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8. Noviazgo![]() Consejería Cristiana es una introducción a la consejería bíblica que el pastor puede aplicar a las necesidades de las personas que buscan su ayuda. Se estudia el comportamiento del hombre y los factores que forjan su carácter para comprender mejor la condición humana. Esta matería representa una investigación del educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto Abels. El arte de coquetear
Se ha definido el coquetear como "el comportamiento o acción amorosa sin compromiso emocional". El coquetear es un regalo natural que tenemos los seres humanos desde que nacemos. Los bebés coquetean con nosotros cada vez que nos acercamos a ellos. Pero, desafortunadamente, muchos adultos han perdido esta maravillosa habilidad. El
coquetear es nuestra forma natural de expresar interés por las
personas. Una sonrisa oportuna, una risa compartida o un
intercambio de palabras en la cola del automercado pueden
resultar herramientas poderosas. Una vez que se aprende cómo
hacerlo, uno puede escoger cómo utilizarlas. El coqueteo sirve
para todos, los bebés, hombres, mujeres, perros y gatos. Las
personas que coquetean adecuadamente obtienen lo que desean de la
vida, porque son capaces de crear sentimientos agradables en los
demás. Nos abre la oportunidad de conocer nuevas personas todos
los días, que en alguna u otra medida pueden aportarnos algo. Factores que más influyen al eligir pareja
La pareja
ideal no existe; es tan solo un mito, ya que existe una parte
inconsciente que hace que te atraigan unas personas más que
otras, pero aún sabiendo que este ideal no existe, conocer
cierta información sobre la persona que nos atrae, tener claro
lo que esperamos obtener de la relación y sobre todo, prever
los problemas que puedan surgir, pueden hacer que tu pareja sea
para toda la vida. O casi.
Los psicólogos coinciden en que el punto inicial en que nos fijamos en una pareja potencial suele ser la atracción sexual que provoca aparte de reacciones biológicas, alteraciones nerviosas, cambios de ritmo cardiaco... Pero aparte de esto se sabe que el deseo está muy mediatizado por las características psicológicas y la experiencia personal que condicionan los criterios que utilizara una persona para elegir a su pareja. Parece haber unos criterios, más o menos comunes, por los que nos guiamos al elegir pareja, según una encuesta del CIS: el carácter, el físico y la forma de ver la vida es lo que casi siempre determina que nos fijemos en una persona determinada. El cariño parece ser el motivo principal por el que las parejas siguen unidas después de varios años de convivencia. Los estudios realizados sobre la atracción personal demuestran que nuestras preferencias cambian después de la adolescencia, por la parte femenina se busca una pareja que represente "brillo social, don
de gentes"...y
ternura y afecto por la parte masculina.
Alrededor de los treinta años tanto hombres como mujeres buscan en su potencial pareja aficiones comunes, afinidad laboral... una persona con la que poder compartir nuestra vida. Es bastante difícil pronosticar el éxito o el fracaso de una relación en su inicio, mucho más teniendo en cuenta que, cuando se inicia una relación las personas tendemos a comportarnos inconscientemente de una forma distinta a como somos realmente. Pero si que se puede pronosticar la gravedad de los conflictos que aparecerán en función del carácter. En este sentido existen cuatro tipos básicos de persona: -Carácter Asertivo. Exponen sus ideas con claridad. Con ellos los problemas se suelen solucionar fácilmente. Suelen ser compatibles con cualquier persona. -Carácter agresivo. Hablan de los problemas partiendo de la base de que ellos tienen razón y tan solo funcionan si se unen a personas dialogantes o agresivas como ellas. Suelen haber peleas habituales, pero saben encontrar la solución. -Carácter sumiso. Suelen ser personas acomplejadas que suelen aceptar lo que su pareja dice. Cuando se juntan con personas agresivas su personalidad queda anulada. -Carácter agresivo-pasivo. Suelen ser los más conflictivos. No dicen lo que quieren pero suelen exigir que su pareja lo sepa. Identifican este desconocimiento con la falta de amor y el desinterés. ¿SE ATRAEN LOS POLOS OPUESTOS? Hay una teoría muy extendida que argumenta que personas con caracteres muy distintos se atraen porque se complementan. Estas son relaciones de compensación, que muchas veces tienen un resultado difícil, ya que están basadas en la dependencia. Lo que suele ocurrir en estas parejas es lo siguiente: En un principio es una relación gratificante para el miembro de la pareja de carácter más débil porque su compañero le resuelve todos los problemas. Al pasar el tiempo, la persona débil aprende a ser fuerte y deja de depender de su pareja, con lo que la relación se rompe; sino es así la relación de dependencia será cada vez mayor, el sumiso vivirá para la relación y tendrá miedo de que esta se rompa, el dominador sentirá como una carga de que la otra persona dependa de él. Ninguno de los dos disfrutará de la relación. ¿PORQUÉ TROPEZAMOS DOS VECES? ¿Porqué iniciamos relaciones abocadas al fracaso? Parece que los errores más comunes que solemos cometer son: Tendemos a vincularnos demasiado jóvenes a una persona, lo que puede provocar que evolucionemos de forma distinta y después la relación no funcione al tener intereses y valores distintos. Estereotipamos a las personas con poca información, lo que hace que tengamos una imagen que es ficticia y no real. Presuponemos que ciertos rasgos de personalidad van unidos, de forma que si una persona es simpática, también ha de ser inteligente. No hacemos suficientes preguntas, preferimos ocuparnos de las cosas positivas y de las razones que nos permiten amar a una persona y no analizar las cosas o puntos que nos separan o que no nos gustan. Por miedo a que la relación no funcione, transigimos prematuramente creando una falsa sensación de armonía auto-engañándonos. Cómo hacer el amor más inteligente
La educación
sentimental es la gran asignatura pendiente, asistimos a un
cierto analfabetismo sentimental, y en algo tan serio e
importante como el amor y la estabilidad conyugal es algo que
merece la pena plantearse. Hay muchas personas que sufren por
ello.
Se habla mucho de amor pero esta palabra se ha adulterado debido quizás al abuso y manipulación que de la misma han hecho los medios de comunicación. No tener las ideas claras en algo tan importante a la larga puede tener un elevado coste. Contra ello se erige el amor inteligente que es aquel que se expresa con una afectividad madura, que pone sobre la mesa los sentimientos y la razón pero sin perder la ternura ni la espontaneidad, y que comparte unos ideales que lo hacen trascendente. Se ha puesto de relieve la paradoja de que frente a los grandes avances científicos y tecnológicos hay un fuerte retroceso en la formación humana, que nos imposibilita para mantener una relación con el otro que favorezca un amor sano, equilibrado, sin falsos idealismos y realista.
Consejos para que
podamos superar los contratiempos en la relación de pareja según
Enrique Rojas, autor entre otros libros del ensayo "El
amor inteligente":
1. -Dar y recibir amor. El amor es entregarse al otro, buscando lo mejor para él. El amor inteligente alberga tres ingredientes simultáneos: una buena relación sexual, que se irá consiguiendo con el tiempo, la compenetración psicológica, que implica aunar corazón y cabeza, sentimientos y razones y la espiritual, es decir aspirar a elevarse y superar los vaivenes propios de la vida.
2. -Lo
importante es lo pequeño. El mejor amor se echa a perder si no
se cuida a base de pequeños detalles que hacen agradable la
convivencia. Como una planta a la que hay
que cuidar y mimar. Es un intercambio de conductas positivas y
gratificantes que parecen no tener importancia. Por ejemplo, esperar
la llegada del otro, sorprenderle con algo agradable, ir al cine,
una cena romántica, un vestido especial...Mantener el amor joven es
mantener siempre la capacidad de sorprender al otro en cosas menudas,
insignificantes, pero que convierten al otro en ese ser único y
especial.
3. -NO ser
excesivamente susceptible. Ser hipersensible es nocivo pues
puede llegar a convertir la convivencia en algo insoportable. Es
menester aprender a "llevar al otro" restando importancia a esas
inevitables dificultades de la vida en pareja. Hay que olvidar las
pequeñas tensiones que inevitablemente conllevan cualquier
convivencia, superándolo mirando la parte positiva de los problemas
y suavizando siempre la situación.
4. -Evitar discusiones innecesarias. Aprender el arte de aceptar distintos criterios. Aquí se mezclan con arte y oficio, el saber ceder, el saber encajar y la capacidad para zanjar un tema sin volver obsesivamente sobre él. Esto evitara esas discusiones que no conducen más que a alimentar la lista de agravios y no conducen a nada. 5. -Tener capacidad de reacción. Hay que evitar que las tensiones y problemas impidan el diálogo durante horas o días, gestos negativos, lenguaje crítico hacia el otro...Hay que saber pedir perdón, aproximarse al otro e impedir que ninguno se sienta demasiado derrotado. Una pareja bien avenida se crece en las dificultades y tiene recursos para superar y sortear los escollos de la vida. 6. -Adquirir habilidades para la comunicación. Muchos problemas en la pareja de deben a errores en la comunicación. Hay que aprender a respetar al otro, mostrándolo con palabras, gestos y acciones, saber ponerse en el lugar del otro, cuidar el lenguaje verbal, saber expresar lo que realmente queremos decir. Asimismo, también se ha de tener en cuenta la comunicación no verbal, la mirada, la cara, los gestos, todo ello influye y mucho en nuestra relación con la pareja. 7. -Procurar que no salga la lista de agravios. Aquí la palabra es plata y el silencio es oro. Aprender a callar es el mejor argumento para evitar agravios y recriminaciones que solo conseguirían envenenar a la relación. 8. -Tener el don de la oportunidad. Para plantear cualquier cuestión conflictiva o ante una decisión importante, se ha de evitar hacerlo en los momentos de cansancio o tensión. 9. -Intercambiar recompensas. Ello requiere compenetración y estar atento a las necesidades del otro. Estas cosas son las que rompen la monotonía y dan salsa a la relación. 10. -Cuidar la sexualidad. La sexualidad inteligente ensambla el contacto corporal con la ternura y las dos partes de la pareja han de estar atentas a las necesidades mutuas. La sexualidad desconectada de los sentimientos rebaja y envilece a la pareja. Por último e importante no olvidar, que para estar bien con alguien, hay que estar bien primero con uno mismo; haber conseguido un cierto equilibrio personal y estar relativamente contento con la propia forma de ser. Y tener presente que solo quien es libre es capaz de comprometerse.
Motivos de desamor
Cerca de 90.000
parejas se dicen adiós cada año en España. ¿Los motivos? Excesiva
juventud, inmadurez, egoísmo, decepción. Ciertamente la pareja no es
un camino de rosas y las estadísticas nos demuestran que se han
triplicado los naufragios matrimoniales desde la implantación del
divorcio, o bien no se valora el
matrimonio o bien es que nos hemos vueltos más exigentes en el amor.
Pero, ¿cuáles son los motivos más alegados a la hora de finalizar
una relación? Algunos sociólogos hablan del egocentrismo que domina
a algunas parejas, ya que, la realización personal figura como
prioridad.
Sin embargo, la
familia no desaparece ni está en crisis sino que evoluciona al mismo
ritmo que la sociedad. Se pasa de una familia fruto de la necesidad
y falta de alternativa a otra electiva, lo cual no solo no perjudica
sino que beneficia a las relaciones familiares como recoge la
socióloga Inés Alberdi en su Informe sobre la situación de la
familia en España. Las parejas que se separan no es que no deseen
estar casadas, sino que quieren ser felices y que sus hijos vivan en
un clima adecuado, puesto que la separación no es un capricho, no se
dice adiós a la ligera, especialmente si hay hijos. Por el contrario
dar el paso definitivo conlleva a tener sentimientos de culpa,
angustia y frustración.
Son infinidad los conflictos que sufren las parejas de hoy, pero haremos hincapié en los siete motivos más frecuentes de conflicto que llevan al desamor.
DECEPCIÓN: En la convivencia día a día bajo el mismo techo, se descubren aspectos desconocidos del otro que en algunas ocasiones suponen dar al traste con la idea que se tenía del otro, principalmente cuando en la etapa inicial de la relación es normal que cada uno trate de dar lo mejor de sí y que al estar enamorados veamos solo aquello que queremos ver. En esta etapa es importante la aceptación del otro y el desarrollar habilidades para mantener la relación. INMADUREZ: Es muy difícil de solucionar si una de la partes está fijada en la infancia y es incapaz de asumir las responsabilidades que conlleva una relación. Suelen ser personas inconstantes, caprichosas, carentes de una visión sobre las consecuencias de sus actos y es preferible esperar a que maduren para consolidar la relación. EGOISMO: El sentimiento amoroso no es puramente altruista, cuando damos esperamos recibir lo mismo o al menos en similar proporción. El intercambio de afecto, de entrega, de comprensión, de cariño, de trabajo...si no es compartido conllevara al desencanto, a la frustración y logrará consumir a la relación. AUTOENGAÑO: La creencia de que lograremos cambiar al otro es falsa y el mantener la venda en los ojos tampoco da resultado y en algún momento esta caerá. Tampoco resultan las uniones en la que uno de los miembros proyecta en el otro su ideal de persona y la disfraza en lo que no es. FALTA DE PALABRAS: La incomunicación es uno de los pilares por los que se agrietan muchas parejas, y muchas veces la suma de silencios se va engrandando en igual proporción al resentimiento acumulado. Se acaba por no tener confianza en el otro y es imprescindible el diálogo y la sinceridad para poder mantener a flote la pareja. Las quejas en voz alta y la claridad restan relevancia al problema y al comunicarlo se minimiza el conflicto. RUTINA: La apatía es lo peor en una relación. Cuando se instala el desinterés poco podemos hacer. Es importante esforzarse para mantener un intercambio interesante en la pareja y esto es algo que concierne a cada una de las partes. Es una utopía fantasiosa el sueño de que el otro si te ama debe adivinar tus deseos. Las dos partes han de trabajar para que la relación sea todo menos aburrida. Los Celos Llamamos celos a esa manera de control obsesivo que se pone en marcha ante el miedo a perder una "posesión". De nuevo nos encontramos con que los pensamientos pueden desencadenar emociones negativas y su control racional lograría desarticular esa emoción particularmente obsesiva. Aquí hablaremos principalmente de los que se dan en la relación amorosa, aunque en la vida cotidiana también hay personas que muestra envidia por cualquier cosa que posean otros. Los celos suelen darse en personas dependientes con una frágil autoestima que se sienten terriblemente vacías ante la posibilidad de perder al ser amado. Su vida nunca ha sido cultivada interiormente necesitando constantemente del apoyo de unos u otros para poder proseguir en su andadura. Los celos son su manera de controlar aquello que temen perder previendo en todo momento que la simple posibilidad de "abandono" no llegue a darse. Pero al contrario de lo que esperan, su constante control y desconfianza producen otro efecto. La persona víctima de los celos del otro, se siente cada vez más agobiada y necesita huir de tal aprieto. Los celos siempre acaban produciendo el efecto contrario del deseado: el receptor de los celos no aguanta más una fidelidad nunca creíble por más justificaciones que lleve acabo y el celoso se siente atormentado por su fijación de ideas y desesperado cuando por fin la consecuencia previsible es la ruptura de la relación tan protegida. La desconfianza en los propios valores crea indefensión y dependencia en los otros. Aman con locura absorbiendo cada milímetro de su amado sin dejar que se abra un minúsculo hueco entre ambas vidas. Presionan hasta agotar permitiendo la fijación de ideas absurdas en su mente de forma obsesiva que desequilibran a cualquiera. No viven ni dejan vivir porque en su temor se olvidan de permitirse el goce. Nunca llegan a estar satisfechas porque la duda siempre está visible en sus retorcidas mentes. Y hablo en forma femenina porque somos las mujeres las mayores adictas a esa negativa y deformante emoción. Las mujeres por propia naturaleza somos absorbentes, ruines, envidiosas y no solemos conformarnos con poco. Pero no quiero entrar en polémicas al establecer unas muy personales diferencias de sexo porque ello no es motivo de este artículo. En los niños también podemos encontrar celos pero en ellos y en determinadas situaciones son comportamientos normales. El niño siempre inseguro en sus primeras etapas de desarrollo precisa del cobijo y del afecto que le proporcionan los padres. Esto lo mantiene en equilibrio. Cuando la mamá, suministradora principal de esa fuente amorosa y segura vuelve a quedar encinta, la inseguridad de que vayan a cambiarlo por el nuevo bebé, resurge en forma de celos hacia ese nuevo ser. Normalmente es necesario que pase un tiempo de acomodación para que el niño se percate de que nadie va a cambiarlo por otro y aprenda a compartir a sus papás con el nuevo hermanito. Esa etapa bien llevada por los padres facilita el equilibrio en el niño. Los celos se consideran una conducta patológica cuando se instauran en el patrón habitual de la persona haciéndola sufridora de una ausencia de fuerza interior. Los celos pueden llevar a la persona inestable afectivamente a llevar a cabo algunas conductas psicópatas. La idea fija de traición está tan asentada en su interior que al verse hundida reacciona amoralmente. "¡Si no va a ser mío, no va a ser de nadie!!"- palabras dramáticas que a menudo descubren a ese ser absorbente que describíamos víctima de la emoción negativa llamada celos. Este tipo de celos tan arraigados y profundos, necesitan una buena terapia para poder descubrirlos y vencerlos. Trabajando los pensamientos confrontándolos con la realidad ayudará a detener la fuerza con que invaden a la persona que los sufre. Los celos nunca son positivos porque la persona tiene que creer en sí misma y valorarse sin necesidad de depender exclusivamente de otros para existir. Una relación de pareja en la que exista suficiente espacio para poder disponer de una parcela privada para cada miembro y una común para ambos logrará un mejor entendimiento y equilibrio facilitando el desarrollo de ambos. Acaba ya con los celos, la envidia, las obsesiones y trabaja tu autoestima porque es en tu propia valía en donde encontrarás tu equilibrio.
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