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Seminario Reina Valera
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7. Dios el Hijo: Su Preexistencia Teología Sistemática 1 es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado. 7. Dios el Hijo: Su Preexistencia por Lewis Sperry Chafer
Siendo
al mismo tiempo perfectamente humano y perfectamente divino, el Señor
Jesucristo es semejante y a la vez distinto a los hijos de los
hombres. Las Escrituras son muy claras respecto a la semejanza de Él
con los humanos y lo presentan como a un hombre que nació, vivió,
sufrió y murió entre los hombres. Jn.
1:14 14
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó
entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad. 1Ti.
3:16 16 E indiscutiblemente,
grande es el misterio de la piedad: Dios
fue manifestado en carne, Justificado
en el Espíritu, Visto
de los ángeles, Predicado
a los gentiles, Creído
en el mundo,
Recibido arriba en gloria. He.
2:14-17 14
Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo,
para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que
por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a
servidumbre. 16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles,
sino que socorrió a la descendencia de Abraham. 17 Por
lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a
ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere,
para expiar los pecados del pueblo. 18 Pues en cuanto él
mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que
son tentados. Pero
de igual manera En
cuanto a su humanidad, Él tuvo principio, pues fue concebido por el
poder del Espíritu Santo y nació de una virgen. En cuanto a su
divinidad, Él no tuvo principio, pues ha existido desde la
eternidad. En Isaías 9:6 leemos: «Porque
un niño nos es nacido, hijo nos es dado» La distinción es
obvia entre el niño que nació y el Hijo que nos es dado. Así
también en Gálatas 4:4 se declara: «Cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley» El que existía desde la eternidad,
llegó a ser, en la plenitud del tiempo, «nacido
(la descendencia) de mujer».
Declarando que Cristo fue preexistente, meramente se afirma que Él
existió antes de que se hubiera encarnado, puesto que todos los
propósitos también afirman que Él existía desde toda la
eternidad pasada. La idea de que Él era preexistente sólo en el
sentido de ser el primero de todos los seres creados (la así
llamada herejía arriana del siglo IV) no es una enseñanza moderna.
Así las pruebas de su preexistencia y las pruebas para su eternidad
pueden ser agrupadas juntas. Es también evidente que si Cristo es
Dios, Él es eterno, y si Él es eterno, Él es Dios, y las pruebas
para la deidad de Cristo y su eternidad se sostienen unas a otras. La
eternidad y deidad de Jesús es establecida por dos líneas de
revelación: 1)
Declaraciones directas, y 2)
Implicaciones de A.
Declaraciones directas de la eternidad y deidad del Hijo de Dios. La
eternidad y deidad de Jesucristo están sostenidas en una vasta área
de Isaías
afirma su nacimiento virginal y le da el nombre de Emanuel, lo cual
significa «Dios con nosotros». Is.
7:14 14
Por tanto, el Señor mismo os dará señal:
He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará
su nombre Emanuel. De
acuerdo a Isaías, aunque Jesús fue un niño nacido, Él fue también
dado como un Hijo y es llamado específicamente «el
Dios fuerte». Is.
9:6-7 6
Porque un niño nos es nacido, hijo nos
es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite,
sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo
en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová
de los ejércitos hará esto. Cuando
Cristo declaró en Juan 8:58: «De
cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy»,
los judíos entendieron que esto era una afirmación de la deidad y
la eternidad. Jn.
8:58-59 58
Jesús les dijo: De cierto, de cierto
os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. 59 Tomaron
entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió
del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue. Ex.
3:14 14
Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL
QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió
a vosotros. Is.
43:13 13
Aun antes que hubiera día, yo era; y
no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará? Cristo,
en su oración, declaró: Jn.
17:5 5
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al
lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo
fuese. Según
el Apóstol Juan. Jn.
13:3 3 sabiendo
Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y
que había salido de Dios, y a Dios iba, Filipenses
2:6-7 dice que Cristo fue «en
forma de Dios» antes de su encarnación. Fil.
2:6-7 6
el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino
que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; Una
declaración más explícita se hace en Colosenses 1:15-19, donde se
declara que Jesucristo es, antes de toda la creación, el Creador
mismo, y la imagen exacta del Dios invisible. Col.
1:15-19 15
El es la imagen del Dios invisible, el
primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron
creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en
la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y
para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas
las cosas en él subsisten; 18 y él es la cabeza del
cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito
de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda
plenitud, En
1 Timoteo 3:16 se declara a Jesucristo como «Dios...
manifestado en carne». 1Ti.
3:16 16 E indiscutiblemente,
grande es el misterio de la piedad: Dios
fue manifestado en carne, Justificado
en el Espíritu, Visto
de los ángeles, Predicado
a los gentiles, Creído
en el mundo,
Recibido arriba en gloria. En
Hebreos 1:2-3 el hecho de que el Hijo es el Creador y la exacta
imagen de Dios se declara nuevamente, y su eternidad se afirma en
He. 13:8 (cf. Ef. 1:4; Ap. 1:11). He.
1:2-3 1
Dios, habiendo hablado muchas veces y
de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen
misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la
palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros
pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de He.
13:8 8 Jesucristo
es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Ef. 1:4 4
según nos escogió en él antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante
de él, Ap. 1:11 11
que decía: Yo soy el Alfa y B.
Implicaciones de que el Hijo de Dios es eterno. 1.
Las obras de la creación son adjudicadas a Cristo. Por lo tanto, Él
antecede a toda la creación. Jn.
1:3 3
Todas las cosas por él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Col.
1:16 16
Porque en él fueron creadas todas las
cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
He.
1:10 10 Y: Tú,
oh Señor, en el principio fundaste la tierra,
Y los cielos son obra de tus manos. 2.
El Ángel de Jehová, cuya apariencia se recuerda a menudo en el
Antiguo Testamento, no es otro que el Señor Jesucristo. Aunque
Él aparece algunas veces como un ángel o aun como un hombre, Él
lleva las marcas de la deidad. Él
apareció a Agar. Gn. 16:7 7
Y la halló el ángel de Jehová junto
a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en
el camino de Shur. A
Abraham Gn. 18:1 1
Después le apareció Jehová en el
encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el
calor del día. Gn.
22:11-12 11
Entonces el ángel de Jehová le dio
voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió:
Heme aquí. 12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el
muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por
cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Jn.
8:58 58
Jesús les dijo: De cierto, de cierto
os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. A
Jacob. Gn. 48:15-16 15
Y bendijo a José, diciendo: El Dios en
cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me
mantiene desde que yo soy hasta este día, 16 el Ángel
que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea
perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e
Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra. Gn.
31:11-13 11
Y me dijo el ángel de Dios en sueños:
Jacob. Y yo dije: Heme aquí. 12 Y él dijo: Alza ahora
tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son
listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán
te ha hecho. 13 Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú
ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y
sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento. Gn.
32:24-32 24
Así se quedó Jacob solo; y luchó con
él un varón hasta que rayaba el alba. 25 Y cuando el
varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su
muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.
26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió:
No te dejaré, si no me bendices. 27 Y el varón le dijo:
¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28 Y el
varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;
porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu
nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi
nombre? Y lo bendijo allí. 30 Y llamó Jacob el nombre
de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue
librada mi alma. 31 Y cuando había pasado Peniel, le
salió el sol; y cojeaba de su cadera. 32 Por esto no
comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se
contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob
este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo. A
Moisés. Ex. 3:2, 14 2
Y se le apareció el Ángel de Jehová
en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que
la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 14 Y
respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a
los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. A
Josué. Jos. 5:13-14 13
Estando Josué cerca de Jericó, alzó
sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía
una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le
dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? 14 El
respondió: No; más como Príncipe del ejército de Jehová he
venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en
tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
Y
a Manoa Jue. 13:19-22 19
Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda,
y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro
ante los ojos de Manoa y de su mujer. 20 Porque aconteció
que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de
Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su
mujer, los cuales se postraron en tierra. 21 Y el ángel
de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces
conoció Manoa que era el ángel de Jehová. 22 Y dijo
Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto. Él
es quien lucha por los suyos y los defiende. 2R.
19:35 35
Y aconteció que aquella misma noche
salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios
a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana,
he aquí que todo era cuerpos de muertos 1Cr.
21:15-16 15
Y envió Jehová el ángel a Jerusalén
para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Jehová y
se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta
ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de
Ornán jebuseo. 16 Y alzando David sus ojos, vio al ángel
de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada
desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y
los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio.
Sal.
34:7 7
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende. Zac.
14:1-4 1
He aquí, el día de Jehová viene, y
en medio de ti serán repartidos tus despojos. 2 Porque
yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y
la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las
mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto
del pueblo no será cortado de la ciudad. 3 Después
saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el
día de la batalla. 4 Y se afirmarán sus pies en aquel día
sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al
oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el
oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la
mitad del monte se apartará hacia el
norte, y la otra mitad hacia el sur. 3.
Los títulos adjudicados al Señor Jesucristo indican la eternidad
de su Ser. Él es precisamente lo que sus nombres sugieren.
Él es «el Alfa y Omega», «el Cristo»,
«Admirable», «Consejero», «Dios fuerte»,
«Padre eterno», «Dios», «Dios con nosotros»,
el «gran Dios y Salvador»
y «Dios bendito para siempre».
Estos títulos identifican al Señor Jesucristo con la revelación
del Antiguo Testamento acerca de Jehová-Dios. Comparar: Mt.
1:23 23
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y
llamarás su nombre Emanuel,
que traducido es: Dios con nosotros.
Is.
7:14 14
Por tanto, el Señor mismo os dará señal:
He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará
su nombre Emanuel. Mt.
4:7 7
Jesús le dijo: Escrito está también:
No tentarás al Señor tu Dios. Dt.
6:16 16
No tentaréis a Jehová vuestro Dios,
como lo tentasteis en Masah. Mr.
5:19 19
Más Jesús no se lo permitió, sino
que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes
cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de
ti. Sal.
66:16 16
Venid, oíd todos los que teméis a Dios,
Y contaré lo que ha hecho a mi alma. Mt.
22:42-45 42
diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo?
¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. 43 El les dijo:
¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:
44 Dijo el Señor
a mi Señor: Siéntate
a mi derecha, Hasta
que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? 45
Pues si David le
llama Señor, ¿cómo es su hijo? 46 Y nadie le podía
responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más. Sal.
110:1 1
Jehová dijo a mi Señor: Siéntate
a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por
estrado de tus pies. Además,
los nombres que el Nuevo Testamento le da al Hijo de Dios se hallan
íntimamente relacionados con los títulos del Padre y del Espíritu,
lo que indica que Cristo está en un plano de igualdad con Mt.
28:19 19
Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo; Hch.
2:38 38
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 1Co.
1:3 3
Gracia y paz a vosotros, de Dios
nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 2Co.
13:14 14
La gracia del Señor Jesucristo, el
amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros.
Amén.
Jn. 14:1 1
No se turbe vuestro corazón; creéis
en Dios, creed también en mí. Jn. 17:3 3
Y esta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado. Ef. 6:23 23
Paz sea a los hermanos, y amor con fe,
de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Ap. 20:6 6
Bienaventurado y santo el que tiene
parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene
potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de
Cristo, y reinarán con él mil años. Ap. 22:3 3
Y no habrá más maldición; y el trono
de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
Y
explícitamente Él es llamado Dios. Ro. 9:5 5
de quienes son los patriarcas, y de los
cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas
las cosas, bendito por los siglos. Amén. Jn. 1:1 1
En el principio era el Verbo, y el
Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Tito. 2:13 13
aguardando la esperanza bienaventurada
y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo, He. 1:8 8 Más del Hijo dice: Tu
trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu
reino. 4. La preexistencia del Hijo de Dios se sobreentiende en el hecho de que Él tiene los atributos de Vida. Jn. 1:4 4
En él estaba la vida, y la vida era la
luz de los hombres. Existencia
en sí mismo. Jn. 5:26 26
Porque como el Padre tiene vida en sí
mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
Inmutabilidad. He. 13:8 8
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y
por los siglos. Verdad. Jn. 14:6 6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Amor. 1Jn. 3:16 16
En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por
nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los
hermanos. Santidad. He. 7:26 26
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los
cielos; Eternidad. Col. 1:17 17
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él
subsisten; He.
1:11 11
Ellos perecerán, mas tú permaneces;
Y todos ellos se envejecerán como una
vestidura, Omnipresencia. Mt. 28:20 20
enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén. Omnisciencia. 1Co. 4:5 5
Así que, no juzguéis nada antes de
tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo
oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los
corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios. Col.
2:3 3
en quien están escondidos todos los
tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Y
Omnipotencia. Mt. 28:18 18
Y Jesús se acercó y les habló
diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Ap.
1:8 8
Yo soy el Alfa y 5.
De igual manera, la preexistencia de Cristo se sobreentiende en el
hecho de que Él es adorado como Dios. Jn.
20:28 28
Entonces Tomás respondió y le dijo:
¡Señor mío, y Dios mío! Hch.
7:59-60 59
Y apedreaban a Esteban, mientras él
invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y
puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en
cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió. He.
1:6 6 Y otra vez, cuando
introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
Por
lo tanto, se concluye que siendo el Señor Jesucristo Dios, Él
existe de eternidad a eternidad. Este capítulo, que recalca PREGUNTAS 1. Contrastar la evidencia para las naturalezas humana y divina de Cristo. ¿Tuvo principio Jesús? 2. ¿Cuáles son algunas de las evidencias para la eternidad del Hijo de Dios? ¿Cómo se llama la herejía que afirma que Cristo es preexistente sólo en el sentido de haber sido el primer ser creado? 3. ¿Cómo la eternidad de Dios prueba su deidad? 3. ¿Cómo se establece la eternidad y divinidad de Jesús? 4. ¿Qué implicaciones adicionales hay de sus obras que el Hijo de Dios es eterno? ¿Qué evidencias hay de la naturaleza humana de Cristo? 5. ¿Cómo las obras del Hijo de Dios prueban su deidad? ¿Qué evidencias hay de la naturaleza divina de Cristo? 6. ¿Cómo está sostenida la eternidad de Cristo por sus títulos? ¿Qué pruebas hay de la eternidad del Hijo de Dios? 7. ¿Cómo está la eternidad de Cristo sostenida por sus otros atributos? ¿Cómo las obras del Hijo de Dios prueban su deidad? 8. ¿Cómo los atributos de Cristo prueban su deidad? ¿Cómo los títulos de Cristo sostienen su eternidad? 9. ¿Cuán importante es para nuestra fe cristiana la doctrina de la deidad y eternidad de Jesucristo? ¿Qué atributos de la deidad otorgan las Escrituras a Cristo?
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