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37. La Iglesia: Su Servicio y Mayordomía![]() Teología Sistemática 2 es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvacion: expíación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo. Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas. Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno. 37. La Iglesia: Su Servicio y Mayordomía por Lewis Sperry Chafer
A.
Su servicio a dios.
Servicio
es cualquier trabajo realizado en beneficio de otra persona. Cuando
se estudia este tema en
El
servicio que Dios pide, ya sea en el Antiguo Testamento o en el
Nuevo, es entregado primariamente a un sacerdocio divinamente
preparado. En el orden del Antiguo Testamento el sacerdocio era una
jerarquía que estaba sobre la nación, y servían bajo la autoridad
del sumo sacerdote. En el orden del Nuevo Testamento cada creyente
es un sacerdote para Dios.
1P.
2:5-9
5
vosotros
también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y
sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a
Dios por medio de Jesucristo. 6 Por lo cual también
contiene He
aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida,
preciosa; Y
el que creyere en él, no será avergonzado.
7
Para
vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que
no creen, La
piedra que los edificadores desecharon, Ha
venido a ser la cabeza del ángulo;
8
y: Piedra
de tropiezo, y roca que hace caer,
porque
tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron
también destinados. 9 Más vosotros sois linaje escogido,
real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que
anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su
luz admirable;
Ap.
1:6
6
y
nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e
imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Toda
la compañía de sacerdotes que ministran en el Nuevo Testamento está
bajo la autoridad de Cristo, que es el verdadero Sumo Sacerdote, de
quien todos los demás sumos sacerdotes solo eran tipos.
Por
lo tanto, en conformidad con el orden del Nuevo Testamento, el
servicio ha sido entregado a todos los creyentes por igual y sobre
la base de su relación sacerdotal con Dios. En su ministerio
sacerdotal los sacerdotes del Nuevo Testamento, al igual que los
sacerdotes del Antiguo, eran designados para servir a Dios y al
hombre.
Como
no habla un evangelio que predicar a las naciones en el Antiguo
Testamento, el servicio sacerdotal durante el período que abarca
consistió solamente en la realización, en el tabernáculo o en el
templo, del ritual divinamente ordenado. En contraste con esto, el
ministerio sacerdotal en el Nuevo Testamento es mucho más amplio en
su alcance, e incluye no solamente el servicio a Dios y a sus
hermanos en la fe, sino a todos los hombres en todo lugar.
1.
El servicio de sacrificio es asombrosamente similar en el Antiguo y
el Nuevo Testamento. El sacerdote del Antiguo Testamento era
santificado o apartado por el hecho de que había nacido en la
familia sacerdotal de Leví y por el hecho de que él, tras la
debida ceremonia, era investido sacerdote, oficio con carácter de
continuo mientras viviera. Además, era purificado al principio de
su ministerio por medio de un baño definitivo.
Ex.
29:4
4
Y
llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de
reunión, y los lavarás con agua.
En
el cumplimiento del antitipo, el creyente sacerdote es purificado de
una vez para siempre en el momento que recibe la salvación y, en
virtud de su salvación, es apartado para Dios.
Col.
2:13
13
Y
a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de
vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos
los pecados,
Tito
3:5
5
nos
salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho,
sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y
por la renovación en el Espíritu Santo,
Así
también es introducido en la familia de Dios por el nuevo
nacimiento. Además de esto, se exige particularmente del sacerdote
del Nuevo Testamento que se dedique a Dios en forma voluntaria.
Tocante
a su autodedicación, leemos: “Así
que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro racional culto" (Ro. 12:1). La frase "las
misericordias de Dios" se refiere a los grandes hechos de
la salvación que han sido planteados en los capítulos precedentes
del libro de Romanos, misericordias a las que todo creyente ingresa
en el momento de ser salvo; mientras que la presentación del cuerpo
como sacrificio vivo es la autodedicación a la voluntad de Dios de
todo lo que el creyente es o tiene. Lo que de esta manera se dedica
a Dios, El lo acepta y lo pone donde El quiere en su campo de
servicio.
Ef.
2:10
10
Porque
somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Según
las Escrituras, este acto divino de aceptar y dar un lugar de
servicio es la consagración. Por lo tanto, el creyente sacerdote
puede dedicarse a sí mismo, pero nunca consagrarse a Dios. En
conexión con el acto divino de la consagración, debiera observarse
que la obra actual de Cristo como Sumo Sacerdote —recibir, dirigir
y administrar el servicio de los creyentes— cumple lo que era
tipificado por el ministerio del sacerdote del Antiguo Testamento en
la consagración de los hijos de Leví.
Habiéndose
rendido a Dios y al no conformarse más a este mundo, el creyente
sacerdote experimentará la vida transformada por el poder del Espíritu
que mora en él, y por aquel poder experimentará "cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Ro.
12:2).
Según
el orden del Nuevo Testamento el servicio sacerdotal en el
sacrificio hacia Dios es cuádruple:
a)
La dedicación de sí, que es, según se declara, un servicio
racional, o más literalmente un "culto
espiritual"
Ro.
12:1
1
Así
que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional.
Como
Cristo mismo era el sacrificador y el sacrificio, así el creyente
puede glorificar a Dios ofreciendo todo su cuerpo como un sacrificio
vivo a Dios;
b)
El sacrificio de labios que es la voz de alabanza y debe ser
ofrecido continuamente.
He.
13:15
15
Así
que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
c)
El sacrificio de sustancia.
Fil.
4:18
18
Pero
todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo
recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio
acepto, agradable a Dios.
d)
El sacrificio de buenas obras.
He.
13:16
16
Y
de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales
sacrificios se agrada Dios.
En
cuanto a la purificación de los sacerdotes, debe notarse nuevamente
que el sacerdote del Antiguo Testamento al entrar en su santo oficio
fue purificado de una vez por todas por un baño completo, que fue
administrado por otro.
Ex.
29:4
4
Y
llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de
reunión, y los lavarás con agua.
Sin
embargo, aunque estaba completamente bañado, se requería que se
limpiara con un lavamiento parcial en el lavatorio de bronce, y esto
antes de emprender cualquier servicio sacerdotal. Al cumplir el
significado típico de esto, el sacerdote del Nuevo Testamento,
aunque enteramente purificado y perdonado al ser salvo, tiene que
cumplir con la exigencia de confesar todo pecado conocido en todo
tiempo a fin de mantenerse puro y en buenas condiciones para tener
comunión con Dios.
1Jn.
1:9
9
Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Así
como la ordenación sacerdotal del sacerdote del Antiguo Testamento
era para toda la vida, el sacerdote del Nuevo Testamento es un
sacerdote de Dios para siempre.
2.
El servicio de adoración, que será presentado detalladamente en un
capitulo posterior, puede ser considerado aquí como parte del
servicio de cada creyente sacerdote en la era actual, así como era
parte de la adoración y el servicio de todo sacerdote del Antiguo
Testamento. Así como en el orden del Antiguo Testamento los muebles
del lugar santo simbolizaban la adoración sacerdotal y todo aspecto
y utensilio de aquel lugar hablaba de Cristo, la adoración del
creyente es por Cristo y solamente por medio de El.
Repetimos
que en el servicio hacia Dios la adoración del creyente puede ser
el ofrecimiento de si mismo a Dios.
Ro.
12:1
1
Así
que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional.
El
reconocimiento de todo corazón que la alabanza y la acción de
gracias pertenecen al Señor, o la presentación de ofrendas.
He.
13:15
15
Así
que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de
alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
En
conexión con la adoración de los sacerdotes del Antiguo Testamento
había dos prohibiciones, y éstas también tienen un significado típico.
No debían llevar incienso extraño, lo que típicamente habla de la
pura formalidad en el servicio a Dios
Ex.
30:9
9No
ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda;
ni tampoco derramaréis sobre él libación.
Y
no se permitía fuego extraño, lo que simbolizaba el dejarse llevar
por las emociones carnales como sustituto de la verdadera devoción
a Cristo, o el amor a las cosas de menor importancia con exclusión
del amor a Cristo.
Lev.
10:1
1
Nadab
y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron
en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron
delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.
1Co.
1:11-13
11
Porque
he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé,
que hay entre vosotros contiendas. 12 Quiero decir, que
cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de
Cefas; y yo de Cristo. 13¿Acaso está dividido Cristo?
¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el
nombre de Pablo?
Col.
2:8
8
Mirad
que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del
mundo, y no según Cristo.
Col
2:16-19
16
Por
tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de
fiesta, luna nueva o días de reposo, 17 todo lo cual es
sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. 18 Nadie
os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles,
entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su
propia mente carnal, 19 y no asiéndose de
3.
El servicio de intercesión, que consideraremos en un capítulo
posterior, es una importante función del creyente sacerdote. Como
el profeta es el representante de Dios ante el pueblo, así el
sacerdote es el representante del pueblo ante Dios. Como el
sacerdocio era una institución divina, siempre habla acceso a la
presencia de Dios; sin embargo, ningún sacerdote de la antigua
dispensación podía entrar en el lugar Santísimo salvo el sumo
sacerdote, y esto, una sola vez en el año y con la sangre de un
sacrificio.
He.
9:7
7
pero
en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin
sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia
del pueblo;
En
esta dispensación Cristo, como sumo sacerdote, ha entrado con su
propia sangre en el santuario celestial.
He.
4:14-16
14
Por
tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús
el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15 Porque
no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y
hallar gracia para el oportuno socorro.
He.
9:24
24
Porque
no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;
He.
10:19-22
19
Así
que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y
vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos
con agua pura.
Y
esta intercediendo por los suyos que están en el mundo.
Ro.
8:34
34¿Quién
es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que
también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el
que también intercede por nosotros.
He.
7:25
25
por
lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se
acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Cuando
Cristo murió el velo del templo se rasgó, lo que significa que
ahora está abierto el camino hacia el lugar Santísimo, no para el
mundo, sino para todo aquel que acuda a Dios sobre la base de la
sangre derramada por Cristo.
He.
10:19-22
19
Así
que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y
vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos
con agua pura.
Teniendo
un acceso sin impedimentos a la presencia de Dios a causa de la
sangre de Cristo, el sacerdote del Nuevo Testamento tiene el
privilegio de ministrar en la intercesión.
Ro.
8:26-27
26
Y
de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Más el
que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,
porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
He.
10:19-22
19
Así
que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y
vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos
con agua pura.
1Ti.
2:1
1
Exhorto
ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y
acciones de gracias, por todos los hombres;
Col.
4:12
12
Os
saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo,
siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para
que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere.
B.
Servicio al hombre.
Hay
un arreglo divino en el orden de la verdad.
Ro.
12:1-8
1
Así
que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo,
sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta.
3
Digo,
pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre
vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe
tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de
fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera
que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros
tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos,
somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia
que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de
la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña,
en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación;
el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el
que hace misericordia, con alegría.
Aquí,
como en todas las Escrituras, el servicio cristiano no se menciona
hasta que han sido presentadas las grandes cuestiones de la dedicación
y la consagración. Inmediatamente después del mensaje acerca de
estos puntos fundamentales se introduce el tema de la concesión de
dones para el servicio, y en relación a esto es importante observar
la amplia diferencia que hay entre el uso bíblico de la palabra
"don" y el
sentido que se le da en el lenguaje común. Generalmente se entiende
por don alguna habilidad natural recibida por nacimiento y que lo
capacita a uno para hacer cosas especiales. Según el uso bíblico
de la palabra, don es un ministerio del Espíritu que mora en el
creyente. Es el Espíritu que realiza un servicio y usa al creyente
como un instrumento. En ningún sentido es algo que el creyente obra
solo, ni siquiera algo hecho por el creyente con ayuda del Espíritu.
El servicio cristiano se presenta como una "manifestación del Espíritu"(1Co. 12:7), del mismo modo que el
carácter cristiano es un fruto del Espíritu.
Ga.
5:2-23
2
He
aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os
aprovechará Cristo. 3 Y otra vez testifico a todo hombre
que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. 4 De
Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la
gracia habéis caído. 5 Pues nosotros por el Espíritu
aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6 porque
en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión,
sino la fe que obra por el amor. 7 Vosotros corríais
bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? 8 Esta
persuasión no procede de aquel que os llama. 9 Un poco
de levadura leuda toda la masa. 10 Yo confío respecto de
vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os
perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. 11 Y
yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco
persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la
cruz. 12 ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!
13
Porque
vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no
uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por
amor los unos a los otros. 14 Porque toda la ley en esta
sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que
también no os consumáis unos a otros.
16
Digo,
pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la
carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu,
y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí,
para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois
guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y
manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas
semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo
he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el
reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley.
Aunque
cada creyente posee algunos dones divinamente otorgados.
1Co.
12:7
7
Pero
a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
Ef.
4:7
7
Pero
a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del
don de Cristo.
Hay
una diversidad de dones.
Ro.
12:6
6
De
manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es
dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
1Co.
12:4-11
4
Ahora
bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5
Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.
6 Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas
las cosas en todos, es el mismo. 7 Pero a cada uno le es
dada la manifestación del Espíritu para provecho. 8 Porque
a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro,
palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
Ef.
4:11
11
Y
él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros,
Los
creyentes no han sido todos designados para hacer la misma cosa. En
esto hay un contraste con el oficio sacerdotal en que todos los
creyentes sacrifican, adoran e interceden. Aunque algunos dones
representativos que son generales han sido nombrados en las
Escrituras.
Ro.
12:6-8
6
De
manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es
dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia,
con alegría.
1Co.
12:8-11
8
Porque
a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro,
palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
Ef.
4:11
11
Y
él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros,
Y
aunque algunos de éstos evidentemente han cesado, es probable que
el ministerio del Espíritu a través de los creyentes sea variado
según las circunstancias en medio de las cuales deben servir.
1Co.
13:8
8
El
amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán
las lenguas, y la ciencia acabará.
Los
dones son otorgados para que el siervo de Dios sea para "provecho",
y está, por lo tanto, implícito que el servicio brindado en la
fuerza de la carne no es provechoso.
1Co.
12:7
7
Pero
a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
La
manifestación del Espíritu en el ejercicio de un don es como
"ríos de agua viva".
Jn.
7:37-39
37
En
el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó
la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El
que cree en mí, como dice
Y
es la realización de las "buenas
obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas"
(Ef. 2:10).
Sin
necesidad de exigencia alguna, los creyentes llenos del Espíritu
Santo están constantemente activos en el ejercicio de sus dones.
Los cristianos carnales, aunque poseen un don, no están activos en
su ejercicio, ni responden a las exhortaciones humanas. Sin embargo,
cuando arreglan cuentas con Dios por la confesión del pecado, la
rendición de su vida y el caminar en dependencia del Espíritu que
mora en ellos, inmediatamente son llenos del Espíritu y como
resultado desean hacer la voluntad de Dios, y por su poder
suficiente que obra en ellos llegan a ser útiles en el servicio
para el que fueron ordenados por Dios. Los cristianos no son llenos
del Espíritu Santo como resultado de estar activos en el servicio;
la verdad es que están activos en el servicio porque están llenos
del Espíritu. Asimismo, a veces es la voluntad de Dios que toda
actividad cese y que el siervo fatigado descanse. Fue Cristo quien
dijo: "Venid vosotros
aparte... y descansad."
C.
Su mayordomía.
La
responsabilidad del cristiano en la mayordomía puede ser
considerada bajo tres aspectos:
1)
ganar dinero,
2)
poseer dinero,
3)
dar dinero.
Puesto
que el dinero obtenido por medio del trabajo es vida humana en forma
concreta, y por cuanto el dinero así ganado es un factor vital en
la vida espiritual y en el progreso material, el hijo de Dios debe
enfrentar su responsabilidad como mayordomo que será juzgado ante
el tribunal de Cristo.
Ro.
14:10-12
10
Pero
tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué
menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el
tribunal de Cristo. 11 Porque escrito está: Vivo
yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y
toda lengua confesará a Dios.
12
De
manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Con
demasiada frecuencia el hijo de Dios gana el dinero, lo posee o lo
da sin reconocer la relación fundamental que sustenta con Dios.
1.
El cristiano debe ganar el dinero de una manera que sea digna de la
relación que el cristiano tiene con Dios. Como nos amonesta el
mandamiento, "hacedlo
todo para la gloria de Dios" (1Co. 10:31).
Ha
sido ordenado divinamente que todos trabajen, y el cristiano no ha
sido exceptuado.
Gn.
3:19
19
Con
el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
2Ts.
3:10
10
Porque
también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si
alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Sin
embargo, para el creyente espiritual e instruido el trabajo es más
que sólo ganarse la vida; es hacer la voluntad de Dios. Todo empleo,
por sencillo que sea, debe ser aceptado por el hijo de Dios coma una
tarea específicamente asignada por Dios, y debe ser hecha para El,
o no hacerse.
El
hecho incidental de que a Dios le haya placido dar el pan y el
vestido a sus hijos por medio del trabajo cotidiano no debe
oscurecer la verdad mayor de que Dios, en su infinito amor, está
preocupado del cuidado de sus hijos, y esto sin referencia a su
poder de ganar dinero.
Fil.
4:19
He.
13:5
5
Sean
vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
No
es veraz el dicho: "Dios
provee solamente para los que no pueden proveer para si mismos."
El cuida de los suyos en todo tiempo, puesto que todo lo que tienen
proviene de El. 1S.
2:7
7 Jehová empobrece, y
él enriquece;
Abate,
y enaltece.
En
las relaciones entre los hombres hay que reconocer la necesidad de
los contratos y salarios, porque "el
obrero es digno de su salario" (Lc. 10:7); pero, en relación
con su Padre, el ideal más alto del cristiano acerca de su trabajo
es que, sea lo que fuere que haga, lo hace por voluntad de Dios, por
amor a El y coma expresión de su devoción a El. Del mismo modo, lo
que recibe no lo ha ganado, sino que es la expresión del cuidado
amoroso del Padre. Tal actitud no es sentimental ni poca práctica;
es la misma base sobre la que el creyente puede santificar todo su
trabajo haciéndolo para la gloria de Dios, o puede estar en
condiciones de “estar
siempre gozoso” (1Ts. 5:16) en medio de las cargas de la vida.
2.
La posesión de dinero constituye una gran responsabilidad para todo
cristiano sincero. En vista de la gran necesidad que se observa en
todas las direcciones y del inmensurable bien que el dinero puede
hacer, todo cristiano espiritual debe enfrentar la cuestión práctica
relativa a la retención de sus posesiones en su poder. Sin duda,
con frecuencia la voluntad de Dios es que uno conserve la propiedad;
pero el cristiano rendido no da esto por concedido. Solo debe
quedarse con su propiedad cuando Dios le orienta específicamente al
respecto, y debiera estar sometido a su control. Los motivos que
obran sobre los hombres, ricos y pobres, el deseo de ser ricos.
1Ti.
6:8-9
8
Así
que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 9 Porque
los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas
codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción
y perdición;
1Ti.
6:17-18
Stg.
1:11
11
Porque
cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor
se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará
el rico en todas sus empresas.
He.
13:5
5
Sean
vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;
porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
Fil.
4:11
11
No
lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme,
cualquiera que sea mi situación.
El
deseo de prevenir algo para el día de la necesidad y el deseo de
proveer para los demás, son dignos de elogio solo en la medida que
cumplan la voluntad de Dios específicamente revelada a cada
individuo.
Mt.
6:25-34
25
Por
tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de
comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis
de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más
que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no
siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre
celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
27¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir
a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os
afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan
ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda
su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la
hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la
viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles
buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día
de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada
día su propio mal.
3.
El dar dinero que el cristiano ha ganado es un aspecto importante de
cualquier servicio que el creyente brinda a Dios. El yo y el dinero
son raíces de muchos males, y en el gasto del dinero, como en su
adquisición y posesión, se espera que el cristiano esté en una
relación de gracia con Dios. Esta relación supone que él primero
se ha entregado a Dios con una dedicación sin restricciones.
2Co.
8:5
5
Y
no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron
primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios;
Y
una verdadera dedicación a Dios del yo incluye todo lo que uno es y
tiene, su vida, tiempo, fuerzas, capacidades, ideales y posesiones.
1Co.
6:20
20
Porque
habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
1Co.
7:23
23
Por
precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.
1P.
1:18-19
18
sabiendo
que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro
o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como
de un cordero sin mancha y sin contaminación,
En
lo referente a dar dinero, el principio de la gracia incluye el
reconocimiento, por parte del creyente, de la autoridad soberana de
Dios sobre todo lo que el creyente es y tiene, y contrasta con el
sistema legal del Antiguo Testamento de los diezmos que estaban en
vigor coma una parte de la ley hasta que la ley fue puesta a lado.
Jn.
1:16-17
16
Porque
de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues
la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad
vinieron por medio de Jesucristo.
Ro.
6:14
14
Porque
el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la
ley, sino bajo la gracia.
Ro.
7:1-6
1¿Acaso
ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la
ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? 2 Porque
la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste
vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será
llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley,
de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.
4
Así
también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante
el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de
los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5 Porque
mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran
por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.
6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para
aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen
nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
2Co.
3:1-18
1¿Comenzamos
otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad,
como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de
recomendación de vosotros? 2 Nuestras cartas sois
vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por
todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de
Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu
del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del
corazón.
4
Y
tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5 no
que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo
pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas
el espíritu vivifica. 7 Y si el ministerio de muerte
grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de
Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de
la gloria de su rostro, la cual había de perecer, 8¿cómo
no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? 9 Porque
si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará
en gloria el ministerio de justificación. 10 Porque aun
lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación
con la gloria más eminente. 11 Porque si lo que perece
tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. 12 Así
que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13 y
no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los
hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había
de ser abolido. 14 Pero el entendimiento de ellos se
embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto,
les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es
quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a
Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero
cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17 Porque
el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor,
allí hay libertad. 18 Por tanto, nosotros todos, mirando
a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.
Ga.
3:19-25
19
Entonces,
¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones,
hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue
ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. 20 Y
el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. 21¿Luego
la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera;
porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera
verdaderamente por la ley. 22 Mas
Ga.
5:18
18
Pero
si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Ef.
2:15
15
aboliendo
en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados
en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo
hombre, haciendo la paz,
Col.
2:14
14
anulando
el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
Aunque
algunos principios de la ley han seguido y se han reafirmado bajo la
gracia, coma la observancia del sabbat, el diezmo no se ha impuesto
sobre el creyente de ésta dispensación. Así coma el día del Señor
superó al reposo legal y se ha adaptado a los principios de la
gracia de una manera que el sabbat no podía, el diezmo ha sido
superado par un sistema nuevo de dar que se adapta a las enseñanzas
de la gracia de una manera que el diezmo no podía hacerlo.
En
2 Co. 8:1 - 9:15 se resume lo que es el dar baja la gracia,
ilustrada par la experiencia de los santos de Corinto.
2Co.
8:1 - 9:15
1
Asimismo,
hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las
iglesias de Macedonia; 2 que en grande prueba de
tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza
abundaron en riquezas de su generosidad. 3 Pues doy
testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun
más allá de sus fuerzas, 4 pidiéndonos con muchos
ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este
servicio para los santos. 5 Y no como lo esperábamos,
sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a
nosotros por la voluntad de Dios; 6 de manera que
exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe
también entre vosotros esta obra de gracia. 7 Por tanto,
como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda
solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en
esta gracia.
8
No
hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la
diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro. 9
Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo,
que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que
vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. 10 Y en
esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que
comenzasteis antes, no sólo a hacerlo, sino también a quererlo,
desde el año pasado. 11 Ahora, pues, llevad también a
cabo el hacerlo, para que como estuvisteis prontos a querer, así
también lo estéis en cumplir conforme a lo que tengáis. 12 Porque
si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno
tiene, no según lo que no tiene. 13 Porque no digo esto
para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, 14
sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia
vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia
de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad, 15
como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más, y el
que poco, no tuvo menos.
16
Pero
gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud
por vosotros. 17 Pues a la verdad recibió la exhortación;
pero estando también muy solícito, por su propia voluntad partió
para ir a vosotros. 18 Y enviamos juntamente con él al
hermano cuya alabanza en el evangelio se oye por todas las iglesias;
19 y no sólo esto, sino que también fue designado por las
iglesias como compañero de nuestra peregrinación para llevar este
donativo, que es administrado por nosotros para gloria del Señor
mismo, y para demostrar vuestra buena voluntad; 20 evitando
que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que
administramos, 21 procurando hacer las cosas honradamente,
no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres.
22 Enviamos también con ellos a nuestro hermano, cuya
diligencia hemos comprobado repetidas veces en muchas cosas, y ahora
mucho más diligente por la mucha confianza que tiene en vosotros.
23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador para con
vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las
iglesias, y gloria de Cristo. 24 Mostrad, pues, para con
ellos ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestro
gloriarnos respecto de vosotros.
9
1
Cuanto
a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba;
2 pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío
entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año
pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría. 3 Pero
he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros
no sea vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis
preparados; 4 no sea que si vinieren conmigo algunos
macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros,
por no decir vosotros, de esta nuestra confianza. 5 Por
tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero
a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida,
para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia
nuestra.
6
Pero
esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente;
y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza,
ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y
poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a
fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente,
abundéis para toda buena obra; 9 como está escrito: Repartió,
dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre.
10
Y
el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y
multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra
justicia, 11 para que estéis enriquecidos en todo para
toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de
gracias a Dios. 12 Porque la ministración de este
servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que
también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; 13 pues
por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la
obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la
liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;
14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes
aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.
15¡Gracias a Dios por su don inefable!
En
este pasaje descubrimos:
a)
Cristo era su ejemplo. La forma en que el Señor se dio a sí mismo
es el patrón de toda dádiva baja la gracia. El no dio una décima
parte; lo dio todo.
2Co.
8:9
9
Porque
ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a
vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos.
b)
Su dádiva fue de su profunda pobreza. Aquí se emplea una
sorprendente combinación de frases para describir lo que los
corintios experimentaron en su acción de dar (2 Co. 8:2):
"en
grande prueba de tribulación", la abundancia de su gozo,
"su profunda pobreza",
riquezas de su generosidad. Además, acerca de la liberalidad a
pesar de la gran pobreza, debemos recordar que la ofrenda de la
viuda, que fue objeto de elogio de parte de nuestro Señor, no era
una parte, sino todo lo que ella tenla.
Lc.
21:1-4
1
Levantando
los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las
ofrendas. 2 Vio también a una viuda muy pobre, que
echaba allí dos blancas. 3 Y dijo: En verdad os digo,
que esta viuda pobre echó más que todos. 4 Porque todos
aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas
ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
c)
La donación de ellos no fue par mandamiento ni por necesidad. Bajo
la ley, el diezmo era un mandamiento y su pago era una necesidad;
baja la gracia Dios no esta buscando el don, sino una expresión de
devoción de parte del dador. Bajo la gracia no se impone ley alguna,
y no se estipula ninguna proporción en el dar; y aunque es cierto
que Dios obra en el corazón rendido así el querer coma el hacer
par su buena voluntad, El solamente se agrada en la ofrenda dada con
alegría.
Fil.
2:13
13
porque
Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por
su buena voluntad.
2Co.
9:7
7
Cada
uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por
necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Si
existiera una ley que determinara el monto que debe darse,
indudablemente habría quienes tratarían de cumplir con el pago aun
contra sus propios deseos. Así la ofrenda de ellos sería hecha
"con tristeza" y "por
necesidad". Si se dice que para sostener la obra del
evangelio debe tenerse dinero sin importar si fue dado con alegría
a con tristeza, podemos responder que lo que cumple con el propósito
deseado no es la cantidad dada, sino la bendición divina sobre la
ofrenda.
Cristo
dio de comer a cinco mil personas con cinco panes y dos peces. Hay
evidencias abundantes como para demostrar que, dondequiera que los
hijos de Dios han cumplido su privilegio de dar baja la gracia, su
liberalidad ha dado coma resultado tener "siempre
en todas las cosas todo lo suficiente", lo que ha hecho que
los creyentes abunden en buenas obras, porque Dios es poderoso para
hacer qué aun la gracia de dar "abunde
en cada creyente” (2 Co. 9:8).
d)
Los cristianos primitivos "a
sí mismos" se dieron primeramente. La ofrenda aceptable es
precedida de una completa entrega de si mismo.
2Co.
8:5
5
Y
no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron
primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios;
Esto
sugiere la importante verdad de que el dar baja la gracia, al igual
que el dar bajo la ley, está limitado a una cierta clase de
personas. El diezmo jamás fue impuesto por Dios a otra nación
fuera de Israel. Así la ofrenda cristiana está limitada a los
creyentes y es más aceptable cuando es dada por creyentes que han
ofrendado sus vidas al Señor.
e)
Además, los cristianos de la iglesia primitiva daban sistemáticamente.
Al igual que con los diezmos, se sugiere una regularidad sistemática
en el dar bajo la gracia. "Cada
primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según
haya prosperado"(1 Co. 16:2). Esta orden ha sido dirigida a
"cada uno" (cada
cristiano), y esto no excusa a nadie; el dar debe ser de lo que se
ha apartado para ello.
f)
Dios sostiene al dador. Dios sostendrá la ofrenda de gracia con sus
ilimitados recursos temporales.
2Co.
9:8-10
8
Y
poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a
fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente,
abundéis para toda buena obra; 9 como está escrito: Repartió,
dio a los pobres; Su
justicia permanece para siempre. 10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,
Lc.
6:38
38
Dad,
y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán
en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os
volverán a medir.
En
esta conexión se puede ver que los que dan tanto como la décima
parte, normalmente prosperan en las cosas temporales; pero coma el
creyente no puede tener relación con la ley, es evidente que esta
prosperidad es el cumplimiento de la promesa baja la gracia, y no el
cumplimiento de promesas baja la ley. Así ninguna bendición es
dependiente de un diezmar con exactitud.
Ga.
5:1
1
Estad,
pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis
otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Las
bendiciones son atorgadas porque el corazón se ha expresado a través
de la ofrenda. Es clara que no habrá ofrenda hecha a Dios de corazón
que El en su gracia no reconozca. En esto no hay oportunidad para
que personas astutas se hagan ricos. La ofrenda debe ser de corazón,
y la respuesta de Dios será según su perfecta voluntad hacia su
hijo. El puede responder concediendo riquezas materiales, o por
medio de bendiciones temporales según El lo estime conveniente.
g)
Las verdaderas riquezas son de Dios. Los cristianos corintios fueron
enriquecidos con posesiones celestiales. Se puede ser rico en
posesiones de este mundo y no ser rico para con Dios.
Lc.
12:21
21
Así
es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
A
tales personas se extiende la invitación de que compren del Señor
oro que es refinado en fuego.
Ap.
3:18
18
Por
tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para
que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se
descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio,
para que veas.
Por
media de la absoluta pobreza de Cristo en su muerte, todos pueden
ser enriquecidos.
2Co.
8:9
9
Porque
ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a
vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos.
Es
posible ser rico en fe.
Stg.
2:5
5
Hermanos
míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo,
para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a
los que le aman?
Y
rico en buenas abras.
1Ti.
6:18
18
Que
hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
Pero
en Cristo Jesús el creyente recibe las "riquezas de su gracia y las riquezas de su gloria".
Ef.
1:7
7
en
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según
las riquezas de su gracia,
Ef.
3:16
16
para
que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser
fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; PREGUNTAS
1.
¿A quién se ha entregada primariamente el servicio divino?
2.
Hacer un contraste entre los sacerdocios del Antiguo y del Nuevo
Testamento en el carácter de su servicio.
3.
¿En qué sentido era similar el servicio de los sacrificios en
ambos Testamentos?
4.
¿En qué forma en particular se espera que el sacerdote del Nuevo
Testamento se dedique a sí mismo a Dios en forma voluntaria?
5.
¿Qué diferencia hay entre dedicación y consagración?
6.
¿Qué puede experimentar el sacerdote creyente en el Nuevo
Testamento si se rinde a Dios?
7.
Nombrar los cuatro sacrificios del sacerdote del Nuevo Testamento.
8.
Hacer un contraste entre la ceremonia del baño del sacerdote del
Antiguo Testamento y el lavado parcial en el lavatorio de bronce.
9.
¿En qué forma la purificación del sacerdote del Antigua
Testamento anuncia la purificación del sacerdote del Nuevo?
10.
¿En qué forma está relacionado el sacerdote con la adoración?
11.
¿Qué prohibiciones fueron dadas acerca de la adoración en el
Antiguo Testamento, y coma se aplican al sacerdote del Nuevo
Testamento?
12.
Comparar la obra del sacerdote del Antiguo Testamento con la de los
otros sacerdotes.
13.,
Comparar la obra de Cristo coma nuestro sumo sacerdote y nuestra
obra coma sacerdotes.
14.
¿Cómo se relaciona la diversidad de dones con el servicio del
sacerdote del Nuevo Testamento?
15.
¿.Cómo afecta la carnalidad al ejercicio de un don espiritual?
16.
¿Cuáles son las tres fases de la mayordomía del cristiano?
17.
¿Cómo se relaciona la obtención del dinero con el caminar can
Dios del cristiano?
18.
¿En qué sentido la posesión del dinero se convierte en una
responsabilidad de todo cristiano sincero?
19.
¿En qué sentida el dar dinero refleja la relación de gracia del
cristiano con Dios?
20.
¿En qué sentido es Cristo nuestro modela en el dar?
21.
¿Qué relación hay entre el dar y la pobreza?
22.
¿Cómo se relaciona el dan con el mandamiento y la necesidad?
23.
¿Cómo se relaciona el dar con el darse a si mismo primeramente?
24.
¿Que es dar sistemáticamente?
25.
¿Cómo sostiene Dios al dador? 26. Establecer un contraste entre las riquezas terrenales y las riquezas celestiales.
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