Bienvenido | Inscripciones | Orientación | Donar al seminario - su ofrenda hace este ministerio posible | |
![]() |
Seminario Reina Valera
|
|
![]() |
![]() |
39. Miedos /
Fobias![]() Consejería Cristiana es una introducción a la consejería bíblica que el pastor puede aplicar a las necesidades de las personas que buscan su ayuda. Se estudia el comportamiento del hombre y los factores que forjan su carácter para comprender mejor la condición humana. Esta matería representa una investigación del educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto Abels. Fobias
Temor a los ascensores, horror a hablar en público, pavor a comer delante de otros,terror a los aviones, o aversión a las alturas. Estas, entre otras, son las fobias más frecuentes que experimenta el ejecutivo de hoy. Pero que no cunda el pánico, ya que el miedo también tiene solución Un sudor frío recorre la espalda y en pocos minutos todo el cuerpo está empapado, las manos comienzan a temblar y no hay forma de controlarlas. De repente un tic nervioso no cesa de molestar y se siente una punzada en el estómago. La mirada se nubla, el individuo tiene problemas para respirar, su ritmo cardíaco aumenta considerablemente. Está fuera de control. Aunque lo parezca, esto no es la descripción de alguna escena sacada de un libro de Stephen King, se trata de los síntomas reales de angustia que experimenta una persona frente a un estímulo fóbico. Si alguno de ellos le parece familiar, mucha atención, puede ser la manifestación de una fobia. Miedo no Pero el temor natural no es un problema hasta que es definido como una fobia, que no es más que un miedo irracional ante un estímulo particular. Las fobias no son nada nuevas, son tan antiguas como el hombre mismo y lo han acompañado a lo largo de su historia. Se calcula que 8 por ciento de la población sufre este tipo de trastorno. La fobia tiene dos componentes: la parte sicológica (sensación de miedo con alta dosis de angustia) y la parte somática, que se manifiesta con los síntomas: palidez, sudoración, taquicardia, ganas de evacuar, tartamudez, entre otros. Por otra parte, puede decirse que este tipo de desorden se diferencia de otros como la paranoia, porque el individuo está plenamente consciente de lo absurdo de su miedo. "Sabe que está ahí, pero no lo puede controlar", expresa Doval. Es allí donde radica la irracionalidad de este miedo. Los temores no siempre son iguales, también cambian de máscara con el tiempo, porque tienen, a juicio del siquiatra Oscar Doval, una fuerte connotación cultural. "Existen miedos como la tuberculofobia, tan común en el siglo pasado, y que ya casi no existe". Fobias de
fobias Existen varios tipos de fobias: simples o específicas, sociales y un tercer término separado llamada agorafobia por trastorno de pánico. En líneas generales, las más frecuentes son las de tipo específico, donde el estímulo fóbico es un objeto, animal o situación definida, como la claustrofobia (temor a espacios encerrados), acrofobia (temor a las alturas) o zoofobia (temor a los animales). Ahora bien,
el segmento de jóvenes profesionales entre 20 y 35 años, además de
sufrir altos niveles de estrés, se ve sometido a fuertes demandas de
tipo económico, laboral y afectivo. En este caso el tipo de fobia que
se presenta –por excelencia– es la de tipo social. Para Oscar Doval, la motivación más profunda de la fobia social es la aversión a hacer el ridículo y su manifestación más frecuente es el miedo escénico o temor a hablar en público. Existe un elemento importante que es la anticipación, el individuo prevé lo que le va a suceder al exponerse ante la situación que le produce tanta angustia. Aquí se forma un círculo vicioso porque la persona alimenta su propio miedo. Ante el estímulo fóbico, opta por evitar la situación o huir de ella. De ataque De acuerdo con Sophia Behrens, esta situación se da con mucha frecuencia en ejecutivos y aparece asociada con altos niveles de estrés. Esta reacción de angustia se activa cuando el individuo se encuentra ante una situación de demanda exagerada. Entonces aparece el ataque de pánico en el que el individuo "malinterpreta" los síntomas de la ansiedad –ahora mucho más fuertes que durante la fobia– como un aviso de un infarto, un paro respiratorio o hasta de su propia muerte. Este cuadro a veces se complica porque la agorafobia, más que el miedo a los espacios abiertos representa el temor a encontrarse en un lugar donde no puedan ser rescatados: una cola, un centro comercial o una situación donde anticipen que les puede dar el ataque en presencia de otros. Sin embargo, existe una diferencia entre el ataque y el trastorno de pánico, el primero es eventual y aislado, se da una vez y puede que más nunca, mientras que el otro es recurrente. Cabe destacar, además, que el trastorno por ataque de pánico no necesariamente implica una fobia. La raíz
del miedo Las fobias son muy frecuentes en personas con muchas responsabilidades, preocupadas sólo por la productividad o que tienen obsesión con la fama y el éxito y dejan de lado la vida. Junto con la presión económica y profesional están las demandas típicas, familiares, de tiempo, etcétera. A juicio del doctor Oscar Doval, las fobias tienen motivaciones profundas más lejos que el objeto mismo de miedo. "En la mayoría de los casos, la fobia no es más que la punta del iceberg de algún problema que arrastra el individuo desde su infancia". Para Sophia Behrens, se trata de aprendizajes erróneos que ha sufrido el individuo y que en un momento determinado se activan. Si el modelo de vida de la persona ha estado marcado por el deseo de agradar a cualquier precio o ha sido sometida a la desaprobación de las figuras de autoridad, es casi natural que transpole eso al organigrama de la empresa. Sin embargo, cada caso tiene motivaciones diferentes. Muchas
soluciones "Se encuentran ante un doble terror: la incapacidad de hacer algo y el estancamiento en su carrera", expresa el siquiatra. Pero en este sentido hay buenas noticias, las fobias no son un mal incurable; con un tratamiento adecuado más de 95 por ciento de los casos evoluciona favorablemente. Existen tres tipos de terapia: la primera es la farmacológica, que aunque no representa la solución definitiva, es una buena alternativa. También se da la conductual o cognoscitiva conductual, que consiste en modificar los patrones de pensamiento y conducta; es decir, atacar el estímulo que provoca ansiedad y su correspondiente reacción. A juicio de Behrens, la combinación de las dos anteriores casi siempre soluciona el problema, pero en caso de que éstas no logren resultados positivos, cosa poco frecuente, se recurre a la terapia sicodinámica. De acuerdo con Doval, en esta fase el individuo conoce el porqué y el para qué de su miedo, "aquí revive el atavismo del pasado que está cercenando su presente". Después de la terapia, Oscar Doval afirma que el individuo experimenta un crecimiento interior que le abre nuevas oportunidades porque gana seguridad y autoestima, una vez libre de todos sus temores. Fobia social y timidez ¿Qué es una fobia social?Una fobia social es un tipo especial de miedo. Todos
tenemos miedos a cosas como las serpientes venenosas, los perros
rabiosos, las infecciones, los accidentes, aunque este miedo se
traduce en un comportamiento de simple cautela frente a las
situaciones de peligro y además el miedo AYUDA a estar alerta en la
vida cotidiana en vez de INTERFERIR en ella de forma limitante y
negativa.
Aunque algunas fobias son muy conocidas, como el
miedo irracional a coger el ascensor, nadar, las ratas y cucarachas,
por ejemplo, en cambio en la fobia social el miedo se centra en
SITUACIONES más complejas y sorprendentes, y además altera totalmente
nuestra vida ya que nos vemos obligados a vivir en sociedad (a
diferencia del miedo a las serpientes que puede ser inocuo si no nos
toca trabajar en un zoo)
Algunas personas con fobia social tienden a beber
alcohol para ganar así valor y desinhibición.
Síntomas físicosLos síntomas de la ansiedad que aparecen en la persona que tiene fobia social cuando se expone a lo temido pueden llegar a ser el símbolo de 'lo peor' que le sucede:
¿Y la timidez?La timidez es una forma atenuada de fobia social, y
que habitualmente tenemos y disimulamos todos mejor o peor. ¿Un ataque de pánico de regalo?El nivel de ansiedad puede subir a un punto crítico
por encima del cual se produce un 'ataque de pánico' durante unos
minutos en los que la persona le parece que pierde el mundo de vista,
el equilibrio, o que pudiera enloquecer o estar muriendo de forma
repentina. ¿Cómo afecta nuestras vidas la fobia social?Nos empobrece reduciendo a la mitad nuestra vida
social, nuestras posibilidades de ocio y progreso profesional. ¿Soy un bicho raro?De 1-2 por mil de los hombre y 2-3 por mil de las mujeres padecen fobia social. Es una dificultad que se conoce bien, tanto el porqué se produce como el modo en el que puede tratarse. ¿Tiene solución?No es imposible adquirir estas dos capacidad que resolverían el problema:
Una ayuda farmacológica puede ser aceptable como un medio de atemperar las dificultades iniciales, especialmente si el nivel de ansiedad produce severos síntomas incapacitantes como intensas taquicardias o ataques de pánico, insomnio y depresión. ¿Puedo solucionarlo por mí mismo/a?Algunas lecturas de libros de autoayuda que tratan
las fobias de una forma sencilla, la práctica de la relación, yoga, y
ejercicio. ¿Y si no puedo?Es el momento de acudir a un profesional. Existen
distintas psicoterapias exitosas contra la fobia social, siendo un
problema clínico relativamente sencillo de solucionar comparado con
otros trastornos mentales mayores. El miedo irracional e incontrolable puede superarse Un temor razonable puede llegar a convertirse en fobia a causa del aprendizaje o de las influencias culturales y sociales. La fobia a las ratas o a las serpientes parece trasmitirse, por ejemplo, de generación en generación. Hay fobias que se van instalando en los adultos porque de niños sus padres o amigos les atemorizaron ante situaciones que apenas comportaban riesgo . Las fobias son una manifestación elaborada de la angustia. Hay “angustias “flotantes” en las que el miedo va a la deriva y se temen de una forma difusa diversas situaciones y circunstancias. En las reacciones fóbicas, la angustia brota exclusivamente ante un determinado estímulo. En realidad “el objeto fóbico” no es más que una manifestación de la angustia latente. El individuo necesita esa excusa para poder descargar su angustia. Así pues, en la fobia tenemos, como en los sueños, un sentido manifiesto y un significado latente. La reacción es siempre desproporcionada en relación con la causa aparente, pero cuando se descubre la causa oculta, se comprueba que había razones para la angustia. En las fobias, como en los demás temas de psicología, hay diferentes interpretaciones respecto de las causas que las provocan y de los métodos terapéuticos para resolverlas. Para los psicólogos conductistas las fobias son lo que aparentan: síntomas, conductas aprendidas. En cambio, los psicoanalistas interpretan la fobia sólo como la punta del iceberg de algo más profundo e inconsciente. Independientemente de estas teorías, en quien padece la fobia siempre están presentes la angustia y el sufrimiento. Fobias espaciales }Detenerse en los tipos de situaciones que más frecuentemente producen las fobias es más interesante que describir las innumerables formas de fobia que existen. La fobia espacial es la más frecuente, y se manifiesta de dos maneras aparentemente opuestas: en el miedo de salir o la angustia de las calles, en el miedo a los espacios descubiertos (agorafobia). Y, en segundo lugar, en el temor a lo contrario: a los espacios cerrados (claustrofobia). Lo más común en la claustrofobia es el miedo a quedar atrapado en ascensores, oficinas, restaurantes, iglesias o túneles. El afectado trata de evitarlos, pero si por necesidad entra en uno de ellos busca desde el primer momento las salidas y los mecanismos de evacuación urgente. En las fobias de espacio se dan algunas variedades como: Vértigo fóbico o miedo de las montañas, de los ascensores, de los pisos altos. Miedo a la oscuridad, al concebirse ésta como un espacio amenazador, a viajar en autobús, en avión, en tren, en automóvil. Miedo a la muchedumbre, una de cuyas variantes es el miedo a hablar o a aparecer en público. Fobias sociales La otra categoría de fobia está relacionada con el medio social. Son, en este caso, las relaciones individuales o colectivas con el prójimo o con los animales las que constituyen el objeto de la angustia pavorosa. Se pueden incuir en esta categoría la fobia a ruborizarse, a mirar a la cara a algunas personas, a escribir delante de otros (conocido como el “síndrome del escribiente” y padecido por funcionarios que rellenan documentos delante de los clientes) o el miedo a contagiarse, que conduce al aislamiento social o se manifiesta en la costumbre de lavarse las manos repetidas veces a lo largo del día, o el miedo a tocar barandillas o picaportes, a utilizar servicios públicos, o a entrar en bares o restaurantes, todo ello por miedo a la invasión de gérmenes procedentes de personas enfermas u objetos contaminados. También están las fobias a los animales grandes, como los perros, o animales pequeños como los insectos, arañas, ratones etc. Lo que hacen quienes padecen fobias De ordinario manifiestan dos tipos de conductas: de evitación y de tranquilización. En la primera, el sujeto trata de evitar las situaciones que le producen fobia, lo que le lleva a conductas de fuga diversas según la forma y la intensidad de la angustia. Algunas personas se encierran en sus casas para evitar la calle o el encuentro con personas o situaciones que le inspiran ese temor desmedido, mientras que otras se limitan a recorrer trayectos prefijados: una sola línea de autobús, o excluyen un medio de transporte o ciertos barrios o algunos quehaceres. Otros se inclinan por las “huidas hacia delante”, adoptando decisiones desesperadas que podrían resolver el problema pero que difícilmente lo conseguirán. Las conductas de tranquilización las manifiestan quienes optan por dotarse de recursos para tranquilizarse y superar en lo posible la fobia que les atenaza. Buscan personas acompañantes para soportar las situaciones o eligen “objetos salvadores” como talismanes, amuletos, mascotas. El individuo sabe que no existe ninguna relación causa-efecto entre el “objeto salvador” y la protección o suerte que se pretende derivada de él, pero se siente más tranquilo utilizándolo. También se recurre a lugares seguros, normalmente la propia casa y más en concreto algún lugar determinado de ella. Los especialistas debaten desde hace décadas si existe un carácter fóbico o una predisposición a padecer fobias. Se sabe al menos, que hay dos tipos de conducta personal que tienen relación con la aparición de las fobias: el constante estado de alerta (el afectado percibe que el mundo que le rodea está lleno de peligros y amenazas y, por ello, permanece alerta y en permanente actitud defensiva) y la huida, mediante una actitud pasiva que conduce a la inhibición o con planteamientos activos de “huidas hacia delante” refugiándose en comportamientos desafiantes o en permanecer constantemente ocupado para refugiarse de una forma compulsiva en la actividad. Las fobias pueden curarse Todas las fobias tienen tratamiento, que dependerá de su intensidad y de las complicaciones psicopatológicas que presenten los individuos afectados. Los padecimientos fóbicos leves pueden ser abordados por uno mismo, pero se requieren unos requisitos:
Cuando los padecimientos fóbicos son más complicados, conviene ponerse en manos de profesionales competentes. Entonces hay tres tipos de tratamiento, a veces combinados:
|
![]() |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Bienvenido | Inscripciones | Orientación | Donar al seminario - su ofrenda hace este ministerio posible |