Consejería
Cristiana es una introducción a la
consejería bíblica que el pastor puede aplicar a las necesidades de las
personas que buscan su ayuda. Se estudia el comportamiento del
hombre y los factores que forjan su carácter para comprender mejor la
condición humana. Esta matería representa una investigación del
educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto
Abels.
Infertilidad y
esterilidad.
El término infertilidad se refiere a una pareja, y
no sólo a una mujer, como suele considerarse usualmente.
Incluye, además, a mujeres que han tenido por lo menos un hijo
biológico. Los datos sobre esterilidad también abarcan situaciones en
donde una mujer no puede llevar un embarazo a término y tiene un
aborto espontáneo
¿Que es infertilidad? ¿En que se diferencia de la esterilidad?.
Se considera que una pareja sufre infertilidad cuando, luego de un año
de relaciones sexuales sin utilizar ningún método anticonceptivo, no
logran el embarazo. La esterilidad conyugal es la incapacidad de una
pareja para lograr un embarazo. Por infertilidad se entiende el
problema de las parejas que conciben, pero cuyos fetos no alcanzan
viabilidad
¿Quién la estudia, el urólogo o el ginecólogo?.
El ginecólogo es quién detecta la infertilidad en la mujer. Para esto
va a realizar un estudio completo de los órganos reproductores
femeninos, de la regularidad de los ciclos menstruales y de otros
parámetros que dan una idea exacta de la condición de la mujer para
poder gestar (por ej.: temperatura basal, ecografía, biopsia de
endometrio, test urinarios de LH y dosaje de progesterona, etc.).
El urólogo procede de igual forma con el hombre, estudia la
composición del semen y el estado hormonal, a partir de ciertos
estudios de rutina (por ej. muestra de semen, análisis de sangre,
etc.), y llega a una conclusión
¿Cómo se maneja?.
Es de suma importancia que una pareja que acuda a un psicólogo tenga
en claro que su intervención no va a resolver la esterilidad. Éxito
terapéutico no es sinónimo de embarazo. El terapeuta debe trabajar
sobre diferentes temas, entre los que se encuentra que la pareja
acepte que es infértil y que con las técnicas médicas puede lograr el
embarazo. Es vital evaluar si la pareja esta de acuerdo, en que la
capacidad para tener hijos no es el único indicador del afecto entre
los dos.
La terapia es un espacio para:
·Pensar.
·Ayudar a sobrellevar y elaborar el duelo.
·Despejar conflictos vinculares.
·Aclarar el porqué y el para qué de un hijo.
·Conocer sobre su deseo de un hijo.
·Brindar información en pro de la prevención (explicar cuáles son los
tratamientos, qué le puede pasar al paciente, etc.).
·Demistificar ciertos temas (como el "cumplimiento del mandato
familiar, social y cultural).
·Superar la sensación de fracaso.
·Desalentar falsas expectativas ("si empiezo un tratamiento médico
enseguida quedo embarazada").
·Propiciar el diálogo en la pareja.
·Reflexionar sobre los tiempos propicios de embarazo, los límites
adecuados, los deseos apropiados.
·Construir el lugar del tercero (o sea del hijo).
·Descubrir que no son los únicos con esta problemática.
·Encontrar otras alternativas a tener en cuenta en el caso de que el
embarazo no se logre (por ej. la adopción).
·Sentirse mejor.
·Fertilizar el psiquismo. Los factores psíquicos y emocionales tienen
gran influencia en la capacidad de fecundar. Esto se puede comprobar
en el caso de parejas que, cansadas de intentar conseguir un embarazo,
optan por la adopción y al poco tiempo consiguen tener un hijo propio.
¿Cuál es el tratamiento?.
Muchos de los tratamientos, e incluso algunos exámenes de diagnóstico
para la infertilidad requieren de un compromiso mayor de tiempo y
recursos de parte de la pareja. El compromiso con el proceso de
intentar superar la infertilidad y el apoyo para la otra persona es
parte crucial de la actitud mental necesaria para buscar respuestas a
la infertilidad. Este tema lo trabajará el psicólogo en el caso que
sea necesario.
La respuesta a las pruebas de diagnóstico que se efectúen, va a ser la
que determine el tipo de tratamiento que se recomiende. El tratamiento
puede incluir cirugía, tomar hormonas fuertes, etc. Pero,
independientemente del tratamiento que se indique, es importante que
los miembros de la pareja tomen en conjunto la decisión de cómo
proceder. Se recomienda que la pareja busque los servicios de un
psicoterapeuta para discutir sobre este tema.
¿En que consiste la inseminación artificial? ¿Cuándo está
indicada? contraindicada? ¿Cómo se hace?.
La inseminación artificial es un procedimiento utilizado en los
programas de reproducción asistida como primera
alternativa en el manejo de las parejas estériles con cuando
menos una trompa uterina permeable que no hayan logrado un
embarazo tras la aplicación de tratamientos convencionales
tendientes a la corrección de los factores causales de
esterilidad.
Los objetivos principales de la inseminación artificial son :
·Asegurar la existencia de óvulos disponibles.
·Acercar los espermatozoides al óvulo en el aparato genital
femenino.
·Mejorar e incrementar el potencial de fertilidad de los
espermatozoides realizando una serie de procedimiento de
laboratorio al eyaculado, llamados en conjunto CAPACITACION
ESPERMATICA.
La capacitación espermática emplea una serie de técnicas
de lavado con soluciones especiales o con gradientes de
diferentes densidades que eliminan del eyaculado restos celulares,
bacterias, leucocitos, espermatozoides muertos y lentos,
secreciones seminales; al mismo tiempo se selecciona y concentra
la población de espermatozoides más fértiles en un volumen
aproximado de 0.5 mL que se introduce al útero aumentando con
ello las posibilidades de fecundación. Las técnicas más empleadas
son las de lavado y centrifugación, "swim-up" y filtración en
gradientes de Percoll.
La inseminación artificial se realiza en aquellas parejas que no
se han podido embarazar debido a que :
·La mujer tiene algún problema a nivel del cuello del útero como
: alteración en el moco cervical, presencia de anticuerpos
antiesperma, estenosis (estrechez), secuelas de conización,
tratamiento con láser o criocirugía, etc.
·El hombre muestra alteraciones en el semen como son disminución
del número de espermatozoides y/o de su movilidad, disminución en
el volumen del eyaculado, aumento excesivo en el número de
espermatozoides, malformaciones anatómicas de su aparato
reproductor o alteraciones funcionales de la eyaculación.
·La pareja presenta una esterilidad inexplicable (aquella en que
todos los estudios demuestran normalidad pero no se logra la
fecundación).
La inseminación artificial puede ser HOMOLOGA o HETEROLOGA.
·La inseminación artificial homóloga es aquella donde se utiliza
el semen de la pareja.
·La inseminación artificial heteróloga es cuando se utiliza semen
de un donador (semen congelado de banco), y se indica cuando el
varón no tiene espermatozoides o cuando es portador de alguna
enfermedad hereditaria.
No se recomienda usar semen fresco de donador por el riesgo de
contraer SIDA.
Dependiendo del sitio donde se deposite el semen la inseminación
artificial puede ser INTRAVAGINAL, INTRACERVICAL, INTRAUTERINA,
INTRAPERITONEAL o INTRATUBARIA.
En la inseminación homóloga, la muestra de semen se obtiene por
masturbación el mismo día en que se va a realizar la inseminación.
Se recomienda a la pareja una abstinencia sexual en los 3 días
previos con el objeto de maximizar la calidad de la muestra
seminal en número y calidad de los espermatozoides. La técnica de
capacitación espermática se selecciona según la calidad de la
muestra de semen. Tiene una duración hasta de 2 horas y debe
iniciarse a los 30 minutos después de obtenida la muestra.
Cuando la muestra está lista para la inseminación se deposita en
un catéter especial conectado a una jeringa; la paciente se
coloca en posición ginecológica, se aplica un espejo vaginal
estéril para localizar el cervix (igual que en una exploración
vaginal de rutina) y por su orificio se introduce el catéter
hacia el interior del útero y se deposita el semen capacitado (inseminación
intrauterina). Si el caso lo amerita , se puede depositar también
semen capacitado en el interior del cervix (inseminación
intracervical).
El catéter se retira lentamente y se deja a la paciente en reposo
20 minutos, concluyendo así el procedimiento. Se indica reposo
relativo al día siguiente y coito vaginal. Se recomienda
administrar algún medicamento progestágeno para ayudar a la
implantación del pre-embrión.
¿En que consiste la fertilización in vitro? ¿Cómo se hace? ¿Cuales
son las indicaciones o contraindicaciones?.
In Vitro literalmente significa en vidrio, indicando que la
fertilización se realiza en el laboratorio, en una cápsula que
antes era de vidrio, y se trata de fertilización extracorpórea (fuera
del cuerpo). FIV es un método de reproducción asistida en el cual
los espermatozoides y los ovocitos se unen fuera del cuerpo en
una cápsula de laboratorio. Si la fertilización ocurre, el
embrión resultante es transferido al útero donde se implantará
por sí solo. La FIV es una razonable elección para parejas con
varios tipos de infertilidad. En un principio se utilizó para
para aquellas mujeres cuyas trompas se encontraban bloqueadas,
dañadas o ausentes, pero actualmente su aplicación se extiende a
esterilidad causada por endometrosis, factor masculino, causas
inmunológicas y esterilidad sin causa aparente.
Estudios previos.
Toda pareja que se somete a una técnica de reproducción asistida
deberá realizar una serie de estudios previos al procedimiento.
Se solicitarán dosajes hormonales femeninos, se comprobará la
normalidad de la cavidad uterina, se realizará una evaluación
prequirurgica, así como también se estudiará la calidad y
capacidad fecundante del semen.
¿Qué resultados se obtienen?.
Con la inseminación intrauterina se obtiene la mejor tasa de
embarazo, entre el 20-25% de probabilidades de embarazo por
intento. Se recomiendan 5 ciclos consecutivos de inseminación
artificial para agotar las probabilidades de éxito. Una vez
lograda la fecundación, el desarrollo del embarazo es normal; el
riesgo de presentar un aborto, parto prematuro o un bebé con una
malformación congénita es el mismo que en un embarazo obtenido
por coito vaginal.
Para incrementar el porcentaje de éxito se recomienda aumentar la
cantidad de óvulos en el tracto genital femenino estimulando los
ovarios con medicamentos que inducen ovulación múltiple (estimulación
ovárica). El seguimiento folicular indicará el momento de la
ovulación y el día óptimo para la inseminación.
Los
Primeros Consejos
Una vez que ocurre la
fecundación, se producen muchos cambios en el cuerpo de la mujer
embarazada. El desarrollo del bebé en el útero origina un gran
número de cambios físicos y químicos.
Existen muchas señales asociadas
al embarazo. La más común es la falta menstrual, pero como no
todas las mujeres tienen periodos regulares es importante observar
otras señales, como crecimiento de los pechos, náuseas, acidez,
fatiga, y micciones frecuentes.
Aun si una mujer presenta todos
los síntomas es importante confirmar el diagnóstico con una prueba
de embarazo. Esta prueba puede detectar la presencia de una
hormona llamada gonadotropina coriónica, que es producida por la
placenta y se encuentra presente en la sangre y en la orina de la
mujer embarazada.
CUIDADO PRENATAL
El cuidado prenatal tiene como
principal objetivo realizar un seguimiento exhaustivo de la salud
de la madre y del feto durante el embarazo. Es importante visitar
al médico tan pronto como sospeches que estás embarazada. Durante
cada visita, el médico te hará un examen físico que incluirá:
peso, extremidades (para detectar retención de líquidos), presión
arterial y altura uterina. Además, comprobará la posición del feto
y los latidos de su corazón. Todos estos aspectos van a ser
seguidos muy de cerca durante todo el embarazo. Tu médico también
podría aconsejar otros exámenes, como ultrasonidos y estudio de
los latidos fetales.
La frecuencia de visitas al
médico varía en función del profesional que te esté tratando y de
cómo se vaya desarrollando tu embarazo. Algo relativamente normal
sería visitarle mensualmente durante los primeros dos meses (semana
1 a la 28 de embarazo), cada dos semanas de la semana 28 a la 36 y
semanalmente después de la 36 (hasta el día del parto). De todas
formas, quién mejor sabe cuándo tiene que verte es tu propio
médico.
CUIDANDO DE TI MISMA
Tu bebé está íntimamente unido a
ti, tanto física como emocionalmente. No sólo lo que tú ingieres
es transmitido al bebé, sino que también le comunicas tus
emociones y sentimientos. Como tú y tu bebé compartís endorfinas (sustancias
químicas que producen una enorme sensación de bienestar), tu hijo
también notará las emociones que tú experimentes. Por eso es tan
importante sentirse feliz, tranquila y relajada. Tu felicidad y
vibraciones positivas pueden inducir en tu bebé sensaciones
igualmente placenteras.
Es bueno tomar parte en
actividades con las que realmente disfrutes para que los dos
podáis beneficiaros de la relajación y satisfacción que se obtiene
al realizarlas.
Tómate tu tiempo para quererte a
ti misma y a tu bebé, y no olvides que es muy importante llevar un
estilo de vida saludable y comenzar lo más pronto posible con los
cuidados prenatales.
Embarazo y nutrición
Es muy importante mantener una
dieta equilibrada que te permita adquirir todos los nutrientes
necesarios para tu bienestar y el de tu bebé. Pídele a tu doctor
que te recomiende la dieta más adecuada par ti. Asegúrate de que
en tu dieta incluyes suficientes vitaminas y nutrientes, pero
modera las cantidades que ingieres. No se trata de "comer por
dos". Una ganancia elevada de peso puede hacer que el parto sea
mucho más difícil. Por lo general, trata de no ganar más de 13 Kg.
durante todo el embarazo.
Recuerda que mientras estás
embarazada, eres más propensa a sufrir algún tipo de intoxicación
alimentaria. Algunos aditivos e ingredientes artificiales pueden
ser dañinos para el bebé, e inclusive causar daños congénitos. Lee
cuidadosamente las etiquetas de los productos y minimiza la
ingesta de alimentos enlatados. Trata de comer alimentos
preparados frescos siempre que sea posible.
Bebe entre 8 y 10 vasos de agua
al día. Sobre todo, no te aguantes las ganas de orinar. Eliminar
las toxinas de tu cuerpo te ayudará a evitar infecciones urinarias
que con frecuencia padecen las mujeres embarazadas. Evita consumir
mucha sal, ya que podría hacerte retener líquidos e hincharte.
Recuerda también que durante el
embarazo una dieta rica en calcio resulta esencial para ti y para
tu bebé. Toma productos lácteos o suplementos de calcio
diariamente, preferiblemente por la noche. Un adecuado suministro
de calcio al organismo te hará menos susceptible a calambres.
Comer un yogur o beber un vaso de leche antes de acostarse te
ayudará a dormir mejor.
Embarazo y sustancias perjudiciales
Estudios recientes han
demostrado que una buena parte de las sustancias dañinas que
ingiere la madre pasa directamente al feto. Trata de beber menos
café, té y refrescos con cafeína. Pero sobre todo, evita el
alcohol, el tabaco y los medicamentos mientras estés embarazada.
El fumar puede hacer que tu hijo nazca prematuro, y tal vez muy
pequeño y con deficiencias respiratorias, mientras que beber
alcohol podría causarle defectos congénitos. En cuanto a las
medicinas, toma única y exclusivamente aquellas que hayan sido
recetadas por un médico que esté al tanto del desarrollo de tu
embarazo. Cuida de tu hijo cuidándote a ti misma.
Embarazo y descanso
Algunas veces, el cansancio
excesivo puede hacer a la mujer embarazada sentirse irritable y
deprimida. Trata de descansar todo lo que puedas. Si el dormir te
resulta difícil, intenta hacerlo de lado (preferiblemente sobre el
lado izquierdo) y coloca una almohada entre tus piernas. Es
importante que relajes tu cuerpo y tu mente tan frecuentemente
como te sea posible. Los periodos regulares de relajación te
ayudarán física y emocionalmente.
MOLESTIAS ASOCIADAS AL EMBARAZO
Conforme crece el feto, el útero
aumenta de tamaño afectando otras partes de tu cuerpo. Algunos
cambios están originados por las hormonas que el organismo secreta
para nutrir y proteger al bebé y prepararos a ambos para el
nacimiento.
Estreñimiento y hemorroides
Entre los causantes de estas
alteraciones se encuentran los cambios que las hormonas producen,
ralentizando el proceso del tracto digestivo. Sumado a esto,
durante el último trimestre de embarazo, el útero aumenta su
presión sobre el recto. Para minimizar estas molestias trata de
beber mucho líquido y comer frutas y vegetales ricos en fibra.
Algunas mujeres experimentan alivio bebiendo un vaso de agua tibia
en ayunas, antes del desayuno.
Náuseas
Como en el caso anterior, se
debe a cambios metabólicos. Por las mañanas, antes de levantarte,
come unas galletas y levántate lentamente, sin prisas. Come en
pequeñas cantidades cada tres horas (dieta fraccionada). También
es bueno ingerir proteínas (carne, huevos, leche) antes de
acostarse.
Acidez
Se produce normalmente cuando
los alimentos digeridos son empujados desde el estómago hacia el
esófago. Como dijimos anteriormente, durante el embarazo todo el
proceso digestivo se hace más lento, y además, el útero, ahora más
grande, empuja al estómago hacia arriba. Para evitar la acidez,
come en pequeñas cantidades pero con mayor frecuencia. Evita
alimentos ricos en grasas o con muchas especias y espera al menos
una hora antes de acostarte.
Fatiga
Tu organismo soporta un gran
esfuerzo durante todo el embarazo, por eso es conveniente dormir 8
horas diarias, y si es posible, echarse un rato de siesta. No
realices trabajos pesados ni que te agoten física o mentalmente.
Dolores de Cabeza
Puede ocurrir que los dolores de
cabeza aparezcan con frecuencia. Las causas pueden ser la tensión
nerviosa o el aumento en el volumen de sangre dentro de tu
organismo ahora que estás embarazada. Descansa y trata de
relajarte, pero no tomes medicinas a menos que te lo haya
aconsejado tu médico.
Micciones frecuentes
El útero está presionando a tu
vejiga urinaria, y aunque esté casi vacía, esta presión crea la
misma sensación que si estuviera llena. No te aguantes las ganas
de orinar (recuerda lo que dijimos anteriormente sobre la
eliminación de toxinas).
Calambres
Estos problemas circulatorios se
originan por el aumento de peso experimentado en el embarazo.
Pídele a tu médico que te recomiende algunos ejercicios para
aliviar estas molestias.
Cloasma
Son manchas oscuras que aparecen
en la piel, y están causadas por las hormonas presentes durante el
embarazo. Generalmente desaparecen después del parto. A veces,
evitar la luz solar ayuda a prevenirlas.
Estrías
El sobrepeso hace que la piel
tenga que soportar mayor tensión. Las estrías aparecen
generalmente en el abdomen y desaparecen lentamente después del
parto.
Várices
Se producen por la presión que
el útero ejerce en la parte baja del abdomen, lo cual dificulta la
circulación. Normalmente aparecen en las piernas después de
permanecer de pié o sentada durante largo rato. Por tanto, intenta
no permanecer en la misma posición demasiado tiempo. Alterna los
períodos en los que estás de pié y sentada. Muévete con frecuencia
para estimular la circulación. Eleva las piernas cuando te sea
posible. Incluso, cuando estés en la cama, puedes colocar una
almohada bajo tus caderas. No uses ropa demasiado ajustada.
Dificultad para respirar
Esto ocurre generalmente durante
el tercer trimestre, ya que el feto está ocupando más espacio en
tu abdomen. Respira profundamente varias veces al día, pero evita
hiperventilarte. Huye de las aglomeraciones y de los lugares
contaminados.
Dolores de espalda
Es una consecuencia del aumento
del abdomen y del incremento de peso. Utiliza zapatos de tacón
bajo, mantén la espalda recta y no cargues con objetos pesados. Es
bueno practicar ejercicios de relajación que te ayuden a eliminar
la tensión en los músculos.
Hinchazón
Se debe a la retención de agua
en los tejidos, especialmente en los pies. Como ya dijimos, Eleva
las piernas cada vez que puedas y no te pongas ropa ajustada. Es
importante avisar al médico si notas que la hinchazón no ocurre
sólo en las piernas, o si se produce un aumento brusco de peso.
SEÑALES DE ALARMA DURANTE TU
EMBARAZO
Debes ponerte en contacto con tu
médico lo antes posible si aparece alguno de los siguientes
síntomas:
-
Hemorragias vaginales.
-
Dolor al orinar.
-
Erupciones o ampollas en el
cuerpo.
-
Hinchazón de manos y cara o
aumento brusco de peso.
-
Fiebre.
-
Dolor agudo de estómago.
-
Dolores de cabeza muy
severos.
-
Súbitos problemas de visión.
En cualquier caso, no te asustes
y espera a que el médico te dé su opinión y las recomendaciones
pertinentes.
Depresión posparto
Forma de depresión que experimenta una madre después
del nacimiento de su hijo.
Información general
Tener un bebé puede producir tanto júbilo como
agotamiento. Durante las primeras semanas después de dar a luz es
posible que usted sienta fatiga y algo de dolor a medida que su cuerpo
se recupera. Si usted es como la mayoría de las mujeres, es posible
que también experimente la "melancolía de la maternidad," una forma
muy leve de depresión. Ésta comienza de tres a seis días después del
parto y dura hasta dos a seis semanas. Los expertos opinan que estos
sentimientos son causados por cambios hormonales (especialmente bajos
niveles de estrógeno o trastornos tiroideos), fatiga y sueño
interrumpido.
La depresión posparto, una condición más grave, afecta
de un 8 a un 15% de las mujeres. Por lo general, ésta comienza
alrededor de dos semanas después del parto, pero algunas veces pueda
que no se presente hasta los tres a seis meses después de dar a luz.
La misma puede durar varios meses, y si no es tratada, puede durar
varios años. Si usted ha sufrido antes de depresión posparto, tiene un
70% de probabilidades de sufrirla de nuevo. Las mujeres que han tenido
complicaciones mayores durante el embarazo tienen el doble de
probabilidad de tenerla, en comparación con las que han tenido un
embarazo relativamente fácil.
Otros factores que pueden contribuir a la depresión
posparto pueden ser: tener otros hijos en casa; dar a luz gemelos;
tener sentimientos ambivalentes acerca del embarazo; y tener
antecedentes de depresión.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas de la melancolía de la maternidad pueden
ser tendencia al llanto, ansiedad, insomnio, cambios de humor,
dificultad para concentrarse, fatiga y pérdida de interés en el sexo.
Aunque algunos de estos síntomas son similares a la depresión posparto,
tenga presente que la melancolía de la maternidad es más leve y de más
corta duración. Consulte al médico si esto le preocupa.
La depresión posparto tiene dos formas; mayor y menor.
La depresión mayor se diagnostica cuando cinco o más de los síntomas
abajo mencionados se presentan durante por lo menos un período de dos
semanas. La depresión menor se diagnostica cuando menos de cinco de
los síntomas abajo mencionados se presentan durante por lo menos dos
semanas. En ambos casos, al menos uno de los síntomas debe incluir
sentirse deprimida o sentir falta de interés por actividades la mayor
parte del día. Consulte al médico si está sintiendo cualquiera de
estos síntomas:
Depresión la mayor parte del día.
Notable falta de interés o de placer en realizar
actividades casi todos los días
Pérdida o aumento de peso notable.
Disminución o aumento del apetito.
Insomnio o demasiado sueño.
Fatiga.
Excitación o apatía.
Sentimiento de culpa.
Sentimientos de desvalorización.
Dolor de cabeza.
Ataques de pánico.
Sentimiento de indiferencia por el bebé.
Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
Tratamiento
Hay muchas cosas que puede hacer por sí misma para
ayudar a aliviar la melancolía de la maternidad o la depresión
posparto. Lo más importante que se debe hacer es dar un paso atrás y
darse tiempo para ajustarse a su nueva vida. Aquí hay algunos consejos:
Pida ayuda con las actividades diarias.
Si se siente abrumada, reduzca el tiempo de las
visitas de amigos y familiares.
Descanse todo lo que pueda.
Salga de casa cada vez que tenga la oportunidad.
Reúnase con otras nuevas mamás.
Pase tiempo sola.
Aparte tiempo para ejercicios aeróbicos moderados como
caminar.
Si estas sugerencias no la ayudan, hable con el médico.
Las mujeres con depresión leve son referidas, por lo general, a un
terapeuta para que discutan sus temores y preocupaciones. En algunos
casos, a las mujeres con depresión moderada se les administra
tratamiento de estrógeno. En casos de depresión grave, se indican, por
lo general, agentes antidepresivos y/o ansiolíticos. Infórmele a su
médico si está amamantando antes de que le recomiende algún
medicamento.
Prevención
Desafortunadamente, la depresión posparto no puede
evitarse, pero una planificación previa puede ayudar. Mientras está
embarazada, trate de prepararse mentalmente para los numerosos cambios
de estilo de vida que pronto se van a producir. Comience a buscar a
alguien que la ayudará con las tareas del hogar y con el bebé durante
la primera semana de llegar a casa del hospital; escoja una guardería
para que pueda tener descansos de manera continua y decida con tiempo
lo que necesita tener a la mano cuando el bebé llegue. Tener estas
cosas arregladas antes de dar a luz le proporcionará cierta
estabilidad durante un momento bastante impredecible.
Preguntas más frecuentes
P: Me he estado sintiendo de maravilla desde que traje
mi bebé a casa hace un mes. ¿Este sentimiento tan agradable va a
desaparecer y conducir a una depresión?
R: Lo más probable es que no sea así. Aunque la
melancolía de la maternidad es común y algunas mujeres sufren de
depresión posparto, eso no significa que usted la sufrirá. Debido a
que casi siempre la melancolía de la maternidad comienza en la primera
semana después de dar a luz y la depresión posparto se instala después
de la segunda semana, se podría afirmar con bastante certeza que usted
ha escapado ambas condiciones.
P: ¿Y con respecto al papá del bebé? ¿También él podría
sufrir de depresión?
R: Los nuevos papás, especialmente los primerizos,
también pueden experimentar sentimientos de melancolía o ansiedad,
especialmente por sentirse excluidos cuando toda la atención se centra
en la mamá o el bebé. Ahora es un buen momento de que ambos hablen
acerca de su nueva condición de padres. Traten de pasar tiempo solos
juntos, aunque sea por una hora. Muchos padres tratan de planificar un
momento regular en la noche para estar juntos sin el bebé.
P: ¿Se pueden tomar antidepresivos mientras se está
amamantando?
R: Desafortunadamente, los expertos no saben mucho
acerca de los efectos de los antidepresivos en los bebés que están
siendo amamantados. Debido a que la mayoría de los medicamentos que
toman las madres se manifiestan en la leche del seno, es aconsejable
evitar tomar antidepresivos mientras amamanta. Si su depresión
posparto es grave, es posible que considere alimentar al bebé con
biberón, con el fin de que pueda tomar medicamentos con seguridad sin
pasarlos al bebé. Es una buena idea discutir estas inquietudes con el
médico .
Glosario
Ejercicio aeróbico: Actividades físicas como correr o
nadar que acondicionan el corazón y los pulmones aumentando la
eficiencia del cuerpo para utilizar oxígeno.
Ahora somos tres
Perder aquella cintura que
su tía, siempre risueña, llamaba "breve"; ver abultarse,
semana a semana, mes a mes, ese vientre plano, planísimo
logrado a fuerza de agotadoras sesiones en el gimnasio;
presentir ese ensanchamiento de caderas que su abuela, tan
apocalíptica en sus vaticinios, le predijo sería para siempre;
todo, en ese momento, era nada. Todo quedaba felizmente
compensado por la dicha máxima de saber que aquellas divinas
deformaciones de su cuerpo las ocasionaba el crecimiento de
su bebé en su barriga. Todo era hermoso porque cada
abultamiento, cada mancha, cada aumento significaba que allí
dentro todo iba bien. Entonces, pensaba en lo fácil que es
pasar del concepto hijo a la imagen de bebé, y sin mediar
ideas más profundas venían las fantasías: ella feliz dando a
luz a su bebé; ella feliz amamantando a su bebé; ella feliz
bañando, paseando, durmiendo a su bebé, y sobre todo ella
felicísima y bella luciendo su bebé ante el mundo.
Y lo haría así, como lucía
ahora su tripa, con esa sonrisa que sus cuñadas, tan
urticantes a veces, llamaban ya "el gesto pegado" y que para
ella hasta comenzaba a sonarle a verdadero porque, por más
que lo intentaba, le era imposible dejar de sonreír. Pero ¿cómo
lograrlo ante tanta felicidad?. No había en el mundo mujer
más bella que ella. Se sentía así para el mundo entero y
estaba convencida que todos, hombres y mujeres por igual, no
podían evitar volverse a mirarla porque representaba una
estampa total y absolutamente hermosa. Su madre, a veces
lapidaria en sus opiniones, sostenía que esa atención que le
dedicaban los transeúntes se debía más bien a los colorines
que escogía para vestirse, los cuales, incorporados al
volumen, hacían una combinación difícil de esquivar.
Tampoco había en el mundo
mujer más sensual que ella. Se sentía así en especial para su
marido, tan bello, tan querido, el padre de su bebé. Se
miraba en el espejo y se encontraba, además de bella, por
supuesto, voluptuosa, incontrolablemente voluptuosa, y en
muchísimas ocasiones, tantas que lograrían sonrojar a la
familia entera, llegaba a mostrarse, más que sensual,
lujuriosa y descocada, y así se lo hacía sentir a él.
Eran sólo dos. Uno para el
otro y en un divino viceversa se les pasaba el tiempo libre
que les dejaban sus actividades. Les llegaba para consentirse,
amarse, enfadarse, jugar, cocinar, ponerse guapos, salir con
los amigos, visitar a la familia, hacer muchos planes,
redecorar la casa, dormir. En fin, eran sólo dos casi con
todo el tiempo del mundo.
Entonces llegó el día y
nació el bebé. Era (el bebé, porque el parto ya fue otra cosa)
como lo habían soñado: redondito, rosadito, pequeñito,
precioso y, por encima de todas las cosas, un santo. "Es un
bendito hermana, sólo duerme". "Aquí, en la clínica",
murmuraron al unísono y por lo bajito la tía risueña, la
abuela apocalíptica, las cuñadas urticantes y la madre
lapidaria, todas fogueadas en más de un nacimiento.
Con la misma disposición a
ser admirada, abandonó la maternidad como una reina. Salió
como tantas veces había imaginado, oronda con su angelical
bebé en brazos y resguardados ambos por un orgulloso y
amoroso hombre quien no tenía más ojos que para su ya crecida
familia. "Ahora", le susurró al oído, "somos tres".
Hizo una entrada triunfal
en su casa. La escoltaban, además del insigne cónyuge, la tía,
la abuela, las cuñadas y por supuesto la madre. La agarraron,
la acostaron, le quitaron al santo bebé, prepararon un
caldito, conversaron, se tomaron un café y se fueron, no sin
antes darle los últimos consejos de la jornada.
Al rato, el bebé lloró y
tardó casi hora y media en consumir su ración. Apuntó la
hora, el lado y el tiempo invertido en la faena. Cambió el
pañal, y organizó el cuarto. Acompañó a su amor a comerse un
plato de caldo y se acostaron a dormir. Poco tiempo después,
el santito lloró de nuevo exigiendo lo único que a esa edad
piden: comida. Tardó un poco el bebé en expulsar los gases,
de manera que para cuando lo acostó en la cuna habían pasado
ya dos horas desde que había comenzado este turno alimenticio.
Otros tantos minutos le llevó contarle al semi-dormido padre
cómo había sido todo y convencerlo de que no era necesario
que se levantara con ella, total... Minutos más tarde, sintió
de nuevo el llanto de su hijo y comenzó todo otra vez.
Así pasó una semana, y otra
y otra. Con sus pequeñas variantes, sus días y sus noches se
convirtieron en un eterno hábito repetitivo sin comienzo ni
final.
Un día, pasadas varias
semanas y ya con un control más o menos preciso de la rutina,
tuvo tiempo de mirarse al espejo después del baño. Ese día
lloró tanto como no lo había hecho desde que le robaron la
bicicleta a los cinco años de edad. No había cintura, no
existía el vientre plano, planísimo. No había siquiera
aquella piel tersa y brillante como recién humedecida en
aceite. Sí había en cambio unas ojeras que le llegaban al
ombligo, unos pechos descomunales e irritados, una caderas
enormes que abarcaban todo el espejo aún dejando distancia y
una piel... ¡Ay que horror!. Y siguió llorando.
Esa misma noche llegó él,
el papá de la criatura, insinuante, amoroso como en sus
mejores tiempos, cargado de flores y armado con aquella
sonrisa que siglos atrás a ella la perturbaba y le vaticinaba
momentos siderales. Esta vez el efecto fue completamente
contrario. Recordó el espejo y arrancó de nuevo en llanto
profundo. Pensó en su cansancio y se desbarató en suspiros
desconsolados. Calculó las horas que llevaba sin dormir como
se debe y no hubo consentimiento, ni halago, ni cariño que la
hiciera cambiar de opinión.
Sólo atinó a decirle en un
susurro antes de caer profundamente dormida: "es que antes,
mi amor, éramos dos".