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Seminario Reina Valera
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32. El Estudio
Del Pastor![]() Ministerio Pastoral prepara líderes para pastorear al rebaño de Cristo, entrenados en los aspectos y responsabilidades del ministerio pastoral. Se busca que el futuro pastor sea un hombre de Dios íntegro. Da énfasis en quién es el pastor como persona. Incluye cómo organizar y administrar su tiempo en el pastorado e informa sobre la celebración de las ordenanzas, funerales y otros servicios especiales. Su profesor es el educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto Abels. El estudio del pastor
El estudiar es un
mandato que de continuo cae sobre el pastor. "Ocúpate en estas
cosas, permanece en ellas, para que tu aprovechamiento se manifieste
a todos." (I Tim. 4:15) "Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad." (II Tim.
2:15) La razón por esto es obvia. Conocimiento es poder. Los
ministros, de su posición, son los líderes en pensamiento
religioso. Para ser dignos de respeto es imprescindible que ellos
sean más rápidos en pensar que los de su alrededor. No hay otro
oficio que exija tanta esfuerza mental. Los grandes esfuerzos del
intelecto se requieren, de vez en cuando, de los miembros del senado,
de los miembros del tribunal y de los actores en la plataforma. Pero
el púlpito requiere semanalmente los mejores sermones que podamos
producir. El pastor tiene que tener frescura, ser original y tener
fuerza. Si no, el pastor pierde su influencia sobre la gente. Este
agotamiento completo de sus recursos continúa año tras año. Nadie
puede cumplir con esta exigencia sin estudiar diligente y
constantemente. Siempre tiene que estar creciendo. Su proceso mental
continuamente tiene que estar activo, empujándole a nuevas esferas
de investigación, meditando sobre lo nuevo y aumentando su
disciplina y haciéndole una persona más ancha, profunda y valiosa. En su vida el
pastor debe evitar dos extremos. Por un lado, él no debe ser un
gusano de biblioteca, siempre encerrado en su oficina, sin contacto
vital y emocional con los de su alrededor. Algunos pastores con gran
conocimiento han sido relativamente inútiles por falta de una
conexión viviente entre su conocimiento y las necesidades
verdaderas del mundo activo en el cual ellos viven. Por otro lado, un
pastor puede ser un hombre desorientado, un chismoso que anda de
casa en casa, ocupado con revistas y diarios, más o menos al tanto
del pensamiento popular, mientras que descuida el proceso de la
disciplina necesaria para el crecimiento mental. La falta de
estabilidad en el pastoreado puede ser resultado de esto. Se ha
perdido la frescura y la originalidad en el pensar y expresarse. Se
ha perdido, y la gente, cansada de repeticiones y trivialidades,
deja de amar y respetar al púlpito. Lo ideal, entonces es una
combinación del alumno y el pastor – una mente creciendo en
conocimiento y poder por el afán habitual de administrar e influir
por el contacto constante entre la iglesia y la gente. Hace falta un
sistema bien planeado y continuamente puesto por obra. ¿Qué
sistema debe ser? Al contestar la pregunta quiero seguir dos líneas
de sugerencias; el método de estudiar y los objetos del estudio. El método de
estudiar Sea un alumno por
dondequiera. El pastor debe ocuparse de la mente humana y las
experiencias de los hombres. Por eso, el debe andar en el mundo con
sus ojos y oídos abiertos, estudiando a fondo la gente y la vida en
su alrededor. En la calle, en la sociedad, en reuniones sociales, la
mente debe estar funcionando continuamente observando caracteres,
estudiando fases de la vida y juntando material para su trabajo
mental. Muchos de los mejores razonamientos, puntos de vista de las
Escrituras, e ilustraciones más vívidas surgen en la conversación
o en la reunión de oración. Nadie debe perderlos porque, desde que
saltan de contactos con la gente, (Esta
frase no se entiende bien) es más probable que tales
razonamientos satisfagan las necesidades de la congregación y
tratarán de preguntas de gran importancia para ellos. El pastor
estudioso que preservare estos textos, pensamientos e ilustraciones
se sorprenderá a la rapidez con que ocurren, y la riqueza y
frescura que añaden a sus pensamientos e instrucciones. Siempre anda con un
libro en la mano. Cada vida tiene momentos libres y se puede añadir
mucho a su cultura y conocimiento por aprovecharse de ellos. Mucha
de la literatura de hoy, junto con mucho de la biografía, historia
ciencia, poesía y arte se puede leer de esta manera si tenemos a
mano el libro correcto. En 15 o 30 minutos por día se puede leer
una gran cantidad de libros en un año. Si tenemos cuidado al
elegirlos, añadirán en gran manera a la anchura e inteligencia del
ministro y renovarán en vez de agotar su mente. Debemos dedicar un
tiempo específico cada día a trabajar a solas en el estudio. El hábito
general de observar y leer ya sugerida no es un sustituto adecuado
para esto. El tiempo dedicado al estudio arduo debe ser tiempo
sagrado y no debe ser interrumpido por acontecimientos ordinarios.
Las ventajas son obvias. Una vez que un hábito
llega ser fijo es cada vez de más poder. La mente funciona con más
facilidad cuando tenemos la costumbre de estudiar en períodos que
ocurren regularmente. En vez de luchar por horas tratando de
concentrarnos sobre el tema en cuestión, la mente entra enseguida
con energía para la obra. Cuanto más fijo el hábito, más fácil,
rápido y potente será el proceso mental. Este es el secreto del
gran importe de trabajo que algunos hombres ejecutan con la fuerza
de su mente. A través de hábitos fijos ellos pueden concentrar su
fuerza mental y trabajar arduamente Una vez que dedique
estas horas de manera habitual, la gente lo entiende, y por regla
general, serán libres de interrupciones. La congregación se
conformará al plan del pastor y respetará su fidelidad en preparar
para su instrucción en el día del señor. No hay ninguna regla
para decir la parte del día que debe ser elegida para estudiar.
Depende, en parte, de los hábitos del ministro y, en parte, de las
necesidades de su carga. Por regla general, la mañana es mejor. No
hay tantas interrupciones y deja la tarde libre para visitar,
reuniones y su vida social. Quiero añadir que,
nada menos que un concepto alto del ministerio y un anhelo alto de
cumplir con su deber permitirá el pastor persistir en semejante
disciplina en estudiar. El debe tomarlo como un deber solemne que le
debe a Dios, a su pueblo y a sí mismo. Si no, fracasará. La
indolencia a menudo es llevada para adelante por depender engañosamente
del ingenio o esperar que en el momento vendrá lo que precisa para
dar eficacia y brillantez a sus palabras públicas. A veces, oyentes
desconsiderados aplaudirán los sermones no bien preparados y así
desanimará el pastor de preparar bien. Aparte de esto, siempre hay
obstáculos al estudio en la obra del pastor. El tiene que atender a
los enfermos, los afligidos, los errantes, junto con la administración
de la iglesia. Hay también deberes que cumplir con la sociedad en
general. Muchas veces estas le empujan y hay peligro que le impidan
cumplir con su deber de estudiar. Muchos hombres han achicado su
crecimiento intelectual y poder en el púlpito por permitir que
estos quehaceres les impida dedicar el tiempo adecuado al estudio.
La única cosa capaz de vencer estas tentaciones es la convicción
profunda de que el estudio persistente, regular y de por vida es el
deber solemne de cada hombre que se atreve a meterse en el púlpito
y enseñar a la gente. Deja los quehaceres tener su lugar pero el
primer deber imperativo de aquel que enseña a los demás es enseñarse
a sí mismo. Los temas Supongamos que el
pastor tiene horas fijas sagradas para su obra mental. ¿Qué debe
estudiar? Yo contesto: no únicamente para preparar sermones. Muchos
caen en un error grave en esto. Dedican todo el tiempo a la
preparación de sermones sin dejar tiempo para la cultura en
general, conocimiento bíblico y la teología. Resulta que la mente
llega a estar vacía y estéril. No tiene material para pensar. La
mente siempre esta rindiendo sin añadir algo y el recipiente se vacía.
Siempre está moliendo sin echar algo en la tolva. Falta frescura.
La mente siempre anda en las mismas ranuras y en el mismo círculo
reducido. Al contrario, si estaban leyendo, investigando, mirando
las cosas desde otros puntos de vista y siendo influenciados por
otros pensadores, la mente para siempre estaría creciendo y sus
sermones estarían llenos de puntos de vista nuevos, frescos e
interesantes. En el estudio tenemos que buscar tres objetivos; la
cultura general, investigación bíblica y teológica y la preparación
de sermones. La cultura en
general. Por esto quiero decir estudios para desarrollar el hombre
entero. El pastor no debe ser, en un sentido técnico reducido, un
mero teólogo. Su anhelo debe ser el de ser un hombre con cultura
ancha, desarrollada en su naturaleza en todo sentido. Para lograrlo
hace falta un rango amplio de estudios. El debe estar expuesto a los
grandes rangos de verdad revelados por la ciencia, la filosofía,
poesía y la historia. La ciencia. Por
supuesto, el pastor no debe descuidar su obra sagrada para estudiar
demasiado la ciencia. Pero, en esta edad de investigación científica,
cuando los problemas de la ciencia ocupan tanto los pensamientos de
los hombres, el hombre que predica en público semanalmente no puede
estar ignorante de la ciencia. La ciencia ha transformado
profundamente la civilización y toca cuestiones profundas de la
religión y la vida. La astronomía, la geología, la botánica, la
química, cada una abre un mundo nuevo de verdad y ayudan en la
interpretación de La filosofía o
ciencia de la mente. Ningún pastor debe anhelar ser un filósofo.
Para hacerlo tendría que dejar de tratar con las almas y su relación
para con Dios y perderse en la especulación metafísica. El pastor,
en su trabajo con las almas, trata de influenciarlas por el
razonamiento, persuasión y un orden de motivos. La mente humana
entonces, y sus poderes, y los mejores métodos de influenciarla
debe constituir un estudio de por vida. En este estudio le conviene
tener conocimiento de algunos de los espíritus maestros del mundo
del pensar. Hay algunas mentes que han controlado los pensamientos
de las edades. Son hombres como Platón, Aristóteles, Descartes,
Bacón Leibnitz y Locke. Con todo lo que un pastor tiene que hacer,
sería imposible leer todos pero se puede elegir a algunos libros
como los de Mansel, McCosh y Porter. La cultura estética.
Dios no nos hizo meras máquinas lógicas sino seres con gustos,
imaginación, capacidad de ser movidos por objetos de belleza. Una
buena parte del libro de Dios es poesía dirigida a la imaginación.
El universo a nuestro alrededor está lleno de formas innumerables
de belleza. Cuando una lógica, fría, e impasible falla, la verdad
muchas veces viene a través de la imaginación y los sentidos. Un
hombre no puede ser completo sin cultivar también este aspecto de
su naturaleza. Sirve para aumentar nuestro poder. Uno de las mejores
maneras de lograrlo es por leer cuidadosamente los grandes poetas.
Una de las últimas cosas que hizo el gran hombre, el difunto Dr.
Wayland, era leer de nuevo Shakespere y Milton. Estas maravillosas
creaciones de genio sirvieron para amplificar su mente con rica
instrucción y placer. Historia y
literatura en general. El estudio de la historia debe tener un lugar
importante en la formación de nuestra cultura. Sirve para
amplificar el rango entero del pensar, y alumbra el plan vasto de La cultura bíblica
y teológica. La obra más grande del pastor es educar a la gente en
las verdades de De suma importancia
es el estudio de Como accesorios a
la interpretación bíblica, sugiero el estudio de la geografía e
historia de la tierra santa. La habilidad de reconocer los
personajes y eventos en las Escrituras y ubicarlos en su ambiente
histórico es de gran valor. Así, al leer el Pentateuco, y los
primeros libros históricos, tanto más vívidos son los eventos si
está al tanto con las localidades en Egipto y el desierto. Para
facilitarle esto recomiendo "Old and New Testament History por
Smith y el libro escrito por Rawlinson con título "Five
Ancient Monarcies" y el libro de Milman, "Historia de los
Judíos" o el libro de Stanley "Jewish Church." También
le hace falta un buen libro de mapas de la tierra santa. Sugiero que
estudiamos toda Los libros de También se debe
estudiar Dice de Pablo que: (1). Era un siervo
de Jesucristo (2). Que era un apóstol
nombrado divinamente. (3). Que fue
apartado para el evangelio de Dios. Del evangelio dice: (1). Que fue
anunciado anteriormente en las Escrituras por los profetas. (2). Que se trata
de Jesucristo, nuestro Señor. De Jesucristo dice: (1). En cuanto a su
naturaleza humana, descendió de David. (2). En cuanto a su
naturaleza divina, se manifiesta como el Hijo de Dios y fue
confirmado por su resurrección. El hombre que
cuidadosamente y fielmente analiza así Al estudiar las
doctrinas cristianas también se debe tener un sistema. Debe ser
planeado de tal manera que, a través de los años, tomando un tema
a su vez, el pastor puede investigar todos los temas principales. Se
puede empezar con un libro como el de Hodge, "Bosquejos De Le conviene también
estudiar historia de doctrinas. Se puede hacer con la ayuda de
libros como los de Hagenbach o Shedd con titulo "History of
Doctrine." Este estudio le ayuda a seguir el desarrollo de las
grandes verdades de La preparación
de sermones Una gran parte del
tiempo que el pastor pasa en su estudio será dedicado a la
preparación de sermones. Sin embargo, este tema pertenece al
estudio de la homilética. Hay libros buenos sobre el tema como las
siguientes: Broadus "The
Preparacon And Delivery Of Sermons"
Shedd "Homiletic And Pastoral Theology" Por eso, sobre este
asunto, quiero decir únicamente algo sobre la importancia de tener
en alta estima la preparación para el púlpito. El sermón es la
encarnación del pastor en cuanto a su cultura y lectura y es la
expresión pública de su carácter espiritual e intelectual. Es su
deber presentarse; "Como obrero que no tiene de que
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad." (II Tim.
2:15) El deshonra a Cristo y a sí mismo si tiene la costumbre
predicar sin preparase adecuadamente. El sermón es el
mensaje que Dios manda a través de él, a la congregación. El
revela temas santos y sublimes a los cuales los ángeles anhelan
mirar. Son temas que han
ocupado con reverencia las mentes más nobles de las edades. Se
tratan de las almas de los hombres y los grandes intereses de la
eternidad. Seguramente el hombre que se atreve a levantarse y hablar
ligeramente sobre tales temas ha fracasado en comprender la
solemnidad del gran oficio de ser un pastor evangélico. PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN 1. Hable un poco sobre la importancia del estudio en el Pastor. 2.
¿Cuáles son los dos extremos que debe evitar un pastor en el
estudio? 3.
Mencione algunos métodos de estudio 4.
¿Qué ventajas ofrece tener un hábito de estudio? 5. ¿Qué hará que el pastor cumpla con el deber de estudiar? 6. ¿El pastor debe estudiar sólo para los
sermones? 7. Mencione los tres objetivos a buscar en el
estudio. 8. ¿Cuál debe ser el enfoque principal del Pastor en sus estudios? Harvey, Hezekiah, traduc. Russell George, El pastor y sus calificaciones, literaturabautista.com, Usado con permiso. |
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