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Seminario Reina Valera
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2. La Encomienda![]() Ministerio Pastoral prepara líderes para pastorear al rebaño de Cristo, entrenados en los aspectos y responsabilidades del ministerio pastoral. Se busca que el futuro pastor sea un hombre de Dios íntegro. Da énfasis en quién es el pastor como persona. Incluye cómo organizar y administrar su tiempo en el pastorado e informa sobre la celebración de las ordenanzas, funerales y otros servicios especiales. Su profesor es el educador cristiano y rector del Seminario Reina Valera, Gilberto Abels. El patrimonio encomendado Gilberto
Abels
Ame
su ministerio: Dios
le ha llamado al ministerio y por esa razón usted ha pedido su
ordenación - para poder servir a Dios más efectivamente. A través
de su ministerio futuro, acuérdese siempre de su deseo de servir a
Dios. Ese es el motivo más puro y noble que le puede sostener en
los tiempos difíciles y usted debe guardar ese recuerdo como la
medida de su ministerio. Ame el ministerio que Dios le ha
encomendado. Dios
le puede llevar por caminos y experiencias no previstas ni
imaginadas. Servimos un día a la vez, muchas veces sin entender los
propósitos de Dios, ni entender el impacto que tenemos en las vidas
de otros. Pero llegará el día en que podremos mirar hacia atrás y
ver que sí hemos logrado algo de valor. Sienta satisfacción de sus
logros, porque fueron bendecidos por Dios. Ame su ministerio, porque
Dios está en ello. Dios
en su infinita sabiduría sabe porqué le ha llamado al ministerio.
Quizá usted no puede entender la razón, pero Dios le escogió
antes de que naciera. Quizás su vida ha sido difícil, y usted ha
sido víctima de abusos y maltratos. Quizás usted ha sufrido el
rechazo y desdén de otros. Quizás usted ha tenido que sufrir
necesidades. En todo eso Dios nuca se olvidó de usted, y le ha
amado, y ahora le ha llamado a ser un príncipe en su reino, un
ministro del evangelio, su representante en la tierra. Ame su
ministerio, el patrimonio que Dios le ha legado. Si
Dios le ama y le valora tanto, usted mismo debe quererse y cuidarse.
Ámese a si mismo para que cuando usted cumpla el mandato "de
amar a tu prójimo como a ti mismo", realmente tenga
sentimientos valiosos que dar. No importa si en su pasado hubo
derrotas, errores o pecados. Dios le ha perdonado y ahora le ha
apartado para su servicio. Ame su ministerio porque es señal de que
Dios le ha santificado. Cómo
hacer creíble su ministerio: Dios
cree en usted y en su ministerio, pero es necesario poder enfrentar
al mundo efectivamente de una forma creíble. Con ese fin su
iglesia
le ha otorgado el "Certificado
de Ordenación" o una licencia ministerial. Son distinciones
humanas, pero Dios las puede usar para respaldar su ministerio ante
la gente. Lo
que usted puede hacer para hacer creíble su ministerio es estudiar No
deje de educarse
utilizando los materiales que la iglesia
ha preparado para sus ministros.
También es menester formar una
biblioteca profesional de literatura cristiana que incluya
comentarios bíblicos y libros de teología. Cómo
empezar su ministerio: Antes
de empezar su ministerio tome el tiempo de leer las seis guías de
"Como empezar un ministerio de..." que se encuentran en
este manual. Ofrecen consejo práctico y le pueden abrir la
mente a nuevas posibilidades de ministrar en su pueblo. Al leer los
artículos,
considere sus habilidades naturales, sus talentos desarrollados, su
educación y experiencia de vida, y los dones que Dios le ha
concedido. Esté atento al Espíritu de Dios en cuanto al primer
ministerio que quiere que usted desempeñe. A través de su
ministerio usted posiblemente va a servir a Dios en muchas maneras.
Por eso estudie todos los manuales y ponga en práctica lo aprendido. Acepte
la crítica con gracia: Quisiéramos
que todo el mundo respetara al ministro de Dios, pero igual como la
gente rechazó el mensaje de Cristo, y aún al
Salvador mismo, llegará el día que usted sentirá el reproche del
mundo. Lo más cortante es cuando los mismos familiares no entienden
lo que uno quiere hacer y no apoyan sus esfuerzos. En esos momentos,
acuérdese que usted fue llamado a servir a Dios y no a los
familiares. Póngase a trabajar; póngase a ministrar, y no deje que
nadie le detenga ni le desanime. Con el tiempo verán las vidas
tocadas y transformadas bajo su ministerio y eso acabará con las
dudas. Infortunadamente,
la crítica puede venir de parte de otros ministros que no comparten
la visión de
la iglesia.
A un siervo de Dios en comunión con el Padre Celestial, le daría
gusto ver su ánimo para servir a Dios y quisiera compartir con
usted sus experiencias. En el ministerio júntese con personas
positivas, que sirven a Dios gozosamente. Pero sea maduro y
comprenda que siempre habrá personas que no van a querer juntarse
con usted por la simple razón de que no están en la misma comunión
religiosa. Algún día la iglesia entera tendrá que rendir cuentas
a Dios por sus muchas divisiones. Usted siempre sea positivo y
cooperativo con otros en el ministerio. Servimos al mismo Dios y su
Reino. Si
usted es criticado por no tener una educación teológica formal,
usted puede explicar que está estudiando a distancia por Internet.
Si no están conformes con sus certificados y diplomas, pues
simplemente no se puede complacer a todo mundo. Pero acuérdese que
los certificados y diplomas son del hombre - lo que importa es como
usamos estos instrumentos para dar a conocer al evangelio.
Dios conoce su sinceridad. Es a Dios a quien tenemos que rendir
cuentas por nuestro ministerio. Los que nos aman entenderán nuestro
deseo de servir a Dios. La vida es demasiado corta para perder el
tiempo oyendo la crítica de la gente. Manos a la obra. Si
hemos de ser criticados, que sea por los inconversos de este mundo.
Que seamos
criticados
por hacer el bien, y no el mal.
Que seamos
criticados
por seguir a Cristo. Me acuerdo de un relato tomado de "Don
Quijote de PREGUNTAS
SOBRE LA LECCIÓN 1. ¿Por qué
usted ha pedido su ordenación o ha sido ordenado? 2. ¿Qué es lo
que siempre debe recordar en su ministerio, sobre todo en los
momentos difíciles? 3. ¿Mencione un
elemento muy importante en su éxito ministerial? 4. ¿Qué cosas
debe hacer usted para hacer su ministerio creíble? 5.
¿Qué debe hacer cuando alguien lo critique? El artículo
citado arriba es una selección
tomada del libro titulado "Anhelando Obispado" escrito por
el Rvdo. Gilberto Abels. |
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