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  45. La Gran Tribulación

Teología Sistemática 2 es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvacion: expíación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros,  propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

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45. La Gran Tribulación por Lewis Sperry Chafer

A. La gran tribulación en contraste con la tribulación en general.

 

Ha habido mucha confusión en torno a la doctrina de la Gran Tribulación porque algunos no han hecho la distinción entre las tribulaciones y sufrimientos generales del pueblo de Dios y el período específico de la Gran Tribulación descrito en el Antiguo y el Nuevo Testamentos. El concepto de tribulación supone un tiempo de presiones, aflicciones, angustias de corazón y perturbaciones en general. En consecuencia, una situación de tribulación es una experiencia común de la raza humana que resulta de su pecado y rebelión contra Dios y del conflicto entre Dios y Satanás en el mundo.

 

Según Job 5:7: «Como las chispas nacen para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción.» Cristo aseguró a sus discípulos en Juan 16:33: «en el mundo tendréis aflicción». Los sufrimientos de Job en el Antiguo Testamento y los problemas de Pablo con su aguijón en la carne en el Nuevo Testamento son sintomáticos de una raza humana que constantemente está en tribulación y soportando muchos tipos de aflicciones. Estas han caracterizado a la raza humana desde Adán y seguirán en alguna medida hasta que la historia humana haya terminado su carrera, aunque se verá grandemente aliviado durante el reino milenial.

 

En contraste con estas intimaciones generales de pruebas y sufrimientos que afligen a la raza, las Escrituras hablan de un tiempo especial de tribulación al fin de la era, un tiempo específico de gran tribulación que durará cuarenta y dos meses y desembocará en la segunda venida de Cristo.

 

B. Doctrina veterotestamentaria de la gran tribulación.

Ya en Deuteronomio 4:29-30 se advirtió a Israel a fin de que se volviera al Señor cuando se viera en el período de tribulación de los últimos días.

 

Dt. 4:29-30 29 Más si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. 30 Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz;

 

Este tiempo específico es objeto de especial atención por el profeta Jeremías. En Jeremías 30:1-10 predice que el tiempo de tribulación será precedido por un regreso parcial de los hijos de Israel a su tierra:

Jer. 30:1-10 1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2 Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado. 3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. 4 Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá. 5 Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de paz. 6 Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros. 7¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. 8 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en servidumbre, 9 sino que servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré. 10 Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices, Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante.

 

«Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán» (v. 3).

 

Inmediatamente después, en los versículos 4-7 se describe el período de tribulación que vendrá sobre ellos después de haber regresado a la tierra. Israel estará con dolores como de una mujer que está de parto. El tiempo de tribulación se describe específicamente en Jeremías 30:7: « ¡Ah, cuán grande es aquel día!; tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado

 

A Israel se le da la promesa de que aunque tenga que pasar por este tiempo de gran tribulación, Dios quebrantará el yugo de su cautiverio y ya no servirá más a los gentiles. En cambio, según el versículo 9, «servirán a Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré». Esto anuncia el reino milenial, cuando David será resucitado y con Cristo reinará sobre la casa de Israel. De acuerdo con esto, a Israel se le da ánimo para que no desmaye; es el propósito de Dios que a su tiempo «Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo y no habrá quien espante» (y. 10).

 

El tiempo de la angustia de Jacob, o gran tribulación, está considerado en Daniel 9:27 después del quebrantamiento del pacto. Aquí se revela específicamente que será la mitad del período de siete años, esto es, tres años y medio. «El príncipe que ha de venir» (Dn. 9:26) «por otra semana confirmará el pacto con muchos» (y. 27), esto es, hará un pacto de siete años. Quebrantará el pacto en la mitad de la semana, esto es, después de tres años y medio, y «hará cesar el sacrificio y la ofrenda» y producirá la abominación del templo.

 

Daniel 12:11 añade la información: «Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.» Esto es aproximadamente tres años y medio y algunos días, y el período incluye la segunda venida de Cristo y los primeros juicios que se realizarán. La bendición descrita en Daniel 12:12, que vendrá después de 1335 días, incluye no solamente el tiempo de la Gran Tribulación, la segunda venida de Cristo y los juicios, sino también el establecimiento del bienaventurado reino milenial sobre la tierra. Consecuentemente, el período de la Gran Tribulación se especifica como de cuarenta y dos meses o tres años y medio.

 

Dn. 12:12 12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.

 

La Gran Tribulación terminará con la segunda venida de Cristo. Según Daniel 7:13-14, el período concluye con la venida del Hijo del Hombre del cielo, quedando todas las naciones bajo su dominio.

 

Dn. 7:13-14 13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.

El rey impío y el gobierno que preceden a la segunda venida de Cristo serán destruidos, y el reino eterno comenzará y será caracterizado primero por el reino milenial y luego por el gobierno de Dios en los nuevos cielos y la nueva tierra.

Dn. 7:26 26 Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin,

 

La doctrina del Antiguo Testamento es relativamente completa, pero a esto se puede agregar la revelación del Nuevo Testamento.

 

Según Daniel 11:36-39, el tiempo del fin será caracterizado religiosamente por una religión atea encabezada por el gobernador mundial.

Dn. 11:36-39 36 Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá. 37 Del Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá. 38 Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras preciosas y con cosas de gran precio. 39 Con un dios ajeno se hará de las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra.

 

En estos versículos es descrito como un gobernante absoluto que descarta todos los dioses anteriores y se magnifica a sí mismo por sobre Dios. Honra solamente al dios de la fuerza, esto es, al dios de la guerra. Es materialista y ateo. Su reino termina en la guerra gigantesca descrita en los versículos 40-45.

Dn. 11:40-45 40 Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. 41 Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón. 42 Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. 43 Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán. 44 Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos. 45 Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude.

 

Los ejércitos del sur, del norte y del oriente lo presionan. Aunque aparentemente es capaz de resistir por un tiempo, en el momento de la venida de Cristo aún está la batalla en todo su vigor, con lo que termina la Gran Tribulación.

 

C. La doctrina de la Gran Tribulación en el Nuevo Testamento.

 

Cuando los discípulos le preguntaron acerca del tiempo de su segunda venida y del fin del siglo, Jesús les dio en primer lugar una serie de señales que para nosotros ya se han cumplido en su mayor parte, acontecimientos y situaciones que caracterizan la era que se extiende entre la primera y la segunda venidas de Cristo.

Mt. 24:3-14 3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores. 9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

 

Luego, en Mateo 24:15-29, Cristo responde a la pregunta sobre señales específicas describiendo la Gran Tribulación misma.

Mt. 24:15-29 15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19 Más ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. 29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

 

Dice que comenzará cuando los hombres vean en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (y. 15), refiriéndose a la profanación del templo y a la ocupación del lugar de Dios en el templo por el gobernante del Mediterráneo. Avisa a los hijos de Israel que cuando esto ocurra, y será identificado por algún acontecimiento específico en un día determinado, deben huir a las montañas para salvar la vida.

 

Cristo declara en Mateo 24:21-22: «Porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.» Aquí Cristo identifica claramente el período de gran tribulación, en contraste con todos los demás períodos de tribulación. Va a ser tan grande en su extensión, que eclipsará toda otra experiencia previa del mundo en cuanto a sufrimientos.

 

La tribulación será tan grave que, a menos que sea acortada (literalmente, terminada), ningún ser humano quedaría vivo sobre la tierra. Esto no implica, como algunos han interpretado la palabra «acortados», que terminará antes de los cuarenta y dos meses. Significa simplemente que si no fuera terminada por la segunda venida, la Gran Tribulación exterminaría toda la raza humana. «Por causa de los escogidos» —ya sea que se refiera a los salvados de Israel, a los salvados de los gentiles o a ambos— el regreso de Cristo, aunque será un tiempo de juicio para el mundo, será un tiempo de liberación para los salvados.

En los versículos que siguen, nuestro Señor describe algunas de las características de este período. Habrá falsos profetas y falsos cristos (Mt. 24:23-24). Habrá falsos informes de que Cristo habrá venido secretamente (y. 26). Avisa sus discípulos que ninguno debe ser engañado en aquel tiempo, porque la segunda venida de Cristo será un acontecimiento público como el relámpago que alumbra desde el oriente hasta el occidente (y. 27). La tribulación misma también se describe en el versículo 29 como el tiempo cuando el sol será oscurecido, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán «conmovidas». Esto será seguido por la venida de Cristo. La descripción de la Gran Tribulación dada por Cristo en respuesta a la pregunta de los discípulos es confirmada por la información adicional en Apocalipsis 6 - 18. En el capítulo 6 se abre el rollo de los siete sellos descrito en Apocalipsis 5:1.

 

Ap. 5:1 1 Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.

Ap. 6:1-17 1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. 3 Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. 4 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. 5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino. 7 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. 8 Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra. 9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. 12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?

A medida que se rompe cada sello comienzan a sobrevenir grandes catástrofes sobre el mundo. Esto empieza con el primer sello, que describe un gobierno mundial (Ap. 6:1-2). Esto es seguido por guerras (vv. 3-4), hambres (vv. 5-6) y la muerte de la cuarta parte de la tierra (vv. 7-8). El quinto ello representa a los mártires que mueren en aquel período vv. 9-11), y grandes disturbios en los cielos, incluyendo las estrellas que caen del cielo y un gran terremoto sobre la tierra, y el sol que se pone negro y la luna como sangre (vv. 12-14). El impresionante despliegue de poder divino en el mundo inspira temor a los incrédulos, que piden a las montañas que caigan sobre ellos y los salven del gran día de u ira (vv. 15-17).

Cuando se rompe el séptimo sello (8:1) sale de él otra serie de siete, llamada las siete trompetas de los ángeles.

Ap. 8:1-13 1 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. 2 Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. 3 Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. 4 Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. 5 Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto. 6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas. 7 El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde. 8 El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 9 Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. 10 El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. 11 Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas. 12 El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la noche. 13 Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!

 

Estos grandes juicios en su mayor parte son catástrofes sobre el mundo natural que tienen como resultado la pérdida de muchas vidas, en que la tercera parte de la tierra es consumida por el fuego, una tercera parte el océano se convierte en sangre, destruyendo un tercio de las criaturas del mar, las estrellas del cielo caen sobre una tercera parte de los ríos (8:7-11). La cuarta trompeta concierne a las estrellas; una tercera parte del sol, la luna y las estrellas se oscurecen, y se da la predicción de terribles desastres que sobrevendrán con las tres trompetas siguientes.

Ap. 9:1-21 1 El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. 2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 3 Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 4 Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 5 Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 6 Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. 7 El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; 8 tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; 9 tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 10 tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 11 Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión. 12 El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto. 13 El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, 14 diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates. 15 Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 16 Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. 17 Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. 18 Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. 19 Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban. 20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

 

La quinta trompeta (9:1-12) presenta a los inconversos atormentados por demonios durante cinco meses de terrible agonía, pero incapaces de quitarse la vida. La sexta trompeta (9:13-21) se relaciona con el gran ejército que viene del oriente y cruza el río Eufrates para participar en la gran guerra del fin del período de la tribulación.

Ap. 11:15-19 15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. 16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, 17 diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. 18 Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. 19 Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.

 

La séptima trompeta (11:15) está cerca del fin del período y anuncia la venida de Cristo y el establecimiento de su reino.

 

Sin embargo, la séptima trompeta introduce otra serie de siete juicios que aparecen en rápida sucesión, y que se denominan las copas de la ira de Dios en Apocalipsis 16. Cada uno de éstos es más destructivo que las trompetas del juicio y constituyen un derramamiento final de la ira de Dios sobre la tierra, preparatorio de la segunda venida de Cristo mismo.

Ap. 16:1-21 1 Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. 2 Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen. 3 El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar. 4 El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. 5 Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. 6 Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. 7 También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. 8 El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. 9 Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. 10 El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, 11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras. 12 El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente. 13 Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; 14 pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. 15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. 16 Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón. 17 El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. 18 Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. 19 Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. 20 Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. 21 Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.

 

La sexta copa está relacionada con la preparación de la gran batalla de Dios que se centra en un lugar llamado Armagedón, por lo que esta batalla recibe el nombre de batalla de Armagedón. Aquí los reyes de la tierra y sus ejércitos se han reunido para la batalla según Apocalipsis 16:14. La aparente contradicción de Satanás que inspira a los reyes de la tierra a fin de que se rebelen contra el gobernante que Satanás mismo ha puesto sobre el trono del gobierno mundial, aparece solucionada por este hecho: Satanás reúne sus fuerzas bajo la ilusión de que están peleando por el poder mundial, pero realmente están guiados por Satanás a fin de oponerse a los ejércitos que acompañarán a Cristo cuando El vuelva a la tierra.

Ap. 19:14 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.

 

La copa final, descrita en Apocalipsis 16:17-21, consiste de un gran terremoto que destruye las grandes ciudades del mundo, trae juicio contra Babilonia y hace desaparecer las islas y montañas. El clímax es una gran tormenta de granizos, con granizos de un talento de peso, esto es, unos 46 Kilos, que destruyen lo que había quedado. El mundo está en estado de caos y destrucción y en guerra en el momento de la segunda venida de Cristo.

 

¡Qué sueño más falso han tenido algunos teólogos que imaginan que el mundo irá mejorando poco a poco hasta que gradualmente queda sometido al evangelio, y de este modo es conducido a la obediencia a Cristo! Más bien las Escrituras describen el mundo en un horroroso clímax de maldad y rebelión contra Dios, encabezado por un gobernante mundial ateo, blasfemo y perseguidor de todos los que se identifican con Dios.

 

El reino de justicia de Dios sobre la tierra será introducido por la segunda venida de Cristo y no por esfuerzos humanos, y será un juicio dramático sobre la maldad del mundo, al mismo tiempo que será una maravillosa liberación para quienes han puesto su confianza en Cristo en esos trágicos días.

El hecho de que la Gran Tribulación sea tan terrible, destinada para el incrédulo y para el blasfemo más que para el hijo de Dios, es otra razón por la que muchos creen que el arrebatamiento de la iglesia ocurrirá antes de este terrible tiempo de sufrimientos. Es significativo que la iglesia jamás se nombra en los pasajes relacionados con la Gran Tribulación; aunque habrá hombres que vendrán a Cristo y son llamados santos, jamás se usan las expresiones específicas que los relacionarían con la iglesia. En cambio, son judíos salvados y gentiles salvados, muchos de ellos sometidos a martirio, y son muy pocos los que sobreviven en el período.

 

Tomada como un todo, la Gran Tribulación es un preludio de la segunda venida de Cristo, haciendo claro cuán necesaria es la intervención divina en el escenario mundial, tanto para juzgar a los malos como para liberar a los santos, y proporcionando un agudo contraste entre la tenebrosa hora de la tribulación y la gloria del reino que le sucederá.

 

PREGUNTAS

1. Distinguir entre tribulación en general y Gran Tribulación.

2. ¿Cuál es la primera referencia al tiempo futuro de la Gran Tribulación en las Escrituras?

3. Según Jeremías 30:1-10, ¿cuál es el orden de los sucesos al final de la era?

4. ¿Cómo se relaciona la profecía de Daniel 9:27 con la Gran Tribulación?

5. ¿Qué suceso señala el quebrantamiento del pacto y el comienzo de la Gran Tribulación?

6. ¿Qué caracterizará a la religión de la Gran Tribulación?

7. Describir la guerra al final de la Gran Tribulación, según Daniel.

8. ¿Qué suceso pondrá término a la Gran Tribulación, según Daniel?

9. Según Cristo, ¿qué suceso pone en marcha la Gran Tribulación?

10. Según Cristo, ¿qué va a hacer Israel en el período de la Gran Tribulación?

11. ¿Qué ocurriría, según Cristo, si la Gran Tribulación no fuera terminada por su segunda venida?

12. ¿Cuáles son algunos sucesos y situaciones que preceden inmediatamente a la venida de Cristo, según Mateo 24?

13. ¿Cómo se describe la venida de Cristo misma en Mateo 24?

14. Según Apocalipsis 6:1 - 8:1, ¿qué sucesos están relacionados con la ruptura de los siete sellos?

15. Según Apocalipsis 8:2 - 9:21, ¿qué sucesos están relacionados con el toque de las siete trompetas?

16. ¿Cuál es la situación descrita por el derramamiento de las siete copas de la ira de Dios en Apocalipsis 16?

17. Describir en detalle los resultados del derramamiento de la séptima copa sobre la tierra.

18. ¿Cómo demuestra la descripción de los sellos, trompetas y copas que el punto de vista postmilenial de que el mundo mejorará gradualmente no tiene apoyo bíblico?

19. ¿Cómo se realizará el reinado justo de Dios en el mundo?

20. ¿En qué forma apoyan los juicios gráficos de Dios durante la Gran Tribulación la doctrina del arrebatamiento como un suceso que la precede y por ello da gran consuelo e inspiración a los cristianos?

 

 
27. Pecado/Universal
28. Pecado/Pena
29. Pecado/Poder
30. La Justicia
31. Santificación
32. Seguridad Presente
33. Seguridad Eterno
34. Elección Divina
35. Iglesia/Miembros
36. Iglesia/Comisión
37. Iglesia/Servicio
38. Iglesia/Su Culto
39. Iglesia/Org. y Ord.
40. Iglesia/Esposa
41. El Día Del Señor
42. Los Gentiles
43. Israel/Profecías
44. Arrebatamiento
45. Gran Tribulación
46. Segunda Venida
47. Las Resurrecciones
48. Juicio de Israel
49. Reino Milenial
50. Juicio de Satanás
51. Gran Trono Blanco
52. Cielo Nuevo
 

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