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1. El Principio
de la Oración![]() Vida Espiritual ilumina la manera práctica de incorporar la espiritualidad a la vida personal y el ministerio. Se estudia el poder de la oración ilustrada a través de las Escrituras como base de una vida verdaderamente victoriosa en comunión con la voluntad de Dios. EL PRINCIPiO DE
LA ORACIÓN por Ray C.
Stedman
En esta mañana quiero comenzar con
ustedes una serie que trata de el tema de la oración, tomando el
desarrollo de esta serie mayormente del Antiguo Testamento la verdad
y enseñanza en relación a la oración. Nuestro método seguirá
siendo en forma expositora- -entendiendo lo que quiere decir cada
pasaje pero será centralizado en el tema de la oración. Hago esto porque siento la gran necesidad
en mi propia vida en esta área. Yo quiero entender más del
ministerio, el poder, y la necesidad de la oración. Yo siento que
esta carencia es un problema común en la mayoría de los Cristianos.
De hecho, yo quiero preguntarle a ustedes que indiquen levantando su
mano si usted siente que carece en algo en su vida de oración.
Bueno, con ese voto unánime, procederemos entonces a el tema de la
oración. Quiero comenzar con lo que yo creo es la
primera oración en la biblia, se encuentra en Génesis 3 en la
conversación entre Adán y Eva cuando se estaban escondiendo del Señor
Dios, y le escucharon caminando en el jardín en el fresco del día.
Ahora, hay palabras de parte de Dios al hombre antes de este
acontecimiento en Génesis, pero este es el primer diálogo entre
Dios y el hombre registrado en las Escrituras. Es esencial, por lo
tanto, el ver al diálogo como una parte necesaria en la oración. Oración, básicamente, es simplemente una
conversación con Dios. Siempre hay dos personas representadas en la
verdadera oración, usted y Dios y nadie más. Otros pueden estar
presente, como en este relato donde habían dos personas y Dios.
Pueden haber doscientas personas, o, como aquí en esta mañana,
muchos cientos de personas presentes, pero la oración verdadera es
siempre una conversación directa entre un ser humano y Dios mismo.
Hay muchos tipos de oración que podríamos hablar y vamos a hablar
acerca de ellas en el transcurso de estos estudios. Vamos a ver
intercesión, acción de gracias, súplica, y varias formas de
petición, etc., pero es fundamental en todas es que es simplemente
una conversación, un diálogo entre un individuo y Dios. Esto es lo que Jesús tenía en mente en su
gran enseñanza de la oración en el Sermón del Monte. El dijo:
Cuando ustedes oren·" (Fíjense que él no dijo si ustedes
oran. Él lo toma por sentado que, en la vida Cristiana va a ver
oración. Oración, como dice en un himno, es "él respiro
natural del Cristiano." No podemos vivir sin ella. Entonces que
vamos a orar en ocasiones; no hay duda al respecto.) Jesús dijo,
" Cuando ores, ve a tu ropero y cierra la puerta, y ora a tu
Padre que está en secreto." En la frase "cierra la puerta,"
el no quiere decir literalmente que tenemos que orar en roperos. Yo
estoy seguro que si tratamos de hacer eso nos sentiríamos tan
sofocados que no podríamos respirar, y la oración no podría durar
por mucho tiempo. Además, no siempre hay roperos disponibles. Jesús
está hablando en una forma metafórica, diciendo, " Cierra
todo lo demás. Cuando ores no dejes que otras cosas interfieran. No
estés envuelto en otros pensamientos o personas, sino que hables
solamente con Dios mismo." Yo encuentro interesante el escuchar a
otras personas orar. A veces puedes oír cosas asombrosas. Cuando
oyes puedes detectar a menudo que la gente no piensa acerca de Dios
tanto como están pensando acerca de la gente que están escuchando
a su oración. Conozco a un gran hombre, siempre que ora, casi sin
variación empieza dirigiendo la oración a Dios, pero está tan
consciente de otras personas que le escuchan que comienza a
predicarle a ellos en la oración. ¿Han escuchado alguna vez algo
como esto? Este hombre comenzó, "Nuestro Padre Celestial, te
damos gracias que podemos ver delante de tí. Sabemos que Dios es un
Dios que escucha la oración y que aquellos que vienen a Dios en
oración serán bendecidos por Él." Ante que se dé cuenta él
ha comenzado no a hablarle a Dios pero hablándole a aquellos que
están presente acerca de Dios. Eso no es oración. Oración es
conversación, simple y directa, entre usted y Dios mismo. Eso es lo que pueden ver en el comienzo de
este recuento en la Biblia. Génesis 3:8-9a: Y oyeron la voz de Jehová Dios que se
paseaba en el huerto al aire del día: y escondióse el hombre y su
mujer de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
Y llamó Jehová Dios al hombre, y le dijo {Gen 3:8-9a RVA) Eso es el comienzo de la oración. Es
sugerido aquí, y yo creo que es en una forma deliberada, que esto
era algo común en las vidas de Adán y Eva. Es de notar que la
primera oración registrada fue después de la caída. Aún el
relato sugiere claramente que la oración había sido una delicia
continua y bendición para Adán Y Eva, y fué parte de su vida
diaria. Esto deja ver que es una acción común de parte de Dios. El
viene al jardín en el fresco del día a conversar con los dos que
son creación de sus manos, y juntos hablaron en el jardín. No estamos seguro como Dios se le apareció
a ellos. No se nos dice en las Escrituras, pero aparentemente el se
apareció como otro ser humano. Es notable, que de hecho, es que en
una manera sutil al menos, esto proyecta la encarnación, cuando
Dios mismo vendría hacerse hombre-- no meramente como hombre sino
actualmente como uno de nosotros y todo el énfasis que ha
significado en términos de la oración desde la encarnación de
nuestro Señor Jesús. Pero aquí, aparentemente, Dios aparece como
hombre porque ellos le oyeron caminado en el jardín. El sonido de
sus pasos le recordó a Adán y Eva que el tiempo había llegado
para tener su conversación diaria e intercambio con Dios. Ahora, la cosa más notable en este
incidente, es que la iniciativa para empezar la oración comienza
con Dios. Es el Señor quién viene al jardín. Es el Señor que
llama al hombre. Oración, entonces, comienza con Dios. En muchas
maneras, esa es la verdad mayor acerca de la oración que podamos
aprender de este incidente, porque a través de toda las Escrituras
esa verdad es fundamental en toda oración que es expresada de aquí
en adelante. Así que siempre debemos leer las Escrituras desde ese
punto de vista. Muchas enseñanzas falsas han salido donde
proyectan como algo que el hombre hace a Dios. En los mensajes que
he escuchado con relación a la oración, a veces, se ve como si
fuera el hombre quién rescata a Dios de una dificultad orando al
tiempo adecuado. Más adelante en el relato en Génesis, donde
Abraham está suplicando a Dios por las ciudades de Sodoma y Gomorra
después de Dios haber anunciado que él iba a destruirlas por su
maldad, suena como si Abraham se levantara y dijese, "Señor,
de seguro que tu no vas a hacer eso! Ese no es tu manera de ser. ¿Tu
no destruyes el justo con el pecador, o si?" {Gen 18:23-25}.
Entonces Abraham procede a cuestionar a Dios en cuanto a cuantas
personas justas se requería que hubiera en una ciudad para poder
salvarla. El comienza con 50, después 45, y va reduciendo en cincos
hasta que va sintiéndose más atrevido y comienza con diez.
Finalmente el termina con diez personas, y consigue que Dios acepte
que si hubiera diez personas justas en las ciudades el Señor les
librará. Yo he escuchado mensajes en ese pasaje que suena como si
Abraham fuera más compasivo que Dios, como si Dios tiene ira y es
vengativo y ha perdido su temperamento y está dispuesto a destruir
estas ciudades pero Abraham interviene y pone un alto en él y dice,
"Ahora cógelo con calma. No vayas muy de prisa aquí. En esta
ciudad hay personas justas." Pero leemos incorrectamente este recuento
si lo vemos de esa forma. El hombre nunca es más compasivo que Dios.
La compasión nace de Dios y se deja ver en los seres humanos
solamente cuando es implantado por el Espíritu de Dios. "Aquel
que ama," dice Juan, "es nacido de Dios," {1 Jn 4:7}.
Usted no puede sentir compasión y misericordia y piedad sin ser
primero movido por el Espíritu de Dios. Es siempre un error, pensar
que somos llamados en el acto de oración para hacer algo por Dios,
o que estamos siendo llamados a perseverar en la oración a tal
grado que, como dice el dicho, "ora por medio de" y
persuade a un Dios renuente a hacer o no hacer algo que el ha puesto
su corazón. Eso no es oración. Oración, es como en el primer
instante en el Jardín del Edén, comienza con Dios. Es Dios quién
llama. Es Dios quién ayuda. De seguro que eso es lo que ese gran verso
en Romanos 8 nos enseña: " Nosotros no sabemos qué orar como
se debe," {Rom 8:26}. ¿ Se ha sentido de esa manera ÷
abrumado por una situación, sin poder casi analizar la razón, no
sabiendo todos los factores envueltos, sintiendo su corazón dolido,
y sin saber qué cosa pedir? No sabemos como orar como se supone,
pero el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades, el Apóstol
Pablo dice, y comienza el Espíritu a orar a través de nosotros
para que nuestro corazón se convierta en el lugar de oración de
Dios mismo. El Espíritu de Dios ora al Padre, y el quién conoce la
mente del Espíritu atiende y actúa de acuerdo a lo que el Espíritu
ora, usándonos como instrumentos. Esa es la proyección correcta de la oración
comienza con Dios. Eso es porque, cuando sentimos la necesidad o el
deseo de orar, o de establecer un hábito disciplinado de orar, es
Dios quien ha comenzado eso. El ha plantado ese deseo en nosotros y
como resultado respondemos. Yo espero que recordemos esto ya que es
la primera gran verdad que aprendemos en las Escrituras. Noten también que la oración habitual de
Adán y Eva tenían con Dios, en contraste con esta escena, fue
aparentemente una conversación relajada, informal y sin restricción.
Ahora, el pecado ha entrado. La pareja culpable se esconde en los
arbustos, reconociendo su desnudez, sintiendo la culpa de lo que habían
hecho. Pero el mismo relato implica que esto es algo diferente y
nuevo, que lo opuesto a esta conducta fue verdadero antes de la
introducción de la maldad, que ellos vendrían saltando y riendo
ante la presencia de Dios de saludar a su Amigo amado al momento que
el venía al jardín a platicar con ellos acerca de todo lo que
tuvieran en sus corazones. Esto es una indicación de lo que usted
puede encontrar en la oración en el resto de las Escrituras,
especialmente lo que Jesús nos enseñó acerca de la oración. No
venimos a un solemne, juez severo; venimos a un Padre amante. Han habido ocasiones en mi ministerio aquí
como pastor, durante estos 30 años, cuando he sido tratado
ocasionalmente con mucho respeto, especialmente cuando viajo fuera
de aquí ustedes saben que no hay honor para un profeta en su propia
tierra! Eso no es verdad en mí, pero algunas veces yo recibo mas
honra cuando viajo al extranjero. La gente me llama
"Doctor" Stedman. Ellos hablan con una gran reverencia y
respeto que es obvio, y eso está bien, en cierta forma. Pero saben
ustedes que cuando mis hijos eran pequeños nunca me trataron de esa
forma. Cuando yo venía a la casa de un día aquí en la iglesia,
ellos no venían al garaje y decían, "Oh su gran majestad
pastor de la Iglesia de Península, bienvenido a almorzar a la
casa!" Ellos me conocían mejor que eso. Ellos estaban mas
relacionado íntimamente conmigo que eso. Ellos corrían y brincaban
a mis brazos y me decían lo que habían hecho en el día. Ese es el retrato que Jesús proyecta de la
verdadera oración; y eso es lo que ustedes ven, por implicación en
el Jardín del Edén. El hecho de que esto ocurrió en el fresco del
día es indicación de que fue un tiempo relajado y sin presión. Su
trabajo, o cualquier cosa que estuviesen haciendo, fue terminado y
ellos podían sentirse relajados y refrescados. Con una soda 7-Up en
la mano, yo estoy seguro que ellos caminaron por el jardín,
hablando con su querido Amigo en una conversación íntima y sin
restricción acerca de cualquier cosa que estuviese en sus corazones.
Eso es la oración, esa manifestación ingenua de estar en una forma
relajada en la presencia de un Amigo fiel. Pero ahora noten algo más es este recuento.
El pecado ha entrado ya, y Adán y Eva se estaban escondiendo de
Dios. Toda la informalidad se había acabado, reemplazada con miedo,
sentido de culpa, y reacios a venir a su presencia. Pero Dios mismo
otra vez toma la iniciativa de corregir esa condición. El comienza
a hacerles preguntas a Adán y Eva. Ahora, es muy, muy importante entender esto,
porque es evidente en este recuento hay un golfo de separación
entre el hombre y Dios, y es Dios quién emprende conectar el puente
de ese golfo. Hay ocasiones en nuestra vida de oración cuando también
sentimos ese sentir de que un golfo nos separa de Dios. Tenemos
miedo o estamos muy cansados, o desinteresados para venir a él. Lo
que me ánima en este recuento es que Dios mismo asume la
responsabilidad de cambiar eso. Él lo hace en la oración al hacer
las preguntas. Prosigue con las siguientes preguntas que salen de
sus labios divinos: "¿Dónde estás, Adán?" {Gen 3:9b} "¿Quién te dijo que estabas desnudo?" {Gen 3:11a} "¿Que es lo que has hecho? {Gen 3:13a} Es muy importante, de hecho, entender que
Dios no hace estas preguntas porque el no sabe las respuestas. El
conoce todas las respuestas a las preguntas antes de hacerlas. Él
nunca hace una pregunta para su beneficio propio; no hay recuento en
las Escrituras de preguntas hechas para satisfacer la curiosidad de
Dios. Jesús estaba siempre haciendo preguntas a sus discípulos, no
porque el no sabía la respuesta, sino porque las preguntas requerían
una investigación, una búsqueda de parte del individuo, y él
mismo aprendería algo en la búsqueda. Recuerdan ese gran pasaje en el libro de
Job, cuando en el capítulo 38, Dios llama a Job y le dice, "Levántate
ahora y ciñe tus hombros como un hombre y contéstame," {Job
38:3}. Él le recuerda a Job que él ha estado preguntando por ese
privilegio por mucho tiempo, diciendo, "Si solamente tuviera la
oportunidad de hablar con Dios. Tengo una preguntas que me gustaría
hacerle acerca de lo que él me está haciendo a mí." Ahora
Dios le dice, "Esta bien Job, está es tu oportunidad. Aquí
estoy. Pero déjame hacerte algunas preguntas para saber tus
credenciales, para ver si puedes jugar en mi liga." Entonces
comienza la serie de preguntas científicas más notables que se
hayan preguntado a un ser humano en la faz de la tierra. Pero Job no
pudo contestar ninguna de ellas. Finalmente, el es encontrado de
cara en el polvo, clamando, "Yo me aborrezco, me arrepiento en
el polvo y la ceniza," {Job 42:6}. Dios entonces comienza a
trabajar. Algo parecido está pasando en el Jardín
del Edén. Aquí están Adán y Eva escondiéndose. No quieren
conocer a Dios, hablar con él, o verle, pero Dios mismo les llama,
y gentilmente, sin rudeza, comienza a hacerles algunas preguntas. Su
primer pregunta es bien importante: "¿Dónde estás?" {Gen 3:9a}. No
sé de ninguna pregunta más importante en la vida que esa. Dios está
enseñándonos por medio de esto que, en esta tierra maldecida por
el pecado en que los seres humanos tienen que morar, es importante
que frecuentemente nos preguntemos, "¿Adonde estoy yo?" y
evaluemos que está pasando en nuestras vidas. Si alguien que nunca hubiese estado aquí
anteriormente y se dirigiera a nuestro servicio hoy pero se perdió
buscando el lugar y llama a alguien por teléfono aquí, y dice,
"No sé cómo llegar allá. ¿Me podrían ayudar?" ¿cuál
sería la primer pregunta que se le haría? Seguro que sería,
"¿Dónde estás tu?" La primer cosa que el hombre o mujer,
niño o niña deben hacerse asi mismo es, "¿Dónde estoy?"
¿Donde estoy en esta jornada en esta vida? ¿Qué me ha pasado? ¿Estoy
cerca del cumplimiento de mis sueños que tenía hace un año atrás,
o estoy más lejos y estoy encontrando que están desapareciendo en
la distancia rápidamente? ¿Estoy cerca del objetivo, el ideal, o
lo que quiero ser como hombre o mujer ahora comparado con algunos años
en el pasado? ¿Dónde estoy yo?" Esa es la primer pregunta
importante que debemos hacernos frecuentemente. Qué maravilloso es
que Dios enseña al hombre esto acerca de si mismo. Adán tuvo problemas con la respuesta.
"¿Dónde estoy?" Bueno, aquí estoy Señor, aquí en los
arbustos, sintiendo vergüenza y desnudo y alejado de tí." Él
tuvo que haber realizado en su corazón que no estaba donde estuvo
el día anterior. El comienza, quizás por primera vez, a entender
la enormidad de lo que le ha pasado a él. Yo he visto hombres y mujeres muchas veces
pasar a través de esto; y ustedes también. Todas las dificultades
de nuestra vida tienden a hacer la voz de Dios gritándonos, "¿Dónde
estás? ¿Ha estado usted hace poco acostado en un hospital, por
accidente o enfermedad, y allí en el silencio del cuarto del
hospital cuando nadie está presente y usted tiene algún tiempo
para pensar, y la pregunta surge en su corazón, "¿Dónde
estoy?" Adán tartamudea la contestación a la
pregunta (Verso 10), · "Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo
porque estoy desnudo. Por eso me escondí. {Gen 3:10} La segunda pregunta es de igual significado:
"¿Quién te dijo que estabas desnudo?" {Gen 3:11a}. Esa es una pregunta muy perceptiva. Dios
implica, "Yo no te lo dije, pero en algún sitio tu has
aprendido esto. Tu nunca lo supiste antes." Es interesante
imaginarse esta escena. Aquí están Adán y Eva jugueteando
alrededor del jardín, disfrutándose, y haciendo su trabajo,
totalmente desnudos, completamente ignorantes de las implicaciones
de lo que pasa, ignorantes de que son candidatos de un señalamiento
en algún lugar! Ahora, de momento, sin ninguna señal visible de
cambio, están llenos de vergüenza por este suceso. La pregunta de
Dios implica, "Alguien te dijo eso. Tu no lo encontraste tu
mismo porque ha sido verdad por mucho tiempo y tu no lo sabías.
Alguien ha estado hablándote." De hecho, él único otro
presente que apareció aquí en esta escena es la serpiente. El debió
haberle dicho que estaban desnudos. Así que Dios el Señor en su
misericordia y compasión guió a esta pareja a un entendimiento que
hay una necesidad tremenda en la vida de discernir de las voces que
escuchamos. Debemos nosotros también prestar atención
a esta alerta. Hay muchas voces gritándonos todo el tiempo. Prendan
la televisión y escuchen los anuncios comerciales. Las voces
supuestamente silenciosas están gritándonos constantemente, "Tú
necesitas esto. Tú no lo tienes. Tú estás necesitado. Tú
necesitas este enjuagador de boca para que puedas resolver
situaciones sociales. Tú necesitas este crucero lujoso por el
Caribe porque te lo mereces. Alguien te está previniendo de hacerlo.
Si puedes sobrepasar los obstáculos que se han presentado en tu
camino quizás por personas que no tienen la intención tu puedes
ganar lo que estás necesitando ahora y puedes tener la felicidad
que estás buscando." Eso viene todo el tiempo, ¿no es así?
Ese grupo de voces que nos dice, "Tú estás desnudo. Tú no
tienes nada. Tú has sido engañado. Si solo tuvieras esto encontrarías
lo que estás buscando." Aquí, en la oración, El Señor es
capaz de disipar esta ilusión, de removerla de los ojos y enseñarles
que otra voz y no la de él está hablándole a ellos. No sé de
nada que sea más importante hoy día que entender que hay voces en
este mundo que debemos rechazar. Hay ruegos que se nos hacen
continuamente que debemos echar a un lado. No debemos oírles.
Debemos cerrar nuestros oídos a ellas porque son las voces de otro
y no del Señor nuestro Dios. Entonces Dios le hace la tercera pregunta.
"¿Que esto que han hecho?" {Gen 3:13a}. En respuesta Adán
y Eva comienzan el juego antiguo de pasar la responsabilidad. Adán
lo tomó como un hombre o le echó la culpa a su esposa! Eva lo tomó
como una mujer ö le echó la culpa a los vecinos! Escondido en cada
una de sus respuestas, está la implicación, "Es tu culpa,
Dios." La mujer que me diste. Ella me dio la fruta y yo la comí.
"La serpiente que dejaste en el jardín me sedujo y la comí.
Los comentaristas hacen de esto un asunto grande y lo hacen
justamente. Este es el comienzo de la tendencia natural de cada uno
de nosotros de minimizar el sentido de nuestra culpa, de culpar a
otros por lo que hemos hecho. Pero, de alguna manera yo creo que eso
pierde el sentido de lo que este pasaje está diciendo, porque, en
cada caso, ambos Adán y Eva son reducidos a tres palabras pequeñas
que son de gran significado aquí. Ambas, terminan su efecto débil
de justificarse con estas palabras de reconocimiento, "y yo comí,"
{Gen 3:12b, 3:13b}. Ahí está la responsabilidad que ellos
reconocen que es de ellos. Ellos hicieron la decisión final. Ellos
están tratando de encontrar excusas por la presión que estaban,
pero últimamente han llegado al lugar donde lo reconocen, "Si
lo hicimos. Comimos de la fruta que nos era prohibida." Entonces todo cambia al instante. Dios
ahora no los está probando; no hay más preguntas. Él asume el
papel de abogado defensor. Él cambia ahora y enfoca en la serpiente
y comienza a maldecirle, anunciándole ciertas consecuencias
inevitables que seguirían al hombre y la mujer por su selección
errónea. Sin embargo, Dios anuncia que el estaría con ellos en el
asunto; el irá a través de la herida y tristeza con ellos. La
escena termina con el Señor Dios mismo diseñando tiernamente de la
piel de animales para vestir a Adán y Eva en su desnudes. Esto es un recuento precioso del perdón de
Dios. La gran lección para nosotros es que fue el acto de oración,
el comienzo de un diálogo, doloroso como haya sido, que permitió
al Señor Dios romper con la falta de entendimiento y confusión de
su situación y ayudarles a ver adonde estaban en realidad y a
aceptar su gracia perdonadora y amor restaurador. Eso es lo que es
la oración. Es una forma de traernos otra vez a una relación con
el Señor nuestro Dios. Ahora, una palabra más acerca de esto.
Este recuento indica la razón de nuestra poca disposición para
orar. Somos como Adán Y Eva, a veces con miedo a Dios, o pensamos
que el no nos cuenta o no nos ayuda, entonces ¿cuál es el uso de
venir a él en oración? En nuestra confusión y aturdimiento,
muchas veces, nos encontramos renuentes a orar. Esa fué la situación
de Adán y Eva aquí. Su negativismo se puede ver en la entrada del
enemigo en sus vidas. Estoy seguro que esto explica porque a veces
encontramos difícil orar; no nos sentimos inclinados a orar. Pero
la cosa maravillosa es que si traemos ese problema al Señor el nos
ayudará , como este recuento indica, es su deleite de desenlazar
los enredos que nuestros pecados han hecho, a ayudarnos a ver la
realidad detrás de la confusión en que vivimos, y traernos de
nuevo al lugar de reconocimiento y restauración. Vamos a dejar el recuento aquí por ahora y
confiar que hayamos aprendido como El Señor y Dios es en su gracia
y que glorioso es la relación de intimidad y amistad que podamos
obtener en él, sin importar los obstáculos a la oración que cada
uno de nosotros confronta y vive a diario. Oración Padre nuestro, gracias por este recuento precioso, por la gloria del hecho que tú tienes en control para ayudarnos en nuestras limitaciones, sabiendo que fallamos en orar; y somos débiles en eso. Hay ocasiones cuando nos escondemos como lo hicieron Adán y Eva. Gracias por esa voz que rehúsa dejarnos, pero que gentilmente nos llama para enfrentar con nuestras limitaciones y prepararnos para encontrar el lugar de lavamiento y perdón y restauración. Oramos para que podamos aprender más acerca de la oración en el transcurso que seguimos este recuento en las escrituras. Enséñanos Señor, a poner en práctica este gran privilegio y gozarlo como fue la intención de ser gozado. Te damos gracias en el nombre de Jesús. Amén. Título:
El Principio de la Oración Copyright
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