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Seminario Reina Valera
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15. Niñez Consejería Cristiana es una introducción a la consejería bíblica que el pastor puede aplicar a las necesidades de las personas que buscan su ayuda. Se estudia el comportamiento del hombre y los factores que forjan su carácter para comprender mejor la condición humana. Esta matería representa una investigación del educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto Abels. Los problemas de aprendizaje
Un problema del aprendizaje es un término general que describe problemas del aprendizaje específicos. Un problema del aprendizaje puede causar que una persona tenga dificultades aprendiendo y usando ciertas destrezas. Las destrezas que son afectadas con mayor frecuencia son: lectura, ortografía, escuchar, hablar, razonar y matemática. Los problemas específicos de aprendizaje (PEA) varían entre personas. Una persona con problemas específicos de aprendizaje puede tener un tipo de problema del aprendizaje diferente al de otra persona. Una persona puede tener problemas con la lectura y la ortografía. Otra persona podría tener problemas con la comprensión matemática. Aún otra persona podría tener problemas en cada una de estas áreas, al igual que en la comprensión de lo que dicen otras personas. Los investigadores creen que los problemas específicos del aprendizaje son causados por diferencias en el funcionamiento del cerebro y la forma en la cual éste procesa información. Los niños con problemas específicos del aprendizaje no son "tontos" o "perezosos." De hecho, ellos generalmente tienen un nivel de inteligencia promedio o superior al promedio. Lo que pasa es que sus cerebros procesan la información de una manera diferente. La definición de "problema específico del aprendizaje" que se encuentra en el cuadro más abajo proviene del Acta para la Educación de Individuos con Discapacidades ("Individuals with Disabilities Education Act," o IDEA). IDEA es la ley Federal que sirve para guiar cómo las escuelas proporcionan servicios de educación especial y servicios relacionados a los niños con discapacidades. Definición de "Problema del Aprendizaje" bajo IDEALa ley de la educación especial de este país, el Acta para la Educación de Individuos con Discapacidades (IDEA) define un problema específico del aprendizaje como... "...un desorden en uno o más de los procesos psicológicos básicos involucrados en la comprensión o uso del lenguaje, hablado o escrito, que puede manifestarse en una habilidad imperfecta para escuchar, pensar, hablar, leer, escribir, deletrear o hacer calculaciones matemáticas, incluyendo condiciones tales como problemas perceptuales, lesión cerebral, problemas mínimos en el funcionamiento del cerebro, dislexia y afasia del desarrollo." Sin embargo, los problemas del aprendizaje no incluyen "... problemas del aprendizaje que son principalmente el resultado de problemas de la visión, audición o problemas en la coordinación motora, del retraso mental, de disturbios emocionales, o desventajas ambientales, culturales, o económicas." [34 Código de Regulaciones Federales 300.7(c)(10)] No hay ninguna "cura" para los problemas del aprendizaje. Ellos son para toda la vida. Sin embargo, los niños y niñas con problemas específicos del aprendizaje pueden progresar mucho y se les puede enseñar maneras de sobrepasar el problema del aprendizaje. Con la ayuda adecuada, los niños y niñas con problemas del aprendizaje pueden y sí aprenden con éxito. ¿Con qué frecuencia ocurren los problemas del aprendizaje?¡Son muy comunes! Hasta 1 de cada 5 personas en los Estados Unidos tiene un problema del aprendizaje. Casi 3 millones de niños y niñas (de 6 a 21 años de edad) tienen alguna forma de problema del aprendizaje y reciben educación especial en la escuela. De hecho, más de la mitad de todos los niños y niñas que reciben educación especial tienen un problema del aprendizaje (Vigésimo Tercer Reporte Anual al Congreso, Departamento de Educación de los Estados Unidos, 2001). ¿Cuáles son las señales de un problema del aprendizaje?No hay ninguna señal única que indique que una persona tiene un problema específico del aprendizaje. Los expertos buscan una diferencia notable entre el progreso escolar actual y el nivel de progreso que podría lograr, dada su inteligencia o habilidad. También hay ciertas indicaciones que podrían significar que el niño o niña tiene un problema específico de aprendizaje. Estas están incluidas más abajo. La mayoría de ellas están con las tareas de la escuela primaria, ya que los problemas del aprendizaje tienden a ser descubiertos en la escuela primaria. Es probable que el niño o niña no exhiba todas estas señales, o aún la mayoría de ellas. Sin embargo, si el niño o niña exhibe varios de estos problemas, entonces los padres y el maestro deben considerar la posibilidad de que el niño tenga un problema del aprendizaje. Cuando el niño o niña tiene un problema del aprendizaje, él o ella:
Si el niño o niña tiene problemas inesperados al aprender a leer, escribir, escuchar, hablar o estudiar matemáticas, entonces los maestros, madres y padres pueden investigar más. Lo mismo es verdad si el niño o niña está luchando en cualquiera de estas destrezas. Es posible que el niño o niña tenga que ser evaluado para ver si tiene un problema del aprendizaje. ¿Y la escuela?Los problemas del aprendizaje tienden a ser diagnosticados cuando los niños y niñas llegan a la edad escolar. Esto es porque la escuela se concentra en aquellas cosas que pueden ser difíciles para los niños y niñas: leer, escribir, matemática, escuchar, hablar, razonar. Los maestros, madres y padres observan que el niño o niña no está aprendiendo como se esperaba. Es posible que la escuela solicite una evaluación para ver cuál es la causa del problema. Los padres y madres también pueden solicitar una evaluación. Con trabajo duro y la ayuda apropiada, los niños y niñas con problemas específicos del aprendizaje pueden aprender más fácil y exitosamente. Para los niños y niñas en edad escolar (incluyendo los niños y niñas preescolares), los servicios de educación especial y servicios relacionados son fuentes de ayuda importantes. El personal escolar trabaja con los padres y madres del niño o niña para desarrollar un Programa Educativo Individualizado ("Individualized Education Program," o PEI). Este documento describe las necesidades únicas del niño o niña. También describe los servicios de educación especial que serán proporcionados para cumplir con aquellas necesidades. Estos servicios son proporcionados sin costo alguno para el niño o niña o la familia. Los apoyos o cambios en el salón de clases (a veces éstos son llamados acomodo razonable) ayudan a la mayoría de los alumnos con problemas del aprendizaje. La tecnología asistiva también puede ayudar a muchos alumnos a sobrepasar sus problemas específicos de aprendizaje. La tecnología asistiva puede variar desde equipos de "baja tecnología" tales como grabadoras hasta herramientas de "alta tecnología" tales como máquinas de lectura (las cuales leen libros en voz alta) y sistemas de reconocimiento de la voz (los cuales permiten al alumno "escribir" por medio de hablarle a la computadora). Es importante recordar que el niño o niña puede necesitar ayuda tanto en la casa como en la escuela. Los recursos enumerados más abajo ayudarán a las familias y maestros en averiguar más sobre las muchas formas de ayudar a los alumnos con problemas de específicos de aprendizaje. Consejos para padres y madres
Consejos para maestros y maestras
La Hiperactividad La hiperactividad infantil es considerada actualmente un trastorno de conducta que se caracteriza básicamente por la imposibilidad de mantener la atención en una situación durante un período de tiempo razonablemente prolongado. Los síntomas que podemos encontrar en los niños que lo sufren son:
El porcentaje de afectados en la población general viene a ser de un 3 a un 5%, aunque no existen estudios fiables de prevalencia del Trastorno con déficit atencional con hiperactividad. Parece darse con mayor prevalencia en niños que en niñas. Este es un fenómeno considerado, en primer lugar sociológico, ya que esto ocurre también en casos de: enuresis nocturna infantil, problemas de aprendizaje, problemas de conducta (indisciplina), miedos infantiles, y otros. El TDA-H se pone de manifiesto desde el primer año de vida, aunque resulta difícil -cuando no imposible- confirmar tal diagnóstico hasta los 4-5 años de edad. Como todos los niños hiperactivos, correctamente identificados a partir de los seis años de edad, presentaron su conducta problemática desde el primer año de vida, se considera un trastorno de base biológica. ¡Nadie se hace hiperactivo a partir de los dos años de edad! La hiperactividad no parece asociarse a factores ambientales tales como ALIMENTACION o EDUCACION INADECUADAS Con el TDA-H se nace, se crece (se "reproduce") y se muere. Nunca se deja de ser una persona con TDA-H. Sin embargo, las personas, dependiendo de las ayudas profesionales y familiares que reciban pueden aprender a vivir con su Déficit Atencional y desenvolverse con gran eficacia y éxito social y profesional en la vida. El futuro de un niño con Trastorno por Déficit de Atención con hiperactividad que no reciba asistencia profesional adecuada es impredecible, ya que el resultado evolutivo dependerá de otros importantes factores como su capacidad intelectual, el estilo educativo de sus padres y el estilo educativo de sus profesores. La probabilidad de que el niño hiperactivo fracase en el aprendizaje escolar es muy alta sí:
La probabilidad de que tenga problemas graves de conducta social como inadaptación o delincuencia ya asociada al fracaso escolar generalizado y a la falta de apoyo familiar. El niño hiperactivo no parece tener ninguna lesión cerebral que justifique su trastorno. Su cerebro es de aspecto absolutamente normal aunque "funciona de manera diferente" en alguna zona. En su primera infancia suelen presentar dificultades para comer, dormir, son inquietos, irritables..., pero este comportamiento también lo presentan algunos niños que NO SON HIPERACTIVOS. De 4 a 6 años es impulsivo, desobediente, con mal genio: quiere salirse con la suya, tiene malas relaciones con los demás, no se entretiene con nada, no está quieto nunca. Entre los 7 y los 12 años, a los indicadores anteriores se añaden, progresivamente, problemas de ansiedad y estrés, resultado de los excesivos castigos que recibe y, los primeros fracasos escolares. Tratamiento farmacológico: El principal fármaco es el METILFENIDATO. Esta sustancia química se comercializa con distintos nombres, en países diferentes, como Rubifen o Ritalina.. Sus efectos inmediatos son un aumento de la capacidad de atención y concentración y una reducción de la hiperkinesia y la movilidad del niño. Sin embargo, sus efectos duran poco tiempo: se elimina por la orina en una cuantas horas y, es preciso volver a tomar otra pastilla. Por lo general, se toma una pastilla al levantarse y otra a medio día, pero depende de la prescripción médica, que se realiza en función de la edad del niño, la gravedad de sus problemas,.... Los medicamentos utilizados con estos niños, son un buen apoyo mientras se combinen con procesos de enseñanza para que aprenda a regular su conducta por sí mismo. Estos fármacos no crean dependencia alguna en los niños, aunque sí en los padres quienes temen a menudo retirarles por miedo a que la situación pueda descontrolarse. Mejoran los niveles de atención y consecuentemente la inquietud motora, debido a que a través de este agente externo se estimula al cerebro para que alcance los niveles de activación necesarios para un correcto mantenimiento de la atención (lo que repercute en una mejora de muchos otros síntomas). En algún caso pueden producir como efectos secundarios una falta de apetito y de sueño. Normalmente se recomienda tomar por la mañana y al mediodía, para que el efecto sea máximo en el momento en que el niño acude a la escuela. Por lo general, a partir de los 12 años ya no se hace necesaria, si ha recibido otra clase de ayuda psicopedagógica. Siempre será el médico que lo lleve quien decida el momento oportuno para retirarlo. El trastorno por déficit atencional con hiperactividad conlleva importantes problemas de adaptación a diferentes niveles, que hacen que con frecuencia se presenten trastornos emocionales, por los excesivos castigos y recriminaciones que recibe el niño afectado de su entorno. En general, se comporta de manera antisocial porque la ausencia de reflexión le impide tener en cuenta las consecuencias de sus actos para los demás. Esto se puede considerar cuando no actúa de manera intencionada, pero en otras ocasiones, posiblemente, como forma de "venganza" por el excesivo "castigo" que recibe de los demás. Suele no acabar las tareas porque es impulsivo, no tiene paciencia y le cuesta estar durante un tiempo prolongado prestando atención a un mismo estímulo. En la adquisición de la lectura, la escritura, el cálculo, problemas para memorizar y para generalizar lo aprendido es donde suele encontrar mayores dificultades el niño hiperactivo. Los padres a menudo demuestran tener sentimientos hostiles hacia sus hijos hiperactivos porque no comprenden qué motiva a su hijo comportarse de ese modo y tampoco saben como abordar la situación. En el entorno familiar se suele vivir tensión que hace que en general la convivencia no sea agradable. Pero esto pueden solucionarlo los padres ayudándolo a que aprenda a controlar su comportamiento en su casa, lo que repercutirá en una mejores relaciones familiares y una mejor relación de él consigo mismo (seguir un programa de control de su comportamiento indicado por su psicólogo). Proporcionarle ayuda especializada (llevarlo a sesiones de aprendizaje de habilidades atencionales y sociales). Supervisar el trato que recibe de sus profesores y requerir un trato adecuado a sus circunstancias. Nuestro hijo hiperactivo está demasiado acostumbrado a que se le diga continuamente que es malo deteriorando gravemente su autoestima. Suele tener unas relaciones interpersonales de rechazo empeorando con ello su conducta. La terapia farmacológica se combinará con terapia cognitivo-conductual. El especialista adecuado es: Médico, Psiquiatra o Psicólogo, teniendo en cuenta que la terapia farmacológica es el médico o psiquiatra quien puede suministrarla y quien suele tener mayores conocimientos sobre entrenamiento cognitivo es el psicólogo. Se recomienda por ello una terapia combinada multidisciplinar. Unas últimas cuestiones aportarán más luz al tema que nos ocupa: ¿QUÉ PUEDE HACER EL PSICÓLOGO POR EL NIÑO HIPERACTIVO? Puede enseñarle a que mantenga la atención durante períodos de tiempo cada vez mayores (focalización y regulación de la atención), a que aprenda autocontrol de sus emociones (ira, tristeza,...), a resolver sus problemas con otros niños y adultos. Puede asesorar a padres y educadores acerca de cómo manejar el comportamiento del niño. ¿QUÉ PUEDE HACER EL MAESTRO POR EL NIÑO HIPERACTIVO? Ayudarle a que aprenda a controlar su comportamiento en el aula, lo que repercutirá en una mejor relación con los demás, en unos mejores resultados académicos y en una mejora de su autoestima. ¿CÓMO AYUDARLE A QUE MEJORE LAS RELACIONES CON SUS COMPAÑEROS? Enseñándole habilidades sociales básicas y habilidades de solución de problemas interpersonales. ¿CÓMO HACER QUE EL NIÑO NO SE DISTRAIGA TANTO EN LA CLASE? Estructurando las tareas en tiempos cortos, permitiendo que haga descansos al concluir las mismas, reforzando los períodos de atención, controlando el ambiente para que haya los menores elementos de distracción posibles. ¿CÓMO AYUDARLE A QUE ADQUIERA CONTROL SOBRE SU MOVIMIENTO? Enseñándole ejercicios de control muscular, ejercicios de relajación. ¿EN QUÉ CONSISTE EL ENTRENAMIENTO COGNITIVO CON EL NIÑO HIPERACTIVO? Fundamentalmente en enseñarle a pensar antes de actuar para que regule su comportamiento, tanto a la hora de enfrentarse a una tarea como en sus relaciones interpersonales. Agresividad Infantil El problema de la agresividad infantil es uno de los trastornos que más invalidan a padres y maestros junto con la desobediencia. A menudo nos enfrentamos a niños agresivos, manipuladores o rebeldes pero no sabemos muy bien como debemos actuar con ellos o cómo podemos incidir en su conducta para llegar a cambiarla. En este artículo intentaremos definir los síntomas para una correcta evaluación de este trastorno caracterial y establecer diferentes modos de tratamiento. Un buen pronóstico a tiempo mejora siempre una conducta anómala que habitualmente suele predecir otras patologías psicológicas en la edad adulta. Un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia si no se trata derivará probablemente en fracaso escolar y en conducta antisocial en la adolescencia y edad adulto porque principalmente son niños con dificultades para socializarse y adaptarse a su propio ambiente. El comportamiento agresivo complica las relaciones sociales que va estableciendo a lo largo de su desarrollo y dificulta por tanto su correcta integración en cualquier ambiente. El trabajo por tanto a seguir es la socialización de la conducta agresiva, es decir, corregir el comportamiento agresivo para que derive hacia un estilo de comportamiento asertivo. Ciertas manifestaciones de agresividad son admisibles en una etapa de la vida por ejemplo es normal que un bebé se comporte llorando o pataleando; sin embargo, estas conductas no se consideran adecuadas en etapas evolutivas posteriores. ¿Qué entendemos por "agresividad infantil"? Hablamos de agresividad cuando
provocamos daño a una persona u objeto. La conducta agresiva es
intencionada y el daño puede ser físico o psíquico. Independientemente del tipo de conducta agresiva que manifieste un niño el denominador común es un estímulo que resulta nocivo o aversivo frente al cual la víctima se quejará, escapará, evitará o bien se defenderá. Los arrebatos de agresividad son un rasgo normal en la infancia pero algunos niños persisten en su conducta agresiva y en su incapacidad para dominar su mal genio. Este tipo de niños hace que sus padres y maestros sufran siendo frecuentemente niños frustrados que viven el rechazo de sus compañeros no pudiendo evitar su conducta. Algunas teorías explican las causas del comportamiento agresivo Las teorías del comportamiento
agresivo se engloban en: Activas y Reactivas. Teoría del aprendizaje social Para poder actuar sobre la
agresividad necesitamos un modelo o teoría que seguir y éste, en
nuestro caso, será la teoría del aprendizaje social.
Sea cual sea el conflicto, provoca
en el niño cierto sentimiento de frustración u emoción negativa que le
hará reaccionar. La forma que tiene de reaccionar dependerá de su
experiencia previa particular. El niño puede aprender a comportarse de
forma agresiva porque lo imita de los padres, otros adultos o
compañeros. Es lo que se llama Modelamiento. Cuando los padres
castigan mediante violencia física o verbal se convierten para el niño
en modelos de conductas agresivas. Cuando el niño vive rodeado de
modelos agresivos, va adquiriendo un repertorio conductual
caracterizado por una cierta tendencia a responder agresivamente a las
situaciones conflictivas que puedan surgir con aquellos que le rodean.
El proceso de modelamiento a que está sometido el niño durante su
etapa de aprendizaje no sólo le informa de modos de conductas
agresivos sino que también le informa de las consecuencias que dichas
conductas agresivas tienen para los modelos. Si dichas consecuencias
son agradables porque se consigue lo que se quiere tienen una mayor
probabilidad de que se vuelvan a repetir en un futuro. De acuerdo con este modelamiento la mayoría de los adultos estamos enseñando a los niños que la mejor forma de resolver una situación conflictiva es gritándoles, porque nosotros les gritamos para decir que no griten. ¡Menuda contradicción! Y si nos fijamos como esa solemos hacer muchas a diario. Factores influyentes en la conducta agresiva Como ya hemos dicho, uno de los
factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el
factor sociocultural del individuo. Uno de los elementos más
importantes del ámbito sociocultural del niño es la familia.
Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, son
responsables de la conducta agresiva el tipo de disciplina
a que se les someta. Se ha demostrado que tanto un padre poco exigente
como uno con actitudes hostiles que desaprueba constantemente al niño,
fomentan el comportamiento agresivo en los niños. En el comportamiento agresivo también influyen los factores orgánicos que incluyen factores tipo hormonales, mecanismos cerebrales, estados de mala nutrición, problemas de salud específicos. Finalmente cabe mencionar también el déficit en habilidades sociales necesarias para afrontar aquellas situaciones que nos resultan frustrantes. Parece que la ausencia de estrategias verbales para afrontar el estrés a menudo conduce a la agresión (Bandura, 1973). ¿Cómo evaluar si un niño es o no agresivo? Instrumentos de evaluación. Ante una conducta agresiva emitida
por un niño lo primero que haremos será identificar los antecedentes y
los consecuentes de dicho comportamiento. Los antecedentes nos dirán
cómo el niño tolera la frustración, qué situaciones frustrantes
soporta menos. Las consecuencias nos dirán qué gana el niño con la
conducta agresiva. Por ejemplo: Para evaluar el comportamiento agresivo podemos utilizar técnicas directas como la observación natural o el autorregistro y técnicas indirectas como entrevistas, cuestionarios o autoinformes. Una vez hemos determinado que el niño se comporta agresivamente es importante identificar las situaciones en las que el comportamiento del niño es agresivo. Para todos los pasos que comporta una correcta evaluación disponemos de múltiples instrumentos clínicos que deberán utilizarse correctamente por el experto para determinar la posterior terapéutica a seguir. ¿Cómo podemos tratar la conducta agresiva del niño? Cuando tratamos la conducta agresiva
de un niño en psicoterapia es muy importante que haya una fuerte
relación con todos los adultos que forman el ambiente del niño porque
debemos incidir en ese ambiente para cambiar la conducta.
Evidentemente el objetivo final es siempre reducir o eliminar la
conducta agresiva en todas las situaciones que se produzca pero para
lograrlo es necesario que el niño aprenda otro tipo de conductas
alternativas a la agresión. Con ello quiero explicar que el
tratamiento tendrá siempre dos objetivos a alcanzar, por un lado la
eliminación de la conducta agresiva y por otro la potenciación junto
con el aprendizaje de la conducta asertiva o socialmente hábil. Son
varios los procedimientos con que contamos para ambos objetivos. Cuál
o cuáles elegir para un niño concreto dependerá del resultado de la
evaluación. Algunas consideraciones sobre el castigo en general
¿Qué pueden hacer los padres y los profesores? Una vez llegados a este apartado la mayoría de vosotros ya os habéis dado cuenta que la conducta agresiva de vuestro hijo es una conducta aprendida y como tal puede modificarse. También la lectura anterior os ha servido para comprender que una conducta que no se posee puede adquirirse mediante procesos de aprendizaje. Con lo cual el objetivo en casa o en la escuela también será doble: desaprender la conducta inadecuada y adquirir la conducta adaptativa. Si montamos un programa para cambiar
la conducta agresiva que mantiene nuestro hijo hemos de tener en
cuenta que los cambios no van a darse de un día a otro, sino que
necesitaremos mucha paciencia y perseverancia si queremos solucionar
el problema desde casa. Definición de la
conducta:
Ponga en práctica su
plan:
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