Bienvenido Inscripciones  |  Orientación  |  Donar al seminario - su ofrenda hace este ministerio posible

Seminario Reina Valera

Estudio Bíblico
Sinopsis A.T.
Sinopsis N.T.
Evangelismo
Misiones
Mundo Bíblico
Historia A.T.
Historia N.T.
Ministerio Pastoral
Formación Pastoral
Admin. Pastoral
Hermenéutica
Homilética
Oratoria
Educación Cristiana
Santidad Bíblica
Vida Espiritual
Consejería Pastoral
Consejería Cristiana
Teol. Sistemática 1
Teol. Sistemática 2
Vida de Jesucristo
Hechos Apostólicos
Historia Eclesiástica
Derechos Humanos
  41. El Sábado y El Día Del Señor

Teología Sistemática 2 es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvacion: expíación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros,  propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

horizontal rule

41. El Sábado y El Día Del Señor por Lewis Sperry Chafer

 

A. El sábado en el antiguo testamento.

Comenzando con su propia obra en la creación, Dios decidió santificar, o separar, un séptimo de todo el tiempo. Para Israel estableció el séptimo día como día de reposo; el séptimo año, o año sabático, era el año en que la tierra debía descansar; el año cincuenta fue establecido como año de jubileo en reconocimiento de las siete veces siete años.

Ex. 23:10-11 Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su cosecha; mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar.

Lv. 25:2-7 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy,  la tierra guardará reposo para Jehová.  (3)  Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos.  (4)  Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña.  (5)  Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra.  (6)  Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; (7) y a tu animal, y a la bestia que hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer.

En diversos detalles, el año sabático y el de jubileo eran tipos proféticos de la edad del reino, que es la séptima y última dispensación y que se caracteriza porque toda la creación disfruta del reposo sabático. Aunque en la era actual el día que ha de celebrarse se ha cambiado divinamente del séptimo al primer día de la semana, debido al comienzo de la nueva creación, se ha perpetuado la misma proporción en la división del tiempo: un día de cada siete.

La palabra Sabbat significa cesación, o reposo perfecto, de la actividad. Aparte del holocausto continuo y de las fiestas, en ningún modo era día de adoración o servicio.

En vista de la difundida confusión que existe acerca del sábado, y especialmente en vista del esfuerzo que algunos hacen por demostrar que está en vigor durante esta era, es imperativo que consideremos cuidadosamente las enseñanzas de las Escrituras acerca del sábado.

Obtenemos un mayor grado de claridad cuando consideramos el reposo en relación con diversos períodos de la historia. En el período que se extiende desde Adán hasta Moisés, está escrito que Dios reposó al final de los seis días de la creación.

Gn. 2:2-3 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

Ex. 20:10-11 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

He. 4:4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.

Pero en la Palabra de Dios no hay una orden en el sentido de que el hombre esté obligado a observar, o que haya observado, un reposo antes de la salida de Israel de Egipto.

El libro de Job revela la vida y la experiencia religiosa de los patriarcas, y aunque se discuten las diversas responsabilidades hacia Dios, no hay referencias a la obligación de observar el sábado. Por otra parte, se afirma claramente que la institución del reposo, por medio de Moisés, al pueblo de Israel fue el comienzo de la observancia del sábado entre los hombres.

Ex. 16:29 Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días.  Estese, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día.

Neh. 9:14 y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley.

Ez. 20:12 Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.

De igual modo, por lo que está escrito acerca de la primera imposición del reposo, es evidente que el día anterior al primer día de la semana en que se celebró el primer reposo los hijos de Israel hicieron un viaje de muchos kilómetros que quebrantaba el reposo, al ir desde Elim hasta el desierto de Sin. Allí murmuraron contra Jehová, y desde aquel día comenzó la provisión de pan del cielo, el que debía recolectarse seis días a la semana, pero no el séptimo día. Es evidente, pues, que el día del viaje, que debió ser de reposo, no fue observado como tal.

Ex. 16:1-35 Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.  (2)  Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; (3) y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.  (4)  Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.  (5)  Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.  (6)  Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto, (7) y a la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros?  (8)  Dijo también Moisés: Jehová os dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos?  Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.  (9)  Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová, porque él ha oído vuestras murmuraciones.  (10)  Y hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube.  (11)  Y Jehová habló a Moisés, diciendo: (12) Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios.  (13)  Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento.  (14)  Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra (15)  Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?  Porque no sabían qué era.  Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.  (16)  Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer   por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.  (17)  Y los hijos de Israel lo hicieron así;  y recogieron unos más,  otros menos;  (18)  y lo medían por gomer,  y no sobró al que había recogido mucho,  ni faltó al que había recogido poco;  cada uno recogió conforme a lo que había de comer.  (19)  Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.  (20)  Más ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés.  (21)  Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba,  se derretía.  (22)  En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres   para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.  (23)  Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana.  (24)  Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió(25)  Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo.  (26)  Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará.  (27)  Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron.  (28)  Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?  (29)  Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días.  Estese, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día.  (30)  Así el pueblo reposó el séptimo día.  (31)  Y la casa de Israel lo llamó Maná; y era como semilla de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel.  (32)  Y dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado: Llenad un gomer   de él, y guardadlo para vuestros descendientes, a fin de que vean el pan que yo os di a comer en el desierto, cuando yo os saqué de la tierra de Egipto.  (33)  Y dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer   de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes.  (34)  Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, como Jehová lo mandó a Moisés.  (35)  Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.

En el período que se extendió desde Moisés hasta Cristo, el sábado estuvo en vigor por ley. Estaba incluido en la ley, y la cura divina para su no observancia fue proporcionada asimismo en la ley de las ofrendas.

Ex. 20:10-11 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

Es importante observar, en esta conexión, que el sábado jamás fue impuesto sobre los gentiles, pero fue peculiarmente una señal entre Jehová e Israel. Entre los pecados de Israel se destaca especialmente la falta de observancia del reposo y el no haber dado sus reposos a la tierra.

Ex. 31:12-17 Habló además Jehová a Moisés, diciendo: (13) Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.  (14)  Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo.  (15)  Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá.  (16)  Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo.  (17)  Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.

En medio de este período de la ley, Oseas predijo que, como parte de los juicios que iban a caer sobre Israel, iban a cesar sus sábados. Esta profecía debe cumplirse en algún tiempo, porque la boca de Jehová lo ha hablado.

Os. 2:11 Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades.

La era anterior continuó hasta la muerte de Cristo, así que su vida terrenal y su ministerio fueron bajo la ley. Por esta razón lo vemos guardando la ley, haciendo una exposición de la ley y aplicación de la ley. Encontrando que la ley del sábado estaba oscurecida por las tradiciones y enseñanzas de hombres, señaló que el reposo había sido dado como un beneficio para el hombre, y que el hombre no tenía que hacer del reposo un sacrificio.

Mr. 2:27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.

Cristo fue fiel a todo el sistema mosaico, que incluía el reposo, porque ese sistema estaba en vigencia durante su vida terrenal; pero ese hecho obvio no es base para pretender que un cristiano que está bajo la gracia y vive en otra dispensación está obligado a seguir a Cristo en la observancia del séptimo día.

B. El sábado en la era actual de la iglesia.

Después de la resurrección de Cristo no hay evidencias en el Nuevo Testamento en el sentido de que el sábado haya sido observado por los creyentes, ni aun en forma errada. Sin duda, la multitud de cristianos judaizantes observaban el reposo; pero no aparece en la Palabra de Dios nada de ello por escrito. Del mismo modo, después de la resurrección de Cristo no aparece ninguna orden a judío, gentil o cristiano en el sentido de que deban guardar el sábado, ni se menciona el quebrantamiento del día del reposo en la numerosa lista de pecados posibles Por el contrario, hay advertencias contra la observancia del reposo por parte de quienes son hijos de Dios bajo la gracia.

Gálatas 4:9-10 condena la observancia de días, meses, tiempos y años. Normalmente estas observancias tenían el objeto de merecer el favor de Dios por parte de personas que a veces mostraban temor de Dios y otras veces lo olvidaban.

Ga. 4:9-10 mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.

Hebreos 4:1-13 contempla el sábado como un tipo del reposo (de sus obras) en que el creyente entra cuando recibe la salvación.

He.  4:1-13 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.  (2)  Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.  (3)  Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo:

Por tanto, juré en mi ira,

 No entrarán en mi reposo;

 aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.  (4)  Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.  (5)  Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.  (6)  Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, (7) otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo:

Si oyereis hoy su voz,

No endurezcáis vuestros corazones.  (8)  Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día (9)  Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.  (10)  Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.  (11)  Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia(12)  Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.  (13)  Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia;  antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

Colosenses 2:16-17 instruye al hijo de Dios a fin de que no sea juzgado respecto de días de reposo, e infiere que tal actitud hacia el sábado es razonable en vista de todo lo que Cristo ha llegado a ser para la persona que ahora pertenece a la nueva creación.

Col. 2:9-17 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, (10) y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.  (11)  En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; (12) sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.  (13)  Y a vosotros,  estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,  os dio vida juntamente con él,  perdonándoos todos los pecados,  (14)  anulando el acta de los decretos que había contra nosotros,  que nos era contraria,  quitándola de en medio y clavándola en la cruz,  (15)  y despojando a los principados y a las potestades,  los exhibió públicamente,  triunfando sobre ellos en la cruz.  (16)  Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, (17) todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.

En este pasaje se hace referencia en forma muy evidente a los reposos semanales, más que a los reposos extraordinarios a especiales que eran parte de la ley ceremonial.

Romanos 14:5 declara que cuando el creyente está «convencido en su propia mente» estima todos los días iguales. Esto no implica el descuido de la adoración fiel, sino más bien sugiere que para tal persona todos los días están llenos de devoción a Dios.

Ro. 14:5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días.  Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.

Debido al hecho de que en el Nuevo Testamento el sábado jamás se incluye como parte de la vida y el servicio del cristiano, la expresión «reposo cristiano» es errada. En conexión con esto, se puede notar que en lugar del reposo de la ley ahora se ha proporcionado el día del Señor de la nueva creación, que excede en gloria, privilegios y bendiciones al reposo.

C. El sábado en la era venidera.

En plena armonía con la doctrina del Nuevo Testamento de que el nuevo día del Señor está relacionado solamente con la iglesia, se profetiza que el día del reposo será reinstituido, sucediendo al día del Señor, inmediatamente después de completado el llamamiento de la iglesia y después de haber sido retirada ésta del mundo. En el breve periodo de la tribulación entre el fin de esta dispensación y el comienzo del reino se observará nuevamente el reposo; pero la profecía anuncia en forma especial que el sábado es una característica vital de la edad del reino venidero.

Mt. 24:20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;

Is. 66:23 Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.

Ez. 46:1 Así ha dicho Jehová el Señor:  La puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los seis días de trabajo,  y el día de reposo se abrirá;  se abrirá también el día de la luna nueva.

D. La resurrección de Cristo y el primer día de la semana.

El primer día de la semana ha sido celebrado por la iglesia desde la resurrección de Cristo hasta el presente. Este hecho lo prueban los escritos del Nuevo Testamento, los escritos de los primeros padres y la historia de la iglesia. En casi cada siglo ha habido quienes, no comprendiendo el propósito presente de Dios en la nueva creación, han luchado fervientemente por la observancia del reposo en el séptimo día. En la actualidad, los que se especializan en la exigencia de la observancia del séptimo día combinan su llamado con otras doctrinas anti bíblicas. Puesto que el creyente, por designación divina, tiene que observar el primer día de la semana bajo la nueva relación de la gracia, se produce cierta confusión cuando este día se ve investido del carácter de las leyes del reposo del séptimo día y se gobierna por ellas. Todas esas enseñanzas ignoran la doctrina neotestamentaria de la nueva creación.

E. La nueva creación.

El Nuevo Testamento revela que el propósito de Dios en la actual dispensación no prevista es el llamamiento de la iglesia.

Hch. 15:13-18 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme.  (14)  Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.  (15)  Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: (16) Después de esto volveré

 Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;

 Y repararé sus ruinas,

 Y lo volveré a levantar, (17) Para que el resto de los hombres busque al Señor,

 Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, (18) Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

Y esta multitud redimida es la nueva creación, un pueblo celestial. Aunque se indica que las maravillosas perfecciones y glorias serán completadas para esta compañía como un todo también se revela que ellos individualmente son los objetos de las mayores empresas y transformaciones divinas.

Ef. 5:25-27 Maridos,  amad a vuestras mujeres,  así como Cristo amó a la iglesia,  y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,  habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo,  una iglesia gloriosa,  que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,  sino que fuese santa y sin mancha.

De igual modo, como este cuerpo está orgánicamente relacionado con Cristo, así el creyente individual está vitalmente unido al Señor.

1Co. 12:12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.

 

1Co. 6:17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.

Ro. 6:5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;

1Co. 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

Acerca del creyente individual, la Biblia enseña que:

1) en cuanto al pecado, cada uno de los de esta compañía ha sido limpiado, perdonado y justificado;

2) en cuanto a sus posesiones, a cada uno se le ha dado el Espíritu que mora en ellos, el don de Dios que es vida eterna, ha llegado a ser heredero legal de Dios y coheredero con Cristo; 3) en cuanto a posición, cada uno ha sido hecho justicia de Dios, por la cual es aceptado en el Amado para siempre, miembro del cuerpo místico de Cristo, parte de su gloriosa esposa, participe vivo de la nueva creación de la que Cristo es cabeza federal.

2Co. 5:21 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Ef. 1:6 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

Leemos: «Si alguno está en Cristo, nueva criatura [creación es]; las cosas viejas, [en cuanto a posición, no experiencia] pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto [cosas posiciónales] proviene de Dios»

2Co. 5:17-18 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;

Ga. 6:15 15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.

Ef. 2:10 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Ef. 4:24 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Pedro, escribiendo acerca de esta compañía de creyentes, afirma: «vosotros sois linaje escogido» (1P. 2:9), lo que significa que son una raza de nacimiento celestial, de una nacionalidad distinta, simiente o calidad que ha sido directamente creada por el poder de Dios. Engendró una raza que participó de su propia vida humana y de sus imperfecciones, así Cristo, el segundo Adán, ahora está engendrando por el Espíritu una nueva raza que participa de su vida y perfección eternas. «Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante [que da vida]» (1 Co. 15:45).

Habiendo participado de la vida resucitada de Cristo, y estando en Cristo, se dice que el creyente ya ha sido resucitado.

Ro. 6:4 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Col. 2:12-13 12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

Col. 3:1-4 1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Sin embargo, en cuanto al cuerpo, el creyente aún está por recibir un cuerpo glorioso como el cuerpo resucitado de Cristo.

Fil. 3:20-21 20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

Confirmando esto, también leemos que cuando Cristo apareció en los cielos inmediatamente después de su resurrección, él era como las primicias, implicando que toda la compañía de los que le sigan será semejante a El, aun en lo que se refiere a sus cuerpos glorificados.

1Jn. 3:2 2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

La nueva creación, que comenzó con la resurrección de Cristo y consiste de una compañía de naciones de nuevo, celestiales que están en Cristo, se presenta en todas partes de la Palabra de Dios en contraste con la antigua creación, y se dice que de esa antigua y arruinada creación fue salvado y libertado él creyente.

En cuanto al sábado, o día del reposo, fue instituido para celebrar la antigua creación, así que el día del Señor conmemora la nueva creación.

Ex. 20:10-11 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

Ex. 31:12-17 12 Habló además Jehová a Moisés, diciendo: 13 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. 14 Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo. 15 Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. 16 Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. 17 Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.

He. 4:4 4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.

Del mismo modo, en su aplicación el reposo estaba limitado a Israel, el pueblo terrenal de Dios; así, el día del Señor está limitado en su aplicación a la iglesia como pueblo celestial de Dios.

F. El día del señor.

Además del hecho de que el día del reposo en ninguna parte se impone a los hijos de Dios bajo la gracia, hay abundantes razones para que observen el primer día de la Semana.

1. Estaba profetizado que se instituiría un nuevo día bajo la gracia. Cristo llegó a ser la Piedra desechada por Israel, los «edificadores», cuando fue crucificado; pero por su resurrección fue hecho cabeza del ángulo.

Sal. 118:22-24 22    La piedra que desecharon los edificadores

Ha venido a ser cabeza del ángulo.

            23          De parte de Jehová es esto,

Y es cosa maravillosa a nuestros ojos.

            24          Este es el día que hizo Jehová;

     Nos gozaremos y alegraremos en él.

Hch. 4:10-11 10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. 11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.

Esta cosa maravillosa es de Dios, y el día de su cumplimiento fue designado divinamente coma día de regocijo y alegría. En conformidad con esto, el saludo de Cristo el día de la resurrección fue «Salve» (Mt. 28:9, que más literalmente sería «regocijaos»), y siendo el «día que instituyó Jehová» (Sal. 118:24, Versión Moderna), se denomina con toda justicia «El día del Señor», que es el significado de la palabra domingo.

Mt. 28:9 9 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.

2. Varios sucesos señalan La observancia del primer día.

a) En ese día resucitó Jesús de entre los muertos.

Mt. 28:1 1 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.

b) En ese día se reunió con los discípulos en la nueva comunión.

Jn. 20:19 19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.

c) En ese día les dio instrucciones.

Lc. 24:13-45 13 Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. 14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. 15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. 16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. 17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? 18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? 19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron. 21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. 22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; 23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. 24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron. 25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. 28 Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. 29 Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. 30 Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. 31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. 32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? 33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, 34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. 35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan. 36 Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. 37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. 38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? 39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 41 Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? 42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. 43 Y él lo tomó, y comió delante de ellos. 44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. 45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;

d) En ese día ascendió a los cielos como las «primicias» a gavilla mecida.

Lv. 23:10-12 10 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. 11 Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. 12 Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová.

Jn. 20:17 17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.

1Co. 15:20, 23 20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

e) En ese día sopló sobre ellos.

Jn. 20:22 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.

f) En ese día el Espíritu Santo descendió del cielo.

Hch. 2:1-4 1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

g) En ese día el apóstol Pablo predicó en Troas.

Hch. 20:6-7 6 Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete días. 7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

h) En ese día los creyentes se reunieron para el partimiento del pan.

Hch. 20:7 7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

i) En ese día debían apartar la ofrenda según Dios les hubiera prosperado

1Co. 16:2 2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

j) En ese día Cristo el apareció a Juan en Patmos.

Ap. 1:10 10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

3. El octavo día fue el día de la circuncisión. El rito de la circuncisión, celebrado en el octavo día, tipificaba la separación del creyente de la carne y del viejo orden por la muerte de Cristo, y el octavo día, siendo el primer día después de completada una semana, es simbólico de un nuevo comienzo.

Col. 2:11 11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;

4. El nuevo día es de gracia. Al final de una semana de trabajo se concedía un día de reposo al pueblo que estaba vinculado con Dios por las obras de la ley; mientras que para el pueblo que está baja la gracia, cuyas obras están consumadas en Cristo, se señala un día de adoración que, por ser el primer día, precede a todos los días de trabajo. El creyente vive y sirve durante los seis días siguientes sobre la base de la bendición del primer día. El día de reposo pertenece a un pueblo que está relacionado con Dios par las obras que tenían que ser cumplidas antes del reposo; el día de adoración y servicio incesante corresponde a un pueblo que está relacionado con Dios par la obra consumada de Cristo. El séptimo día se caracterizaba por una ley intransigente; el primer día se caracteriza par la latitud y la libertad que corresponden a la gracia. El séptimo día se observaba con la esperanza de que por él uno pudiera ser aceptable ante los ojos de Dios; el primer día se observa con la seguridad de que uno ya ha sido aceptado par Dios. La observancia del séptimo día era obra de la carne; la observancia del primer día es obra del Espíritu que mora en el creyente.

5. El nuevo día ha sido bendecido por Dios. A través de esta dispensación los creyentes más llenos del Espíritu y más devotos, y a quienes la voluntad de Dios ha sido claramente revelada, han guardado el día del Señor sin ningún sentimiento de responsabilidad hacia la observancia del séptimo día. Es razonable suponer que si hubiesen sido culpables de quebrantar el día del repaso, hubiesen recibido convicción de pecado a! respecto.

6. El nuevo día ha sido entregado al creyente individual. No ha sido entregado a los inconversos. Es ciertamente motivo de confusión para el inconverso darle lugar para que suponga que será más aceptable a Dios si guarda un día; porque sin la salvación que hay en Cristo todos los hombres están completa e igualmente perdidos. Para beneficio de todos se ha establecido un día de reposa por razones sociales y de salud; pero los no regenerados debieran comprender que la observancia de ese día no les añade ningún mérito ante los ojos de Dios.

No ha sido entregada a la iglesia como un cuerpo. La responsabilidad de la observancia del primer día necesariamente ha sido entregada al creyente coma individuo solamente, y no a la iglesia como un todo; el modo de su celebración por el individuo se sugiere en dos dichos de Jesús en la mañana de la resurrección: «Regocijaos» («Salve» en Reina Valera) e «Id y decid». Esto pide una actividad incesante en toda forma de adoración y servicio; tal actividad contrasta con el reposo del séptimo día.

7. No se da ningún mandamiento en el sentido de observar el primer día. Puesto que es toda de gracia, no se impone un requerimiento escrito para la observancia del día del Señor, ni se prescribe la forma de su observancia. Por esta sabia provisión, a nadie se estimula a que guarde el día como un puro deber. Debe ser observado de corazón. Israel estaba delante de Dios como un niño inmaduro que está bajo tutores y curadores y tiene necesidad de los mandamientos que se dan a un niño; la iglesia está delante de Dios como hijo adulto.

Ga. 4:1-3 1 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; 2 sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. 3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.

La vida del creyente bajo la gracia es claramente definida, pero es presentada solamente como ruego de Dios con la esperanza de que todo sea hecho voluntariamente.

Ro. 12:1-2 1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Ef. 4:1-3 1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;

Hay pocas dudas en cuanto a la forma en que un creyente bien instruido, lleno del Espíritu (y la Escritura da por concedido que el cristiano normal es así), actuará en el día que conmemora la resurrección de Cristo y la nueva creación. Si el hijo de Dios no está rendido a Dios, ninguna observancia obligatoria corregirá su carnal corazón, ni serla esa observancia agradable a Dios. El problema entre Dios y el cristiano carnal no es de acciones externas, sino de una vida rendida.

8. El modo de observancia del día del Señor puede ser extendida a los demás días. Cristo no era devoto a su Padre en un día más que en otros. El reposo del séptimo día no podía ser extendido a todos los días por igual. Pero, aunque el creyente tenga más tiempo y libertad el primer día de la semana, su adoración, gozo y servicio que caracterizan la observancia del día del Señor podría ser su experiencia cotidiana.

Ro. 14:5 5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.

PREGUNTAS

1. Explicar la provisión en Israel de un día de reposo, un año sabático y un año de jubileo.

2. ¿De qué período era típico el año sabático?

3. ¿Qué significa la palabra «sábado»?

4. ¿Cuál es el antecedente del reposo antes de la ley de Moisés?

5. Según las Escrituras, ¿cuándo se observó por primera vez el sábado, y por quiénes?

6. ¿Se exigió a los no israelitas que observasen el día del reposo?

7. ¿Qué hizo Cristo con el reposo?

8. ¿Hay alguna evidencia escrita después de Pentecostés de que los cristianos hayan guardado el reposo, o de que se les haya ordenado observarlo?

9., ¿Por qué consideramos incorrecta la expresión «reposo cristiano»?

10. Según la profecía, ¿cuándo se observará nuevamente el reposo?

11. ¿Por qué observan los cristianos el primer día como día del Señor?

12. ¿Cuáles son algunas de las características sobresalientes de la nueva creación?

13. ¿A qué comunidad está limitada la observancia del día del Señor?

14. ¿Fue profetizada la observancia de un nuevo día?

15. ¿Qué sucesos importantes ocurrieron el primer día de la semana?

16. ¿En qué forma está relacionado el primer día de la Semana con la circuncisión?

17. ¿Qué contraste hay entre la observancia del séptimo día y la observancia del primer día en cuanto a significado?

18. ¿Cómo explica usted el hecho de que no hay mandamiento acerca de la observancia del primer día y de que no haya regulaciones en cuanto a la forma de su observancia?

19. ¿En qué sentido podría extenderse a cada día la observancia del día del Señor?

 

 
27. Pecado/Universal
28. Pecado/Pena
29. Pecado/Poder
30. La Justicia
31. Santificación
32. Seguridad Presente
33. Seguridad Eterno
34. Elección Divina
35. Iglesia/Miembros
36. Iglesia/Comisión
37. Iglesia/Servicio
38. Iglesia/Su Culto
39. Iglesia/Org. y Ord.
40. Iglesia/Esposa
41. El Día Del Señor
42. Los Gentiles
43. Israel/Profecías
44. Arrebatamiento
45. Gran Tribulación
46. Segunda Venida
47. Las Resurrecciones
48. Juicio de Israel
49. Reino Milenial
50. Juicio de Satanás
51. Gran Trono Blanco
52. Cielo Nuevo
 

Inscripción fácil   al SRV con su nombre y correo electrónico - más revista estudiantil para alumnos.

Conozca la razón del seminario, la visión del rector, y los testimonios de seminaristas preparándose.

Orientación para ingresados al seminario más instrucciones para estudiar por Internet.

Consiga hoy el título ministerial "Diplomado en Teología." Su estudio merece ser reconocido.

 
 
Bienvenido Inscripciones  |  Orientación  |  Donar al seminario - su ofrenda hace este ministerio posible