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35. Sanados Para Sanar Consejería Pastoral presenta los elementos básicos del arte de aconsejar y define el lugar que esta actividad tiene dentro del ministerio pastoral. Considera los principios bíblicos y las bases psicológicas que sostienen a la consultoría pastoral. Examina casos reales tomados de la experiencia profesional de personas que pasan por dificultades vitales. Ofrece una guía de cómo dar orientación de manera sencilla y eficaz. Manual de Consejería Cristiana Ps.
Fernando Alexis Jimenez
El
propósito de Dios para el hombre: Una vida plena El
Senor Jesus dijo: "El ladron solamente viene para robar,
motor y destruir. Yo vine para que la gente tenga vida y la tenga en
abundancia" (Juan 10:10. Versión: Nuevo Testamento, la Palabra
de Dios para todos). Pienso
que si pudiera apilar el enorme volumen de correspondencia que llega
a diario con problemas de diversa índole,
la oficina que ocupo no podria contener tantos documentos. Los
corresponsales son hombres y mujeres sinceros,
cuyo principal propósito es vivir a Jesucristo en el día a día
pero encuentran dificultades para aceptar, asimilar y llevar a la práctica
su nueva condición de hijos de Dios -nacidos de nuevo-. Por
supuesto, nada reemplaza el contacto cara a cara, pero curiosamente
el que las personas puedan contar sus dificultades
al amparo del relativo anonimato que ofrece un correo electrónico,
abre las puertas para que haya franqueza
y confianza al volcar sus sentimientos. La
principal dificultad estriba en que no podemos hacer un seguimiento
a cada caso como quisiéramos, porque muchas
veces al intentar restablecer el contacto para conocer como
evolucionan las cosas, los correos simplemente se
pierden en ese lugar indeterminado del Internet a donde van a parar
los mensajes que nadie quiere o considera conveniente
responder. Ahora
bien, el relativo éxito que arrojo abrir en nuestra Página de
Internet www.heraldosdelapalabra.com una Sección
de "Consejería Pastoral" vino acompañado con otro
aspecto de suma trascendencia: Decenas de pastores, obreros
y líderes de todos los paises reclamaban sumarse a la tarea de
aconsejar. Sin embargo su interrogante siempre
converga en un solo punto: ¿Como hacerlo de una manera sencilla,
sujeta a los principios bíblicos y que ademas,
se manifestaran eficazmente mediante un adecuado acompañamiento con
orientaciones oportunas? Rene
Mondejar y yo no podemos desconocer la enorme responsabilidad que
nos asiste de atender lo que consideramos
un
requerimiento en Latinoamérica y el mundo: la publicación en
formato asequible a todos, de un MANUAL
DE CONSEJERÍA PASTORAL. No
pretendemos escribir y difundir un tratado magistral sobre el análisis,
atención y aplicación de pautas que lleven a
corregir todos los problemas que aquejan al ser humano; por el
contrario, estamos convencidos de que hay otras disciplinas
válidas y de suma importancia como la Sicología y la Psiquiatría,
que son las mas apropiadas en muchos casos.
Sin embargo, con este MANUAL aspiramos servir de orientadores para
quienes tienen sobre sus hombros la enorme
responsabilidad de orientar a otros. El
propósito divino para nosotros: una vida plena Cuando
Dios dio vida al género humano, lo puso en un Jardín preparado con
antelación para que pudiera disfrutar de todo aquello que había
ocupado sus primeros días de creación. Imagine a un padre amoroso
que construye una casa para su hijo, la provee de todo lo necesario
y cuando considera que todo esta a punto, le entrega las llaves. Eso
fue lo que hizo el Señor con nosotros! ¿De
donde provienen entonces las situaciones traumáticas que afloran en
decenas de personas trayendo amargura a su
existencia? Del pecado. Cuando vamos en contraria de los propósitos
del Creador para nosotros, asumimos las consecuencias. Pero
hay una buena noticia: el Señor Jesus -mediante su muerte en la
cruz- eliminó la brecha que nos separaba de Dios
y ahora podemos disfrutar de la plenitud de vida que tenía planeada
desde un comienzo para usted y para mi. "Por
eso el sacrificio del cuerpo de Cristo nos hace sanos porque el hizo
lo que Dios quería al sacrificarse una sola
vez y para siempre. Nos ha limpiado y liberado de toda culpa, y
ahora nuestro cuerpo esta lavado con agua
pura... "(Hebreos 10:10, 22. Versión: Nuevo Testamento, la
Palabra de Dios para todos) ¿Hay
razón para que continuemos en tal condicion de tristeza, amargura y
desesperanza no solo en el presente sino hacia
el future porque todavía nos gobiernan los recuerdos y sensacion de
culpa de cuanto hicimos en el pasado? En absoluto.
Fuimos lavados y cada día es un nuevo capítulo por escribir. En
cierta ocasión el Señor Jesucristo se encontraba en Nazaret, el
pueblo donde había crecido. Conforme a su costumbre
fue a la Sinagoga en el día de reposo. "Le dieron el
libro del profeta Isaías, lo abrio y encontró la parte
donde está escnto:
El señor ha puesto su Espíritu en mi, porque me escogio
para anundar a buenas notidas
a los pobres. Me envió a contarles a tos prisioneros que seran
liberados. A contarles a los demás que verán
de nuevo...Luego Jesus enrolló el libro, se lo devolvió al
ayudante y se sentó. Los que estaban en la sinagoga
le ponian mucha atención. Entonces Jesús les dijo: —Lo que acabo
de leerles se ha cumplido hoy" (Lucas
4:17-20. Versión: Nuevo Testamento, la Palabra de Dios para todos). Cuando
leemos el texto con detenimiento podemos imaginar la escena, en la
que decenas de hombres estaban atentos
al Maestro. Unos enfrentaban dificultades. Tal vez su temperamento,
los temores, recuerdos de errores pasados
que no les permitían avanzar. Sin numero de situaciones que venían
atropelladamente a su memoria y les llevaban
a coincidir en un punto: todavía eran presa de traumas que les
impedían crecer como personas pero tambien, en la vida espiritual.
Es probable que no fueran traumas sino limitaciones que ellos mismos
ponian a su paso
y que mantemían sus vidas en estancamiento. Pero
las palabras del Señor Jesus trajeron sanidad a su mente y a su
corazón. He aquí el punto: Sanidad Interior! Ese es el centro de
todo el asunto: que las personas a quienes ustedes y yo orientemos,
encuentren sosiego y además, con
ayuda de los principios bíblicos, encuentren sanidad para sus
heridas... El
MANUAL puede ser enseñado por Lecciones, a grupos de
liderazgo. Tambien puede convertirse en la base fundamental
para un retiro espiritual. Es probable que lo incluya en la Escuela
para el Servicio Cristiano de su denominación.
O simplemente, sirva como su instrumento de estudio personal. En
todos los casos nuestra oración es que
sea útil para su existencia y la de quienes le rodean. Así es que,
tome su Bíblia, papel y lápiz y ... Fernando
Alexis Jimenez Capítuto 1 Sanados
para sanar... El
padre que discute con sus hijos, la esposa que considera imposible
mantener un buen entendimiento con su cónyuge,
el compañero de trabajo que explota a la más mínima provocación
o el vecino que nos mira mal sin que le hayamos hecho nada, en su
conjunto, constituyen algunos ejemplos de los factores que inciden
negativamente en la meta de mantener unas buenas relaciones
interpersonales. Las
fricciones o diferencias de criterio conducen en buena parte de los
casos a malentendidos, desacuerdos, gestos de
desaprobación o un ceño fruncido que hiere a las personas, aun sin
que nadie se lo proponga. Cada
quien es un mundo diferente y por esa razón es tan complicado
entender a los demás y que nos entiendan. Aunque
nos esforcemos, no podemos mantener a gusto a nuestro semejante. Sobre
esta base, ¿considera que es fácil asumir la tarea de Consejero en
la iglesia en la que se congrega? Es probable que a primera vista
piense que si, sin embargo cuando medita en el asunto, comprobará
que se necesita mucho mas que buenas intenciones para desarrollar
una buena consejería. Para
sonar a otros mediante la orientación con fundamento en lo que
plantean las Escrituras, es necesario que nosotros
mismos estemos sanos. De lo contrario nuestro trabajo será
ineficaz. El principio esencial es: "Sanados para
sanar". No
se trata de un simple juego de palabras sino de una pauta que nos
llevará a cumplir una labor oportuna, exitosa y con
resultados sólidos. Relaciones
apropiadas Quién
anhela servir al Señor Jesucristo en el campo de la Consejería
Cristiana debe cumplir un proceso que sienta las
bases en tres direcciones ineludibles: 1.-
Una buena relación con Dios. 2.-
Una buena relación consigo mismo. 3.-
Una buena relación con los demás. Imagine
por un instante que el proceso es como un edificio de tres pisos. No
se puede llegar a un nivel superior hasta
tanto esté construida la estructura del primer piso, con bases sólidos.
Y el tercero no será edificado hasta tanto
este terminado el segundo nivel. Igual
usted y yo, si no tenemos una buena relación, no estaremos en paz
con nosotros mismos y, por supuesto, experimentaremos
cheques y confrontaciones con el prójimo. Un
buen comienzo El
mejor comienzo para adelantar exitosamente el proceso de preparación
hacia la Consejería Cristiana, es practicarnos
un auto exámen. La
mejor ilustración la arroja quien se mira frente al espejo. A menos
que lo haga, no sabrá como se encuentra. Los demás
pueden saberlo, pero el interesado ignora. Esta
idea es la que fundamenta la necesidad de evaluarnos de forma
honesta y sin apasionamientos, reconociendo los errores. Como
si estuviéramos llenando un formulario, es preciso que respondamos
a conciencia algunos aspectos que nos ayudarán
a elaborar la radiografía sobre como nos encontramos, espiritual y
emocionalmente: 1.-
¿Cuáles son nuestras reacciones ante cualquier estímulo? ¿Nos
embarga el temor, la ira, la incertidumbre? 2.-
¿Qué aspectos de una conversación nos afectan mas? iSentimos que
aquel que nos lleva a reconocer nuestros errores
lo hace con el propósito de herirnos? 3.-
¿Qué factores externos o internos producen en nosotros variaciones
en los estados de ánimo? 4.-
Frente a circunstancias adversas o inesperadas ¿Nos embargan
estados de seguridad o de inseguridad? ¿Podriamos
explicar las razones? Conforme
vaya avanzando en el auto análisis, emergerán nuevos interrogates.
Revisten particular importancia porque le permitirán tener una
mayor aproximación a cual es su estado como persona. De paso, le
permitira identificar fallas que es necesario corregir -con ayuda
del Señor Jesucristo- para desarrollar una tarea eficaz en materia
de Consejería Cristiana. El propósito final es determinar que nos
hace sentir mal y trazar pautas que nos permitan superar esa sensación,
frustrante para quienes no saben manejarla. Este
avance paso a paso es lo que podríamos definir como Sanidad
Interior que debe experimentar todo cristiano, tanto el que
asiste a la congregación cada semana como aquel que trabajará en
labores de Consejero. Ahora,
si vamos al terreno de la psicoterapia o la psiquiatría para
encontrar fundamento a la importancia de la Sanidad
Interior, no lo hallaremos porque -aunque reconocemos y valoramos
estas ramas del conocimiento—se limitan
a trabajar con fundamento en principios de ciencia y no espirituales.
Los cristianos por nuestra parte nos orientamos primero a la parte
espiritual, sin desconocer los aportes hechos por la ciencia. I.-
Una buena relación con Dios Todo
ser humano tiene un área espiritual, lo reconozca o no, que le abre
las puertas para relacionarse con Dios o como
le llaman algunos, con un Ser Superior. Esta área es de suma
importancia. Sin embargo no estará en pleno desarrollo hasta tanto
restablezcamos la relación con Aquel que creó todas las cosas,
incluso a usted o a mí. ¿Que nos
separo del Señor? El pecado de Adan y Eva que sembraron en todas
las generaciones desde entonces hasta la nuestra,
una naturaleza pecaminosa siempre latente. Construir
un puente que nos acercara al Padre fue posible por la obra del Señor
Jesucristo. Aun así, hay quienes no conocen
ese proceso maravilloso de liberación del pecado que se produjo en
el Monte Calvario y siguen distanciados del
Creador. Para eliminar esa brecha, Jesucristo nos llama a todos. El
dijo: "Yo estoy a la puerta, y toco; si oyes
mi voz y me abres, entraré en tu casa, y cenaré contigo" (Apocalipsis
3:20. Biblia de Traducción en Lenguaje
Actual TLA - SBU). La
obra ya se hizo en la cruz. Somos libres. Sin embargo tal libertad
no será posible hasta tanto la comprendamos, asumamos
y pongamos en práctica para dar paso a una naturaleza renovada. ¿Como
lograrlo? Derribando los muros que
nos mantienen alejados de Dios. Y, ¿como nos acercamos a El? Por
medio del Señor Jesucristo. "Jesús le respondió
(a Tomas) Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mi, nadie puede
llegar a Dios el Padre" (Juan 14:6
TLA - SBU). ¿Desea
ser un Consejero Cristiano? Primero, restablezca su contacto con
Dios. ¿La razón? Hay decenas de personas que
hablan de Dios, aconsejan asegurando que lo hacen sobre la base de
pautas bíblicas y posan de ser cristianos, pero
todavía no conocen a Dios. No han tenido un encuentro personal con
El, que es posible a través del Señor Jesucristo. II.-
Una buena relación consigo mismo Volvamos
al ejemplo de quien se mira al espejo. Es probable que nos haya
ocurrido cientos de veces recién nos levantamos.
Ahora, Usted acepta a la persona que encuentra reflejada en el
cristal? ¿Hay algo que le molesta de ese
ser que incluso le lleva a considerarlo distante? El
problema estriba en quienes no logran aceptarse a si mismos, porque
tienen una baja autoestima. Al respecto el apóstol
Pablo escribió: "Dios en su bondad me nombró apóstol, y
por eso les pido que no me crean mejores de lo que
realmente son. Mas bien, veanse
ustedes mismos segun la capacidad que Dios les ha dado como
seguidores de Cristo" (Romanos 12:3 TLA - SBU). ¿Qué
significan estas palabras? Que es necesario aceptarnos tal como
somos y reconocer que tenemos fortalezas y debilidades,
estas últimas en proceso de ser superadas gracias a la fortaleza
que provienen del Señor Jesucristo. Comprende
ahora la importancia del auto examen? Nos proporcionó bases
sólidas para identificar fallas y correctivos. Somos
criaturas de Dios y El nos ama, a pesar de nuestras fallas.
Obviamente su propósito desde la eternidad para nosotros es que
crezcamos en los niveles espiritual y personal. ¿En nuestras
fuerzas? No, en las que provienen de Dios. Un
hombre de la antiguedad quién comprendio que los planes del Señor
para el eran fabulosos, escribio: "Soy una creación
maravillosa y por eso te doy gracias. Todo lo que haces es
maravilloso, ;de
eso estoy bien seguro! Tu viste cuando mi cuerpo fue cobrando
forma en las profundidades de la tierra; aun no había vivido
un solo dia,
cuando tu ya habías decidido cuanto tiempo viviría! “Lo
habías anotado en tu libra!" (Salmo 139:14-16 TLA
- SBU). Nuestro
amado Padre definió las características genéticas, el aspecto
físico, las emociones y los rasgos básicos del carácter y la
personalidad. ¿Quién podría obrar mejor un cambio en nosotros que
Dios quien nos creó? Cuando se produce tal transformación, es como
si cayera el velo que nos impedía reconocer cuál es el propósito
que tiene para nosotros. En
el proceso de trato del Señor con cada uno, llegamos a aceptarnos
tal como somos y emprendemos la tarea de crecer
en todos los órdenes; por supuesto, tal crecimiento implica aplicar
ajustes donde hay fallas. ¿Cuanto
demoran los cambios que tanto anhelamos? No hay un parámetro para
determinar que será cuestión de días, meses o de años. En
esencia es un proceso y debemos entenderlo como tal, de acuerdo como
lo describe el apóstol
Pablo al referirse a los cambios que podían apreciarse en sus
pensamientos y acciones: "Con eso no quiero decir
que yo haya logrado hacer todo lo que les he dicho, ni tampoco que
ya sea yo perfecto. Pero si puedo decir
que sigo adelante luchando por alcanzar esa meta, pues para eso me
salvó Jesucristo. Hermanos, yo se muy
bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no
fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo
que falta por recorrer" (Filipenses 3:12, 13. TLA - SBU). ¿Podríamos
resumir en tres puntos lo que anotaba Pablo? Por supuesto que si. De
su escrito aprendemos: 1.-
Que la transformación y crecimiento personal y espiritual
constituye un proceso en la vida de todo cristiano. 2.-
Que es necesario olvidar el pasado y no vivir atormentados por lo
que hicimos o nos hicieron ayer. Por mucho que nos esforcemos, no
volveremos atrás en el tiempo. 3.-
Que es esencial seguir adelante bajo un convencimiento: siempre hay
una nueva oportunidad para aprovecharla. Hay
aspectos que se forjaron en nosotros al interior de la familia que
dificilmente podrán ser modificados (a menos que
lo haga Dios, por supuesto). Vienen a ser como una impronta. Muchos
descubrán en usted y en mi rasgos que identificaban a nuestros
padres, quizá a los tíos e incluso, a los abuelos. ¿Quién
sana esos recuerdos? El Señor Jesucristo durante el proceso de
transformación que desarrolla en nuestras vidas. Insisto
en algo: es necesario recordar que no podemos cambiar a los demás
como tampoco ellos nos pueden cambiar a
nosotros. Quién lo hace es Dios. Cuando tenemos claro este principio, es fácil comprender las etapas por las que atravesamos cuando estamos dando pasos de significación en el proceso de transformación personal y espiritual: La primera es el idealismo. Es aquella en la que soñamos un mundo perfecto con personas perfectas. La segunda es la confrontación. Es la fase en la que descubrimos que hay una enorme brecha entre el mundo que nos imaginamos y el real. Quienes nos rodean actúan muy distinto de como quisieramos. Una tercera etapa es la de ajustes, cuando entendemos que el cambio comienza primero con nosotros antes de que se produzca un cambio en nuestro prójimo III. Mi relación con quieres me rodean Una
vez tenemos una buena relación con Dios y con nosotros mismos,
pasamos a la fase de cimentar una buena relación
con los demás. Dios
instruyó a su pueblo desde la antigiiedad al trazar pautas de vida
en comunidad. El dijo: "Recuerden que cada uno debe amar
a su prójimo como se ama a si mismo" (Levítico 19:18, 19. TLA
- SBU). Es
evidente que si me acepto tal como soy --consciente de mi necesidad
de aplicar ajustes-- puedo aceptar a los demás.
Si no tengo amor propio, tampoco podré amar a quienes me rodean. Comprende
ahora la importancia de haber edificado los dos primeros pisos? Una
buena relación con Dios y consigo mismo,
sienta las bases para que las relaciones interpersonales resultan
exitosas. El
apóstol escribio: "Amén a los demás con sinceridad.
Rechacen todo lo que sea malo, y no se aparten de lo que
sea bueno. Ámense unos a otros como hermanos, y respétense siempre.
No maldigan a sus perseguidores; mas
bien, pídanle a Dios que los bendiga. Vivan siempre en armonía. No
se crean más inteligentes que los demás. Si alguién los trata
mal, no le paguen con la misma moneda. Al contrario, busquen
hacerles el bien a todos. Hagan todo lo posible por vivir en paz con
todo el mundo" (Romanos 12:9, 10, 14, 16-18. TLA - SBU). Sobre
la base de las pautas bíblicas, aprendemos varios aspectos
primordiales en el trato con los demás: Primero,
amor sincero exento de fingimientos e hipocresía; segundo, desechar
rencor, resentimiento y todo aquello que
pueda levantarse como un muro que interfiera la relación con el prójimo;
tercero, el respeto a la dignidad del otro;
cuarto, no pagar con la misma moneda sino, con amor y gracias a la
ayuda divina, orar por quienes nos hacen daño
y en lo posible, ayudarles; quinto, poner de nuestra parte para que
el trato interpersonal resulte edificante. Por
supuesto, hay situaciones en las que resulta literalmente imposible
cualquiér tipo de acercamiento. Existen personas
intolerantes. Es algo que no vamos a cambiar de la noche a la mañana.
En tal caso, es Dios y en oración, quién nos concede la salida. Jimenez, Fernando Alexis, Manual de Consejería Pastoral, Ministerio de Evangelismo y Misiones "Heraldos de Vida", Usado con permiso. |
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