “en vista de que” etc.
Sin faltar a la reverencia, nosotros podríamos añadir las
siguientes: “amén, ¿hermanos?”, “aleluya”, “gloria
a Dios”, etc. También son “muletillas” las frecuentes e
innecesarias citas de alguna porción bíblica, como: “todas
nuestras obras son como trapos de inmundicia”, etc. El uso
demasiado frecuente de tales cosas llega a constituir un abuso de
algo que usado oportunamente y sólo de vez en cuando, sería bueno
y añadiría interés al mensaje. En vez de esto se
vuelven fastidiosos y casi insoportables. 34.
LA MÍMICA EN LA PREDICACIÓN La mímica o sea el arte de la expresión por medio de
los ademanes y gestos, es muy importante en la presentación del
discurso, ya que contribuye a expresar con más facilidad las ideas,
sentimientos y el énfasis que el predicador desea imprimir a su
mensaje. Podríamos decir que la mímica hace que la gente
“vea” lo que está oyendo.
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