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11. La Calle![]() Evangelismo es el estudio de cómo testificar eficazmente y compartir el evangelio con audacia. Considera los elementos básicos del plan de salvación y su presentación con claridad. Enseña como superar la resistencia de diferentes tipos de mentalidades. Explica cómo hacer el seguimiento y presenta las verdades fundamentales que el obrero cristiano tiene que enseñarle al recién convertido. Capitulo
Doce Noche
en las calles y Ministerio entre pandillas Richard
C. Hobbs
El
ministerio en las calles de noche y en las zonas peligrosas es
emocionante. Aquellos que son llamados a este tipo de ministerio
deben preparase y esperar encontrarse con gente que está sin
esperanza y sin Cristo. Yo siento que las ciudades tienen diferentes
costumbres y diferentes tiempos. Durante el día, toda la gente anda
corriendo muy apurada y casi no tiene tiempo para escuchar nuestro
testimonio.. Pero, durante la horas de la tarde y de la noche , y
los fines de semanas, parece ser que la gente está más relajada y
dispuesta para oír nuestro testimonio. Mucha gente nos pregunta
como hacemos para testificarles a las pandillas o a la gente en la
noche. Espero que la enseñanza de este capítulo le de a usted el
coraje y el conocimiento para testificarle a los que habitualmente
juzgamos. La enseñanza de este capítulo es recomendada solamente
para adultos que sientan un llamado especial a este tipo de
ministerio. Mi llamamiento me ha llevado a internarme en la noche,
en muchas calles de ciudades de América Sin ese llamamiento, y el
amor por los perdidos que Dios puso en mi corazón. Yo nunca me iría
a testificar en lugares que no son muy recomendables. Yo actualmente encuentro más fácil testificar de noche, y es mucho más
emocionante no saber que puede ocurrir después. Yo le digo a otros:
"Hágalo fácil para usted mismo". Si usted es un llamado
para testificar de noche entre las pandillas, yo le sugiero que
comience en zonas conocidas, cerca de bares o restaurantes. Primero,
deje que las pandillas lo vean testificar en esa zonas, para que
sepan que usted es un predicador del evangelio. Muy pronto
usted verá como va estableciendo relación con algunos de ellos, a
los que quiere evangelizar. Usted se tornará familiar para ellos, y
ellos para usted, entonces usted se sentirá cómodo para andar por
las calles por dónde el Señor lo guíe. 2º Corintios 4 4 En los cuales el dios de este siglo cegó el
entendimiento de los incrédulos, para que n o les resplandezca la
luz del evangelio de la Gloria de Cristo, el cual es la imagen de
Dios
Su comunicación en las calles debe ser enfocada hacia la juventud. Yo usaría
un lenguaje similar al de la juventud. Los pasajes de la Escritura
deben ser modernos. Si usted utiliza una versión muy antigua, se
pasará gran parte del tiempo traduciendo algunas palabras poco
comunes. Le recomiendo que no levante a cualquiera en la calle y lo lleve con usted.
Las drogas y las armas de fuego son muy comunes en las calles, y
usted podría verse en problemas si es detenido por la policía en
compañía de alguien que anda con drogas o armas de fuego. Usted
debe tener mucha prudencia y manejarse con mucho cuidado cuando
habla con la gente en la calle. Un linyera conocido mío, fue
arrestado en la calle y le encontraron entre sus ropas un caño de
hierro, además de residuos de drogas. Le dieron seis meses en prisión
por el caño que usaba como arma. Yo no le doy a nadie en la calle dinero. Yo prefiero comprarle algo para
comer o una botella de agua, y dársela. Nuestra responsabilidad es
alimentar al hambriento. Yo te animo a ayudar a los menos
afortunados. Ten siempre contigo, algunas direcciones y teléfonos
de organizaciones que ayudan a gente necesitada. A veces, cuando
ellos vienen a Cristo, buscan alguna institución que los pueda
ayudar a salir definitivamente de sus problemas. Es preferible estar
siempre en áreas iluminadas y no entrar en los lugares donde ellos,
a veces nos invitan. Usted se puede encontrar en una
situación sumamente peligrosa. Sea muy cuidadoso al cruzar la calle.
Cuando usted cruza una calle en un barrio bajo, no debe esperar que
el auto se pare para que usted pueda pasar, tal vez eso nunca suceda.
Mire bien sus pasos en la calle, veredas y callejones. Las calles de
los barrios bajos están llenas de jeringas, botellas rotas y demás
cosas infectadas. Etiqueta
Callejera En las calles hay
un código: no le diga
a otros lo que
has visto o has oído.
A
veces, las personas cuentan detalles de sus vidas a otros, y yo los
interrumpo para decirles que no es necesario que me cuenten eso para
orar por ellos. Usted puede ganar respeto en las calles si
respeta la confidencialidad. Este es uno de los principales consejos,
nunca repita lo que le contó un miembro de una pandilla a otro.
Usted podría estar en peligro o provocar una situación riesgosa
para otro. Yo no veo a Jesús en contra de las autoridades, solamente le interesaba
tocar los corazones con los cuales se encontraba. Yo recuerdo que
hubo un tiempo en que yo era investigado secretamente por
algunos funcionarios, y me sentía muy incomodo. Yo había pasado
mucho tiempo testificando en los barrios bajos que no entendía
porque ahora, yo era el investigado. Fui a encontrarme con el jefe
de policía y me presenté, le expliqué quien era yo, y cuál era
mi llamamiento. También le dije que yo no guardo informes, ni
tampoco repito lo que escucho. El jefe de policía me entendió y me
deseo lo mejor. Me dijo que cada persona que yo pueda alcanzar
con el evangelio, sería uno menos con lo que tendría que tratar él.
Desde entonces, yo me he sentido muy libre testificando en esas áreas
de la ciudad. Yo no hago esfuerzo para testificarle a los policías
en la calle. Simplemente le agradezco a Dios que ellos estén en las
calles, no obstante, yo trato de cuidarme mucho y nunca salir sin
mis documentos. Listo para mostrarlo si las autoridades me lo
piden. Tampoco salgo con mucho dinero, ni con tarjeta de crédito,
todo lo dejo en casa. Trato de no salir con nada de valor a las
calles. Usted no podrá caminar ni testificar con libertad si está
todo el tiempo pensando que perderá algo de valor. Usted necesita
salir con cosas que usted quiera regalar. Lleve Biblias, calcomanías,
tratados y libros pequeños. Llene sus bolsillos con eso. Estos
materiales son las mejores herramientas para parar a los jóvenes en
las calles y testificarles. También nuestra vestimenta es muy importante en las calles. Yo trato de
vestir muy sencillo y cómodo cuando salgo a testificar a la calle,
y tener bolsillos grandes para llevar tratados. Muchas veces usted
apreciará tener ropa resistente a la lluvia. Tal vez usted tiene
que caminar mucho hasta su vehículo debajo de la lluvia. La mayoría
de la gente que yo encuentro en las calles visten de esa manera.
Algunos miembros de pandillas visten usando el mismo color. Yo no
estoy muy preocupado mucho sobre esto, pero si yo conozco los
colores que usa una determinada zona, yo trato de vestir pantalón
Negro y camisa blanca. Trato de no identificarme con el color de las
pandillas. También, yo trato de llevar una Biblia bien
visible en áreas donde se que están infectadas de pandillas, y me
identifico como seguidor de Jesucristo. Yo recuerdo una noche que caminaba por una calle cerca de un Hotel en los Ángeles,
California. Caminé lo más lejos que pude, sin dejar de ver la
parte más alta del Hotel. Me encontré con unos miembros de
una pandilla, y pensé que podía tener problemas. Ellos estaban
vestidos de azul. Yo hablé con el más grande y fue muy rudo; me
dijo: "Más vale que te vayas de aquí". Yo le dije:
"Disculpa. Cuando fue la última vez que alguien se acercó a
ti y te dijo: te cuido”. El respondió, "Disculpe. ¿Qué
necesita?" Yo estaba llevando involuntariamente los colores de
la pandilla, yo estaba vestido de azul. Gracias a Dios por su
misericordia. Dios me permitió testificarles y mi ropa no fue el
impedimento. Levántate y ve como Jesús, déjale a El que se
preocupe por los detalles. Usted obra en lo natural, y Dios obra en
lo sobrenatural. Juan 12 Dos salvos en Los Ángeles, California
Cuando
salimos del restaurante, nos cruzamos con dos hombres que habíamos
visto antes en el restaurante. Yo me acerqué a ellos y comencé a
testificarles. Sus nombres eran Harry y José. Ellos me dijeron que
no podían acercarse a la localidad de San José por la pandilla.
Mientras estábamos con ellos, veíamos a los autos de policías que
pasaban y nos miraban. Ambos dijeron:, "La policía está
preocupada con nosotros, cuida que a ustedes no les pase nada".
Cuando estábamos con ellos, me parecía que ellos estaban muy
interesados en todo lo que estábamos diciéndoles y le llamaba la
atención que nosotros tomáramos tiempo para compartir con ellos.
Les compartí la palabra de Dios y les extendí la invitación para
que acepten a Cristo. Ellos me dijeron que pensaron que no podía
pasar nada si aceptaban y dijeron: “Aceptamos, ¿qué tenemos que
hacer?”. Yo supe que Dios me había guiado a estos dos hombres jóvenes
y El haría el trabajo si a estos hombres le faltara fe. Yo he visto
a muchos en las calles aceptar a Cristo, sin esperar que nada nuevo
ocurra. Yo lo guié en oración a aceptar a Cristo, y ellos oraron
en vos alta y con los ojos cerrados. Después de la oración, ellos
se reían y me agradecieron. Hablamos por un rato y observe que se
veían cambiados. Yo dije: "¿ Eh, muchachos, se pueden
escuchar a ustedes mismos.? suenan diferentes". Entonces, ellos
se miraron unos a otros y se rieron. Ellos se dieron cuenta que
estaban cambiando y les gustaba la idea, y más, estuvieron muy
felices de saber que habían sido salvos. Harry dijo: "Ahora,
puedo estar fuera de la cárcel. Yo no podría hacer lo que quiero
hacer ahora, si tan seguido voy a caer preso". Harry y José me
dieron el abrazo más grande que yo jamás había recibido. Valió
la pena el viaje para hacer que estos muchachos se encontraran con
Cristo. Más miembros de las pandillas pueden ser salvos en las
calles si más personas se disponen a compartirles el amor de Cristo. Testificando
en una esquina de noche en Los Angeles, California
Cuando
estábamos testificando en una esquina, un joven drogadicto comenzó
a ofendernos y fue a buscar a sus amigos para seguir atacándonos.
Yo los vi venir, y enseguida pensé que estábamos en problemas. Se
acercaron dos grandes muchachos en contra nuestra. En las calles,
Dios, a veces nos da paz en medio de estas situaciones. Todo cambió
cuando comencé a hablar con ellos y luego también orar por ellos.
Fue en cuestión de minutos que Lorenzo y Bernardo vinieron a Cristo.
Nos contaron que recién acababan de salir de prisión y que iban a
una fiesta justo en esa esquina. Después nos enteramos que iban
especialmente a sacarnos a nosotros de esa esquina para poder tener
su fiesta. Fue maravilloso ver cómo esas vidas fueron tan rápidamente
transformados. La
calle Blythe, calle de pandillas
Por
muchos años , la calle Blythe fue conocida como una de pendillas.
Es una cuadra entera donde viven sólo los miembros de pandillas. Es
una zona conocida por su influencia de drogas y pandillas armadas.
Nosotros fuimos a esa calle a testificar en varias oportunidades y
siempre fuimos bien recibidos por toda la gente con la que nos
encontramos. Yo descubrí que la mayoría de la gente que vive en
esa área está deseosa de tener esperanza y una mejor vida. Yo
trato de que nunca las circunstancias dicten lo que yo voy a hacer o
decir. Yo simplemente busco que las personas reciban a Cristo en su
corazón, y me focalizo en sus necesidades para comenzar a presentar
el evangelio. No obstante, usted deberá decidir por su propia
cuenta si va a ir a determinadas áreas. Yo tuve el privilegio de ir a la calle Blythe y encontrarme con dos miembros
de las pandillas que luego se entregaron a Cristo. Uno de ellos,
solamente volvió a esa calle después de diez años. El tenía
una carga y preocupación por lo que allí quedaron y el amor por
los perdidos pudo más que el miedo por lo que le pudiera pasar.
Cuando comenzamos a caminar por esa calle, la primera persona con la
que se encontró, había sido un antiguo amigo, a quien
inmediatamente llevó a Cristo. (Vea la foto) Yo me sentía
privilegiado de ir a esa calle y sentir que Dios me guiaba y protegía,
y también de encontrarme con cada persona a la que llevamos a
Cristo. Era un gozo grande que Dios me daba de poder mostrar mi amor
y compasión por esa gente. Mateo 9 Noche en las calles en Fort Smith, Arkansas Yo recuerdo una noche cuando yo estaba en las calles, un hombre estaba
tirado al lado de mi auto. El comenzó a contarnos porque él estaba
en ese estado: quería matar a su esposa y luego matarse el mismo.
Yo hablé y oré. El corazón del hombre inmediatamente cambió y
también su deseo de matar. Muchos de los encuentros que tenemos a
la noche en la calle son dramáticos. Nosotros hemos podido ver la
mano de Dios guardándonos, y también de qué manera Dios nos usó
para evitar que otros cometieran suicidio. Yo
volví a mi auto, y este hombre, más
alto que yo, se
puso de pie, y me pidíó
dinero. Aunque
yo estaba a un paso de él, yo di otro paso para alejarme de él, y
le dije que necesitaba orar. Entonces el hombre comenzó a alejarse
y se fue. Yo no le recomiendo a nadie que se acerquen tanto a
alguien en la noche. Necesitamos depender todo el tiempo del Señor
para saber que hacer. Yo ignore la amenaza que podría ser
para mi vida este hombre, y me concentré en la necesidad de su
corazón. Yo realmente me apené que el se fuera así no más,
sin que pudiéramos hablar un poco más de Jesús. Trate de
establecer comunión de corazón con las personas, buscando
ayudarlas sinceramente en sus necesidades. La necesidades deben
motivarlo a compartir la vida de Jesús. Mateo 14 Yo recuerdo la primera noche que Dios me llamó para ser un testigo suyo y
compartir el evangelio con otros. Yo he ido a testificar en calles
de barrios bajos en las noches, y lo hice en las afueras de
importantes tiendas. También lo hice a medianoche y lo hice por
varias horas. Una noche de esas, encontré a una persona, con
casi 100 kilos más que yo, y con manos grandes y regordetas. Le
extendí mi mano para saludarlo, y le di testimonio. Deseaba que
aceptara a Cristo. El oró conmigo entregándose a Cristo, y después
sonrío mostrando sus dientes con coronas de oro. Yo creo que el era
miembro de alguna pandilla, aunque no pude comprobarlo. Cuando entré
en la tienda, la cajera había visto todo, y llorando me dijo que yo
había llevado a Cristo al principal mafioso del lugar. Ella me dijo
que en el momento que él estaba aceptando a Cristo, un miembro de
una pandilla había muerto por disparo de arma de fuego. Este
hombre parecía muy amable, aún cuando su corazón era muy duro.
Este hombre se convirtió en mi amigo por varios años, y me presentó
a muchas personas a las que también les hablé de Cristo.
Desafortunadamente, una noche fue arrestado, perdió su casa y
a todos sus amigos. Más tarde supe que su influencia en la pandilla
llegaba a varias ciudades y aún Provincias. Yo me puse muy triste
cuando me enteré que estaría preso por el resto de su vida.
El hombre que era temido por todos en las calles, se convirtió en
mi amigo, y aún lo extraño. Yo oro para que el continúe
conociendo a Cristo y lo tome en cuenta cuando se sienta solo. Dios
cuida a todos
los que predican
en las calles
de noche. Una noche a la salida de un restaurante, le pregunte a un miembro de una
pandilla, como yo podía entrar en su área para testificar. Y
su respuesta fue: "Simplemente trátelos como usted me está
tratando a mi, y todo saldrá bien". Yo supe que lo podía
hacer, porque es como siempre lo hago. Usted debe tratar a todos por
igual, no de acuerdo a su forma de ser o como aparenta. Tome tiempo antes de lanzarse
a tener un ministerio
en las calles
para que
Dios desarrolle en su
corazón el amor
por los perdidos.
Otra noche en las calles, Yo fui a una casa donde había muchachos de una
pandilla que estaban afuera fumando crack. Sus nombres eran Mole y
Jesse. Ellos eran muy lindo jóvenes, y yo les presente a Cristo.
Ellos dijeron, "Seguramente que queremos orar". Nos
tomamos todos de las manos e inclinamos nuestros rostros para orar.
Cuando ambos abrieron sus ojos dijeron, ahora podemos ver. Yo les
pregunté qué significaba eso. Ellos me contestaron: "En
qué oscuridad estábamos". Les explique que cuando
Cristo viene a nuestros corazones, el Señor nos libera de nuestras
adicciones y de nuestros pecados. Aunque ellos no esperaban que
sucediera nada, ellos fueron salvos cuando oraron en fe, y le
rindieron honor a Jesucristo. Casi un año después yo me encontré con Jesse, y él estaba un poco
disgustado conmigo. El dijo: "¿Qué es lo que está errado?",
"Porque ustedes nunca me invitaron a ir a la iglesia". Yo
le dije que estaba muy apenado, y que me disculpara. Yo le había
presentado al pastor que estaba conmigo y que se había comprometido
a visitarlo. El dijo: "Pero, el nunca vino. Yo todavía leo mi
Biblia. No estoy haciendo nada malo. Y se que debo ir a la iglesia".
Yo veo que a pesar de nuestra falla de seguirlo en su nueva vida,
Dios lo había guardado. Yo a veces soy criticado por los
religiosos que dicen: “No hay nada bueno en llevar a alguien a
Cristo en las calles. Ellos nunca vendrán a la iglesia”. Ellos
deben pensar que es más fácil llevar a alguien a la iglesia que
todavía no es salvo. Recuerde que Dios puede guardar a aquellos que
son guiados a Cristo. Por último, yo recomiendo usted no deje de orar mientras testifica en las
calles. Algunas áreas son muy peligrosas y la guerra espiritual es
muy fuerte. Algunas veces yo oro intensamente y así debe ser. Otras
veces, por cinco minutos para ver resultados. También,
recuerde de atar al enemigo, e invitar a Dios a que lo guarde del
mal. Usted necesita el favor y la protección de Dios mientras
ministra en las calles. Mateo 16 Su ministerio será tan efectivo, como lo será su relación con Cristo.
Siga sus enseñanzas y déjese guiar por el Espíritu Santo si se
encuentra con alguien en la calle de noche sin Cristo y sin
esperanza. Lección doce
Grupo de Discusión
Estudio
Bíblico
Tarea
Opcional
Richard C. Hobbs,
Evangelist Mercy Street Ministries, http://www.mercystreet.com/espanol/1.html |
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