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Seminario Reina Valera
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29. Relaciones Con Las Demás Denominaciones Ministerio Pastoral prepara líderes para pastorear al rebaño de Cristo, entrenados en los aspectos y responsabilidades del ministerio pastoral. Se busca que el futuro pastor sea un hombre de Dios íntegro. Da énfasis en quién es el pastor como persona. Incluye cómo organizar y administrar su tiempo en el pastorado e informa sobre la celebración de las ordenanzas, funerales y otros servicios especiales. Su profesor es el educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto Abels. Relaciones con las demás denominaciones
La obra del pastor
le lleva en contacto con otros ministros e iglesias en la comunidad.
Su comodidad y éxito depende en parte de la estima y confianza que
los de las otras iglesias evangélicas tengan de él. Él va a
encontrar creyentes nobles en iglesias que llevan otros nombres y el
debe tratar de llevarse bien para con ellos. Esto es aun más
importante cuando se trata de pastores. Cuando hay una relación de
amor y confianza el ministro en la comunidad puede ser mutuamente
benéfico el uno al otro. Si están unidos, su influencia será más
grande. Tengo las
siguientes sugerencias. No aislarse, quedándose
apartado de la comunidad cristiana en general. Trata de llegar a
conocer a todos los hombres buenos. Tenga un espíritu amigable y
cordial y esté presente en las ocasiones cuando todos se reúnen públicamente
en busca de consejo unido y adoración. Así va a disfrutar de la
simpatía y amor de la comunidad cristiana y en gran manera su
comodidad e influencia será incrementada. Relaciones
amigables entre creyentes con creencias distintas requiere una clara
precognición de su carácter cristiana común y un acuerdo el uno
al otro de su sinceridad y pureza de su posición en su iglesia. Es
justo esperar que otros le respeten aun que tienen creencias
distintas y usted tiene que hacer lo mismo. Tal posición está de
acuerdo con los sentimientos de su denominación y la defensa de sus
creencias. No es nada más que un reconocimiento de que hay
opiniones distintas entre los hombres cristianos y que debe ser
también un juicio caritativo del carácter, el uno del otro y un
abstenerse cuidadosamente de lenguaje que pueda ofender a los que
piensan de otra manera. Yo creo que el respeto genuino y la
confianza de cualquier comunidad cristiana están más bien
asegurados por aquel pastor que tiene un espíritu de caridad y que
reconoce la sinceridad e integridad de los que tienen creencias
distintas aunque a su vez él no vacila en predicar y defender las
creencias de su denominación. El intercambio de púlpitos
por pastores evangélicos de vez en cuando tiene sus ventajas. Es un
reconocimiento público de la unidad cristiana. Da al ministro una
congregación más amplia que tendría si siempre estaba limitado a
su propia iglesia y así él aumenta sus conocidos y consigue interés
y confianza de todos. A su vez, hay ocasiones cuando está
sobrecargado con su obra y no tiene tiempo de prepararse bien para
su obra en el púlpito. En tales ocasiones él puede usar un mensaje
que ya preparó y predicó en su iglesia. En semejante intercambio
es obvio que él debe conformarse a las costumbres de la adoración
de la iglesia y que el tema del mensaje debe ser sobre el evangelio,
sin tocar temas polémicos. A veces las
iglesias de denominaciones diversas tienen reuniones unidas para
promover avivamiento. En tales ocasiones es entendido que cada
iglesia va a desistir de promover sus creencias distintas y unir su
esfuerzo en proclamar el evangelio. Semejante unión de esfuerzas ha
sido beneficiosa en comunidades donde la mayoría de las iglesias
son débiles. Cuando es así, hay pocos dones y las esfuerzas
cristianas pueden estar concentrados para mantener el interés.
Entre iglesias fuertes y grandes, donde hay una abundancia de dones,
la utilidad de semejantes reuniones es dudosa. A la verdad, a veces
hay desventajas. Entre ellas hay las siguientes: Los miembros de las
iglesias se encuentran en circunstancias difíciles y no se sienten
cómodos en participar. Resulta que algunos pocos, no más,
participan. Al contrario, si fuese en su propia iglesia todos
participarían. Según la fe
bautista, las ordenanzas claramente proclaman verdades divinas
delante de los hombres. En una reunión unida no se puede hacer
mención de ellas, y aun menos administrarlas. Resulta que este
elemento poderoso se pierde. Muy a menudo, al
concluir las reuniones unidas, hay desacuerdos en cuanto a cual
iglesia los conversos nuevos deben asistir. Resulta en fricción y
mal estar. El mal que resulta puede pesar más que el bien. Entonces podemos
admitir que hay ocasiones cuando las reuniones unidas son
beneficiosas pero, por regla general, no son aconsejables. Una
iglesia va a desarrollar mejor sus dones y su propio poder
espiritual trabajando sola y conforme con sus propios principios y métodos.
Su luz brilla más intensamente y claramente cuando ella enseña y
defiende fielmente la verdad que ha aprendido de PREGUNTAS SOBRE LA LECCIÓN 1. ¿Por qué es bueno relacionarse con los demás ministros y hombres/mujeres
de Dios de la comunidad? 2. ¿Qué representa el intercambio del púlpito? 3. ¿Qué situaciones pueden darse cuando se hacen reuniones de varias
iglesias? Harvey, Hezekiah, traduc. Russell George, El pastor y sus calificaciones, literaturabautista.com, Usado con permiso. |
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