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  20. Las Dispensaciones

Teología Sistemática 1 es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.  

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20. Las Dispensaciones por Lewis Sperry Chafer

A. El significado de las dispensaciones.

En el estudio de las Escrituras es importante entender que la revelación escritural se divide en períodos bien definidos. Estos están claramente separados, y reconocer estas divisiones y sus propósitos divinos constituye uno de los factores más importantes en la verdadera interpretación de las Escrituras. Estas divisiones se conocen como «dispensaciones», y en períodos de tiempo sucesivos se pueden observar diferentes dispensaciones.

Una dispensación puede definirse como una etapa en la revelación progresiva de Dios y constituye una administración o regla de vida distinta. Aunque el concepto de una dispensación y de una época en la Biblia no es precisamente la misma, es obvio que cada período tiene su dispensación. Las épocas se mencionan a menudo en la Biblia.

Ef. 2:7 7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

Ef. 3:5, 9 5 misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:

He. 1:2 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

La Biblia también hace distinción de épocas.

Jn. 1:17 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Mt. 5:21-22 21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

2Co. 3:11 11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.

He. 7:11-12 11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;

Es probable que el reconocimiento de las dispensaciones arroje más luz sobre el mensaje total de las Escrituras que ningún otro aspecto del estudio bíblico. Muy a menudo sucede que el hecho de tener un claro entendimiento de las, dispensaciones y de los propósitos que Dios ha revelado en ellas ha llegado a ser el principio de un valioso conocimiento de las Escrituras y de un interés personal en la Biblia misma. La relación del hombre con su Creador no es la misma en todas las edades. Ha sido necesario someter al hombre caído a ciertas pruebas. Esto es en parte el propósito de Dios a través de las edades, y el resultado de las pruebas afrontadas por el hombre ha sido en cada caso una incuestionable demostración tanto de la pecaminosidad como del absoluto fracaso espiritual y moral del género humano. Y en el día final toda boca se cerrará, porque a través de muchos siglos de experiencia se habrá comprobado la maldad o insensatez de todos los pensamientos del corazón del hombre.

Cada dispensación comienza, por lo tanto, con el hombre divinamente establecido en una nueva posición de privilegio y responsabilidad, y termina con el fracaso humano que trae como consecuencia la manifestación del justo juicio de Dios. Si bien es cierto que existen algunos hechos, tales como el carácter santo de Dios, que permanecen invariables para siempre y que de consiguiente son los mismos en cada edad, hay a la vez diferentes instrucciones y responsabilidades que se limitan en cuanto a su aplicación ha determinado período.

En relación con todo esto el estudiante de la Biblia debe reconocer la diferencia entre aplicación primaria y aplicación secundaria de la Palabra de Dios. Solamente aquellas porciones de las Escrituras que son destinadas directamente para el hijo de Dios en este tiempo de gracia deben ser objeto de una aplicación primaria o personal al cristiano. Se demanda que dichas instrucciones reciban detallado cumplimiento. Cuando se trata de aplicación secundaria debe observarse que, mientras es cierto que pueden extraerse lecciones espirituales de cada porción bíblica, esto no significa que el cristiano esté en la obligación ante Dios de cumplir aquellos principios que fueron la expresión de la voluntad divina para la gente de otras dispensaciones. El hijo de Dios en el actual período de gracia no está en la misma situación de Adán o de Abraham, o de los israelitas en el tiempo de la Ley ; ni es llamado tampoco a seguir aquella manera peculiar de vida que según las Escrituras se demandará de los hombres cuando el Rey haya regresado a establecer su reino terrenal.

Siendo que el hijo de Dios depende completamente de la instrucción contenida en las páginas de la Biblia para dirigir sus pasos en la vida diaria, y siendo que los principios revelados en las diferentes dispensaciones son tan diversos y a veces tan contradictorios, es de gran importancia para él reconocer las porciones bíblicas que se aplican directamente a su propio caso, si es que va a vivir de acuerdo a la voluntad divina y para la gloria de Dios. En la consideración del testimonio total de la Biblia , es casi tan importante para el creyente que desea hacer la voluntad divina conocer lo que no le concierne directamente como aquello que tiene directa referencia a él. Es obvio que, aparte del conocimiento de la verdad dispensacional, el creyente no podrá adaptarse inteligentemente al presente propósito de Dios en el mundo. Sólo ese conocimiento le salvará de caer en aquella sujeción a la ley que caracterizó a la dispensación pasada o de querer llevar a cabo en la actualidad el programa de transformación mundial perteneciente a la dispensación por venir.

Debido a la imperfección de las traducciones, algunas verdades importantes se hallan ocultas para el que lee solamente el texto corriente de la Biblia. Por ejemplo, la palabra griega aion, que significa una «edad» o dispensación, se traduce «mundo» en unas cuarenta ocasiones. Por ejemplo, cuando se dice en Mateo 28:20 «hasta el fin del mundo», la referencia no es al fin del mundo material, lo que a su debido tiempo tomará lugar.

2P. 3:7 7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.

Ap. 20:11 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

Is. 66:22 22 Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.

Sino más bien al fin de esta edad. El fin del mundo no se acerca, sino el fin de la presente edad. Según las Escrituras hay en todo siete grandes dispensaciones, y es evidente que nosotros estamos viviendo cerca del fin de la sexta de ellas. La edad del reino milenial está todavía por venir.

Ap. 20:4, 6 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

Una dispensación se caracteriza más o menos por las nuevas responsabilidades que Dios le señala al hombre al principio de ella y por los juicios divinos con que la misma termina. Las siete dispensaciones son las siguientes:

1) Inocencia

2) conciencia

3) gobierno

4) promesa

5) ley

6) gracia

7) reino milenial.

Al estudiar las dispensaciones hay ciertos principios esenciales para entender esta enseñanza. El dispensacionalismo se deriva de una interpretación normal o literal de la Biblia. Es imposible interpretar la Biblia en su sentido normal y literal sin darse cuenta de que hay diferentes eras y diferentes dispensaciones. Un segundo principio es el de la revelación progresiva, esto es, el hecho reconocido por prácticamente todos los estudiantes de la Escritura de que la revelación es dada en etapas. Tercero, todos los expositores de la Biblia necesitarán reconocer que una revelación posterior en cierto grado sustituye a una revelación primaria con un cambio resultante en reglas de vida en las cuales pueden cambiarse o modificarse y añadirse nuevos requisitos. Por ejemplo, mientras que Dios mandó a Moisés a matar un hombre por cortar leña en un sábado, ninguno aplicaría este mandamiento hoy porque vivimos en una dispensación diferente.

Nm. 15:32-36 32 Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo. 33 Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación; 34 y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer. 35 Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación fuera del campamento. 36 Entonces lo sacó la congregación fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés.

Aunque se distinguen frecuentemente siete dispensaciones en la Escritura , tres son más importantes que las otras; ellas son: la dispensación de la ley, gobernando a Israel en el Antiguo Testamento desde el tiempo de Moisés; la dispensación de la gracia, la era presente; y la futura dispensación del reino milenial.

B. Dispensación de la inocencia: Era de libertad.

Esta dispensación comenzó con la creación del hombre

Gn. 1:26-27 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Y continúa hasta:

Gn. 3:6 6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

En esta dispensación al hombre le fue dada la responsabilidad humana de ser fructífero, dominar la tierra, tener dominio sobre los animales, usar los vegetales para comer y cuidar del huerto del Edén.

Gn. 1:28-29 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.

Gn. 2:15 15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

Sin embargo, fue dada una prohibición; se instruyó al hombre para que no comiese del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Gn. 2:17 17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Aunque al hombre se le concedió un estado bendito, un cuerpo, mente y naturaleza perfectos, y todo lo necesario para disfrutar de la vida, Eva sucumbió ante la tentación y comió el fruto prohibido y Adán se unió a ella en su acto de desobediencia.

Gn. 3:1-6 1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

Como resultado vino el juicio divino, la muerte espiritual, el conocimiento del pecado, el miedo hacia Dios y la pérdida del compañerismo. Aun en estas circunstancias Dios introdujo el principio de la gracia con una promesa del Redentor.

Gn. 3:15 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Y proveyó túnicas de pieles, típica provisión de la redención.

Gn. 3:21 21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

Ellos fueron expulsados fuera del huerto, pero se les permitió vivir sus vidas naturalmente y con el juicio de Dios sobre ellos comenzó una nueva dispensación.

Gn. 3:23-24 23 Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. 24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

En la dispensación de la inocencia Dios reveló la falla del hombre, le dio la promesa de un Redentor que vendría, reveló su soberanía en juzgar a sus criaturas e introdujo el principio de gracia.

C. Dispensación de la conciencia: Era de la determinación humana.

Esta dispensación, que comienza en Gn. 3:7 y se extiende hasta Gn. 8:19, trajo nuevas responsabilidades sobre el hombre, establecidas en el así llamado pacto con Adán y Eva.

Gn. 3:7 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Gn. 8:19 19 Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.

Se emitió una maldición sobre Satanás.

Gn. 3:14-15 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

Pero también cayó una maldición sobre Adán y Eva.

Gn. 3:16-19 16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Aunque no se revela un código detallado de moral dado al hombre en este tiempo, se le exigió que viviera de acuerdo a su conciencia y guardando el conocimiento de Dios a medida que le fuera dado. Sin embargo, bajo la conciencia, el hombre continuó fallando tanto como lo había hecho siempre. La conciencia podía convencer, pero no traería victoria.

Jn. 8:9 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.

Ro. 2:15 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,

1Co. 8:7 7 Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina.

1Ti. 4:2 2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,

Los hijos de Adán tenían su naturaleza pecaminosa manifestada en el hecho de rehusarse a traer un sacrificio de sangre.

Gn. 4:7 7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.

Y el asesinato de Abel por Caín.

Gn. 4:8 8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

La civilización resultante de Caín fue pecadora.

Gn. 4:16-24 16 Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén. 17Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc. 18 Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. 19 Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila. 20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. 21 Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta. 22 Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama.

23 Y dijo Lamec a sus mujeres:

Ada y Zila, oíd mi voz;

Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho:

Que un varón mataré por mi herida,

Y un joven por mi golpe.

            24          Si siete veces será vengado Caín,

      Lamec en verdad setenta veces siete lo será.

Y la muerte física se convirtió en algo común.

Gn. 5:1-32 1 Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. 2 Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.3 Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set. 4 Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 5 Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió. 6 Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós. 7 Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas. 8Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió. 9 Vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán. 10Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas. 11Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió. 12 Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel. 13 Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas. 14 Y fueron todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió. 15 Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared. 16 Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 17 Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.18 Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc. 19 Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 20Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió. 21 Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. 22 Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. 23 Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. 24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. 25Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec. 26Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. 27 Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió. 28 Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; 29 y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo. 30 Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas. 31 Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió. 32 Y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

La maldad del corazón humano alcanzó a tal estado que otra vez el juicio fue necesario.

Gn. 6:5 5 Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.

Gn. 6:11-13 11Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió. 12 Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel. 13 Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas.

El juicio se manifestó sobre Caín.

Gn. 4:10-15 10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra. 13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado. 14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. 15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

Y en la Humanidad en general en la muerte

Gn. 5:1-32 (Citado arriba)

Finalmente Dios tuvo que traer el diluvio universal sobre la tierra.

Gn. 7: 21-24 21 Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. 22 Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. 23 Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca. 24 Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

Sin embargo, en este período también fue manifestada la gracia divina, puesto que algunos fueron salvos, como Enoc.

Gn. 5:24 24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Y la familia de Noé fue salva por el Arca.

Gn. 6: 8-10 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. 9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. 10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet.

He. 11:7 7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

La dispensación terminó con el diluvio en el cual solamente la familia de Noé fue salvada. El propósito de Dios en esta dispensación fue el de demostrar nuevamente la caída del hombre bajo la nueva situación en la cual éste se desempeñaba bajo su conciencia. Sin embargo, en este período Dios preservó la línea del futuro Redentor, demostrando su soberanía en juzgar al mundo por medio del diluvio y manifestando su gracia a Noé y su familia.

D. Dispensación del gobierno humano: Pacto con Noé.

Esta dispensación cubre el período desde Gn. 8:20 a 11:9.

Gn. 8:20 20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.

Gn. 11:9 9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

A Noé Dios le dio un pacto incondicional.

Gn. 9:17 17 Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.

En el cual El prometió que no habría más destrucción por diluvio.

Gn. 8:21 21 Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.

Gn. 9:11 11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.

Dios prometió que las estaciones en el curso de la naturaleza no cambiarían.

Gn. 8:22 22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.

Y le dio nuevamente al hombre el mandamiento de multiplicarse, y de continuar su dominio sobre los animales.

Gn. 9:1-2 1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. 2El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados.

El comer carne era permitido ahora, aunque la sangre estaba prohibida.

Gn. 9:4 4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. 

Lo más importante fue el establecimiento de la esencia del gobierno, en el cual se le dio al hombre el derecho de matar a los asesinos.

Gn. 9:5-6 5 Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. 6 El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

En este pacto, así como en los otros, hay fracaso humano, como lo indica la embriaguez de Noé.

Gn. 9:21 21 y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.  

Y la irreverencia de Cam.

Gn. 9:22 22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.

Es un período de deterioro moral y religioso.

Gn. 11:1-4 1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. 2 Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. 3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. 4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

El gobierno humano, como la conciencia, fracasaron en reprimir el pecado del hombre, y el resultado fue la torre de Babel.

Gn. 11:4 4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

El juicio de Dios fue confundir su lengua.

Gn. 11:5-7 5 Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. 6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. 7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

Y la civilización humana fue dispersada.

Gn. 11:8-9 8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

En este período, sin embargo, la gracia fue evidente en cómo el remanente de Dios fue preservado y en la selección de Abraham.

Gn. 11:10 10 Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio.

Gn. 12:3 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

También fue preservada la simiente de la mujer y Dios fue manifestado en forma soberana. La dispensación finalizó con el juicio de la Torre de Babel y los preparativos para la próxima dispensación. Es importante notar que ambos, la conciencia y el gobierno humano, continúan en dispensaciones posteriores.

Sólo Abraham y su simiente entran bajo la dispensación de la promesa. En general, la dispensación del gobierno humano reveló el fracaso del hombre bajo esta nueva regla de vida, el juicio selectivo de Dios, y se continuó manifestando la gracia divina.

E. Dispensación de la promesa: Pacto con Abraham.

Este pacto, que comienza en Gn. 11:10, se extiende hasta Ex. 19:2. En él la responsabilidad humana fue dada en la forma de confiar en las promesas de Dios reveladas a Abraham. El contenido de su revelación divina incluía la promesa a Abraham.

Gn. 12:1-2 1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.

Gn. 13:16 16 Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.

Gn. 15:5 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.

Gn. 17:6 6 Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.

La promesa a Israel, la simiente de Abraham, de la que saldría una gran nación y el canal para el cumplimiento de la promesa de Dios.

Gn. 12:2-3 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Gn. 13:16 16 Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.

Gn. 15:5 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.

Gn. 15:18-21 18En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Gn. 17:7-8 7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 8Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

Gn. 28:13-14 13 Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente.

Jos. 1:2-4 2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. 3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.

Y una promesa de bendición a toda la tierra a través de Abraham.

Gn. 12:3 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

El principio fue también establecido de manera que Dios bendijera a aquellos que bendijeran a Abraham y maldijera a aquellos que maldijeran la simiente de Abraham.

El pacto abrahámico es uno de los pactos importantes de la Biblia e incluye la provisión de que Israel sería una nación para siempre, tendría el título de su tierra para siempre, sería bendecida en cosas espirituales, estaría bajo la protección divina y tendría el signo especial de la circuncisión.

Gn. 17:13-14 13 Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 14 Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.  

El pacto era a la vez de gracia en principios e incondicional, por cuanto no dependía de la fidelidad humana, sino en la fidelidad de Dios. Solamente cumplidas parcialmente en el tiempo en que vivió Abraham, las bendiciones y promesas del pacto abrahámico continúan en su cumplimiento hacia el fin de la historia humana. Algunas de las bendiciones inmediatas del pacto para alguna generación particular estaban condicionadas a la obediencia, pero el pacto en sí era declarado como un pacto eterno.

Gn. 17:7, 13, 19 7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 13 Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. 19 Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.

1Cr. 16:16-17 17 El cual confirmó a Jacob por estatuto,

     Y a Israel por pacto sempiterno,

Sal. 105:10 10    La estableció a Jacob por decreto,

     A Israel por pacto sempiterno,

El pacto con Abraham fue dirigido primeramente a Abraham y sus descendientes hasta donde estaba comprometida la responsabilidad dispensacional. El mundo como un todo continuaba bajo el gobierno humano y la conciencia como su responsabilidad primaria.

Bajo el pacto abrahámico, sin embargo, había un constante patrón de fracaso, el cual fue manifestado en la demora de ir a la Tierra Prometida.

Gn. 11:31 31 Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí.

En Abraham al ser el padre de Ismael.

Gn. 16:1-16 1 Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. 2 Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. 3 Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. 4 Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora. 5 Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo. 6 Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. 7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. 8 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. 9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. 10 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. 11 Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. 12 Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. 13 Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? 14 Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered. 15 Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael. 16 Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael.

Y en descender a Egipto.

Gn. 12:10 10 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra.

Gn. 13:1 Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot.

Es evidente, sin embargo, que Abraham creció en fe y en gracia y finalmente tenía la voluntad de sacrificar aun a su hijo Isaac en obediencia a Dios.

Gn. 22:1-24 1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 6Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. 7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. 9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. 13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto. 15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. 19 Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba. 20 Aconteció después de estas cosas, que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano: 21 Uz su primogénito, Buz su hermano, Kemuel padre de Aram, 22Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel. 23Y Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que dio a luz Milca, de Nacor hermano de Abraham. 24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.

Siguiendo a Abraham, Isaac fracasó viviendo tan cerca de Egipto como era posible sin violar el mandamiento de Dios.

Gn. 26:6-16 6 Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto. 8Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. 9Y llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella. 10Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado. 11Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá. 12Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. 13El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. 14Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia. 15Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra. 16Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.

De la misma manera, Jacob falló en no creer en la promesa hecha a su madre cuando él nació.

Gn. 25:23 23 y le respondió Jehová:

Dos naciones hay en tu seno,

Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas;

El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,

      Y el mayor servirá al meno

Él fue culpable de mentira, engaño y de regatear.

Gn. 27:1-29 1 Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. 2Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. 3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. 4Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 5por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. 6 Habitó, pues, Isaac en Gerar. 7Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto. 8 Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. 9 Y llamó Abimelec a Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer. ¿Cómo, pues, dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por causa de ella. 10 Y Abimelec dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado. 11 Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá. 12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. 13El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. 14 Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia. 15 Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra. 16 Entonces dijo Abimelec a Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho. 17 E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, y habitó allí. 18 Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado. 19 Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas, 20 los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él. 21 Y abrieron otro pozo, y también riñeron sobre él; y llamó su nombre Sitna. 22 Y se apartó de allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él; y llamó su nombre Rehobot, y dijo: Porque ahora Jehová nos ha prosperado, y fructificaremos en la tierra. 23 Y de allí subió a Beerseba. 24 Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo. 25 Y edificó allí un altar, e invocó el nombre de Jehová, y plantó allí su tienda; y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo. 26 Y Abimelec vino a él desde Gerar, y Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército. 27 Y les dijo Isaac: ¿Por qué venís a mí, pues que me habéis aborrecido, y me echasteis de entre vosotros? 28 Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos pacto contigo, 29 que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz; tú eres ahora bendito de Jehová.

Y eventualmente se movió fuera de la tierra hacia Egipto para evitar el hambre.

Gn. 46:1-4 1 Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. 2 Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. 3 Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. 4 Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos.

En Egipto, Israel también le falló a Dios en sus quejas y falta de fe.

Ex. 2:23 23 Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.

Ex. 4:1-10 1 Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová. 2 Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. 3 El le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. 4 Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. 5 Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. 6 Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. 7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. 8 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. 9 Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra. 10 Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.

Ex. 5:21 21 les dijeron: Mire Jehová sobre vosotros, y juzgue; pues nos habéis hecho abominables delante de Faraón y de sus siervos, poniéndoles la espada en la mano para que nos maten.

Ex. 14:10-12 10 Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. 11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 12¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.

Ex. 15:24 24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?

En su deseo de volver a Egipto.

Ex. 14:11-12 11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 12¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.

Y en su constante murmuración.

Ex. 15:24 24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?

Ex. 16:2 2 Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto;

Nm. 14:2 2 Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar.

Nm. 16:11, 41 11 Por tanto, tú y todo tu séquito sois los que os juntáis contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuréis? 41 El día siguiente, toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Vosotros habéis dado muerte al pueblo de Jehová.

Jos. 9:18 18 Y no los mataron los hijos de Israel, por cuanto los príncipes de la congregación les habían jurado por Jehová el Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los príncipes.

Su fracaso es evidente tanto en el momento en que fue dada la ley como posteriormente en su falla en cuanto a confiar en las promesas de Dios en Cades Barnea.

Nm. 14:1-45 1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. 5 Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. 6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, 7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. 8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. 9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. 10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel, 11 y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? 12 Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos. 13 Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder; 14 y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego; 15 y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; y las gentes que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo: 16 Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto. 17 Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo: 18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos. 19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí. 20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho. 21 Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra, 22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, 23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. 24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. 25 Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo. 26 Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 27¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? 28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29 En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. 31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. 32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. 33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. 34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. 35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán. 36 Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, 37 aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. 38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra. 39 Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho. 40 Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado. 41 Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien. 42 No subáis, porque Jehová no está en medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros enemigos. 43 Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada; pues por cuanto os habéis negado a seguir a Jehová, por eso no estará Jehová con vosotros. 44 Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del campamento. 45 Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.

El fracaso bajo el período de la promesa abrahámica fue especialmente su responsabilidad y resultó en la pérdida temporal de la tierra, su esclavitud en Egipto, y en su viaje errante por el desierto antes de entrar en la tierra. Su fracaso estableció la etapa para la promulgación de la ley mosaica. En la dispensación de la promesa había mucha gracia divina ilustrada en el constante cuidado de Dios por su pueblo, su liberación de Egipto y la institución de la fiesta de la Pascua. La dispensación de la promesa termina en el momento en que fue dada la ley, pero finaliza sólo en el sentido de ser el principio o prueba principal de responsabilidad.

Ex. 19:1-22 1 Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 Esta es la ordenanza de la ley que Jehová ha prescrito, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo; 3 y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia. 4 Y Eleazar el sacerdote tomará de la sangre con su dedo, y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella siete veces; 5 y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol, hará quemar. 6 Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, y escarlata, y lo echará en medio del fuego en que arde la vaca. 7 El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será inmundo el sacerdote hasta la noche. 8 Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos en agua, también lavará en agua su cuerpo, y será inmundo hasta la noche. 9 Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación; es una expiación. 10 Y el que recogió las cenizas de la vaca lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; y será estatuto perpetuo para los hijos de Israel, y para el extranjero que mora entre ellos. 11 El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días. 12 Al tercer día se purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día. 13 Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se purificare, el tabernáculo de Jehová contaminó, y aquella persona será cortada de Israel; por cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo será, y su inmundicia será sobre él. 14 Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda: cualquiera que entre en la tienda, y todo el que esté en ella, será inmundo siete días. 15 Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será inmunda; 16 y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo. 17 Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente en un recipiente; 18 y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la tienda, sobre todos los muebles, sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro. 19 Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche. 20 Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de Jehová; no fue rociada sobre él el agua de la purificación; es inmundo. 21 Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la purificación será inmundo hasta la noche. 22 Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que lo tocare será inmunda hasta la noche.

La dispensación de la promesa continúa hacia el fin de la historia, y muchas de sus promesas están aún en vigencia como un objeto de fe y esperanza. Las promesas hechas a Abraham son la base para las dispensaciones posteriores de la gracia y del reino. Hasta cierto punto las promesas nunca acaban y son cumplidas en un estado eterno. La dispensación de la promesa estableció claramente el principio de la soberanía divina, proveyó un canal de revelación divina especial para la nación de Israel, continuó la provisión de la redención y bendición divinas, reveló la gracia de Dios y prometió un testimonio para el mundo. Como las otras dispensaciones, sin embargo terminó en fracaso en lo que se refiere a la conformidad con la voluntad de Dios y preparó el terreno para la introducción de la ley como un ayo para traer a los creyentes a Cristo.

Ga. 3:24 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.

F. La dispensación de la ley.

La dispensación de la ley comienza en Éxodo 19:3 y se extiende a través de todo el período hasta el día de Pentecostés en Hechos 2, aunque la ley finalizó en un sentido en la cruz. Ciertas porciones como el evangelio de Juan y algunos pasajes selectos en los otros evangelios anticiparon, sin embargo, la era presente de la gracia.

La ley mosaica fue dirigida solamente a Israel, y los gentiles no eran juzgados por sus normas. La ley contenía un detallado sistema de obras, incluidas tres principales divisiones:

a) Los mandamientos. La voluntad expresada de Dios.

Ex. 20:1-26 1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

13 No matarás.

14 No cometerás adulterio.

15 No hurtarás.

16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. 19 Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos. 20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis. 21 Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios. 22 Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros. 23 No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis. 24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. 25 Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás. 26 No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.

b) Los juicios. La vida social y civil de Israel.

Ex. 21:1 1 Estas son las leyes que les propondrás.

Ex. 24:11 11 Más no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.

c) Las ordenanzas. La vida religiosa de Israel.

Ex. 24:12 12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.

Ex. 31:18 18 Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.

El sistema de sacrificios y del sacerdocio que fue incluido era tanto legal como de gracia. El gobierno en esta dispensación era una teocracia, un gobierno por medio de Dios a través de sus profetas, sacerdotes y (más tarde) reyes. El pacto mosaico fue también de carácter temporal, en vigencia sólo hasta que Cristo viniese.

Ga. 3:24-25 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,

La naturaleza de la dispensación era condicional, esto es, la bendición estaba condicionada a la obediencia. Por primera vez en la historia la Escritura reveló un completo y detallado sistema religioso bajo la ley, proveyó el terreno para la limpieza y el perdón, la adoración, y oración, y ofreció una esperanza futura.

Bajo la ley hubo constante fracaso. Esto es evidente especialmente en el período de los jueces, pero siguió hasta después de la muerte de Salomón y la división del reino de Israel en dos reinos. Hubo períodos cuando la ley fue completamente olvidada e ignorada y la idolatría reinaba en forma suprema. El Nuevo Testamento continúa el registro de fracasos, que culmina en el rechazo y crucifixión de Cristo, quien en su vida guardó la ley en forma perfecta.

Fueron infringidos muchos juicios durante la dispensación de la ley como se describe en:

Dt. 28:1 1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra

Dt. 30:20 20 amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.

Los mayores juicios fueron el cautiverio bajo Asiria y Babilonia, de los cuales retornaron en el tiempo debido. Los juicios de Israel también vinieron después del término de la dispensación e incluyeron la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. y la dispersión mundial de Israel. La gran tribulación, otro tiempo de angustia para Jacob, está todavía por delante.

Jer. 30:1-11 1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2 Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado. 3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. 4 Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá. 5 Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz. 6 Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros. 7¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. 8 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre, 9 sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré. 10 Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante. 11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

Dn. 12:1 1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.

Mt. 24:22 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados

Bajo la ley, sin embargo, también era administrada la gracia divina en aquel sistema de sacrificios que fue provisto como una vía de restauración para el pecaminoso Israel, y el Dios paciente se manifiesta en la provisión de profetas, jueces y reyes y en la preservación de la nación. En repetidas ocasiones el arrepentimiento de Israel fue aceptado por Dios, y a través de este período fue escrito el Antiguo Testamento. La bendición coronadora fue la venida de Cristo como el Mesías de Israel, a quien la nación entera rechazó.

En un sentido la dispensación de la ley terminó en la cruz

Ro. 10:4 4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

2Co. 3:11-14 11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.

12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. 14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.

Ga. 3:19, 25 19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo

Pero en otro sentido no concluyó hasta el día de Pentecostés, cuando comenzó la dispensación de la gracia. Aunque la ley finalizó como una regla específica de vida, continúa siendo una revelación de la justicia de Dios y puede ser estudiada con provecho por los cristianos para determinar el carácter santo de Dios. Los principios morales que resaltan la ley continúan, puesto que Dios no cambia; pero los creyentes hoy día no están obligados a guardar los detalles de la ley, dado que la dispensación ha cambiado y la regla de vida dada a Israel no es la regla de vida para la iglesia. A pesar de ello, pueden hacerse varias aplicaciones de la ley, aunque una interpretación estricta sólo relaciona a la ley mosaica con Israel.

El propósito de la ley era proveer una regla justa de vida y traer el pecado a condenación. La experiencia de Israel bajo la ley demostró que la ley moral, cívica y religiosa no puede salvar o santificar. La ley nunca fue propuesta para proveer la salvación para el hombre, ya sea mientras estaba en vigencia o después, y por medio de su naturaleza era débil, por cuanto no podía justificar.

Ro. 3:20 20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Ga. 2:16 16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

No podía santificar o perfeccionar.

He. 7:18-19 18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

Estaba limitada en su vigencia y duración.

Ga. 3:19 19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.

No podía regenerar.

Ga. 3:21-22 21¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

Y sólo podía hacer manifiesto el pecado.

Ro. 7:5-9 5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. 7¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. 8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. 9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

Ro. 8:3 3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;

1Co. 15:56 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

La ley hizo posible que Dios demostrara que todos eran culpables y que toda boca calló.

Ro. 3:19 19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;

E hizo evidente la necesidad de Cristo.

Ro. 7:7-25 7¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. 8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. 9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. 10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; 11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. 12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. 13¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Ga.3:21-27 21¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

G. Dispensación de la gracia.

La dispensación de la gracia comienza justamente en Hechos 2 y continúa a través del Nuevo Testamento, culminando con el arrebatamiento de la iglesia. Algunas enseñanzas concernientes a la dispensación de la gracia fueron introducidas antes (Jn. 13-17). Las Escrituras que se relacionan con esta dispensación se extienden desde Hechos 1 hasta Apocalipsis 3.

La dispensación de la gracia fue dirigida solamente a la iglesia, puesto que el mundo como un todo continúa bajo la conciencia y el gobierno humanos. En ella, la salvación se revela que es por la fe únicamente, lo cual fue siempre verdad, pero ahora se hace más evidente.

Ro. 1:16 16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

Ro. 3:22-28 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. 27¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

Ro. 4:16 16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosot

Ro. 5:15-19 15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

Las altas normas de gracia elevan a esta dispensación por sobre todas las reglas de vida previas.

Jn. 13:34-35 34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Ro. 12:1-2 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Fil. 2:5 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,

Col. 1:10-14 10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Col. 3:1 1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

1Ts. 5:23 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Sin embargo, bajo la gracia el fracaso fue también evidente, puesto que la gracia no produjo ni la aceptación universal de Cristo ni una iglesia triunfante. De hecho, la Escritura predijo que habría apostasía dentro de la iglesia profesante.

1Ti. 4:1-3 1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 2por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.

2Ti. 3:1-13 1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, 5 que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. 6 Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. 7 Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. 8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe. 9 Mas no irán más adelante; porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos. 10 Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, 11 persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. 12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; 13 mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

2P. 2:1-22 1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. 4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; 5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; 6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, 7 y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados 8(porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), 9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; 10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, 11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. 12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, 13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. 14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. 15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, 16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta. 17 Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre. 18 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. 19 Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció. 20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

2P. 3:1-18 1 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, 2 para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; 3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, 6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; 7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 8 Más, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. 14 Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. 17 Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

Aunque Dios está cumpliendo sus propósitos en llamar a gentes para su nombre de entre los judíos y gentiles, la porción profesante pero no salva de la iglesia dejada atrás en el arrebatamiento será juzgada en el período entre el arrebatamiento y la venida de Cristo para establecer su reino.

Mt. 24:1-26 1 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. 2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. 3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores. 9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. 15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.

Ap. 6:1-17 1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. 3 Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. 4 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. 5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. 7 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. 8 Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra. 9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. 12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

Ap. 19:1-21 1 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; 2 porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. 3 Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! 5 Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. 6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. 9 Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. 10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. 11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. 19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

La iglesia verdadera será juzgada en el cielo en el tribunal de Cristo.

2Co. 5:10-11 10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. 11 Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias.

En esta edad presente la gracia divina es especialmente evidente en la venida de Cristo.

Jn. 1:17 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

En la salvación del creyente y en nuestra posición ante Dios.

Ro. 3:24 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 

Ro. 5:1-2 1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

Ro. 5:15-21 15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

Ga. 1:1 1 Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)

Ga. 2:21 21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

Ef. 2:4-10 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Y en la naturaleza de la gracia como una regla de vida.

Ga. 3:1 1¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?

Ga. 5:26 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

La dispensación de la gracia termina con el arrebatamiento de la iglesia, el cual será seguido por el juicio de la iglesia profesante.

Ap. 17:16 16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;

La era de la gracia es una dispensación diferente en lo que concierne a abarcar a creyentes judíos y gentiles. Por contraste, la ley de Israel era solamente para Israel, el gobierno humano era para el mundo entero, y la conciencia se extiende a toda la gente.

En la presente dispensación la ley mosaica está completamente cancelada en cuanto a su aplicación inmediata, pero continúa para testificar de la santidad de Dios y provee muchas lecciones espirituales para ser aplicadas. Aunque todas las dispensaciones contienen un elemento de gracia, la dispensación de la gracia es la suprema manifestación de ambas cosas, la totalidad de la salvación recibida y en cuanto a una regla de vida.

H. Dispensación del reino.

La dispensación del reino comienza con la segunda venida de Cristo (Mt. 24; Ap. 19) y es precedida por un período de tiempo en el cual se incluye la tribulación, el cual hasta cierto grado es un período transitorio. Las Escrituras que se aplican a ello son todos los pasajes del reino futuro, ya sea en el Antiguo o Nuevo Testamento, siendo las principale

Sal. 72:1-20 1    Oh Dios, da tus juicios al rey,

Y tu justicia al hijo del rey.

            2           El juzgará a tu pueblo con justicia,

Y a tus afligidos con juicio.

            3           Los montes llevarán paz al pueblo,

Y los collados justicia.

            4           Juzgará a los afligidos del pueblo,

Salvará a los hijos del menesteroso,

Y aplastará al opresor.

            5           Te temerán mientras duren el sol

Y la luna, de generación en generación.

            6           Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada;

Como el rocío que destila sobre la tierra.

            7           Florecerá en sus días justicia,

Y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna.

            8           Dominará de mar a mar,

Y desde el río hasta los confines de la tierra.

            9           Ante él se postrarán los moradores del desierto,

Y sus enemigos lamerán el polvo.

            10          Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes;

      Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.

                  11 Todos los reyes se postrarán delante de él;

Todas las naciones le servirán.

            12          Porque él librará al menesteroso que clamare,

Y al afligido que no tuviere quien le socorra.

            13          Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso,

Y salvará la vida de los pobres.

            14          De engaño y de violencia redimirá sus almas,

Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.

            15          Vivirá, y se le dará del oro de Sabá,

Y se orará por él continuamente;

Todo el día se le bendecirá.

            16          Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes;

Su fruto hará ruido como el Líbano,

Y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra.

            17          Será su nombre para siempre,

Se perpetuará su nombre mientras dure el sol.

Benditas serán en él todas las naciones;

Lo llamarán bienaventurado.

            18          Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel,

      El único que hace maravillas.

                 19  Bendito su nombre glorioso para siempre,

Y toda la tierra sea llena de su gloria.

Amén y Amén.

                20          Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.

Is. 2:1-5 1 Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén.

2 Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

Is. 9:6-7, 11 6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. 11 Pero Jehová levantará los enemigos de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos;

Jer. 33:14-17 14 He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra. 16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra. 17 Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel.

Dn. 2:44-45 44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, 45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.

Dn.7:9-14, 18, 27 9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. 10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. 11 Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. 12 Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo. 13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será 18 Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre. 27 y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán

Os. 3:4-5 4 Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. 5 Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días.

Zac. 14:9 9 Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.

Lc. 1:31-33 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Ap. 19:1-21 (Citado arriba)

Ap. 20:1-15 1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

En el reino, la responsabilidad humana será obedecer al rey, quien regirá con vara de hierro.

 Is. 11:3-5 3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

Ap. 19:15 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.

El reino será teocrático, esto es, una reglamentación de parte de Dios, y habrá un sistema renovado de sacrificios y sacerdocio.

Is. 66:21-23 21 Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová. 22 Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. 23 Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehov

Ez. 40-48

Los pasajes citados no enseñan que, durante el reino milenial, el sacerdocio levítico será restaurado ni tampoco los sacrificios. ¿Cómo podría ser teniendo en cuenta lo que enseña el libro de Hebreos?

He. 7:11-12 11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley;

He. 7:18-19 18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

He. 8:6-13 6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.

8 Porque reprendiéndolos dice:

He aquí vienen días, dice el Señor,

En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;

            9           No como el pacto que hice con sus padres

El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;

Porque ellos no permanecieron en mi pacto,

Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.

            10          Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel

Después de aquellos días, dice el Señor:

Pondré mis leyes en la mente de ellos,

Y sobre su corazón las escribiré;

Y seré a ellos por Dios,

Y ellos me serán a mí por pueblo;

            11          Y ninguno enseñará a su prójimo,

Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;

Porque todos me conocerán,

Desde el menor hasta el mayor de ellos.

            12          Porque seré propicio a sus injusticias,

Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.

                  13       Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

He. 9:23-28 23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.

Un rasgo excepcional de este período es que Satanás será atado y los demonios permanecerán inactivos. Una vez más, la afirmación no es respaldada por el texto que se cita. El pasaje habla de Satanás, pero nada dice al respecto de los demonios durante el reino milenial. Como Pablo le dice a los Corintios “para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito”.

1Co. 4:6 6 Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros.

Ap. 20:1-3, 7 1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. 7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión

El reino, sin embargo, también será un período de fracaso.

Is. 65:20 20 No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.

Zac. 14:16-19 16 Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. 17 Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. 18 Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. 19 Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.

Y habrá rebelión al final del mismo.

Ap. 20:7-9 7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

El juicio divino que sigue incluye la destrucción de los rebeldes por medio del fuego.

Ap. 20:9 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.

Y la destrucción de la antigua tierra y cielo por fuego.

2P. 3:7 7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.

2P. 3:10-12 10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!

En el reino milenial la gracia divina también se revela en el cumplimiento del nuevo pacto. Jer. 31:31-34 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

En cuanto a salvación.

Is. 12:1-6 1 En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. 2 He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. 3 Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. 4 Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. 5 Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. 6 Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

En prosperidad física y temporal.

Is. 35:1-10 1 Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. 2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. 3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. 4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. 5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. 7 El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos.8 Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. 9 No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. 10 Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.

En abundancia de revelación.Jer. 31:33-34 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

En perdón de pecado.

Jer. 31:34 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

Y en la recolección de Israel.

Is. 11:11-12 11 Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. 12 Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra.

Jer. 30:1-11 1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2 Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado. 3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. 4 Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá. 5 Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz. 6 Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros. 7¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. 8 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre, 9 sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré. 10 Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante. 11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

Ez. 39:25-29 25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. 26 Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante; 27 cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. 28 Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor.

El reino milenial termina con la destrucción de la tierra y cielo por fuego y es seguido por el estado eterno.

Ap. 21:1-27 1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega , el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. 9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. 12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; 13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. 14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero. 15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. 17 Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. 18 El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; 19 y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; 20 el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio. 22 Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. 25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. 26 Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. 27 No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero

Ap. 22:1-21 1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. 3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. 6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. 7¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. 8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. 10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. 12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega , el principio y el fin, el primero y el último 14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. 15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. 16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. 17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. 18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. 20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

La dispensación del reino difiere de todas las dispensaciones anteriores en que es la forma final de la prueba moral. Las ventajas de la dispensación incluyen un gobierno perfecto, la presencia inmediata y gloriosa de Cristo, el conocimiento universal de Dios y el término de los tiempos de salvación, y Satanás que permanece inactivo. En muchos puntos la dispensación del reino es suprema y trae a su consumación los tratos de Dios con el hombre. En las dispensaciones Dios ha demostrado cada significado posible de los tratos con el hombre. En cada dispensación el hombre fracasa y la gracia de Dios es suficiente.

En las dispensaciones se cumple el propósito de Dios de manifestar su gloria, en el mundo natural y en la historia humana. A través de la eternidad nadie podrá levantar la pregunta de si Dios podría haber dado al hombre otra oportunidad para alcanzar la salvación o la santidad por medio de su propia habilidad. Un conocimiento de las dispensaciones es, de acuerdo a ello, la clave para el entendimiento del propósito de Dios en la historia y el despliegue de la Escritura , la cual registra los tratos de Dios con el hombre y su revelación divina concerniente a sí mismo.

PREGUNTAS.

1. ¿Cuán importante es la doctrina de las dispensaciones?

2. ¿Cómo puede definirse una dispensación?

3. Contrastar una dispensación y una época en la Biblia.

4. ¿Qué caracteriza en general el comienzo y el fin de cada dispensación?

5. ¿Cómo puede distinguirse una aplicación primaria y secundaria de la Palabra de Dios?

6. ¿Cómo ofrece la interpretación dispensacional una explicación de instrucciones escriturales que parecen contradictorias?

7. ¿Qué siete dispensaciones se reconocen comúnmente en la Escritura ?

8. ¿Cómo se relaciona la interpretación normal o literal al dispensacionalismo?

9. ¿Cómo se relaciona la revelación progresiva al dispensacionalismo?

10. ¿Cómo explica el dispensacionalismo los cambios en las reglas de vida?

11. ¿Cuáles dispensaciones son las más importantes?

12. ¿Cuál era el requisito para el hombre bajo la dispensación de la inocencia?

13. ¿Cómo se mostró la gracia en la dispensación de la inocencia?

14. Explique la revelación de Dios en la dispensación de la Inocencia.

15. ¿Hasta qué grado la dispensación de la conciencia revela el fracaso humano?

16. ¿Cómo se mostró la gracia en la dispensación de la conciencia?

17. ¿Cuáles fueron algunos de los resultados sobresalientes de la dispensación de la conciencia?

18. ¿Cuál era el requisito para el hombre bajo la dispensación del gobierno humano?

19. ¿Hasta qué punto el hombre fracasó bajo el gobierno humano?

20. ¿Hasta qué punto se mostró la gracia en el gobierno humano?

21. ¿Qué reveló la dispensación del gobierno humano?

22. ¿En qué sentido las dispensaciones de la conciencia y el gobierno humano continúan hoy día?

23. ¿Qué fue provisto en la dispensación de la promesa, y qué se requirió del hombre con respecto a ello?

24. Explicar cómo la dispensación de la promesa no se ex tendió a toda la raza.

25. Describir el fracaso humano bajo la dispensación de la promesa.

26. ¿Cómo se mostró la gracia divina en la dispensación de la promesa?

27. ¿Quiénes fueron colocados bajo la dispensación de la ley?

28. Nombrar las divisiones principales de la ley.

29. ¿Cuán completa era la ley como un sistema religioso detallado?

30. Describir, en general, el fracaso de Israel bajo la ley.

31. ¿Hasta qué grado se mostró la gracia bajo la ley?

32. ¿Cuándo terminó la ley?

33. Describir la extensión y la limitación del propósito de la ley.

34. ¿A quiénes fue dirigida la dispensación de la gracia?

35. Caracterizar las normas de gracia como una regla de vida.

36. ¿Hasta qué grado fue el fracaso bajo la dispensación de la gracia?

37. ¿Qué hace terminar la dispensación de la gracia?

38. Contrastar la dispensación de la gracia con la dispensación de la ley.

39. ¿Cuándo comienza la dispensación del reino?

40. Nombrar algunos de los pasajes importantes de las Escrituras que se relacionan con el reino.

41. ¿Cuáles son algunos de los rasgos excepcionales de la dispensación del reino?

42. Describir el fracaso y juicio en el final de la dispensación del reino.

43. ¿Qué se revela en el reino milenial concerniente a la gracia?

44. ¿Cómo la dispensación del reino difiere de todas las dispensaciones precedentes?

45. ¿Por qué la dispensación del reino fue un clímax adecuado al programa de Dios

 

 
1. Biblia/De Dios
2. Biblia/Inspirada
3. Biblia/Propósito
4. Biblia/Revelación
5. La Trinidad
6. Dios el Padre
7. Hijo/Preexistente
8. Hijo/Encarnación
9. Hijo/Su Muerte
10. Hijo/Resurrección
11. Hijo/Sacerdocio
12. Hijo/Regreso Por
13. Hijo/Regreso Con
14. E.S./Personalidad
15. E.S./Advenimiento
16. E.S./Regeneración
17. E.S./Su Morada
18. E.S./Su Bautismo
19. E.S./Su Plenitud
20. Dispensaciones
21. Los Pactos
22. Los Ángeles
23. Satanás/Poder
24. Satanás/Destino
25. Hombre/Creación
26. Hombre/Su Caída
 

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