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  46. La Segunda Venida De Cristo

Teología Sistemática 2 es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvacion: expíación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros,  propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

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46. La Segunda Venida De Cristo por Lewis Sperry Chafer

A. La importancia de la segunda venida.

En estudios anteriores al de la segunda venida ya han sido presentados los hechos principales acerca del arrebatamiento, la venida del Hijo de Dios por sus santos (Lección 12) y la venida de Cristo con sus santos (Lección 13). Aquí, la segunda venida de Cristo para establecer su reino será considerada en su lugar como un suceso importante en el programa profético. Los capítulos que siguen están íntimamente ligados con este estudio y tratan los importantes temas de las resurrecciones, los juicios de Dios sobre Israel y las naciones, y el reino milenial. Estos grandes temas se combinan para proporcionar la meta bíblica de la historia, que en gran medida determina la interpretación de toda la Biblia.

En el Antiguo y el Nuevo Testamentos se presenta en muchos pasajes la importancia de la venida de Cristo a establecer su reino. La doctrina, en la forma que ha sido revelada, es mucho más que el solo fin de la historia humana. Es más bien el gran clímax que conduce el programa de Dios a su punto más elevado. Por esta razón, todos los sistemas de teología que tienden a ignorar o a minimizar la doctrina de la segunda venida de Cristo y el gran volumen de pasajes bíblicos que tratan del reinado de Cristo sobre la tierra son inadecuados y sólo pueden ser justificados negando el significado claro y literal de muchas profecías e ignorando extensas porciones de la revelación.

La segunda venida de Cristo, con el reino que lo sigue, es el corazón mismo del progreso de las Escrituras y es el tema más importante de la profecía del Antiguo Testamento. Los grandes pactos de la Escritura se relacionan con el programa de Dios, especialmente los pactos con Abraham, Israel, David y el nuevo pacto. Gran parte de la revelación de los Salmos y de los profetas mayores y menores giran en torno a este gran tema. Los grandes libros proféticos como Daniel, Zacarías y Apocalipsis centran su atención en el tema de la segunda venida de Cristo y la consumación de la historia y el reino. Por esta razón, la doctrina de la segunda venida en gran medida determina el total de la teología del intérprete de la Biblia y justifica el intento de ordenar detalladamente los sucesos proféticos que aún están por cumplirse a fin de ser fiel a toda la revelación bíblica.

B. Profecías del antiguo testamento acerca de la segunda venida.

Mientras el arrebatamiento es una doctrina del Nuevo Testamento que jamás se menciona en el Antiguo Testamento (porque la iglesia como tal era un misterio no revelado en el Antiguo Testamento), la segunda venida está firmemente asentada en el Antiguo Testamento.

Probablemente la primera de las profecías claras acerca de la segunda venida de Cristo está en Deuteronomio.

Dt. 30:1-3 1 Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, 2 y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3 entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios.

En esta profecía acerca de la reunión de Israel en su tierra nuevamente, se predica que Israel se convertirá al Señor espiritualmente y que entonces el Señor «hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios» (v. 3). La expresión «hará volver» indica un acto de intervención de Dios en la situación, y a la luz de las Escrituras posteriores se relaciona claramente con la venida del Señor mismo. 

Los Salmos, aunque constituyen el libro de adoración del Antiguo Testamento, frecuentemente se refieren a la segunda venida de Cristo. Después de una introducción descriptiva del justo, en contraste con el malvado en el Salmo 1, el Salmo 2 inmediatamente describe la gran contienda de Dios con las naciones.

Sal. 2:1-13 1 ¿Por qué se amotinan las gentes,

Y los pueblos piensan cosas vanas?

            2           Se levantarán los reyes de la tierra,

Y príncipes consultarán unidos

Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:

            3           Rompamos sus ligaduras,

Y echemos de nosotros sus cuerdas.

            4           El que mora en los cielos se reirá;

El Señor se burlará de ellos.

            5           Luego hablará a ellos en su furor,

Y los turbará con su ira.

            6           Pero yo he puesto mi rey

Sobre Sión, mi santo monte.

            7           Yo publicaré el decreto;

Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;

Yo te engendré hoy.

            8           Pídeme, y te daré por herencia las naciones,

Y como posesión tuya los confines de la tierra.

            9           Los quebrantarás con vara de hierro;

      Como vasija de alfarero los desmenuzarás.

                  10        Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;

Admitid amonestación, jueces de la tierra.

            11          Servid a Jehová con temor,

Y alegraos con temblor.

            12          Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;

Pues se inflama de pronto su ira.

     Bienaventurados todos los que en él confían.

Aunque los príncipes del mundo desean rechazar a Dios y su gobierno sobre ellos, Dios declara su propósito: «Pero yo he puesto mi rey sobre Sión, mi monte santo» (2:6).El salmo sigue anunciando que este rey, al enfrentarse con los malos, «los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás» (y. 9).

La trilogía formada por los Salmos 22, 23 y 24 presenta a Cristo como el buen Pastor que daría su vida por sus ovejas.

Jn. 10:11 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

 

Sal. 22:1-31 1           Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

            2           Dios mío, clamo de día, y no respondes;

Y de noche, y no hay para mí reposo.

            3           Pero tú eres santo,

Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

            4           En ti esperaron nuestros padres;

Esperaron, y tú los libraste.

            5           Clamaron a ti, y fueron librados;

Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.

            6           Más yo soy gusano, y no hombre;

Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

            7           Todos los que me ven me escarnecen;

Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:

            8           Se encomendó a Jehová; líbrele él;

Sálvele, puesto que en él se complacía.

            9           Pero tú eres el que me sacó del vientre;

El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.

            10          Sobre ti fui echado desde antes de nacer;

Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

            11          No te alejes de mí, porque la angustia está cerca;

Porque no hay quien ayude.

            12          Me han rodeado muchos toros;

Fuertes toros de Basán me han cercado.

            13          Abrieron sobre mí su boca

Como león rapaz y rugiente.

            14          He sido derramado como aguas,

Y todos mis huesos se descoyuntaron;

Mi corazón fue como cera,

Derritiéndose en medio de mis entrañas.

            15          Como un tiesto se secó mi vigor,

Y mi lengua se pegó a mi paladar,

Y me has puesto en el polvo de la muerte.

            16          Porque perros me han rodeado;

Me ha cercado cuadrilla de malignos;

Horadaron mis manos y mis pies.

            17          Contar puedo todos mis huesos;

Entre tanto, ellos me miran y me observan.

            18          Repartieron entre sí mis vestidos,

Y sobre mi ropa echaron suertes.

            19          Más tú, Jehová, no te alejes;

Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.

            20          Libra de la espada mi alma,

Del poder del perro mi vida.

            21          Sálvame de la boca del león,

Y líbrame de los cuernos de los búfalos.

            22          Anunciaré tu nombre a mis hermanos;

En medio de la congregación te alabaré.

            23          Los que teméis a Jehová, alabadle;

Glorificadle, descendencia toda de Jacob,

Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.

            24          Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido,

Ni de él escondió su rostro;

Sino que cuando clamó a él, le oyó.

            25          De ti será mi alabanza en la gran congregación;

Mis votos pagaré delante de los que le temen.

            26          Comerán los humildes, y serán saciados;

Alabarán a Jehová los que le buscan;

Vivirá vuestro corazón para siempre.

            27          Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra,

Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.

            28          Porque de Jehová es el reino,

Y él regirá las naciones.

            29          Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra;

Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo,

Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma.

            30          La posteridad le servirá;

Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación.

            31          Vendrán, y anunciarán su justicia;

A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.

 

Sal. 23:1-6   1           Jehová es mi pastor; nada me faltará.

            2           En lugares de delicados pastos me hará descansar;

Junto a aguas de reposo me pastoreará.

            3           Confortará mi alma;

Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

            4           Aunque ande en valle de sombra de muerte,

No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;

Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

            5           Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;

Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

            6           Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,

Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

 

 

Sal. 24:1-10             1           De Jehová es la tierra y su plenitud;

El mundo, y los que en él habitan.

            2           Porque él la fundó sobre los mares,

Y la afirmó sobre los ríos.

            3           ¿Quién subirá al monte de Jehová?

¿Y quién estará en su lugar santo?

            4           El limpio de manos y puro de corazón;

El que no ha elevado su alma a cosas vanas,

Ni jurado con engaño.

            5           El recibirá bendición de Jehová,

Y justicia del Dios de salvación.

            6           Tal es la generación de los que le buscan,

De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.

 Selah

            7           Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,

Y alzaos vosotras, puertas eternas,

Y entrará el Rey de gloria.

            8           ¿Quién es este Rey de gloria?

Jehová el fuerte y valiente,

Jehová el poderoso en batalla.

            9           Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,

Y alzaos vosotras, puertas eternas,

Y entrará el Rey de gloria.

            10          ¿Quién es este Rey de gloria?

Jehová de los ejércitos,

      El es el Rey de la gloria.

El Salmo 24 describe la situación milenial: «De Jehová es la tierra» (y. 1). Se exhorta a las puertas de Jerusalén que se levanten para dar paso al Rey de Gloria (24:7-10).

El Gran Pastor, que vive siempre para interceder por los suyos.

He. 13:20 20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,

Y el Príncipe de los Pastores que viene como el Rey de gloria para recompensar a los pastores fieles.

1P. 5:4 4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.

En el Salmo 50:2 se menciona el reinado de Cristo desde Sión.

Sal. 50:2 2    De Sión, perfección de hermosura,

      Dios ha resplandecido.

Como se verá más tarde en el estudio del Milenio, el Salmo 72 describe a Cristo que ha venido a la tierra para reinar sobre las naciones.

Sal. 72:1-20 1          Oh Dios, da tus juicios al rey,

Y tú justicia al hijo del rey.

            2           El juzgará a tu pueblo con justicia,

Y a tus afligidos con juicio.

            3           Los montes llevarán paz al pueblo,

Y los collados justicia.

            4           Juzgará a los afligidos del pueblo,

Salvará a los hijos del menesteroso,

Y aplastará al opresor.

            5           Te temerán mientras duren el sol

Y la luna, de generación en generación.

            6           Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada;

Como el rocío que destila sobre la tierra.

            7           Florecerá en sus días justicia,

Y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna.

            8           Dominará de mar a mar,

Y desde el río hasta los confines de la tierra.

            9           Ante él se postrarán los moradores del desierto,

Y sus enemigos lamerán el polvo.

            10          Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes;

Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.

            11          Todos los reyes se postrarán delante de él;

Todas las naciones le servirán.

            12          Porque él librará al menesteroso que clamare,

Y al afligido que no tuviere quien le socorra.

            13          Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso,

Y salvará la vida de los pobres.

            14          De engaño y de violencia redimirá sus almas,

Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.

            15          Vivirá, y se le dará del oro de Sabá,

Y se orará por él continuamente;

Todo el día se le bendecirá.

            16          Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes;

Su fruto hará ruido como el Líbano,

Y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra.

            17          Será su nombre para siempre,

Se perpetuará su nombre mientras dure el sol.

Benditas serán en él todas las naciones;

Lo llamarán bienaventurado.

            18          Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel,

El único que hace maravillas.

            19          Bendito su nombre glorioso para siempre,

Y toda la tierra sea llena de su gloria.

Amén y Amén.

20 Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.

El Salmo 89:36 habla del establecimiento del trono de Cristo en cumplimiento del pacto con David inmediatamente después de su segunda venida.

Sal. 89:36 36            Su descendencia será para siempre,

      Y su trono como el sol delante de mí.

El Salmo 96, después de describir el honor y la gloria de Dios, exhorta a los cielos y la tierra a que se regocijen «delante de Jehová que vino; porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con verdad» (v. 13).

La posición actual de Cristo a la diestra de Dios es descrita en el Salmo 110, pero también se predice que vendrá el día cuando El reinará sobre sus enemigos y su poder saldrá de Sión (vv. 2, 6). De estas diversas profecías se desprende claramente que la verdad acerca de la segunda venida de Cristo y su reino es una revelación de gran importancia en el Antiguo Testamento y no una de importancia secundaria.

 

Sal. 110:1-7 1           Jehová dijo a mi Señor:

Siéntate a mi diestra,

Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

            2           Jehová enviará desde Sión la vara de tu poder;

Domina en medio de tus enemigos.

            3           Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder,

En la hermosura de la santidad.

Desde el seno de la aurora

Tienes tú el rocío de tu juventud.

            4           Juró Jehová, y no se arrepentirá:

Tú eres sacerdote para siempre

Según el orden de Melquisedec.

            5           El Señor está a tu diestra;

Quebrantará a los reyes en el día de su ira.

            6           Juzgará entre las naciones,

Las llenará de cadáveres;

Quebrantará las cabezas en muchas tierras.

            7           Del arroyo beberá en el camino,

Por lo cual levantará la cabeza.

Esto es confirmado como un tema principal entre los profetas mayores y menores. En la gran declaración profética de Isaías 9:6, 7 Cristo es descrito como un niño que ha nacido y al mismo tiempo es Dios todopoderoso.

Is. 9:6-7 6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

Describe su reinado sobre el trono de David como un reinado que no de los resultados de la segunda venida de Cristo y del establecimiento de su reino. Este pasaje será discutido más ampliamente en el estudio del reino milenial. Sin embargo, la introducción del reino depende de la doctrina de una venida literal de Cristo a la tierra y de la demostración del poder divino para juzgar a los malvados. También se menciona esta escena en Isaías 63:1-6, donde se describe gráficamente el juicio de Cristo sobre la tierra en su segunda venida.

Is. 63:1-6 1¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿Éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar. 2¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? 3 He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas. 4 Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado. 5 Miré, y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira. 6 Y con mi ira hollé los pueblos, y los embriagué en mi furor, y derramé en tierra su sangre.

En las profecías de Daniel que tienen relación con los tiempos de los gentiles y el programa de Dios para la nación de Israel, se relaciona la consumación de ambos con la venida del Hijo del Hombre desde el cielo (Dn. 7:13-14). Este pasaje da una clara descripción de la segunda venida: «Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.» Daniel había anunciado la misma verdad al interpretar la visión de Nabucodonosor y había predicho en Daniel 2:44 «un reino que no será jamás destruido».

Igualmente, la mayor parte de los profetas menores tocan este tema, y en forma especial lo hace el libro de Zacarías. Según Zacarías 2:10-11, el Señor declara: «Canta y alégrate, hija de Sión; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti.» Esta es una clara referencia al milenio terrenal y al reinado de Cristo que sigue a su segunda venida. Aún más específico es Zacarías 8:3-8: «Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad» (y. 3). Los versículos 4-8 describen las calles de Jerusalén llenas de muchachos y muchachas que juegan y a los hijos de Israel que son traídos de todo el mundo y habitan en Jerusalén.

Zac. 8:3-8 3 Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad. 4 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días. 5 Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas. 6 Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿también será maravilloso delante de mis ojos? dice Jehová de los ejércitos. 7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; 8 y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia.

Zacarías 14:1-4 describe en forma dramática la segunda venida de Cristo mismo, que viene en la culminación de la guerra mundial que ha sobrevenido en el Medio Oriente y en la ciudad de Jerusalén. Zacarías dice: «Y se afirmarán SUS pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está enfrente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur» (v. 4).

La descripción gráfica de la división del Monte de los Olivos en el momento de la segunda venida de Cristo deja en claro que ningún suceso del pasado puede compararse con SU segunda venida. La ridícula interpretación de que la segunda venida se realizó en el día de Pentecostés o en la destrucción de Jerusalén del año 70 no sólo la contradicen las últimas profecías que presentan la segunda venida como un acontecimiento todavía futuro (como en el libro de Apocalipsis), sino que tiene en contra el hecho de que el Monte de los Olivos permanece sin haber sufrido cambio alguno.

Cuando los pies de Cristo se posen sobre el mismo Monte de los Olivos que fue testigo de su ascensión en Hechos 1, ello será la señal para que se produzca un cambio en la topografía de toda la zona que rodea a Jerusalén, en preparación para el reino que se establecerá. Consecuentemente, la segunda venida de Cristo en el Antiguo Testamento no se puede negar con explicaciones en el sentido de que algún suceso pasado o alguna experiencia espiritual contemporánea, por ejemplo, que la venida de Cristo por sus santos ocurre cuando uno muere, o con cualquier otra explicación que es totalmente inadecuada para explicar la revelación bíblica. En cambio, en el Antiguo Testamento la segunda venida de Cristo es la gran consumación de la historia mundial, en la que el Hijo de Dios viene a reclamar el mundo por el cual dio su vida y para ejercer su poder o autoridad sobre el mundo que no quería que Cristo reinase.

C. La segunda venida de Cristo en el nuevo testamento.

En la revelación del Nuevo Testamento acerca de la segunda venida de Cristo se introduce un nuevo factor con la revelación del arrebatamiento de la iglesia. En el Antiguo Testamento las predicciones de la primera y segunda venida de Cristo se mezclaban con frecuencia y los profetas tenían dificultades para distinguirlas. Cumplidas las profecías acerca de la primera venida, ya no hay problemas para distinguir entre las profecías relacionadas con sus sufrimientos y aquellas que tienen que ver con su gloria.

Sin embargo, en el Nuevo Testamento, debido a la terminología similar para describir la venida de Cristo por sus santos y la venida de Cristo con sus santos, no siempre es claro cuál acontecimiento se tiene en vista; en cada caso se debe llegar a una decisión sobre la base del contexto. El tema de la venida futura de Cristo es un tema de gran importancia en el Nuevo Testamento, y se estima que uno de cada veinticinco versículos se refiere a ella de uno u otro modo. Se pueden seleccionar por lo menos veinte pasajes extensos que contribuyen con los elementos de mayor importancia de la revelación del Nuevo Testamento.

Mt. 19:28 28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Mt. 23:39 39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.

Mt. 24:3 3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

Mt. 25:46 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Mr. 13:24-37 24 Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, 25 y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. 26 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria. 27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. 28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 30 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. 33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. 34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. 35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.

Lc. 12:35-48 35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; 36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. 37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. 39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. 40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá. 41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? 42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? 43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 44 En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. 45 Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, 46 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. 47 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.

Lc. 17:22-37 22 Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. 23 Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. 24 Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día. 25 Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación. 26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. 27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. 28 Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29 mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. 30 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. 31 En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. 32 Acordaos de la mujer de Lot. 33 Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará. 34 Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. 35 Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. 36 Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. 37 Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? Él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas.

Lc. 18:8 8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

Lc. 21:25-28 25 Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; 26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. 27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. 28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.

Hch. 1:10-11 10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

 

Hch. 15:16-18 16     Después de esto volveré

Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;

Y repararé sus ruinas,

Y lo volveré a levantar,

            17          Para que el resto de los hombres busque al Señor,

Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,

            18          Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

Ro. 11:25-27 25 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; 26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sión el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.

            27          Y este será mi pacto con ellos,

      Cuando yo quite sus pecados.

1Co. 11:26 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.

2Ts. 1:7-10 7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros).

2P. 3:3-4 3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.

Jud. 14-15 14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, 15 para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

Ap. 1:7-8 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén. 8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso

Ap. 2:25-28 25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. 26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; 28 y le daré la estrella de la mañana. 29 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias 

Ap. 16:15 15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.

Ap. 19:11-21 11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. 19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

Ap. 22:20 20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

Además de los hechos notados en el estudio previo de Mateo 13, debemos destacar importantes puntos de énfasis.

1. La segunda venida de Cristo es postribulacional y premilenial. La interpretación literal de las profecías acerca de la segunda venida de Cristo no sólo aclara que es el preludio del acontecimiento que establece el reino de Cristo sobre la tierra por mil años, sino que además sirve para distinguirla del arrebatamiento de la iglesia, esto es, Cristo que viene por sus santos. De parte de los que espiritualizan las profecías acerca del reino futuro sobre la tierra, la tendencia ha sido mezclar las profecías acerca del arrebatamiento y las profecías sobre la segunda venida de Cristo y considerarlas como un solo suceso, que ocurre de una sola vez, considerando así el arrebatamiento como un suceso postribulacional. La misma interpretación literal de la segunda venida, que lleva a la conclusión de que será seguida por el reino milenial sobre la tierra, sirve para distinguirla del arrebatamiento de la iglesia. Los sucesos son claramente diferentes en su propósito, carácter y contexto.

En el libro The Rapture Question (La cuestión del arrebatamiento), por John F. Walvoord, se dan cincuenta razones para sostener que el arrebatamiento es pretribulacional y la segunda venida para establecer el reino es postribulacional. Igualmente, en el libro The Millennial Kingdom (El reino milenial), por Walvoord, se presentan argumentos teológicos e históricos acerca del establecimiento de un reino literal sobre la tierra. Mientras los teólogos siguen en desacuerdo sobre este tema, el problema queda determinado en gran parte por los principios de interpretación que se use. Los que interpretan la profecía literalmente, y que uniformemente toman en consideración los detalles de la profecía, pueden apoyar adecuadamente la conclusión de que la segunda venida de Cristo es postribulacional y premilenial.

2. Las descripciones de la segunda venida de Cristo en todos los pasajes importantes relacionados con ella enseñan claramente que su venida es personal. Desde luego, esto es apoyado por la revelación de los ángeles en Hechos 1:11, que informaron a los discípulos que estaban mirando hacia el cielo: «Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.» Esto se refiere a la segunda venida de Cristo a la tierra, y no al arrebatamiento. Así como El se fue personalmente al cielo, también volverá personalmente. Desde luego, esto es apoyado por otros pasajes importantes.

Mt. 24:27-31 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. 29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

Ap. 19:11-16 11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

3. Los mismos pasajes que indican que su venida será personal, enseñan que será una venida corporal. Aunque la deidad de Cristo es omnipresente y puede estar en el cielo y en la tierra al mismo tiempo, el cuerpo de Cristo es siempre local y ahora está a la diestra de Dios Padre. En su segunda venida Cristo volverá corporalmente, así como ascendió corporalmente. Esto es apoyado por Zacarías 14:4: «Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos.» También lo apoya el pasaje de Hechos 1, que afirma que su venida será del mismo modo que su ascensión.

4. En contraste con el arrebatamiento, en que no hay evidencia de que el mundo como un todo verá la gloria de Cristo, la segunda venida de Cristo será visible y gloriosa. Cristo mismo describió su venida como un relámpago que resplandece desde el oriente hasta el occidente.

Mt. 24:27 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.

Así como la ascensión en Hechos 1:11 es visible, su segunda venida será visible, y Cristo «vendrá como le habéis visto ir al cielo».

Cristo dijo en Mateo 24:30: «Verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria». El principal argumento del libro de Apocalipsis es que Cristo será revelado al mundo en su segunda venida y en el reino subsecuente. Según Apocalipsis 1:7: «He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él.» Verán a Cristo, no como el humilde nazareno que sufre y muere, o en su cuerpo de resurrección en el cual su gloria estaba algo velada mientras Cristo estaba aún sobre la tierra.

La segunda venida de Cristo pondrá en exhibición la gloria del Hijo de Dios, como se reveló antes a Juan en Apocalipsis 1:12-18 y se describe en detalle en Apocalipsis 19:11-16.

Ap. 1:12-18 12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, 13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. 16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. 17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; 18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

Ap. 19:11-16 11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

En consecuencia, la segunda venida será uno de los acontecimientos más dramáticos de todos los tiempos y será el clímax de todo el programa de Dios que comienza en Edén cuando Adán pecó y perdió el derecho de reinar.

5. La segunda venida de Cristo está también íntimamente relacionada a la tierra y no es un encuentro en el espacio como el arrebatamiento de la iglesia. Muchos pasajes hablan de Cristo que reina en Sión, viene a Sión y sale de Sión, todas ellas referencias a la ciudad literal de Jerusalén.

Sal. 14:7 7     ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel!

Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo,

Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

Sal. 20:2 2    Te envíe ayuda desde el santuario,

Y desde Sión te sostenga.

 

Sal. 53:6 6    ¡Oh, si saliera de Sion la salvación de Israel!

Cuando Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo,

Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.

 

Sal. 110:2 2  Jehová enviará desde Sión la vara de tu poder;

Domina en medio de tus enemigos.

 

Sal. 128:5 5  Bendígate Jehová desde Sión,

Y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida,

 

Sal.134:3 3   Desde Sión te bendiga Jehová,

El cual ha hecho los cielos y la tierra.

 

Sal. 135:21 21           Desde Sión sea bendecido Jehová,

Quien mora en Jerusalén.

     Aleluya.

Is. 2:3 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

Jl 3:16 16 Y Jehová rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.

Am. 1:2 2 Dijo: Jehová rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.

Zac. 14:1-4 1 He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. 2 Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. 3 Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. 4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.

Ro. 11:26 26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sión el Libertador,

      Que apartará de Jacob la impiedad.

Según las Escrituras, no solamente su pie tocará el Monte de los Olivos, sino que su venida es en conexión con la destrucción de los ejércitos que tratarán de conquistar Jerusalén.

Zac. 14:1-3 1 He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. 2 Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. 3 Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla.

6. La segunda venida de Cristo será presenciada por todos los santos ángeles y por todos los santos de todos los tiempos que están en el cielo. Es la venida con sus santos y no la venida por sus santos. Aunque un propósito importante de la venida de Cristo es libertar a los santos afligidos que aún viven en la tierra, la descripción del suceso en Mateo 25:31 afirma que todos los ángeles estarán con El.

Mt. 25:31 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,

Apocalipsis 19:11-21 es aún más explícito y presenta a los ejércitos celestiales que le siguen. Estos indudablemente incluyen a los santos ángeles y a los santos que están en el cielo.

Ap. 19:11-21 11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. 19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

La segunda venida será un tiempo de reunión de todos los elegidos, los resucitados, los trasladados y aun los que estaban en sus cuerpos naturales sobre la tierra. Todos participan, de un modo u otro, en este dramático suceso relacionado con la segunda venida.

7. El propósito declarado de la segunda venida es juzgar la tierra.

Sal. 96:13 13 Delante de Jehová que vino;

Porque vino a juzgar la tierra.

Juzgará al mundo con justicia,

     Y a los pueblos con su verdad.

Esto será considerado en los próximos estudios de los juicios de Israel, de las naciones y el juicio de Satanás y de los ángeles caídos. En Mateo 19:28 Cristo les dijo a los doce apóstoles se unirían a El para juzgar las doce tribus de Israel.

Mt. 19:28 28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Mateo 25:31-46 describe el juicio de los gentiles sobre la tierra en el momento de la segunda venida.

Mt. 25:31-46 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Ezequiel 20:35-38 predice el juicio de Israel en el momento de la segunda venida. Los que mueran durante el tiempo de persecución que precederá a la segunda venida serán resucitados y juzgados según Apocalipsis 20:4.

Ez. 20:35-38 35 y os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. 36 Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el Señor. 37 Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; 38 y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.

Ap. 20:4 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

La misma verdad es presentada en las diversas parábolas que tratan del tiempo del fin en los evangelios, y en las Escrituras se encuentra una mención frecuente de esta verdad.

Lc. 12:37 37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.

Lc. 12:45-47 45 Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, 46 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. 47 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.

Lc. 17:29-30 29 más el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. 30 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.

2Ts. 1:7-9 7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,

2Ts. 2:8 8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;

Jud. 15 15  para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

Ap. 2:27 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;

Ap. 19:15-21 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 17 Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, 18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. 19 Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. 21 Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

La tierra, que actualmente manifiesta toda su pecaminosidad e incredulidad y que en su mayor parte vive como si Dios no existiese, caerá bajo el justo juicio de Dios. Sin embargo, a pesar de lo extenso que es el juicio, no destruirá la tierra en forma completa. El juicio por fuego descrito en 2 Pedro 3:10 no ocurrirá hasta el fin del milenio, cuando la tierra y los cielos que ahora existen sean destruidos y sean creados un nuevo cielo y una nueva tierra.

2P. 3:10 10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

El día de Jehová, que comienza con el arrebatamiento e incluye en su introducción los juicios que preceden y siguen inmediatamente la segunda venida, concluye al final del milenio con la destrucción final de la tierra y los cielos que ahora existen. El triunfo del pecado en nuestro mundo moderno es temporal. El triunfo de la justicia de Dios es cierto.

8. El propósito importante de la venida de Cristo es librar a quienes han sobrevivido al martirio durante la tribulación, sean judíos o gentiles. Según Mateo 24:22, si la venida de Cristo fuera demorada indefinidamente, los juicios catastróficos derramados sobre la tierra destruirían toda la raza.

Mt. 24:22 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

La tribulación es cortada por la venida de Cristo para librar a los escogidos de ese destino. En Romanos 11:26-27 se describe a Israel como salvado y libertado.

Ro. 11:26-27 26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sión el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.

            27          Y este será mi pacto con ellos,

      Cuando yo quite sus pecados.

Esto recibe el apoyo de Lucas 21:28, donde se habla de la segunda venida de Cristo y es denominada «tu redención». En el Antiguo Testamento hay pasajes como Zacarías 14:4 también describen en esta liberación.

Lc. 21:28 28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.

Zac. 14:4 4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.

9. Sin embargo, la segunda venida de Cristo no solamente trae el juicio sobre los malvados y liberación para los justos, sino que introduce un nuevo estado espiritual que será considerado en el estudio del milenio. El mismo acontecimiento que trajo juicio sobre los impíos produce un nuevo avivamiento espiritual a quienes han confiado en el Señor. Esto es apoyado por Ro. 11:26-27 y está incorporado en el nuevo pacto de Jeremías 31:31-34.

Ro. 11:26-27 26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sión el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.

            27          Y este será mi pacto con ellos,

      Cuando yo quite sus pecados.

Jer. 31:31-34 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.,

10. La segunda venida de Cristo tiene también el propósito central de establecer el reino davídico. En la discusión de la relación de la iglesia con los gentiles en el concilio de Jerusalén (Hch. 15) se argumenta que las profecías anteriores de Amós 9:11-15 predecían el orden de la bendición de los gentiles primero, seguida por la restauración del tabernáculo de David.

Hch. 15:1-35 1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. 3 Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos. 4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. 5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. 6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. 12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. 13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. 14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:

            16          Después de esto volveré

Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;

Y repararé sus ruinas,

Y lo volveré a levantar,

            17          Para que el resto de los hombres busque al Señor,

Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,

            18          Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

 19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. 22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. 24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, 25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, 26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. 28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. 30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; 31 habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. 32 Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. 33 Y pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los habían enviado. 34 Más a Silas le pareció bien el quedarse allí. 35 Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos.

Am. 9:11-15 11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; 12 para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto. 13 He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. 14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.

Esto iba a coincidir con la reunión de Israel restaurado en su tierra, estableciéndose en ella para no volver a ser dispersado (Am. 9:14-15; véase también Ez. 39:25-29).

Am. 9:14-15 14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.

Ez. 39:25-29 25 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre. 26 Y ellos sentirán su vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los espante; 27 cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. 28 Y sabrán que yo soy Jehová su Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos. 29 Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor.

El regreso físico de Israel, el restablecimiento del reino davídico y el derramamiento del Espíritu de Dios sobre la casa de Israel (Ez. 39:29) se combinan para preparar a Israel y el mundo para las glorias del mundo que seguirá. Según Ezequiel 37:24, los santos del Antiguo Testamento participarán en el reino, siendo David elevado a la categoría de príncipe sobre Israel bajo Cristo. El propósito de Dios era, según fuera anunciado a la virgen María en Lucas 1:31-33, que Cristo vendría a reinar sobre la casa de Israel para siempre.

Lc. 1:31-33 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Tomada como un todo, la segunda venida de Cristo es un acontecimiento maravilloso que ocurre al final de la Gran Tribulación e introduce el reino milenial. Será una venida personal y corporal que será visible en todo el mundo, y será la manifestación de la gloria de Dios. Estará relacionada con la tierra más que con el cielo y especialmente con Jerusalén en el Monte de los Olivos.

Cristo, en su venida, estará acompañado por los santos ángeles y los santos. Su propósito en su venida es juzgar al mundo, librar a quienes han confiado en El, sean judíos o gentiles, traer un avivamiento en Israel y en el mundo, restablecer el reino de David e introducir la dispensación final de su reino sobre la tierra por mil años. En el contexto de este acontecimiento podrían considerarse ahora la doctrina de la resurrección y la de los juicios relacionados con la segunda venida.

PREGUNTAS

1. ¿Cuáles son algunos de los grandes temas relacionados con la doctrina de la segunda venida?

2. ¿Con cuánta extensión se trata la doctrina de la segunda venida en el Antiguo Testamento?

3. ¿Con qué contribuye Deuteronomio 30:1-3 a la doctrina de la segunda venida?

4. ¿En qué forma trata la segunda venida el Salmo 2?

5. ¿Qué grandes temas son desarrollados en los Salmos 22, 23 y 24?

6. Hacer un resumen de la verdad acerca de la segunda venida y el reino milenial según se presenta en los Salmos 50, 72, 89, 96 y 110.

7. ¿Cuál es la contribución de Isaías 9:6-7?

8. ¿Cómo describe Daniel 7 la segunda venida?

9. ¿Cuáles son las contribuciones de Zacarías 2, 8 y 14 a la doctrina de la segunda venida?

10. ¿En qué forma refuta Zacarías la idea de que Cristo ya ha cumplido la promesa de su segunda venida?

11. ¿Qué dificultad tenían los profetas del Antiguo Testamento para distinguir la primera y segunda venidas de Cristo?

12. ¿Qué dificultad correspondiente se encuentra en el Nuevo Testamento para distinguir entre el arrebatamiento y la segunda venida de Cristo para establecer su reino?

13. Hacer un resumen de la evidencia de que la segunda venida de Cristo a la tierra para establecer su reino es postribulacional y premilenial.

14. ¿Cómo es que el premilenialismo depende de los principios de interpretación de las Escrituras?

15. Demostrar que la segunda venida de Cristo es personal.

16. ¿Qué evidencia apoya la conclusión de que Cristo regresará corporalmente en su segunda venida?

17. Hacer un contraste entre la extensión en que Cristo será visible para el mundo en el arrebatamiento y en su segunda venida a establecer su reino.

18. ¿En qué sentido están íntimamente relacionadas la segunda venida y la tierra en contraste con el arrebatamiento?

19. ¿Quién acompañará a Cristo en su segunda venida a la tierra desde el cielo?

20. Hacer un resumen de la enseñanza acerca de que Cristo juzgará la tierra en su segunda venida.

21. Distinguir los juicios que ocurrirán antes del milenio, de los que ocurrirán al finalizar el milenio.

22. ¿En qué forma se relaciona la segunda venida de Cristo con la liberación de los salvados en la Gran Tribulación?

23. ¿En qué sentido es que la segunda venida inaugura un nuevo estado espiritual?

24. ¿Cómo se relaciona la venida de Cristo con el restablecimiento del reino davídico?

25. Hacer un resumen de los principales hechos relacionados con la venida de Cristo como un evento importante.

 

 
27. Pecado/Universal
28. Pecado/Pena
29. Pecado/Poder
30. La Justicia
31. Santificación
32. Seguridad Presente
33. Seguridad Eterno
34. Elección Divina
35. Iglesia/Miembros
36. Iglesia/Comisión
37. Iglesia/Servicio
38. Iglesia/Su Culto
39. Iglesia/Org. y Ord.
40. Iglesia/Esposa
41. El Día Del Señor
42. Los Gentiles
43. Israel/Profecías
44. Arrebatamiento
45. Gran Tribulación
46. Segunda Venida
47. Las Resurrecciones
48. Juicio de Israel
49. Reino Milenial
50. Juicio de Satanás
51. Gran Trono Blanco
52. Cielo Nuevo
 

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