Bienvenido | Inscripciones | Orientación | Donar al seminario - su ofrenda hace este ministerio posible | |
Seminario Reina Valera
|
|
33. Miqueas Sinopsis del Antiguo Testamento es un estudio sintético de cada uno de los libros del Antiguo Testamento: Se examina el propósito de cada libro, quién fue el autor, cuándo y a quiénes se escribió. Se identifica cuál es el mensaje de cada libro y cómo se relaciona este con los demás. La meta de esta materia es darle al alumno un concepto panorámico de la Biblia. MIQUEAS: ¿QUIEN HAY COMO DIOS? por Ray C. Stedman
Miqueas fue contemporáneo del gran profeta Isaías y su libro tiene un estilo muy parecido. De hecho, en algunas ocasiones a este libro se le llama "Isaías en miniatura porque es una presentación mucho más breve de lo que es esencialmente el mismo mensaje que el de la profecía de Isaías. El tema de esta breve profecía se encuentra en el significado del nombre del profeta. Espero que tengan ustedes una Biblia que les ayude con el significado de los nombres hebreos porque con frecuencia estos nombres son muy importantes. Por ejemplo, en el libro de Génesis el nombre del hombre que se hizo famoso por ser el hombre más viejo que jamás haya vivido en el mundo es de por sí una profecía. De hecho, cuando nación Matusalén, su padre Enoc aprendió algo que no olvidó nunca y estaba oculto en el nombre de Matusalén. Matusalén vivió un total de 969 años y su nombre quiere decir "cuando él muera, vendrá. El año en que él murió llegó la inundación, de manera que eso nos enseña algo acerca del significado de los nombres hebreos. El nombre Miqueas quiere decir "¿quién es como Dios o ¿quién es como Jehová? Por lo tanto, esta es su pregunta repetida. Al parecer a dondequiera que iba este hombre preguntaba "¿quién es como Jehová, "¿quién es como Dios? hasta que la gente comenzó a llamarle de ese modo. Se ha llegado incluso a sugerir que ese era el mote por el cual conocían a este hombre. ¿Podemos imaginarnos a la gente que estaba alrededor de Miqueas mirándole al pasar por la calle y diciéndose a sí mismos: "Aquí viene el viejo "Quién es como Dios? Comoquiera que de esto es de lo que habla Miqueas en este libro, el tema del mismo es la santidad y el gran mensaje de Dios al mundo hoy es cómo ser semejantes a Dios, que es además el tema de la epístola de Pablo a los Efesios y creo que es muy instructivo unir estos dos mensajes a fin de que nos demos cuenta de que el Antiguo y el Nuevo Testamento enseñan la verdad de muy diferentes maneras. Eso es lo que hace que el Antiguo Testamento nos resulte tan revelador y si no entienden ustedes el Nuevo Testamento lean el Antiguo. ¿Recuerda usted la historia del filósofo griego Diogenes? Era un hombre que iba todo el día con una linterna, buscando a un hombre honesto. Incluso a plena luz del día llevaba su linterna para despertar la curiosidad. Cuando alguien le preguntaba a Diogenes "¿Por qué vas por ahí con una linterna a plena luz del día? les contestaba: "Estoy buscando a un hombre honesto. Es como la búsqueda de Miqueas (capítulo 1, versículo 1):
El libro se divide en tres partes. Los primeros tres capítulos describen el fracaso de la nación. Este es un mensaje que transmiten muchos de los profetas, pero en este libro lo que encontramos es una imagen de la falta de santidad y a continuación una maravillosa sección, en los capítulos cuatro y cinco, que es una visión del futuro, del que es semejante a Dios. Esta es una sección con una predicción esperando la venida de Cristo, el Mesías. Los tres últimos capítulos nos muestran la súplica que le hace Dios a esta nación. En el primer capítulo hay una imagen magnífica de Dios que se aproxima con el fin de juzgar a esta nación de Judá por causa de su amargo fracaso y por no ser capaces de ser santos a pesar de que Dios les ha provisto todo cuanto precisan para ser semejantes a Dios. Eso es algo que nos resulta familiar ¿verdad? ¿Por qué no somos nosotros santos? Tenemos todo cuanto precisamos, en el Espíritu Santo, para ser santos. Por lo tanto, este libro nos viene como anillo al dedo porque estamos en la misma barca. En la primera sección tenemos una imagen preciosa y poética de un Dios que sale y desciende sobre este pueblo (capítulo 1:3-5)
A continuación Dios escoge a las capitales de estas dos naciones. ¿Cuál fue la transgresión de Jacob? Samaria. Es decir, la capital, el corazón de la nación. ¿Y cuál fue el pecado de la casa de Judá? ¿Acaso no fue Jerusalén? Dice (en el versículo 6):
Todo esto es una imagen de la destrucción que causarían los ejércitos de Asiria que, cientos de años después, asolarían el campo y destruirían todo cuanto hallasen a su paso. El profeta dice que este es el juicio de Dios. En los versículos 10 al 16 encontramos algo muy interesante, aunque en otro idioma que no sea el original, puede resultar difícil de ver. Estos profetas eran equivoquistas y aunque algunas personas dicen que un juego de palabras es la peor forma de humor, la Biblia está llena de ellos, pero a nosotros nos cuesta trabajo hallarlos si no entendemos el hebreo. Si pudiesen ustedes leer el original en hebreo, se darían cuenta de que hay un montón de juegos de palabra en los nombres de las ciudades mencionados por Miqueas. Dice el versículo 10:
Gat significa "llorar y el profeta hace un juego de palabras con ese nombre y, de esta manera, sucede en todo. Va escogiendo los nombres de ciudades y los relaciona con el juicio de Dios. En este caso diría:
En el versículo 13 está Laquis, que quiere decir caballo, la Ciudad del Caballo o ciudad de un solo caballo. Miqueas dice: "Oh habitantes de la Ciudad Caballo. Es un juego de palabras tras otro. En el capítulo 2 se describe de un modo muy gráfico la total destrucción del pueblo, incluyendo los gobernantes, los profetas, las mujeres y los niños. En el capítulo 3 leemos el motivo por el que Dios les juzga de este modo. Miqueas ha estado buscando la santidad y la busca donde sería de esperar encontrarla, entre los gobernantes de la nación, entre los representantes de Dios, pero lo que encuentra es corrupción, opresión, soborno e injusticia por todas partes. Miqueas expone esta lamentable situación en Jerusalén y dice que el motivo por el que Dios está juzgando a este pueblo es que aquellos a los que les ha sido concedida la autoridad para actuar en nombre de Dios se han olvidado de que son responsables ante El. Esto es algo que siempre nos afecta ¿no es cierto? Porque siempre que nos encontramos en un puesto de autoridad se nos dice que recordemos que también tenemos una autoridad sobre nosotros. Poco importa si es usted una autoridad en la iglesia, como anciano, o en la ciudad, como alcalde o parte del consejo, o si ha sido nombrado presidente de su clase o si dirige su propio grupo. El Nuevo Testamento nos recuerda que es preciso que los amos no olviden que tienen también un amo en el cielo y que Dios tiene toda la autoridad y es el responsable. (Efe. 6:9) Por lo tanto, el hombre que olvida este hecho usa el poder para su propio provecho y eso fue precisamente lo que había corrompido a aquella nación. El profeta nos lo resume en el capítulo 3, versículo 11:
Hay tres clases diferentes de gobernantes en la nación: los dirigentes espirituales, los gobernantes civiles y los dirigentes morales y aunque precisamente ellos debían haber sido santos, son los más impíos porque no han sabido reconocer que cuando el hombre ocupa un puesto de responsabilidad de cualquier clase, lo ocupa con el fin de representar a Dios. Esto se aplica incluso a los jóvenes que ocupan cargos en las escuelas. Estamos representando a Dios en esos cargos. Pablo dijo: "No hay autoridad [o poderes] que no provenga de Dios. (Rom. 13:1) Y eso no se refiere solo al gobierno civil, sino que se aplica a todos los niveles. Pablo les llama los ministros de Dios para bien y cuando los gobernantes, sean civiles, espirituales o morales, reconocen que son representantes de Dios, siempre hay un buen gobierno, pero cuando se olvidan, se produce la corrupción, la opresión, los sobornos, la agonía y las lágrimas. En el capítulo 4, encontramos un pasaje que es una visión maravillosamente exaltada, en el que el profeta eleva sus ojos y mira a lo largo de los siglos más allá del retorno de Babilonia, después del gran imperio occidental de Grecia, del Imperio Romano y los tiempos de los Cesares, más allá de la Edad Media con Martín Lutero y la Reforma y John Wesley e incluso más allá de nuestra propia época, a la venida del que es semejante a Dios. Este es el más precioso de los pasajes mesiánicos en las Escrituras (capítulo 4, versículos 1-4):
Eso aún tiene que suceder. Las naciones no olvidarán nunca cómo hacer la guerra, nunca obedecerán a esta palabra de convertir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas hasta que no venga Aquel que sabe gobernar en santidad. El resto del capítulo 4 describe cómo se reunirá Israel y por fin derrotará a sus enemigos. El capítulo 5 empieza con un nuevo pensamiento. El profeta le dice a Israel (versículo 1):
Pero además es una imagen del día en que un gran ejército asirio, procedente del norte, descenderá contra Israel. El motivo por el que viene este ejército se menciona en este versículo:
Esta es una referencia bastante rápida a la primera venida del Señor Jesús, cuando se halló ante Pilato y los gobernantes de la nación y le golpearon con una caña y le colocaron una corona de espinas sobre la cabeza y le vistieron con un manto de púrpura, inclinándose ante él, haciéndole burla, golpeando en la mejilla al gobernante de Israel (Mat. 27:27-30) El profeta ve de repente de dónde vendrá este gobernante. Este es uno de los grandes pasajes proféticos del Antiguo Testamento (versículo 2):
Desde la eternidad, desde siempre y para siempre. ¿Recuerda usted cuando vinieron los sabios del Este buscando al rey de los judíos que había nacido? Le dijeron a los gobernantes de Jerusalén: "¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Y los principales sacerdotes les contestaron: "en Belén de Judea. (Mat. 2:1-6) ¿Cómo lo sabían? Porque 700 años antes, Miqueas les había dicho: "Pero tú, Belén Efrata, (es decir, Belén en la tierra de Efrain) aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será el gobernante de Israel, cuyo origen es antiguo, desde los días de la eternidad. Y luego en el versículo 3 hay un paréntesis:
Y por eso es por lo que Israel ha estado vagando en derrota, sin un rey, sin un templo y sin sacrificio durante siglos. Una de las maravillas del mundo es que esta nación de Israel sigue manteniendo su identidad, a pesar de hallarse dispersa entre las naciones. "Les abandonará hasta el tiempo.
Y mirando de nuevo al que había de venir de Belén Efrata (versículo 4):
Setecientos años a través del espacio de los siglos Miqueas ve claramente a Aquel que habría de surgir de entre las tinieblas para cumplir estas profecías. Su venida es desde la eternidad porque es el Dios-hombre, el único hombre santo que jamás ha caminado sobre la tierra, el que es semejante a Dios. En los capítulos 6 y 7, en un pasaje de poder y belleza, Jehová vuelve a suplicar a su pueblo y a mostrarles el camino de la santidad. En la actualidad oímos hablar mucho acerca del dialogo, de que necesitamos hablar con aquellos a los que nos oponemos. En este caso, Dios tuvo una controversia con su pueblo y lo habló con ellos en este pasaje. El profeta dice (capítulo 6:1-2):\
Eso prepara el escenario. Aquí Dios habla y he aquí lo que dice (versículos 3-5):
¿Qué cree usted que va a responder el pueblo a esto? Aquí tenemos su respuesta (versículos 6-7):
"¿Qué es lo que quieres Dios? (¿No es eso lo que dice tantas veces la gente?) ¿Qué es lo que me pides? Escuchemos a la misericordiosa respuesta de Dios, que es uno de los más hermosos versículos de toda la Biblia (versículo 8):
Esa es la respuesta, ¿no es cierto? Así es como podemos ser semejantes a Dios: caminando en humildad ante Dios. Después de todo él es el que puede hacer que seamos semejantes a Dios, santos, pero los israelitas no lo consiguieron, de modo que aparece de nuevo la declaración de juicio, cuando por fin Dios se ve obligado a hacer que despierten de su insensatez y de su debilidad. La descripción del juicio se resume y continua hasta que llegamos al final del capítulo 7, donde el profeta concluye el mensaje con una imagen maravillosa de Dios. Fíjese cómo empieza (versículos 18-20):
¿Qué camino hay que seguir para ser santos? Dejar a un lado nuestra maldad, confesando nuestra culpa ante Dios, esperando que él perdone nuestras iniquidades y que eche nuestros pecados en lo más profundo del mar. ¿No es eso lo que dice el Nuevo Testamento? "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. (Iª Juan 1:9) ¿Cómo se puede caminar en humildad ante Dios? Juan contesta diciendo que debemos de andar en luz de la misma manera que él es luz, es decir andar de una manera abierta y honesta, no intentando ocultarle nada a Dios. No debemos pretender ser lo que no somos ante él. "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. (Iª Juan 1:7) La pregunta de Miqueas resuena en nuestros oídos. ¿Quién como Dios? El único que es como Dios es el hombre que camina con el Señor Jesucristo, que es Dios mismo en el que es semejante a El. Oración
Nº de Catálogo 233 Miqueas 12 de Junio, 1966 Mensaje Treinta y tres Copyright © 1995 Discovery Publishing un ministerio de la Iglesia Peninsula Bible. Este archivo de datos es propiedad exclusiva de Discovery Publishing, un ministerio de la Iglesia Peninsula Bible. Solo puede copiarse en su totalidad con el fin de circularlo gratis. Todas las copias de este archivo de datos deben llevar la notificación de derechos de autor arriba mencionados. No se puede copiar en parte, editar, revisar ni copiar con el fin de vender o incorporar a ninguna publicación comercial, grabación, retransmisión, representaciones, muestras o ningún otro producto para la venta estos archivos de datos, sin el permiso escrito de Discovery Publishing. Para solicitar dicha autorización se deberá hacer por escrito dirigiéndose a Discovery Publishing, 3505 Middlefield Rd. Palo Alto, California 94306-3695.
|
|
|||||
Bienvenido | Inscripciones | Orientación | Donar al seminario - su ofrenda hace este ministerio posible |