Consejería
Cristiana es una introducción a la
consejería bíblica que el pastor puede aplicar a las necesidades de las
personas que buscan su ayuda. Se estudia el comportamiento del
hombre y los factores que forjan su carácter para comprender mejor la
condición humana. Esta matería representa una investigación del
educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto
Abels.
Como algo cotidiano,
normal, de uso mecánico, asumimos el término "enamoramiento", o su
acción: Estar enamorados, sin preguntarnos nunca, qué es en verdad
estarlo... Para escribir sobre este tema, partí, primero de
preguntarme a mi misma, lo que entendía por "Enamoramiento", después
lo hice con amigos, y por último, mantuve una larga conversación con
el médico psiquiatra y antropólogo Luis Uzcátegui, a los fines de
buscar sustento científico que me permita desmitificar y enseriar un
poco el tema.
Algunos me
respondieron que "Es el despertar en uno, de la pasión, del amor,
decir piropos, cortejar, prenderse de una persona, o desearla, u
obsesionarse con ella". Sin embargo, seamos bien honestos. ¿Nos
hemos preguntado alguna vez, qué es realmente para nosotros ESTAR
ENAMORADOS...?
Más de una
persona -hombres y mujeres- pasan la vida soñando con el amor. Lo
esperan, lo buscan. lo idealizan. Para algunos llega, para otros
pareciera que no es fácil que ese amor llegue a su puerta ... Proverbios,
frases hechas, refranes ... un sinnúmero de definiciones nos
grafican o nos distorsionan lo que es el enamoramiento. Esa
filosofía popular nos dice que El Amor es ciego, lo que lleva
a muchos a entender porqué frente al amor no razonan, no piensan, no
analizan... simplemente lo viven, lo sienten y muchos lo padecen.
El
enamoramiento TIENE que ser recíproco para que dé felicidad,
aunque, seamos honestos... más de una vez, y más de uno de
nosotros, se ha enamorado solo, sin para nada ser
correspondido, y en muchos casos, el centro de nuestro
enamoramiento, no darse por aludido del sentimiento que ha
despertado.
Pero, demos
por sentado que si hay un lazo afectivo entre ambas partes, y
que este lazo se percibe fuerte y sólido, lo que
automáticamente acrecienta la confianza y el vínculo se hace
más fuerte y sólido, es así, que la vivencia nacida de ese
despertar al "Enamoramiento" marcará e influirá en el
comportamiento de esos protagonistas de una historia de amor.
Sigo indagando y
preguntándome sobre el tema, y es así que llego hasta los
psicoanalistas, y hasta los conductistas. Busco en la ciencia
respuestas y definiciones más de peso, ellos explican que la elección
de pareja, es una resultante de la búsqueda de satisfacer impulsos y
deseos, y muchas veces, en este acto inconsciente inciden un conjunto
de motivaciones que emergen de vivencias infantiles, las cuales,
permanecen en niveles inconscientes, ya que posiblemente fueron muy
dolorosas.
Por eso no es
sencillo ni frívolo hablar de "Enamoramiento" Son muchos los factores
que influyen para que el individuo elija a su pareja. Y en el
transcurso del desarrollo del individuo, a partir de la infancia,
para elegir o buscar pareja, tomará como referencias: satisfacciones,
frustraciones, privaciones vivenciales; a esto sumará y marcará su
desarrollo psicosexual, el ámbito social y económico en el que se
desenvuelve.
Hay tantas y tantas
referencias sobre el amor, que se hace inevitable citar algunas: "El
amor es una cosa maravillosa" ... El amor no tiene edad ni fecha en
el calendario... dice una tonada del llano venezolano. Niños,
ancianos adolescentes, adultos, mujeres, hombres... todos nos
enamoramos. Famosos, ricos, pobres, bonitos, feos, rubios, morenos,
altos, delgados y gordos, inteligentes, brutitos...
Querría
saber si hay alguna persona que no se haya enamorado jamás...
Hay amores
y amores: ese primer amor, inocente, idílico, bobo, bonito...
Ese enamoramiento ciego. Esa primera ilusión, ese despertar.
Ese caminar por primera vez lo que ha de ser el ciclo o
proceso de enamoramiento.
Al hablar del "Proceso
de Enamoramiento", debemos enumerar las etapas del mismo:
1ª La idealización
del objeto amado", es una constante que muchos investigadores de la
conducta han estudiado, por ello, citemos sólo a J.G. Lemaire, quien
asevera que muchos defectos, rasgos de personalidad, o características
absolutamente predominantes, no son percibidos como asuntos, o
conductas realmente molestas de la pareja o persona a la cual se ha
escogido para amar. Tonta e ilusoriamente creemos que se pueden
modificar rasgos estructurales, culturales o sociales, simplemente por
la fuerza del cariño o el amor. Gran error de múltiple presencia...
Seamos honestos también con esto ¿Cuántas veces hemos incurrido en
creernos factible tal asunto?
2ª Aquí conseguimos
lo que los científicos de la conducta llaman "el estado alterado de la
conciencia". Es ese momento o esa etapa en la cual, la conciencia de
la que se hace alarde, pasa realmente a integrarse a un autoengaño
elaborado y "Montado" por el inconsciente. Creemos que conscientemente
elegimos a la pareja, y esto no es verdad, hay que aceptar que quien
realmente lo hace es el inconsciente. Por ello, al pretender razonar
lo que nos gusta, nos atrae o nos acerca a esa persona, no tenemos
muchas respuestas. Es cuando, de poder pararnos y hacer ese análisis,
nos daríamos cuenta de que hemos recubierto a ese "alguien" con los
ropajes con los cuales vislumbramos o imaginamos que viste "El Amor"...
Por eso no hay respuestas, ya que como decía Ortega y Gassete: Se está
enamorado del amor ...
3ª En este tercer
punto, encontramos eso que llamaremos "La proyección de ideales
propios sobre la personalidad del otro", aquí encontramos ese momento
en el cual, ideales y metas personales dejan de ser lo primordial, lo
más importante, y se abre paso a tratar de mantener a la pareja a
nuestro lado a como dé lugar, y como única prioridad, y sin darnos
cuenta, perdemos nuestra personalidad, nuestras metas y objetivos,
para convertirnos en seguidores de los objetivos y metas de la otra
persona.
4ª Aquí
conoceremos sobre "La esencia de exclusividad" o lo que resulta igual
a "ser lo único para la pareja". Es cuando total y exclusivamente
ofrecemos lo mismo, inconscientemente y casi como un compromiso sin
que hacerlo, implique obligación, ya que sinceramente se está
convencido. Tomar esta actitud, conduce a una "ausencia de demandas",
y lo más grave es que esa ausencia de demandas ni siquiera nos dejaran
darnos cuenta de las terribles carencias que tenemos en esa relación y
en nuestra propia vida inserta en ella... Es allí cuando el "Enamorado
/ a" llega a creer que la simple unión de la pareja llenará o
compensará las grandes e importantes necesidades individuales, que
van desde la diversión, hasta los problemas laborales, sociales y
económicos. Por eso, se hace imagen común ver a parejas conversando
todo el día, rodeados de problemas, pero pareciendo no verlos o no
necesitar más que estar juntos como en una cúpula de cristal. Esas
parejas, esos individuos por un tiempo no tienen conflictos, la
ausencia de dinero, todo se supera con el hecho de estar juntos, pero
... otro dicho popular viene a sacudirnos: ¡Amor con hambre no dura!
Es fundamental, a
cualquier edad, prepararnos un poco para "Sobrellevar" el
enamoramiento... A las cuatro etapas arriba desglosadas hay que
agregar un elemento regresivo plenamente inconsciente, ese elemento
que hace, por una suerte de encantamiento, que durante los primeros
días del "Affaire" o noviazgo, o aventura, o como quiera llamarse, nos
parezcamos muchísimo a esas criaturas desvalidas de nuestros primeros
días de vida, esos seres que a través d el calor, la seguridad, el
amor, el alimento, el confort, comienzan a ver a su pareja como una
totalidad, lo que en términos psicoanalíticos habría que definir como
una regresión a vivencias primarias.
Es la
peligrosísima etapa o faceta, donde comienzan a privar
sentimientos de omnipotencia, y comenzamos -sin notarlo o estar
conscientes de ello- a comportarnos como "Super Man" o "Mujer
Maravilla" versión vida cotidiana ... nos creemos invencibles ya
que nuestra "Fuerza" la sacamos de esa "Lámpara mágica" que
representa el amor. Sobrevaloramos a la pareja y nos dejamos
envolver por esa ansiedad de comenzar una relación deseada,
novedosa, excitante , y donde es tal el obnubilamiento, que nos
convertimos en "Minusválidos" existenciales, y bloqueamos
totalmente el componente narcisista, que en grados normales,
todos debemos poseer, y al bloquearlo nos sumimos en un estado de
no valoración, ni aprecio por nosotros mismos. y tomamos en
cuenta nada más que aquello que consideramos son las necesidades
del compañero/a, y lo único que cuenta, aún a costa de la propia
salud física y mental, es verlo feliz, y esto, lleva
irreversiblemente a cambios muy negativos en nosotros mismos,
cambios que abarcan hasta lo fisiológico, y que lleva a crear
verdaderas patologías, entre ellas, la presencia de una especie
de defensa maníaca contra la depresión, comportándose o mejor,
aferrándose de la misma manera maníaca a la euforia, a un
dinamismo forzado, y a un "Decreto" donde se pretende vivir en un
estado continuo de actitud positiva. ¿Cuánto durará esto...?
Cualquiera que haya
leído hasta aquí, puede perfectamente haber notado el hecho de que el
enamoramiento transforma totalmente nuestras vidas, o por lo menos,
mientras vivimos esa "Fase" primera, casi ciega...
Ahora, se hace
necesario preguntarnos ¿Cómo hacen esas personas, que fácilmente
podemos identificar dentro de nuestro círculo familiar o de amigos y
relaciones, que sin duda son archi populares, y tener y haber tenido
largas, numerosas y apasionadas historias de "Enamoramientos"?
Casi que me
atrevería, después de pensar un poco, que la respuesta bastante
simple: Las personas sanas, aman a quien las ama, Vean a vuestro
alrededor, y se darán cuenta que las parejas realmente equilibradas y
maduras y estables son aquellas donde la relación es recíproca, donde
ambos se aman, y se preocupan -cada uno por igual- de los asuntos del
otro. Por eso, igualmente se nota si este tipo de comportamiento y
sentimientos son ciertos... y el tiempo, al mostrarnos la permanencia
de esos lazos afectivos y hacerlos cada vez más y más intensos, nos
dará la certificación.
Es bien importante
que nos demos cuenta que para tener éxito, y lograr "Amores de
película" no requerimos de perfecciones ni condiciones extraordinarias,
lo que si hay que proponerse lograr es un balance entre dar y esperar.
Un poco el sentido exacto de la reciprocidad. Quizá eso llevó a
Dutch Boling, en su libro "La magia de la sonrisa" (Selector. México
1997) a decir que "Al encontrarnos cara a cara con el amor, o se abren
los brazos o sólo se huye
Qué tal si contamos
las veces que abrimos los brazos y las veces que echamos a correr...
Claro está, que cada quien cuenta su propia historia, y de acuerdo a
sí es rosa o negro el final, será una historia bonita, o un cuento de
horror... Por eso, si encuestamos a muchas personas sobre qué es el
enamoramiento, y cómo ha sido la experiencia de enamorarse, serán muy
variadas las respuestas
Pienso que además
de interesante puede resultar divertido que hagan una encuesta y
comiencen a preguntarle a amigos y familiares, habrá quien diga que su
pareja es una "Buena Ama de Llaves", o "Un buen dueño de una solvente
Chequera", otros dirán que "Es la razón de su vida", la "Fuente de su
alegría", "Su Peor es nada", "Su sueño hecho realidad", en fin, hagan
la prueba... Verán que "El Enamoramiento" no es parte de un guión de
TV o de cine.
Que no es "Rosadito
y cursi", que tampoco es un "Pretexto" creado por los comerciantes
para "Hacer su agosto" el 14 de febrero. Es bastante más que todo eso.
Es camaradería, es sinceridad, es fidelidad, es solidaridad, es
compromiso, es amistad, es pasión, es ilusión, es complicidad bonita,
es trascendencia, es vida... Es el inicio de la vida.
Mucho
más que un amor
de telenovela
Ni para que meternos en el lío de contestar esta pregunta que por
siglos nadie ha acertado a definir adecuadamente. A esta palabra
tan común se le ha atribuido desde lo más sagrado hasta lo más
profano. Y todo mundo cree darle el mismo significado.
Sin embargo, a las cosas hay que llamarlas por su propio nombre
para así evitar que se les dé un uso distinto que sólo hará caer
en confusiones perjudiciales, y conductas que se justifican en
las palabras lo hice por amor. No se definirá al amor en
una forma general, sino al amor que une y hace fuerte a la pareja,
el amor de los esposos.
1.- Hay quienes piensan que amar consiste en ser amado.
Esto se podría entender en que el amor consiste en recibir, más
que en dar. Pero no. El amor conyugal tiene un doble juego, dar y
recibir, para mantenerse y crecer.
-Si uno da sin recibir, termina dependiendo del otro.
-Si uno recibe sin dar, termina dominando al otro.
El intercambio de donación y recepción crea una relación de
iguales: precisamente por haber dado, recibe en compensación y
por haber recibido, siente deseos de seguir dando. El amor visto
así no radica en la posesión sino en la donación.
2.- Hay quienes creen que la persona amada es el objeto del
amor.
Hay quienes creen que la persona amada es el objeto del amor y
toman a esta persona como fin. El pensar así es estar destinado
al fracaso, porque el hombre y la mujer no se llenan mutuamente,
aunque en un principio así lo parezca.
El fin del amor es algo que trasciende y ese fin serán los hijos.
Paulo VI anunció así una gran ley del amor. Darse el uno al
otro para darse luego juntos. Porque el amor no es la persona
amada, sino una capacidad, facultad; por lo tanto, la persona no
debe negarse a la trascendencia, porque la raíz del amor es la
fecundidad.
Cuando por decisión propia la pareja decide no tener hijos está
entrando en un círculo limitado y egoísta, buscando sólo su
propia satisfacción, sin darse cuenta del daño que se causan.
- El amor mutuo protege a los hijos.
- Los hijos son un estímulo para la pareja.
- Hay una correlación entre hijo y estabilidad del matrimonio,
porque los hijos purifican el amor de la pareja, haciéndolo menos
egoísta.
En la unión libre esto está muy lejos de ser. Su misma
inestabilidad al dejar abierta la posibilidad de separarse por
cualquier motivo, no permite el amor de donación y de fecundidad,
pues hay una decisión de antemano a la no procreación.
3.- Hay quienes creen que el amor es una fuerza ciega que
arrastra.
Hay quienes creen que el amor es una fuerza ciega que arrastra,
por lo tanto justifica todo y no se puede hacer nada para
evitarlo.
A esto se le llamaría amor-pasión, donde más que gozar el amor,
se padece el amor.
- El amor es una fuerza, ciertamente pero no ciega.
- Es algo que de alguna manera depende de nosotros, porque el
amor es edificable.
- Es la razón la que debe dictarle al corazón lo que debe hacer.
- Cuando se considera el amor una atracción momentánea, y se guía
sólo por un impulso de deseo sexual, entonces a esto se le llama
soledad, vanidad, afán de dominio, conquista, etc., pero no amor,
ya que todo acto de amor que involucre sólo el cuerpo, es
un acto egoísta. Qué fácil es acomodarse detrás de actos tan
innobles y atribuirlos a un sentimiento tan noble como es el
verdadero amor.
En el amor conyugal lo físico ha de ser la expresión del amor de
dos personas (con toda la dignidad que en sí la persona tiene) y
no de dos cuerpos, si no, esto correspondería a un simple
instinto carnal que en otros términos sería animal. Por otro lado
las relaciones sexuales precoces deforman el amor, ya que se cae
en el gran peligro de creer que el atraerse mutuamente y que el
apasionamiento, son la muestra de la intensidad del amor
La vida matrimonial:
- Es esforzarse día con día para mantenerse y crecer, incluso en
el aspecto sexual.
- Exige respeto mutuo, adaptación de caracteres, un sinnúmero de
sacrificios.
Es lo que llamaríamos un amor maduro, y no en años sino en lo que
esto implica: amar con libertad, una verdadera libertad (que es
dominio del espíritu sobre la materia). La libertad hace al
hombre más persona, más creativo, más equilibrado, más dueño de
sí mismo. El amor debe llevar a una madurez que se logra por
continuas conquistas hechas a base de esfuerzos y renuncias a sí
mismo. Sólo en este plano se entiende el verdadero amor. El amor
de los esposos: total, fiel y exclusivo.
Amor: Cuestión de voluntad
Una de las palabras que más han intentado definir los expertos,
sin lograrlo totalmente, es el vocablo amor. Al mismo
tiempo es la palabra más desvirtuada. Ya se le llama amor
a casi cualquier cosa, incluso las peores aberraciones sexuales y
los mayores actos de egoísmo reciben este nombre.
Otras personas describen al amor en una forma que raya -según la
opinión de muchos- en lo cursi. Un ejemplo de esta es la
siguiente manera de relatar el impacto de amor que se
llevó cierto jovencito:
Fue una enorme descarga de energía que hubiera recorrido todo
su cuerpo en fracción de segundo. Sintió una sacudida brutal ¡cómo
si un rayo lo hubiera fulminado! El impacto que recibió fue tal
que permaneció mudo, como paralizado, sin aliento, cuando vio su
silueta recortada contra el cielo rojizo y purpúreo de aquella
hermosa tarde de otoño.
Su corazón se aceleró cuando a aquella visión se sumó el sonido
fresco, dulce y armonioso de su risa espontánea y discreta. Fue
como si su cerebro, hubiera descubierto de repente el significado
de aquella palabra ¡amor! que había escuchado tantas veces y que
nunca había comprendido.
Repentinamente tuvo una visión muy clara: supo que no descansaría
hasta conseguir que ella correspondiera a ese sentimiento tan
intenso que de manera tan fuerte se había posesionado de su ser.
¿Caricatura del amor?
Muchos libros, películas y novelas describen el proceso del
enamoramiento con escenas similares a la anterior. A veces lo
presentan cursi y en otras lo exhiben como algo incomprensible,
misterioso y casi mágico. Se limitan a presentar este sentimiento
desde un solo ángulo: una pasión o maraña de sensaciones y
emociones que atrapan a la persona con una fuerza irresistible.
Pretenden hacer que la gente crea que el amor es solamente una
sucesión de sentimientos que ocurren repentinamente y ante los
cuales lo único que se puede hacer es: dejarse llevar. Dan a
entender que las personas se enamoran en contra de su voluntad,
que es algo que sucede y así como viene se va, de tal manera que
a los seres humanos les llega el amor y luego, se les escapa de
las manos.
Vistas así las cosas, la gente se enamora y se casa. Luego, se
desenamora y se descasa (divorcia). Así de simple, así de
claro. ¿Dije claro?
Entonces... ¿Qué es el amor?
Aunque los sentimientos forman parte importante en el proceso de
enamoramiento, el verdadero amor no se limita sólo a ellos. El
verdadero amor involucra a la persona en su totalidad: cuerpo,
espiritualidad, sentimientos, afecto, inteligencia y voluntad.
El verdadero amor implica una valoración profunda de la persona
amada, que lleva ante todo a procurar el bien de ésta. Hay
ocasiones en que viendo a alguna pareja se escuchan comentarios
como: No sé por qué se fijó en ella, si la palabra fea le
queda corta, está espantosa.
Se dan casos en los que alguno de los dos es víctima de un
accidente que le inutiliza y el otro se entrega a su cuidado, se
dedica en cuerpo y alma a la persona amada, sin importar el
deteriorado estado físico y anímico del otro. Ya se ve que no
hay mayor amor que el del que da la vida por el ser amado.
Y se puede dar la vida de muchas formas. Basta ver a los padres
que dedican su vida, con sacrificio y entrega, por sacar adelante
al hijo que es discapacitado, o con ver a la tía solterona,
que dedicó su vida a cuidar a su madre enferma. Otro caso es ver
a la madre Teresa de Calcuta, sacando una enorme energía de su
débil constitución física, para entregarse en cuerpo y alma a los
más pobres de entre los pobres.
Esos ejemplos, ponen en evidencia que el amor va más allá del
sentimiento. El amor implica pues, una decisión libre, un acto de
voluntad.